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Nuestros amigos quieren repetir la ocasión
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Hola a todos, de nuevo por aquí para contaros que hace poco mi esposa Julia y yo volvimos a vernos con nuestros queridos y cachondos amigos Lyn y Leo.

Julia y yo llevábamos una temporadita pequeña sin hacer nada de lo normal, mucho trabajo y poco tiempo, así que llego una semana que se venía un festivo de por medio así que aprovechamos para descansar y hacer un poco de vida social, paralelo a todo esto, nuestros amigos los últimos días estaban insistiendo en que hacíamos y si nos apetecía quedar, así que quedamos con ellos para cenar y tomarnos unas botellas que compraríamos para casa.

Llego el día, Julia y yo fuimos al súper a por las bebidas y algo para picar, y ellos pusieron casa, llegamos sobre las 21:30 horas en su casa y mi chica y yo, llegamos lo más elegantes posible, yo me puse una camisa y vaqueros y mi esposa un vestido de falda cortito y apretado, dejándose notar su culazo grandote y rico, Leo estaba vestido igual que yo, con vaqueros y camisa, y Lyn, solo de pensarlo… Estaba con una mini falda apretadísima qué apenas mirabas se la veía todito, y por arriba una de tirantes con un escotazo que se la salían sus tetitas, que ricas las dos.

Después de una cena larga y muy divertida nos pusimos a beber, ya dadas la 1:30 de la madrugada Leo se le notaba muy caliente bromeando con Julia, mirándola muy sucio, ateniéndose a manosearla y masajearla pero sin más, todo parecía que no pasaría nada, Lyn y yo tenemos una historia diferente entre nosotros, nos estábamos excitando sin hablarlo ni decirlo, queríamos repetir la ocasión y parece ser que al menos Leo también, Julia estaba algo más reservada y tímida, como siempre, pero ya saben, las apariencias engañan. En un momento dado de la madrugada mi esposa nos dice que se subía al piso de arriba al baño, quedándonos los tres, Leo, Lyn y yo solos en el salón hablando de un tema familiar de Lyn, pasado un rato, que esto en el momento ni nos dimos cuenta, Julia seguía sin bajar, pero notábamos a Leo nervioso y mirando el móvil de vez en cuando, así de repente dice que él también se ausenta un momento y volvería.

Lyn y yo ya acabamos de debatir sobre un tema familiar de ella, cuando quedo un silencio en el salón, ella y yo solos, nos miramos, sonreímos nerviosamente, y nos preguntamos; – ¿Dónde están estos dos?

La respuesta a nuestra misma pregunta fue levantarnos, mirarnos, nos tocamos, ella mis partes y yo su culo, nos besamos, y subimos al piso de arriba, en silencio ella delante de mi y yo detrás de ella metiéndole mano debajo de su minifalda, podía comprobar que estaba sin ropa interior y muy mojada, a medida que subíamos escuchábamos pequeños gemidos, ¿qué será?

Llegamos al piso de arriba, si bien habéis leído nuestra experiencia anterior con ellos, os imaginaríais como es el chalet de ellos, 3 habitaciones, dos baños y fuera aparte este detalle Lyn y yo empezamos a escuchar ruidos de besos y pequeños gemidos, todo oscuro, casi todas las puertas cerradas menos una, pero los ruidos no venían de ahí, entonces instantáneamente nos miramos y nos susurramos que creíamos que estábamos a punto de ver lo que nos imaginábamos, mi esposa y su esposo, Julia y Leo, enrollándose.

Antes de seguir contándoles todos los detalles, quiero hacer un paréntesis para confesaros que fue la situación más excitante y morbosa que me había pasado con mi esposa en una experiencia con más personas (trio, intercambio, o mirando).

Entonces Lyn me llevo hacía la puerta de un baño, y efectivamente, Julia y Leo estaban ahí dentro, nos pusimos los oídos a escuchar y empezamos a tocarnos entre los dos, hasta que un silencio dentro del baño nos alarmó y paramos para ver qué pasaría, pero lo siguiente que pasó fue que mi esposa pego un grito en el cielo a la vez que la verga de Leo penetraba y sonaba contra ella, entonces Lyn abrió suavemente la puerta dejándola casi cerrada pero con pequeñas vistas de lo que pasaba dentro del baño, había un espejo según se abría la puerta del baño, y pudimos observar como mi esposa estaba de pies apoyada en la pared y Leo penetrándola como si fuera la última vez, yo ya tenía a Lyn desnuda de cadera para abajo, y con su tirantes medio desabrochado.

Leo estaba con los vaqueros bajados y con su camiseta mientras mi esposa tan solo se había subido el vestido de falda, -Vámonos a la habitación- le dije a Lyn, ella como otra putita caliente igual que mi esposa, obedeció y me llevó a la habitación de ellos, según entramos me desnudé entero, me tumbe en la cama y Lyn, hizo lo mismo, vino hacia mi verga dura y con el líquido mojando mi capullo a tope, se la metió sin pensarlo dos veces en su boca ardiente, empezó a mamármela lento y suavecito, entonces la quité, después de un rato comiéndome la verga, y la tumbe para saborear su coño caliente y húmedo, después de eso, me levanté y acto seguido la metí la verga yo encima de ella, empecé a darla suave y besándonos muy caliente y con gemidos tan ricos como los de Lyn recordándome a la vez los de mi esposa cogiendo con Leo en el baño.

Después de un buen rato Lyn se puso encima mía y empezó a cabalgarme con su culazo, acto seguido veo a mi esposa y Leo entrar en la habitación, mi esposa se sube encima de mi cabeza y me pone a comer su coño lleno de líquidos de ella y Leo, que rico estaba, Leo se puso de píes encima mío, para que entre las dos, Julia y Lyn, le comieran la verga, mi esposa apenas tuvo palabras, si no tenía una verga en el coño, tenía una verga en la boca, y si no el coño de mi amiga, así mismo siguieron las dos, se tumbaron una encima de otra, a manosearse, tocarse y besarse, Leo y yo dimos un pequeño descanso cuando yo me puse detrás dé ellas y penetre a Lyn y Leo puso du verga en la boca de ellas, yo cambiaba de coño cada ratito hasta que las empezamos a lamer el coño, Leo a Julia y yo a Lyn, y terminaron corriéndose casi a la vez, de una cambiamos las tornas, empezaron a comernos las vergotas, Leo enseguida terminó dentro de la boca de Julia, que acto seguido se lo trago y se puso a chupar mi verga con Lyn a la vez, no me pude resistir, me sacaron la leche enseguida… que rica noche fue, pero no acabó ahí, según nos corrimos todos, nos tumbamos los cuatro en la cama muertos del cansancio y exhaustos de tanto sexo, la cama húmeda con chorros y líquidos de todos, nos quedamos dormidos Leo y Julia en un lado y Lyn y yo en otro… el amanecer fue espectacular pero lo contaré otro día.

Espero que os hayáis excitado con nuestra experiencia. Un saludo a todos.

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