Las funciones de medianoche de Emmanuelle
Al día siguiente luego de hablar con su novia, pensando cómo podría terminarla, mi hermano no pudo dormir bien, aún a pesar de tener a su pene metido entre mis nalgas calientitas a su lado, ambos dormíamos desnudos como siempre. Fuimos al cine a la función de la media noche del miércoles, sentados cómodamente en las butacas nos abrazamos y nos dimos ligeros besos de boca mientras corría la película con sus escenas calientes empezando a meternos mano disimuladamente, él acariciando mis piernas y yo acariciando la verga de mi hermano por encima de su pantalón, solo para hacer que esta se pusiera erecta. Al terminar la función ocurrió algo extraordinario a la salida del cine.
Con todo lo que habíamos planeado al ir a ver la película no nos conformábamos con el simple hecho de haberla pasado magníficamente bien, luego de que saliéramos del Cine después de “ver” la película de “Emmanuelle” en la función de media noche, caminamos por la Zona Rosa y alcanzamos a ver que dos personas se estaban besando muy apasionadamente, iba con mi hermano tomados de la mano y resulta que al vernos dicha pareja, nos quedamos impresionados yo, mi hermano y… María.
El cielo se abre para Edgar y para mi, por supuesto.
Su novia se estaba besando apasionadamente con aquel tipo que la tenía bien tomada de las nalgas. María al vernos se quedó helada de la impresión, al igual que Edgar y yo, no podíamos dar crédito a lo que estábamos contemplando. Por lo visto el Cielo le estaba ayudando a Edgar a tomar la gran decisión y todo esto antes de obviamente que pensara mi hermano en cómo no continuar más adelante con la boda. Todo estaba bien claro ya. En un arrebato y sin pensarlo tomó mis manos y en un arrebato de furia me besó en la boca enfrente de María ante su desorbitada mirada.
-Así que ahora ya estamos parejos, ¿no te parece? –le dijo Edgar
-Ella es tu hermana, ¿Cómo puedes estarla besando enfrente de mí? A tu propia hermana…
-Si y tenemos sexo ella y yo para que te lo sepas
-¡Eso es Incesto! ¡Cochinos, nunca me lo imaginé! Pero para que te lo sepas Adolfo no es el único amigo con el que salgo y me revuelco en la cama para que también te enteres.
-No me lo imaginaba, María, no después de ser tan dulce cómo eras.
-Pues ya ves que las apariencias engañan.
-Y tú sigue acostándote y revolcándote con tu hermano, mi “querida” cuñada incestuosa, espero no volver a verte. –El querida lo dijo arrastrando las palabras
-No te preocupes, jamás me volverás a ver, tú también revuélcate con tus amigos, mientras mi hermano y yo nos revolcamos en nuestra cama como lo hemos hecho desde siempre… “querida cuñada”…
-Par de hermanos Incestuosos desaparezcan de mi vista…
-Con todo el gusto del mundo, porque yo sí soy la mujer de mi hermano… y tú jamás lo fuiste… porque nunca se vino dentro de ti y sí se viene siempre dentro de mí.
Ni siquiera volteamos a verlos, nos metimos a un Bar a pocas cuadras de ahí y pedimos unas cervezas y algo de botana. Encendimos nuestros cigarrillos y él me tomó la mano para acariciarla, haciendo círculos suaves con sus dedos sobre mi palma, él sabía que eso me calentaba y me quitaría a la vez el estrés. Sin pensarlo nos besamos apasionadamente ante todas las gentes que estaban alrededor de ellos disfrutando de sus bebidas, como los novios que también éramos.
-¿En qué piensas?, Edgar
-Qué no podía dormir pensando qué podía hacer para terminar con este compromiso con María y dedicarme por completo a ti y de repente me llega la solución como del cielo.
-Pero me besaste enfrente de María y lo peor fue decirle que tenemos sexo, me llamo incestuosa.
-¿Y a poco no es una palabra dulce en nuestros oídos?
-Sí escuchar incesto es música para mis oídos, bésame de nuevo, que sepa todo el mundo que soy tu mujer.
-Mi mujercita incestuosa.
-Sí, exactamente hermanito incestuoso, jajaja
-Ahora sí seremos una verdadera pareja, hermano, ahora sí debemos hablar…
-Pero con quien, ¿Con nuestros padres?
-No, perdona dije una tontería. Ellos seguirán siendo nuestros adorables suegros sin que lo sepan.
-Mejor ya vamos a la casa para meternos en la cama Luisa.
-Sí para abrazarte desnuda y sentir tu miembro en los labios de mi vagina y quiero que te vengas en mi culo para sentir tu esperma en mis intestinos.
-Afortunadamente tenemos algo de mantequilla para no lastimarte, jajaja
¿Nos podremos aguantar las ganas?
Llevábamos rumbo hacía la casa deteniéndonos en los semáforos mi hermano me acariciaba los labios de mi vulva ya humedecida de mis mieles, la cual llevaba descubierta al bajarme los calzones, besándonos en la boca como dos perdidos enamorados, sus dedos se cubrían de mis flujos y él se chupaba los dedos ofreciéndomelos para que también pudiera saborear las mieles de la tan ansiada antesala nuestros incestos por venir.
Era increíble el que estuviéramos solos sin que nada nos impidiera el amarnos sin límites. Mi hermano y yo éramos el uno para el otro y así nos lo demostramos despojándonos de nuestras ropas en cuanto metió mi hermano su coche al garaje, sin dejar de besarme con ansías, dejando la totalidad de mis prendas en el carro, mudo testigo de lo que estaba aconteciendo.
Llegamos hasta la cama tan pronto como nuestras ansias de poseernos nos permitían. Nuestros besos eran de lengua, de una lengua juguetona que no sabía de límites, igual besaba mis pechos que mis nalgas metiendo la lengua dentro de mi vagina, para después de disfrutarla con su verga ya bien parada a todo lo que podía dar, unos 20 centímetros de largo y casi 4.5 del ancho de su circunferencia, nos revolcábamos literalmente por todo lo ancho de la cama rodando y yo con la verga de mi hermano bien metida dentro de mi vagina. Era tanta la excitación que no duramos en venirnos, yo mojándole su miembro a la vez que dejando la huella de nuestras venidas sobre las sábanas y la colcha.
Ya abrazados después del breve tiempo de nuestra copulación, estábamos esperando reponernos un poco para continuar solo que se paró Edgar para dirigirse al refrigerador y sacar la mantequilla para untármela en mi precioso ano.
-¿Sabes qué hermano?, sabes cómo se me antoja darte mi culo, que me hagas un masaje, primero yo me pongo encima de ti, tu boca abajo con tus nalgas hacía mí y yo restregándote mi vulva para mojarte las nalgas. Para después voltearme y darte mis pechos y tú me metes la verga en mi vagina otra vez y te vienes. Me besas y todo eso, pero después sí tomas la mantequilla y me restriegas tu verga en mi culo descansándola en medio de mis nalgas, como anoche, pero ahora quiero que me pongas la mantequilla y te vengas dentro de mi culo, ¿Qué te parece mi idea?
-"Ya no aguanto los deseos de metértela por el culo, hermana"
-"¿Tan caliente estás, hermano, igual que yo?"
-"Es que es demasiado exquisito lo que me haces experimentar con tu culo
-"¿En serio, te gusta meterme la verga dentro de mi culo?"
-“Claro que sí, es en serio, hermana”
-"Sí. Yo estaría todo el día cogiendo contigo, hermanito, por mi culo y por mi vagina"
-"Yo también, hermanita. antes me masturbaba pensando en ti, ahora tu vagina es la que me masturba y luego tu culo tan hermoso y apretado"
-"Y yo me masturbaba pensando en tu hermosa verga y en lo que me hiciste sentir al hacerme tu mujercita"
-“Sí, hermanita que dulce oírlo de tus labios, tú ya eres mi mujercita”
-“¡Ay, hermano que rico me estás metiendo tu verga por el culo”
-“Tienes tu vagina muy encharcada, hermana y un culo fabuloso”
-“Espera a que me venga y vas a ver cómo te voy a mojar la verga, hermano”
Me abracé de las nalgas de mi hermano y logré que de esa manera la penetración fuera total. Yo abrazada a él desde atrás de mí, con sus pies alrededor de los míos y yo sosteniéndome en el aire tomándolo de sus nalgas, cuyo pene que subía y bajaba al compás de las metidas y sacadas de mi culo, haciéndome ver estrellitas.
-¡Cómo me gustaría casarme contigo, hermano!, ¡Mira como tienes mi culo!
-¡A mí también me gustaría hermana, coger contigo sin ser criticados!
-Y yo también sería feliz cogiendo todo el día contigo sin tener que escondernos de nadie, ¡Sería mi más grande sueño, hermano!, ¡Mueve más tu verga dentro de mi culo y dame tu esperma!
Algo que no era fácil de averiguar en ese tiempo
“Sí hubiéramos sabido en ese tiempo que vendría el Internet, tanto mi hermano como yo y que las relaciones de incesto entre hermanos de la misma sangre tanto de padre como de madre estaban permitidas desde hacía dos siglos allá en Francia por orden de Napoleón Bonaparte, nos hubiera gustado ir a Francia, aunque no hubiéramos podido casarnos, lo mismo para el caso de España a partir de 1978, en Japón, Portugal, Nueva Jersey, pero el país donde más nos hubiera gustado ir hubiera sido Suecia donde los hermanos de sangre que comparten la misma línea consanguínea de los padres sí se les permite casarse, por lo que hubiera sido ideal para que mi hermano y para mí que hubiéramos formado un buen matrimonio ya que ahí sí están ampliamente permitidas las relaciones de incesto, no sé si nada más entre hermanos o si están permitidas entre hermanas con hermanas, aunque supongo que sí y además no sabemos si también estén permitidas entre madre e hijo o entre padre e hija”.
-¿Qué les diríamos si hubiera un lugar donde se permita el incesto y casarse entre hermanos?
-Sí existiera me gustaría decirles: “Sabe qué me quiero casar con mi hermana porque adoro su vulva toda peluda y su culo exquisito como una rosquilla de naranja clara”.-decía mi hermano
-Y a mí me gustaría decirles que: “Me quiero casar con mi hermano porque tiene una verga que me encanta lamer y comerme su semen”.
-Pero ¿Dónde podrá estar ese lugar ideal, hermana?
-No lo sabemos, hermano, pero sería formidable saber donde se podría uno casar y donde estarían permitidas las relaciones de incesto.
-Así que sí está loquísima la idea, hermana.
Una relación de Incesto ideal entre dos enamorados
Luego del paso de los días todo fue realmente emocionante mi hermano y yo nos comportábamos como si fuéramos marido y mujer, aunque a mi parecer, mucho mejor, porque desde que éramos niños siempre nos llevamos muy bien, compartíamos nuestros juegos y nos divertíamos inventando cuentos de hadas, luego conforme fuimos creciendo fuimos conociéndonos mejor y al madurar un poco más nuestras necesidades afectivas fueron adquiriendo distintos matices sexuales muy interesantes. Desde que estudiaba en la Normal para maestras hice un estudio no porque yo lo escogiera, sino porque me tocó en suerte para bien o para mal, ese tema del Incesto, el cual se rifo mediante papelitos que teníamos que sacar yo y cada una de mis compañeras.
Investigando un poco más a profundidad sacaba a colación distintos tintes que adornaban y matizaban la práctica del Incesto, tema con el cual aborde desde entonces y que ni siquiera se comprendía en aquel entonces todos los alcances que conllevaba, así de esa manera a dicha práctica se iban sumando otros digamos “adornos” que hacían más interesante dicho tema y tanto más sublime al llevarse a la práctica.
Matices tales como la promiscuidad, otro muy interesante es la liviandad, al igual que la lascivia, aunque el morbo también juega un papel muy especial, pues adorna una relación de incesto, al igual que todos los demás, que se van sumando para conformar una relación ideal. Aunque también son básicos el respeto, el entendimiento y el amor, sobre todo el amor. Una relación de incesto de calidad, el enamoramiento y el sexo continuo forman parte de todo ello, aun cuando tal práctica con otros miembros de la familia pueda ser de tres, cuatro o más miembros, inclusive en raras ocasiones con toda la familia siempre y cuando haya consenso entre la forma de llevar a cabo dicha relación.
Dando la noticia del no casamiento de mi hermano
Pero pasando a otro rollo, fueron tres semanas en que todo fue sexo, pero sexo de calidad, no un sexo grosero, sino de dos hermanos enamorados uno del otro y que aunque se pudieran sumar otras personas, de todos modos el amor entre mi hermano y yo continuaría siendo de respeto y de mucha calidad. Aunque claro si nos dábamos nuestras buenas revolcadas como si la vida se nos fuera en ello.
Recuerdo que un día poco antes de que llegaran nuestros padres nos pusimos muy tristes y fuimos a ver a nuestra tía Luz Marina y al tío Carlos entre otras cosas para darles la noticia de que habíamos visto a María, la prometida de mi hermano besándose con otro chico muy calurosamente pues hasta la abrazaba de las nalgas a ella. Nuestra tía se puso un poco triste pues le había parecido muy buena chica la tal María y hasta se portó demasiado atenta con nosotros ya que nos puso inclusive unos ceniceros para fumar nuestros cigarrillos, acompañados con un rico café percolado y unos biscochos de una panadería que hace un rico pan de dulce. Tenían los tíos dos inquilinas y dos muchachas de servicio. Ellos viven por la colonia Santa María, no teníamos otra intención más que ir a saludarlos y darles la noticia de lo sucedido y tomar el café con ellos.
Mi tío fue muy atento conmigo, él y ella son hermanos por parte de nuestra madre y nunca quisieron casarse, su casa contaba con un jardín muy amplio en donde pretendían terminar de construir un pequeño departamento. Fui yo sola a verlo en compañía de mi tío, en tanto mi hermano se quedaba platicando con la tía, fingiendo tristeza por lo de su novia, jajaja. Pues todo bien, aunque estaba todavía la obra negra, junto al departamento iba a poner un jacuzzi muy amplio y toda el área ajardinada estaba llena de plantas, flores y árboles que ellos cuidaban mucho.
En un momento dado el tío Carlos me abrazó y acercando su boca a la mía me dio un beso largo, largo, en tanto sus manos las ponía sobre mis senos, acariciándolos con gran maestría, no pude hacer nada porque me encantaba lo que me estaba haciendo, el tío Carlos es un hombre muy atractivo y tremendamente guapo que hubiera podido casarse porque le llovían las mujeres, al igual que la tía Luz Marina que además de guapa, guapísima tenía muchos dones para cocinar y prefirió al igual que el tío dedicarse a la pintura y a la fotografía.
El tío Carlos continúo besándome y con sus manos diestras y muy hábiles me quitó mi brasier con una facilidad tal que quedé asombrada de sentirme de repente con mis pechos al aire, o así lo creí yo, que no me había dado cuenta. Yo estaba gimiendo de placer y él con su pene también al aire, llevando mi mano hacía donde se su mejor amigo se encontraba, para luego hacer que me agachara y lo colocara entre mi boca. Para ser sincera, nunca me ha gustado meterme un pene hasta la garganta, siento que eso no va conmigo y no es algo que me produzca un gran placer, al menos en mí y en eso está de acuerdo mi hermano.
Lo chupé eso sí con muchas ganas y como dicen vulgarmente lo mamé con verdadero placer hasta sus testículos y lamí todo el tronco de su pene. No pasamos a más porque sentí que alguien nos estaba viendo desde la ventana de la cocina de la casa. Al voltear a ver, me di perfecta cuenta de que la tía nos había estado observando. Por lógica nunca le conté a mi hermano todo con detalle, solo que mi tío me había estado besando en la boca y que había sacado su pene para que yo se lo agarrara.
Cuando finalmente después de regresar a la mesa como si nada hubiera pasado, sentí una sonrisa de complicidad entre ellos dos, le sonreí a nuestro tío con la natural coquetería que siempre me ha caracterizado y la tía solo me obsequió con una sonrisa de esas que te dicen todo: “Ya te vi, como disfrutaste a mi hermano” y una mirada que parecía decirme: “cuando quieras te lo presto”
Al día siguiente todo como si nada hubiera pasado entre nosotros, eso sí mucho perfume para despejar el olor a incesto, perdón a sexo y de nuevo a acomodar las camas al estado en que se encontraban, y como es lógico mi hermano se cambió de nuevo a la recámara de nuestros padres, aunque tenía que darles la gran noticia de que ya no se iba a casar. Nuestra madre brincó de alegría por su hijito.
A los pocos días se cambió de nuevo a mi recámara.
Fin