Mariana estaba en cuatro patas siendo penetrada por su novio Luis. El odiaba admitirlo, porque se sentía mal pensarlo, pero su novia desnuda con el culo al aire era sin duda su mejor ángulo. Sus enormes y bien formadas nalgas, su cintura que era perfecta para tomar y penetrar, su hermoso y apretado ano rosado, su preciosa vagina, su piel tan blanca, sin ninguna marca y completamente suave…
Mariana: ¡ay Armando me encantas! -decía ella entre gemidos, tenía los ojos cerrados y pensaba en su vergon exnovio, Luis se puso histérico y le clavó la verga de golpe, pero ella no se había confundido, sabía perfectamente que era su novio Luis quien la follaba, pero quería que su novio se la metiera más fuerte… Y funcionó.
Luis comenzó a penetrarla como psicópata, jaló su cabello violentamente para alzarle la cara.
Luis: ¡¿piensas en el mientras yo te la meto?! -preguntaba histérico sin dejar de mover la cadera para seguirla penetrando
Mariana: ¡sí! ¡Cállate! ¡Me desconcentras! -decía ella cruelmente, Luis soltó su pelo y siguió follándola fuertemente mientras ella seguía con los ojos cerrados contra la cama, Luis estaba tan cachondo que terminó con una enorme carga dentro del condón casi de inmediato.
Terminaron exhaustos respirando histéricamente en la cama uno al lado al otro mientras Luis se quitaba el condón.
Luis: ¿en serio pensabas en él? -preguntaba él, con el ego herido pero la abrazaba dulcemente
Mariana: tal vez un poquito… o tal vez solo quería molestarte jajaja -decía ella riendo, Luis se reía nerviosamente y no se atrevía a preguntar de nuevo.
Ella si pensaba en Armando mientras Luis la follaba esa tarde, aunque solo superficialmente, solo un poco en momentos, antes de ese mes ella nunca se hubiera atrevido a traicionar a su novio ni siquiera con la mente, pero las cosas habían cambiado un poco.
Los comentarios sucios sobre Armando eran muy comunes en el sexo e incluso a veces fuera de la cama.
"Su verga sabía de la chingada, pero la tenía bien enorme, así que no me importó e igual se la mamé".
"ese wey siempre me metía las manos entre las nalgas cada que podía jajaja"
"ayer me masturbé pensando en el…"
Todo lo que ella le decía era verdad, ella no quería inventarse nada, seguramente él se daría cuenta y sonaría poco real y la diversión se estropearía, no quería ser atrapada en una mentira que destruyera la fantasía. Por eso mismo, el material morboso se acababa, y aunque ella era capaz de vez en cuando de aún ponerlo cachondo con eso, sentía que la novedad después de un mes se agotaba. Ella solo había estado 2 meses con Armando, solo le había dado una mamada en su auto y ni siquiera se habían desnudado por completo uno con el otro. El material morboso se acababa.
Ella y Luis nunca habían hablado del tema "cornudo" que obviamente estaba sobre la mesa, durante ese mes solo se dedicaban a explotar la fantasía de su otro único novio. El no parecía lo suficientemente valiente para pedir más, ni siquiera preguntaba mucho, la fantasía, el morbo, siempre venia de ella, animado por erecciones y penetraciones histéricas de él, pero nunca por peticiones de ir más allá. Ella sabía que se acercaba un punto de quiebre, la fantasía de Armando se agotaría y todo terminaría… O tendría que ir más allá.
Pasaba el tiempo e incluso ya follaban a veces sin hablar de Armando, ella se había quedado sin anécdotas cachondas y él no se atrevía a ir más allá, ella se sentía frustrada, ella quería más, pasaba horas pensando que hacer al respecto, de pronto, un simple mensaje de él le dio una perversa idea, era tan obvio que ella se sintió estúpida de no haberlo pensado.
"Oye amor, Laura me dijo que irían ella y los demás al Sky blue a tomar algo ¿te apuntas?"
Todo era perfecto, el Sky blue era ese bar donde se emborrachó con Armando y le dio una mamada en su auto, habría alcohol y muchos hombres, parecía un lugar perfecto para obtener más material de fantasía cornuda. Ella solo le dijo que sonaba divertido y que contara con ella. No pensaba revelar sus perversas intenciones.
Ella fue a comprarse un vestido, se decidió por uno casual, nada muy elegante, gris y bastante corto, con manga larga, terminaba abajo en falda, mini falda bastante corta y enfrente tenía un escote en forma de v, que dejaba ver bien su lindo par de tetas, bastante revelador. Ella sin duda llamaría la atención, pero tampoco la tacharían de puta, ella quería llamar la atención, pero tampoco revelar sus oscuras pretensiones.
Él llegó por ella, no hizo mucho alboroto en su vestido, ella solía usar cosas sexis, no demasiado como eso, pero él no le dio mucha importancia, solo le mencionó lo asombroso que lucía su culo y vaya que sí, la redondez y enorme tamaño de sus nalgas se marcaban perfectamente bien en el vestido. Llegaron al bar y buscaban la mesa de los amigos de Luis. Algunas miradas por aquí y por allá en el lindo trasero de su novia, Luis ya no le tomaba más atención a eso, estaba acostumbrado a que el enorme y delicioso culo redondo de su novia siempre llamaba la atención, pero cuando pasó un tipo bastante guapo a lado de ella que la vio sin ninguna vergüenza y ella lo miró fijamente a los ojos, le recorrió un escalofrío, pero no dijo nada.
Encontraron la mesa más pronto que tarde. Estaba su amiga Laura, Gabriela, Estela, Carlos, Juan y un hombre al que no conocía de nada. Llegaron, se saludaban mutuamente
Laura: este es mi amigo Damián, él es Luis -decía apuntando al hombre desconocido de camisa negra, un hombre con la piel bronceada, ojos azules, barba al ras, bastante guapo
Damián: mucho gusto -decía el hombre amablemente saludando a Luis de mano
Laura: ella es Mariana, novia de Luis -le decía al hombre ahora indicando a la deliciosa novia de Luis
Damián: mucho gusto Mariana – decía él estirando la mano de nuevo, ella tomaba su mano y lo jalaba hacia ella para saludarlo de beso en la mejilla, el respondía la convención
Mariana: ¡no sabía que tenías amigos tan guapos we! jajaja -le decía a Laura que no sabía muy bien cómo responder, Luis se alarmó de inmediato, Laura era amiga de Luis, conocía a Mariana y había charlado un par de veces con ella, pero no tenían ese nivel de confianza, Laura solo rio nerviosamente mirando de reojo a Luis, que fingió no verla.
La noche avanzaba, bebían mucho alcohol y fumaban muchos cigarros. Mariana se encargaba de mantener contacto visual con su nuevo amigo al otro lado de la mesa, aunque no estuvieran hablando, ella a veces le sonreía débilmente, el correspondía. Luis lo notaba y se ponía histérico de pensar que alguien más se diera cuenta. Cuando ella fue al baño, él la acompañó amablemente sin decir nada, pero cuando ella salía, el decidió confrontarla.
Luis: oye amor… -decía tímidamente, todo había sido muy confuso, no sabía que pensar, no quería comenzar una pelea por nada.
Mariana: ¿qué pasó? -decía ella con desinterés mientras intentaba caminar de regreso a la mesa, pero su novio la detuvo del brazo y la llevaba a una zona donde la estruendosa música los dejara hablar más en paz, ella lo veía con cara consternada.
Luis: ¿estas coqueteando con ese wey? -decía preocupado, sumisamente, él siempre había sido así, pero ella era una buena mujer y nunca había abusado de eso, era comprensiva con sus sentimientos.
Mariana: ¿con quién? -ella hizo una cara de confusión total, prosiguió de inmediato- ¡¿con Damián?! ¡Jaja claro que no! -decía riendo y parecía tan sincera haciendo una cara graciosa estilo "WTF?!" que Luis se relajaba de inmediato.
Luis: jajaja ok ok perdón, es que no sé… -tomaba aire, ella lo dejaba proseguir- con todo lo que hemos hablado y dicho… -parecía que el por fin hablaría de tema, ella estaba expectante mirándolo fijamente, emocionada porque diría su novio.
Mariana: ajam… -decía mostrándose guay pero rogaba por dentro que el abriera la maldita caja de Pandora de una vez.
Luis: nah nada no te preocupes, creo que estoy pedo jajaja -terminaba el nerviosamente dirigiéndose de nuevo a la mesa con su novia de la mano, ella estaba algo decepcionada.
La dinámica entre ellos siempre era muy clara, él era el curioso obsesivo, ella no rogaba ni exigía respuestas, parecía no importarle nada, eso los complementaba y los volvía locos uno al otro en igual medida. Por eso mismo ella no quiso insistir en que él dijera nada, sería raro, tal vez él sospecharía que ella quería abrir el tema y ella quería que él lo hiciera. Él era sumiso y nervioso, rara vez abría un tema delicado, ella decía las cosas de frente y atacaba con todo sin guardarse nada. Sin embargo, está vez ella no quería imponer nada, quería que él lo pidiera o lo hablara o algo. Cómo dije, ella caminaba decepcionada con él a la mesa, Mariana tenía que subir las apuestas.
Ella regresaba a la mesa e intentaba charlar con aquel guapo hombre, pero fingía no escucharlo, haciendo gestos cómicos poniendo su mano en su oreja, le gritaba histéricamente "¡¿QUE?!" el hombre reía.
Mariana: oye -le decía moviendo por el hombro a Juan, uno de los amigos de Luis, que estaba al otro lado de ella, del otro lado Luis obviamente, el chico volteaba a verla esperando respuesta- ¿le cambias el lugar a Damián? Me estaba contando algo y no le escucho ni madres
Juan: si -decía el chico por completo desinteresado, no molesto ni nada, parecía que le daba igual donde sentarse, se puso de pie y le hacia una seña a Damián, también se ponía de pie y cambiaban lugares.
Damián tomaba su lugar felizmente a lado de Mariana, miraba sus enormes y sexis piernas al sentarse, ella lo notaba. Comenzaron platicando los 3, Luis, Damián y Mariana, contaban cualquier tontería, sobre sus trabajos, la escuela, su familia. Pero poco a poco Damián se imponía y monopolizaba la charla.
Luis estaba tranquilo al principio, ella había sido sincera, ¿verdad? Así que no quería hacer dramas, pero ella parecía estar más y más cercana a Damián, riendo de todo lo que él decía, dándole la razón y de vez en cuando tocando su brazo en un gesto "inocente" pero él lo notaba.
De pronto la charla se tornaba sexual, Damián comenzaba a hablar sobre "chicas" que el follaba, hablaba sobre muchas, como si fuera común que el follara una diferente cada semana, Mariana le creía mientras tenía el coño algo húmedo, Luis estaba nervioso, todo el asunto sexual con Mariana estaba en un terreno delicado y desconocido.
Damián: … y para rematar hice que me chupara la verga en el carro afuera de su casa jajaja -decía riendo, siguiendo una anécdota sucia, los 3 reían, Mariana y Damián sinceramente, Luis nervioso, no sabía a donde podía llevar todo eso.
Mariana: afortunada la vieja -decía Mariana riendo un poco, la respiración de Luis se aceleraba.
Damián: ¿tu crees? -decía el tranquilamente, Mariana se ponía un poco nerviosa, no esperaba una pregunta tan directa de regreso con su novio enfrente.
Mariana: bueno si… -pensaba lo que diría, no quería ofrecerle sexo oral directamente, pero tampoco desairarlo- es que ammm o sea a mí me encanta eso de dar mamadas en el carro -decía salvando un poco el coqueteo tan descarado.
Damián: pues entonces afortunado tu wey -decía chocando el puño con Luis, el respondía apenas sonriendo sin mostrar los dientes y chocando débilmente el puño con él.
Mariana: es que se ve que la tienes grande wey -decía Mariana de nuevo atacando, Damián reía un poco incómodo de escuchar eso frente al novio de esa linda chica, Mariana estaba nerviosa pero logró parecer tranquila- y está rico chupar vergas grandes obviamente jaja -remataba el descarado coqueteo mientras bebía un poco de su cerveza.
Luis se preocupaba porque alguien más escuchara, pero la música estaba fuerte, incluso él tenía que acercar el rostro para escuchar, estaban a salvo de oídos chismosos.
Damián: bueno la verdad es que no estoy mal -decía siendo un poco modesto pero sin negar nada.
Mariana: a ver jajaja -decía ella riendo nerviosamente volteando a ver la entrepierna de Damián sin ninguna vergüenza, Luis le daba un largo trago a su cerveza, Damián reía abriendo las piernas cómica y exageradamente, los 3 reían, luego el cerraba las piernas.
Damián: pero si me sacó la verga aquí, nos corren -decía intentando no lucir cobarde.
Mariana: ¿y fotos? Jajaja -decía Mariana, estaba más emocionada que nunca en su vida, estiraba la mano debajo de la mesa y buscaba la verga de Luis, puso la mano encima, estaba erecto, pero él retiraba su mano rápidamente, como si no quisiera que ella lo supiera, pero ella lo supo y tomó su erección como una aprobación.
Damián: ¿neta? –preguntó riendo nerviosamente ante la petición de fotos, veía de reojo a Luis intentando que él no lo viera, Luis fingió no notarlo y reía fingidamente.
Mariana: si a ver enséñanos jajaja -decía riendo bebiendo más de su cerveza, volteando e invitando a Luis a también ver, el reía nerviosamente pero intentaba lanzarle una mirada, tal vez para detenerla o tal vez solo una mirada emocionada.
Damián: a ver… -decía riendo nerviosamente y sacando su celular, sonreía nerviosamente mientras sus dedos y ojos recorrían la pantalla, Mariana tomó la mano de Luis y la llevó a su coño húmedo debajo de su vestido, solo por encima de su delgada tanga, el sentía el calor y la humedad, ellos estaban a salvo cubiertos por la mesa, él la acariciaba.
Damián buscaba rápidamente y le daba el celular a Mariana, una foto de él de cuerpo completo, frente al espejo, completamente desnudo, su piel estaba bronceada por todos lados, sus pectorales bien marcados y el abdomen plano, sosteniendo una buena verga morena, bastante larga aunque algo delgada, bolas y verga completamente rasurados.
Mariana tomaba el celular con una mano, abría los ojos exagerando un poco al ver la foto, quería halagarlo, aunque honestamente le gustaba lo que veía
Mariana: wooow jajaja -decía sin dejar de ver la pantalla, Luis solo veía un poco y reía fingiendo, Mariana hacia zoom sin vergüenza a la larga verga de Damián- ¡tienes la verga súper larga no mames jajaja! -decía viendo atentamente la verga que ahora estaba en primer plano en la pantalla, Damián veía con el cuello torcido la pantalla, pero intentaba ver su escote y ese lindo par de tetas, se ponía erecto imaginando cosas y no le retiraba el celular de las manos.
Mariana le regresaba el celular riendo, él lo guardaba.
Mariana: pues si… como dije, Afortunada la vieja JAJAJA -decía riendo histéricamente de manera forzada, se había dado cuenta un poco tarde de su evidente descaro, Luis bebía de su cerveza riendo fingidamente, Damián reía un poco incómodo pero cachondo.
No se hacían más comentarios del largo falo de Damián, la charla regresaba a terreno seguro sobre cosas más mundanas, las erecciones bajaban, Mariana se secaba. El retorcido trio unía a charlar con el grupo, cuando parecía que todo estaba terminado esa noche y Luis bajaba la guardia, entonces ponían la música aún más fuerte, un DJ anunciaba su llegada, con un remix ruidoso de reggaetón, entonces dejaba una canción seguir.
Mariana: ¡¡me mama esa canción!! ¡¡Uuuuuh!! -gritaba y aullaba emocionada bailando, algo ebria con las mejillas rosadas, bailaba tontamente en su silla moviéndose y haciendo rebotar sus lindas tetas rubias.
Juan se ponía de pie casi de inmediato y se llevaba a Gabriela a bailar, los demás se mantenían en sus asientos.
Mariana: ¡vamos a bailar! -le decía casi gritando a Damián, el dudó una milésima de segundo viendo reojo al pobre Luis cornudo sentado que no supo cómo reaccionar, el momento se hubiera vuelto incómodo, pero Mariana no notó eso y prosiguió- ¡vamos a bailar we! -repetía tomando la mano de Damián y poniéndose de pie, el no dijo nada y vio abiertamente a Luis buscando aprobación, Mariana está vez si lo notó- él no baila, no le gusta -decía en voz alta y sinceramente, como un gesto completamente inocente ¿lo era? Pero algo era verdad, Luis no era del tipo bailador, Luis se encogía de hombros riendo, Damián se ponía de pie y seguía a Mariana, antes de irse ella se agachaba y besaba a Luis dulcemente en los labios.
Ellos se retiraban a la pista de baile, irónicamente esto Luis no lo veía con malos ojos, Mariana bailaba sentada tontamente incluso cuando alguien ponía reggaetón en su celular en la universidad y había bailado prácticamente con todos sus amigos en común, era una dinámica común entre ellos. Pero su amiga Laura vigilaba a la pareja de cerca mientras se alejaban y cuando la feliz pareja estaba a algunos metros…
Laura: wey -decía llegando a sentarse a lado de el- ¿no te molesta? -preguntaba con la cara confundida apuntando con la mirada a su novia y a Damián mientras tomaban lugar en la pista, entre penumbras no podían verlos muy bien, a Luis se le aceleró el corazón ¡¿ella había notado que ellos coqueteaban?!
Luis: ammm ¿qué? ¿Por qué? ¿Ellos? Nah -decía intentando restarle importancia, Laura no decía nada e intentaba ver a la pareja a lo lejos, ambos miraban unos segundos en silencio.
Laura: wey como que se están coqueteando súper cabrón, ¿no? -insistía, Luis la odiaba en ese momento por insistir, estaba en pánico, ¿que se suponía que hiciera?
Luis: naaah nada que ver, solo le cayó bien el wey, yo estoy aquí no mames – decía un poco a la defensiva, pero Laura no retrocedía, tenía una amistad de años con él y ella era sincera y mordaz.
Laura: ¡wey! -decía llamando su atención, haciendo cara de molestia- ¡hasta le dijo a Juan que le cambiará el lugar no mames! Ve y quítasela al wey, ese wey es bien cabrón yo nomás te digo… -decía finalizando a modo de amenaza y regresando a su lugar.
La amenaza lo puso nervioso y su erección regresaba, ¿Laura consideraba que Damián podía follarse a su novia? Sentía que con esa insinuación ella lo consideraba inferior a Damián y encontró eso hiriente y cachondo al mismo tiempo. ¿Qué tanto sabía de él para hacer esa amenaza? ¿Él era así? ¿Era tan asombroso que podía follarse a la novia de otro y salir impune? ¿Había sucedido antes ya? ¿Laura lo sabía?
Las preguntas acosaban a Luis mientras veía a Laura bailar dándole la espalda a Damián, restregando un poco sus deliciosas nalgas contra la entrepierna de él, típico perreo, pero ahora todo era tan cruel, ella sonriendo un poco empinada y moviendo su hermoso y enorme trasero sobre el regazo de Damián, mientras su nuevo amigo veía atentamente las nalgas de Mariana sin vergüenza. Laura le lanzaba miradas. El decidió solo beber y bromear con Carlos y Estela, eso sí, manteniendo vigilada a su novia, soportaría con una confusa erección que ella rozará sus firmes nalgas contra Damián y el viera su culo sin pena, pero no pensaba perderlos de vista. Laura se fue a bailar con Estela y se quedaban Carlos y él platicando como buenos camaradas.
En la pista, Mariana estaba emocionada, intentaba no restregar su culo por completo contra Damián, ella quería restregarle el culo por completo, pero había conocido un lado suyo sádico y morboso que disfrutaba con torturar sexualmente a su novio, y al parecer a los hombres en general. Se aseguraba de rozar sus nalgas lo suficiente contra Damián para que el pudiera disfrutar sintiendo sus firmes nalgas y ella pudiera sentir su erecta verga un poco, pero no tanto como que para su verga acariciara su caliente y húmeda concha. Ella estaba emocionada y cachonda, no podía creerlo, quería más, se estaba enganchando a esto rápidamente, pero no quería correr y romper el delicado hielo sobre el que caminaba. Si jugaba bien sus cartas, pronto estaría caminando sobre firme concreto con la bendición de Luis.
De pronto Luis tuvo un micro infarto, no veía a su novia ni a Damián. Recorrió histéricamente con la mirada la pista sin que Carlos lo notara o intentando eso al menos. No los encontraba por ningún lado ¿qué podía hacer? Pasaban los minutos ¿tal vez 5? ¿10? Estaba desesperado esperando que de pronto ellos reaparecieran, pero nada. Quiso levantarse, pero intentó pensar una mentira primero, Carlos no dejaba de hablar ¿ir al baño? No, estaba exactamente al otro lado de donde debía ir ¿ir a la barra? Tal vez, estaba por levantarse cuando veía a Laura, acercarse de lejos, obviamente buscándolo con la mirada, ella lo vio y el entendió que ella iba decirle algo, ahora ella se dirigía a él directamente soltando del brazo a Estela, Luis esperó nervioso, Laura tenía una mirada preocupada.
Laura: wey -decía comenzando, Luis acercaba el rostro- ve allá we -le indicaba un lugar con obvia preocupación.
Luis: ¿por qué? -preguntaba Luis nervioso intentando ocultar su expresión.
Laura: ¡wey ve allá! -le decía a modo de regaño.
Luis: ¿por qué? ¿Qué pasa? ¡Dime! -decía desesperado.
Laura: ¿ves a tu novia? ¡Ve allá we! Abajo del DJ, dónde está más oscuro -decía como si estuviera molesta con él, Carlos no escuchaba nada, les daba privacidad con desinterés mientras fumaba.
Luis se puso de pie sin decir nada. Caminaba con el corazón hecho un puño ¿estaba emocionado? Su verga diría que sí, su corazón que no. Seguía avanzando torpemente entre el mar de gente acercándose a la zona mencionada por Laura, sin duda estaba más oscuro, tenía dificultades para ver, solo los leds del suelo le impedían no tropezar con las pequeñas escaleras que hacían un desnivel.
Seguía bajando sin saber que encontrar, mil pensamientos cachondos y furiosos lo acosaban, lo peor es que su amiga Laura los había visto, eso no le dejaba de rondar la mente. Siguió bajando, buscaba desesperadamente ¡estaba tan jodidamente oscuro! ¡Carajo! De pronto… Parece que reconocía el vestido de ella, se acercaba y en efecto, era ella…
Se estaba besando apasionadamente con Damián, estaban recargados sobre la pared, el sostenía su precioso y enorme trasero firmemente con una mano, ella lo abrazaba apasionadamente por el cuello con una mano, ellos se besaban profunda y lentamente, apasionadamente, como dos amantes disfrutando esos primeros, misteriosos y deliciosos besos, ambos tenían los ojos cerrados, podía ver en momentos como se separaban un poco y la lengua de ella buscaba entrar en la boca de él. Se le revolvió el estómago, se quedó ahí parado viéndolos, la música estaba muy fuerte, la gente pasaba frente a él estorbando la vista por momentos. Sentía que si siquiera tocaba su verga explotaría en sus pantalones, se recuperaba, le volvía la mente al cuerpo y caminaba débilmente hacia ellos, le temblaban las piernas. Cuando estuvo lo suficientemente cerca de ellos 2 como para poder ver cómo el mordía sensualmente el labio de ella, caso gritó.
Luis: ¡Mariana! -ella se separó histéricamente de Damián y volteó a verlo aterrada.
Luis pudo notar la mano de él salir debajo del vestido de ella y la mano de ella salir de debajo de Damián, ella se acomodaba el vestido desesperadamente viendo a su novio con esa misma mirada de terror, Damián se cerraba el cierre del pantalón evitando verlo a él.
Mariana: Luis… -decía mientras Luis se acercaba.
Luis: ¡¿por qué?! -preguntaba histérico el, Damián fingía revisar su celular.
Mariana: ¡¿me estabas espiando?! -decía histérica intentando cambiar el marcador a su favor, Luis la vio con una cara que ella nunca había visto, de decepción.
Luis se dio la vuelta y comenzó a alejarse, "¡espérate! ¡Luis!" Le gritaba Mariana, ella volteaba a ver a Damián indicando que iría tras él, el solo asentía. Mariana alcanzó a Luis y tomaba su brazo, lo jalaba buscando su cara.
Mariana: ¡no te enojes espérate! -le decía desesperada, sinceramente aterrada.
Luis: déjame en paz -decía él y seguía caminando hacia la salida del club.
Caminaban en silencio, esas incómodas situaciones en qué no quieres hacer el ridículo cuando tienes "una situación personal”, Mariana solo caminaba rápidamente a lado de él, el seguía avanzando. Salían del club sin despedirse de nadie y el caminaba al auto, ella se detenía ansiosamente viendo como el buscaba sus llaves.
Luis: sube -decía el presionando un botón en las llaves, los focos encendían y el auto lanzaba un pequeño pitido, ella subía rápidamente, él estaba por acelerar el auto a toda velocidad.
Mariana: espera -decía ella poniendo su mano sobre el brazo de él.
Luis: ¿para qué? -decía el sin verla a los ojos.
Mariana: apaga el carro -le ordenaba, molesta, sería, Luis obedecía haciendo un sonido de molestia, algo parecido a un pujido.
Luis: ¿qué? -decía el sin verla aún, manteniendo la vista al frente, ella lo veía fijamente a la cara, él podía sentir su mirada, ella estiraba su mano y alcanzaba su verga erecta por encima de sus pantalones- no -decía el sin hacer nada realmente.
Mariana: no estás enfadado… -decía acariciando su erección.
Luis: si, si lo estoy -decía bajando el tono de furia.
Mariana: las erecciones de un hombre no mienten -decía y abría delicadamente su cierre y comenzaba a besar su cuello.
Luis cerraba los ojos, Mariana sacaba su erecta verga, tenía la cabeza húmeda, el disfrutaba la deliciosa boca de ella en su cuello y como le jalaba la verga delicadamente.
Luis: le estabas agarrando la verga -dijo después de unos segundos.
Mariana: ujum -exclamaba lamiendo su cuello y dándole un jalón fuerte en la verga, él se retorcía y gemía un poco.
Luis: él tenía la mano debajo… -decía débilmente.
Mariana: si… -hacia una pausa, le tronaba un beso en el cuello- me estaba metiendo los dedos – decía con voz cachonda y le lamía la oreja, él se retorcía y disfrutaba, ella sabía que podía continuar -le saqué poquito la verga para vérsela a escondidas de la gente, la tiene súper larga -lo besaba en el cuello y subía la velocidad en su mano – él quería que se la chupara en el baño… Si te hubieras tardado más…
Él la tomó de la cabeza con autoridad y quiso bajarla a qué le diera una mamada, ella se resistió, se levantó de su asiento, se acomodó encima de él, metía su mano debajo de su vestido haciendo su pequeña tanga a un lado y se sentaba penetrándose con la verga de él. Luis la tomaba de la cintura y gemía, ella lo veía intensamente a los ojos, subiendo y bajando sobre su verga lentamente, ella estaba hirviendo, él estaba en la gloria entrando en su apretado, húmedo y caliente coño.
Mariana: no te vengas -le ordenaba ella viéndolo intensamente directo a los ojos mientras subía y bajaba lentamente.
Luis: pásame un condón -le decía desesperado indicando la guantera.
Mariana: no, no es por eso, te necesito cachondo, no te vengas – ella se sentaba por completo en el, él se retorcía, la veía angustiado, todo era tan jodidamente extraño.
Luis: ¡¿por qué?! – preguntaba histérico el mientras sacaba del escote y acariciaba fuertemente sus preciosas tetas, él comía desesperadamente sus rosados pezones, ella disfrutaba y subía la velocidad dos segundos, pero se enfocaba de nuevo, tenía un plan y no lo echaría a la borda, tomaba la cara de él y lo alejaba de sus tetas.
Mariana: mírame -le decía, él la veía entre sus caras retorcidas de placer mientras ella metía toda su verga en ella- yo sé que tú quieres esto… -decía nerviosa.
Luis: ¿de qué hablas? -él no era idiota, solo cobarde, quería evitar el tema.
Mariana: no te hagas el idiota -ella se restregaba su coño contra él mientras él estaba por completo dentro de ella.
Luis: si… Si quiero -decía el débilmente, se besaban dulcemente.
Mariana: ¿quieres que vaya más allá? -le preguntaba ella viéndolo a los ojos fijamente, no quería perder un detalle de su rostro, él la veía y la sostenía del culo con ambas manos -responde… – decía firmemente, pero en voz baja.
Luis: … Si… -de inmediato ella se daba de sentones histéricamente a toda velocidad sobre él, los jugos escurrían, el gemía, ella lo besaba, terminaba dándose un firme sentón sobre su verga, le sonreía pícaramente, se levantaba y se sentaba en el otro asiento acomodando su vestido, Luis se guardaba la verga confundido.
Mariana: entonces… – decía ella buscando su celular y revisándolo – dame tu celular – él le daba su celular sin saber que pasaba, pero ansioso por ver.
Ella tecleaba en ambos teléfonos, presionaba un botón sobre el tablero del auto, revisaba ambos celulares.
Mariana: listo – decía ella viendo ambas pantallas y se escuchaba el eco en las bocinas del auto.
Ella había hecho una llamada del celular de ella al celular de él y había conectado la llamada al manos libres del auto, Luis no entendía nada, ella le regresaba su celular.
Luis: ¿que pasa? – decía el sin entender nada, el eco regresaba por las bocinas, ella reía un poco y tomaba el celular de la mano de Luis de vuelta.
Mariana: mutea el micro de este celular – le decía, pero lo hacía ella misma y le regresaba el celular.
Luis: no comprendo nada jaja – decía honestamente, ella lo veía con mirada lujuriosa y con sonrisa malvada, él se puso serio de nuevo.
Mariana: quieres que vaya más allá, ¿no? – decía ella perversamente, el asentía débilmente con la respiración agitada – entonces… – ella se estiraba hasta la puerta de él y la abría – sal… – le decía ella.
Luis: ¡¿a dónde?! – respondía nervioso.
Mariana: a dónde quieras, pero no puede verte el, busca un lugar donde puedas ver lo mejor posible sin que él te vea – ella lo decía con seguridad en si misma.
La sangre se le bajó a los pies a Luis, ella lo besó perversamente lamiendo sus labios al final, le lanzó una mirada lujuriosa y lo empujó un poco para que saliera, él salió.
Ella se sentaba en el asiento del pasajero, lo miraba lujuriosamente mientras él se alejaba sin saber exactamente que sucedía o a dónde ir. Luis volteaba a todos lados. El club estaba sobre una avenida muy concurrida, estaba en una pequeña plaza comercial con estacionamiento, a estas horas tal vez todos los autos eran de gente que estaba en el club, aunque eran tal vez las 3 am los autos no dejaban de pasar. Caminaba entre los autos, recibió un mensaje de WhatsApp, de Mariana, abría la conversación y era una captura de pantalla, en lo alto el nombre del remitente, Damián, ella le acaba de enviar un mensaje a ese guapo hombre.
"¡Hey tu! mi novio se fue emputadisimo jajaja"
Le recorrió un escalofrío, buscaba desesperadamente "un lugar" seguía caminando entre los autos, otro mensaje de ella, otra captura de pantalla, él había contestado.
"Jaja (un emoji de carita avergonzada) lo siento, fue todo muy extremo ¿ya vas para tu casa?"
El corazón se le aceleraba, estaba a 2 filas de frente a su auto, encontró una camioneta, una muy grande, otro mensaje, el tono le hizo saltar el corazón, otra captura de pantalla, ella contestaba.
"Jaja no te preocupes… no aún no me voy, estoy en mi carro… Vienes? (Emoji de berenjena y monito babeando)" ella le había enviado también su ubicación en tiempo real.
Luis comenzó a hiperventilar, se acomodó detrás de la camioneta familiar, estaba polarizada detrás, podía ver "perfectamente" el auto desde ahí atrás, aunque el alumbrado no era demasiado, veía penumbras, pero volteaba a los lados, era el mejor lugar que conseguiría, otro mensaje, otra captura de pantalla, el simplemente respondía "si"
Luis volteaba a todos lados y pensaba rápidamente, ya no pensaba moverse de ahí, pero razonaba, si de dónde el venía… Y pasaba por… El estaría a salvo. Según su lógica por las ubicaciones Damián no lo vería ahí detrás de la enorme camioneta. Estaba nervioso como el carajo, Mariana le enviaba una foto de ella en ese mismo momento metiéndose 2 dedos en su hermoso y diminuto coño, el acariciaba su verga por encima de su pantalón, el miraba a la dirección de dónde debería venir Damián, pareció una eternidad pero yo puedo decirte que solo fueron 2 minutos, el aparecía de entre las sombras, revisando su celular y levantando la mirada, buscando, ella también lo vio, el auto pitó, Damián volteó de inmediato y Mariana lo saludaba desde el asiento del conductor sonriendo.
Damián guardaba su celular y se acercaba rápidamente trotando y sonriendo, llegaba al auto, ella se estiraba para abrirle la puerta, Luis se puso desesperadamente sus audífonos y subía el volumen al máximo y revisaba que su micrófono estuviera muteado, seguía así. Dentro del auto una charla comenzaba.
Damián: hola sexi – le decía el alegremente mientras se sentaba
Mariana: hola sexi – regresaba el saludo riendo un poco, Damián se sentaba bien y cerraba la puerta
Damián: ¿este es tu auto? – decía con desinterés
Mariana: sip –contestaba con el mismo desinterés, ella estaba tan cachonda…
Damián: perdón por lo de tu wey… ¿Cómo resistirme a tu tremendo culo? – le decía sonriendo y se estiraba para besarla, solo un pequeño beso
Mariana: jaja no te preocupes, no fue tan la gran cosa, al rato se le pasa, estoy segura que él no estará enojado después – decía a modo de señal perversa para Luis, él sonreía mientras escuchaba atentamente y veía las sombras charlando en su propio auto.
Damián: ¿y a dónde me vas a llevar? – decía el bromeando
Mariana: a tu casa a dormir, ya es tarde, te van a secuestrar – ambos reían, luego un silencio incómodo, Damián veía sin vergüenza las tetas de Mariana, ella estaba tan caliente que simplemente jalo su vestido y dejo salir sus redondos pechos.
Damián no dijo nada, simplemente tomó una teta con una mano y la acariciaba, mientras acercaba la cara a la otra teta para chupar su pezón, Mariana se retorcía sinceramente y alargaba una mano buscando desesperadamente su larga verga. Luis veía las sombras y podía escuchar los tímidos gemidos de su novia y los húmedos sonidos de la lengua de Damián en las tetas de ella. Mariana lograba sacar la verga de Damian, el retrocedía y se acomodaba en su asiento, bajando sus propios pantalones hasta los tobillos.
Damián: ¿es cierto lo que dijiste? – preguntaba cachondamente el mientras ella jugueteaba con su verga.
Mariana: ¿qué cosa?
Damián: sobre que te gustaba dar mamadas en carros…
Ella le devolvía una sonrisita, él la tomaba de la nuca y la hundía en su entrepierna, ella lo hacía sin réplica. Ella iba directo a lamer sus bolas, las tenía completamente depiladas, ella sorbía, chupaba y lamía, él se retorcía con placer, Luis se asomaba por un lado de la camioneta con miedo a ser descubierto, tenía que ver lo mejor posible, el polarizado no le dejaba ver más que sombras. Ahora podía ver perfectamente a su novia hundida debajo de Damián, el hombre bronceado la veía atentamente con cara de placer y se retorcía, en sus audífonos los escandalosos sonidos húmedos de la saliva, lengua y labios de su novia trabajando las bolas del otro hombre lo volvían loco.
Mariana tronaba fuerte a propósito cuando sorbía las bolas de Damián para que su novio tuviera el mejor show posible, Damián lo agradecía retorciéndose y apretando su cabeza firmemente con una mano, mientras levantaba la cadera para restregarle las bolas en la cara.
Luis estaba básicamente masturbándose por encima del pantalón mientras veía a su novia debajo de Damián, fueron tal vez 3 o 4 largos minutos de ella lamiendo sus bolas, levantó un poco la cara
Mariana: me encantan tus bolas –Luis escuchó eso perfectamente y casi le explota la verga.
Damián no dijo nada, Luis pudo ver cómo la mano de Damián se ponía firmemente sobre el precioso y redondo culo de su noviecita, ella estaba con el culo levantado esperando a ser tocada. Mariana abandonó sus bolas y comenzó a darle una mamada como tal. Puso sus manos sobre los fuertes muslos de Damián y comía su larga verga desde la punta hasta la mitad de su tronco, Damián se retorcía.
Damián: que puta eres – dijo débil entre sus gemidos con la voz quebrada pero firmemente.
Mariana agradeció el cumplido yendo más abajo está vez, se le escapó una arcada que Luis escuchó perfectamente, Damián le empujaba la cabeza con fuerza.
Damián: chúpala toda puta, toda – decía como podía entre sus gemidos disfrutando como sentía que ella iba casi hasta el fondo.
Luis estaba confundido y cachondo, pero más cachondo que confundido, le encantaba escuchar esas degradantes palabras dirigidas a su novia y le ponía loco escuchar las arcadas de asco que ella daba. Damián alzó el vestido de Mariana firmemente, su culo quedaba al descubierto, el introducía directamente 2 dedos en su húmedo coño y ella gemía atragantándose con su larga verga, Damián la empujaba con violencia y alzaba la cadera fuertemente deseando desesperadamente entrar por completo hasta su garganta.
Mariana se esforzaba, estaba tan caliente… La caliente y amarga verga de Damián en su boca se sentía increíble, los dedos de él la penetraban fuertemente, ella dejaba caer su cabeza sobre el para dejarle entrar por completo y por fin lo lograba. El empujaba su cabeza con violencia, alzaba la cadera fuertemente, gemía profundamente y la masturbaba casi con furia.
Damián: ¡ni siquiera te conozco que zorra eres! –Decía moviendo su cadera y levantando la cara al techo disfrutando la increíble mamada – ¡SI! ¡Que pinche rico no mames!
Mariana tenía arcadas horribles, pero por nada dejaría ir esa verga, Damián tomó ritmo, comenzó a follarle la cara, las arcadas de Mariana, los gemidos de Damián y los húmedos sonidos eran un espectáculo asombroso para Luis.
Damián soltó el culo y coño de Mariana, ahora solo quería su egoísta placer, tomó la cabeza de ella con ambas manos y comenzó a follarle la garganta de una manera ruidosa y escandalosa. Tomaba descansos para dejar respirar a Mariana, ella reía un poco, nerviosa, él la besaba apasionadamente.
Damián: eres una puta – le decía casi con tono molesto.
Mariana: si, si soy – respondía ella con su voz cachonda.
Damián: ¡¿te gusta mi verga?! – le preguntaba demandando respuesta mientras la tenía tomada del pelo con una mano.
Mariana: me encanta – se besaban – está más rica que la de mi wey – lo dijo fuerte y claro, quería que precisamente él escuchará, al otro lado de la llamada Luis escuchaba fuerte y claro, sonriendo un poco
Damián regresaba violentamente a su labor oral a Mariana, ella soportaba que el empujara su cabeza hasta la base de su larga verga con todo su tronco metido hasta su garganta, las escandalosas arcadas hacían que la saliva escurriera de la boca de ella hasta sus bolas, su perineo y el asiento. Pareció una eternidad, fueron buenos 15 o 20 minutos de esa faena, Damián alzó la cadera, apretó con fuerza la cabeza de Mariana y gimió fuertemente.
Luis sabía lo que significaba y casi eyacula de solo escuchar eso. Mariana sentía como la verga de Damián se retorcía, bombeaba y palpitaba dentro su boca y garganta, escuchaba sus gemidos finales y ella lo sabía, cerró bien los labios y pudo sentir como con el primer bombeo de la verga de Damián caía su asquerosa, amarga y espesa corrida en su boca y algo salía disparado directamente a su garganta. El asco de sentir esa espesa corrida cayéndole en la boca fue abrumador, pero ella no se movió ni un centímetro. Soportaba el siguiente bombeo de su verga, otro profundo gemido y más de su amarga corrida, ella tragaba ruidosamente y Luis no podía creer como escuchaba literalmente que la garganta hacia “glú glú” violentamente. Damián disfrutaba sentir como se movía la garganta de ella dejando entrar su esperma, masturbándolo un poco con el movimiento.
Tal vez 6 o 7 firmes palpitaciones de la verga de Damián en la boca de ella, con cada pulsación un disparo de su espesa corrida, Mariana apretaba los ojos y lanzaba una arcada del asco, pero tragó todo hasta la última gota. Él se tranquilizaba, pero no la dejaba ir, quería disfrutar esos últimos segundos en su húmeda y caliente boca, la restregaba un poco mientras aún gemía, ella no se quitaba, aunque la verga de Damián le tocaba la campanilla y le provocaba arcadas.
El por fin aligeraba su agarre y bajaba la cadera, Mariana se retiraba lentamente sorbiendo la verga de Damián como si fuera un popote, sonriendo la saliva y mecos que pudieran escurrir de su verga, apretando con firmeza su verga a lo largo, dándole un último placer, él se retorcía y le acariciaba la cabeza como si fuera un perro bien portado. Ella se reincorporaba con el pelo hecho un desastre.
Mariana: gracias… – le agradecía honestamente, le encantó a ella misma ese propio gesto de sumisión, se sintió muy puta y eso le encantó.
Damián: que puta eres – le decía viéndola fijamente recuperando la respiración y acariciándole con desinterés una teta que aún seguía teniendo al aire.
Mariana: lo sé… – decía sin alzar la vista, estaba tan cachonda…
Damián se guardaba la verga sin decir nada, Mariana disfrutaba el amargo sabor de su asquerosa corrida aún en la boca.
Damián: ¿ya te vas? – le decía con desinterés
Mariana: si, tengo que trabajar a las 10 de la mañana – improvisaba una mentira rápida, él lo creía o no le interesaba realmente.
Damián: la chupa increíble puta, tienes mi número – le decía sonriendo y se estiraba a besarla, ella se reía un poco.
Damián salía del auto y no volteaba atrás. Luis lo vigilaba con la mirada mientras se alejaba.
Mariana: ¿dónde estás amor? – decía en voz alta, Luis desmuteaba el micrófono rápidamente.
Luis: cerca ¿ya se fue? ¿Ya voy?
Mariana: yo digo que si – decía intentando buscar a lo lejos a Damián, no parecía que el fuera a aparecer de nuevo.
Luis trotó rápidamente hacia el auto, Mariana le dejaba el asiento del conductor, el entraba desesperado y la besaba apasionadamente, ella sabía amargo y su saliva estaba espesa. El la tocaba desesperado e intentaba ponerla encima de él.
Mariana: no, conduce – decía ella con autoridad, el dudaba un segundo – sácate la verga, te la voy a chupar hasta mi casa y me vas a coger toda la noche… lo necesito – le dijo con autoridad y mirada lujuriosa.
Luis arrancó el auto de inmediato, su novia sacaba su verga erecta y viscosa, se hundió rápidamente a darle una mamada profunda, su líquido pre seminal sabía amargo, pero a ella le encantaba. Luis condujo como psicópata hasta el apartamento de ella mientras ella le daba una mamada tan increíble que casi lo hizo eyacular solo con la boca varias veces. Llegaron. Ella abría desesperada, se quitaba el vestido en la sala y subía las escaleras, el subía detrás de ella con su asombroso culo rebotándole prácticamente en la cara.
Comenzaron a follar directamente apenas entraron al cuarto, sin besos, sin sexo oral, penetración directa, ella estaba acostada boca arriba con sus piernas en los hombros de él, él la penetraba como a una puta barata.
Luis: ¿te gustó lamer su verga?
Mariana: me encantó
Luis: ¿te gustó que te dijera puta?
Mariana: mucho – Luis la penetró con fuerza, la cara de ella se deformaba por el placer, ella tomaba su rostro para que se vieran a los ojos – tú quieres esto y yo también.
Luis: si, si quiero.
Mariana: entonces seguiré, tengo muchas ideas.
Luis: si por favor.
Dejaron de hablar, follaron como animales, una, dos, tres veces e incluso ella le provocó un cuarto orgasmo a mamadas para dejarlo listo para dormir satisfecho. El sexo volvía a ser increíble y sólo les costó una mamada a un completo desconocido en un estacionamiento…
Se acostaron a las 6 de la mañana, desnudos, sudados y exhaustos. El golpeó su trasero y dejaba la mano manoseándole firmemente el culo.
Luis: ¿en serio quieres esto? – preguntaba débilmente, Mariana tenía miedo de que el volviera a arrepentirse.
Mariana: … ¿y tu? Dime la verdad, en serio – decía ella ansiosa, Luis lo pensaba, besaba su cuello.
Luis: … si… – decía débilmente – quiero que seas una puta… En serio lo quiero – él le decía débilmente al oído, como si no quisiera decirlo, pero con completa sinceridad, ¡ella se emocionaba tanto! ¡Por fin él lo decía!
Mariana: ok… lo seré.
Nota a los lectores: gracias por leer, dejen sus comentarios, los leo todos, gracias