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No se admiten romances en la oficina (1)
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Tiempo de lectura: 8 minutos

Llevo varios años en esta empresa, desde que salí del colegio automáticamente comencé a trabajar, era un joven sin ambiciones y mis padres se aprovecharon de eso, por eso no alcance a tener ni siquiera un día de descanso. Aún recuerdo el primer día que llegué, al ser un joven delgado inexperto de la vida, todos me ignoraron, mi primer trabajo fue de asistente de oficina.

Ahora recuerdo con nostalgia esa época, mi puesto era de asistente pero era el chico de los recados, debía limpiar, preparar café, arreglar errores básicos y cuando aprendí a conducir debía ir a entregar documentos por toda la ciudad. Ahora miro con nostalgia esos momentos, a pesar de que muchas veces sentía que no podía más, el ambiente era ameno y nunca se aprovecharon de mi.

El jefe de sucursal era un hombre mayor llamado Carlos Acuña, era un hombre muy animado, incluso demasiado para su bien, era el primero en llegar y el último en irse, desde los pocos meses el me trato como un hijo, siempre me contó la historia de que nunca pudo tener hijos, ya que con su esposa esperaron hasta estar bien económicamente y cuando se dieron cuenta él ya había pasado los 50 años, aunque algunas veces lo escuche hablar de que su esposa era 13 años menor que el, a pesar de toda la buena vibra eso es lo único que sabía de él, ya que era muy reservado en su vida privada.

Al poco tiempo me convertí en una especie de mascota en la empresa, incluso para algunos fui como un hijo, me traían almuerzos, me daban consejos y sobre todo me enseñaban, no fue sorpresa cuando me ascendieron a asistente de gerencia, bajo el mando del señor Acuña, en ese momento conocí a mi mentor no solo en el trabajo sino en la vida. A los pocos meses por petición de mi jefe me inscribí en un curso de computación, fueron momentos duros ya que compaginar el curso y el trabajo muchas veces me paso la cuenta, siempre fue el jefe quien me decía que todo valdría la pena.

Hoy en la cena empresarial recibiendo el emblema de 10 años y el ascenso de parte del jefe, recuerdo con nostalgia todo lo que me llevó aquí, hay tantas caras nuevas felicitándome, ellos solo me conocen como el subgerente pero en una esquina veo a mis antiguos compañeros los que me guiaron para llegar acá, me acerco hasta su mesa y tomó asiento, además de mi premio hubo varios más, pero a nuestra mesa nos importaba beber y reír. Para muchos en esta fiesta nosotros éramos como el olimpo, pero si supieran que nuestro tema de conversación era el tipo de mujeres que me gustan se sentirían muy decepcionados.

—Entonces Mati… ¿Cómo es tu chica ideal?

—No lo sé… Me gustan las mujeres de hogar y cariñosas

—Que aburrido… Tienes que decirnos si te gustan con grandes pechos como yo o más bien con buen culo como Ivana de ventas

—No me fijo en esas cosas…

A pesar de que llevan intentando sacar esa información, nunca he dado pista alguna de mis gustos, si supieran que realmente no se como acercarme a un mujer por lo que no he desarrollado gusto, veo videos porno pero me gusta más una buena historia más que buscar a un estereotipo de actriz, a veces son mayores, otras tienen mucho culo e incluso unas sin nada que destacar.

Mediante las botellas se iban acumulando en la mesa, la conversación entre nosotros perdía cada vez más coherencia, incluso nuestro jefe para sorpresa de muchos estaba borracho, esto era algo visto por primera vez. Muchos brindis, muchos chistes internos, y sobre todo mucha amistad ocurrió durante la cena.

Cuando el reloj marcaba minutos pasadas las 2 de la mañana todos salimos del lugar, nos percatamos que éramos la última mesa en retirarse del lugar, nuestro jefe se iba en la camioneta de la empresa manejada por el asistente de oficina, el resto teníamos que pedir un taxi así que nos dividimos en 2 grupos uno formado por 4 personas que vivían en la zona norte y otro con Jessica la secretaria y yo que vivíamos en el centro.

Jessica era la típica cuarentona rellenita con linda cara, a pesar de tener 5 hijos aún mantenía algo de sensualidad, era como una hermana mayor para mi, el trayecto en taxi fue rápido debido a las copas demás no pude evitar mirar como rebotaban los pechos de Jesi que eran demasiado grandes, pero aun así no lograron nada más que asombro.

El día lunes en la empresa todo fue normal, yo asumo mi nuevo puesto sin mayor conflicto y todos recordaban la fiesta con alegría, incluso mientras me acomodaba en mi nueva oficina escuchaba conversaciones lejanas sobre la fiesta.

—Ojalá yo pueda ascender y poder sentarme en su mesa

—Eran los únicos que disfrutaban, el resto estábamos demasiado nerviosos como para soltarnos, imagina quedar ebrio y crear una mala impresión

—Yo me sorprendí del señor Matías, siempre se ve relajado pero cuando estaba conversando era otra sensación como que se hubiese quitado una máscara

—Hablando del jefe Mati… ¿Ya se sabe quién será su asistente y secretaria?

Puede ser que las paredes son delgadas, o bien, que su tono de voz era muy elevado para ser una conversación de pasillo, da igual lo que sí importa es que escuchaba toda la conversación, y eso me recordó que debía hacer entrevistas para ocupar el puesto de asistente, secretaria no era necesario ya que pensaba delegar sus funciones al cargo de asistente así como yo lo hice un día.

—Entonces hijo… ¿Qué piensas?

—Si viene recomendada solo queda entrevistarla.

Resulta que había una persona que tenía una recomendación directa para ocupar el puesto de asistente, un alto cargo había hablado con el gerente y este dio el visto bueno, por lo que faltaba solo mi aprobación. Programé la entrevista para las 10 am de mañana, y me dediqué todo el resto del día a organizar mi nuevo trabajo.

Como cada mañana pase a la cafetería frente a la empresa para pedir dos cafés sabor caramelo para llevar, luego le fui a entregar uno a don Carlos y nos lo tomamos conversando de la vida.

cuando era la hora programada para la reunión fui hasta mi oficina y veo que sentada afuera había una mujer vestida formalmente, era delgada o al menos desde mi perspectiva a un distancia de 10 metros pude observar bien que llevaba unos tacos negros y unas medias cubrían su blanca piel, una falda que se subía hasta la mitad del muslo, debía ser un poco más larga pero al estar sentada esta permitía una vista de sus generosos muslos, en la parte superior llevaba una blusa negra blanca contrarrestando el negro de su falda y chaqueta, pero la blusa estaba apretada y en la zona de sus pechos parecía que un boto pronto saldría disparado, era obvio que no era de tu talla y esto hacía que fuera un arma peligrosa para todos.

—Buen día señorita me acompaña adentro

—Buen día señor Matías me llamo Evelyn

Su rostro era bonito y su cabello era un castaño cobrizo que con la luz del sol parecía rubio oscuro, ambos tomamos asiento en una mesa que tenía en mi oficina considere que sentarla al otro lado de mi escritorio era demasiado formal, mientras reunía algunas hojas la miraba de reojo algo me resultaba familiar.

—Bien Evelyn, dígame su experiencia en el área y su expectativa al trabajar aquí

—La verdad no tengo experiencia el año pasado egrese de la carrera de economía y mi meta era ir al extranjero pero mi madre me obligo a quedarme y ella me consiguió esta entrevista

—Ya veo… Agradezco tu honestidad ¿Tu madre trabaja acá?

—Si por supuesto, mi madre es la secretaria gerencia

Eso junto todas las piezas, su madre era Jessica. Sabía que había sido madre a una edad muy temprana pero pensar que tendría una hija adulta, si su madre era así cuando joven eso explica los rumores de su apodo como la pesadilla de las esposas, yo nunca creí del todo esas historias. Se rumoreaba por las reuniones que Jessica era constantemente trasladada de una oficina o incluso de una sucursal a otra debido a los celos de las esposas de la gerencia esto debido a que era muy bonita y sensual, hasta que conocía al señor acuña y nunca más hubo problemas relacionado a eso, ahora su hija al frente mío confirmaba esas historias.

—Bien Evelyn, si de verdad quieres el trabajo puedes comenzar mañana

—¿De verdad? Muchas gracias señor Matías.

Después de la reunión fui hasta la oficina del señor Carlos, sabía que no se encontraba pero mi objetivo era la secretaria que estaba en el despacho, con un poco de irritación la encare por no decirme que la persona recomendada era su hija, su respuesta fue que quería que fuera juzgada neutralmente por mi, luego bromeó como siempre y prometimos una cena más adelante.

Los meses fueron pasando rápidamente y ya estábamos en el caos de fin de año, yo debía revisar todos los libros contables de las sucursales y verificar que no hubiera problema, las maratones de 12 o más horas en la oficina eran pan de cada día, por suerte Evelyn me acompañaba todos los días. Nuestra reacción al ver la montaña de trabajo fue la misma por eso ambos decidimos atacar todo y terminar lo antes posible para poder participar en el paseo de la empresa sin ninguna preocupación, además las fiestas de fin de año también estaban a la vuelta de la esquina.

—¿Jefe cuántos libros faltan?

—Contando el que estamos revisando, déjame ver… Solo 3 más, si nos sacrificamos hoy terminamos y nos quedaría dos días libres antes del paseo

—Bueno iré por la cena entonces

Tomando ánimo Evelyn se fue de la oficina, no pude evitar mirar su trasero mientras salía, debido al acercamiento de estas semanas soy muy consciente de ella de sus gestos, de su perfume, de todo. Luego de comer comenzamos y para cuando terminamos eran poco más de las 4 de la madrugada.

—Evelyn te llevaré a casa, aún muy es temprano para pedir un taxi

—Gracias

Subidos en mi auto me di cuenta que a los pocos segundos ella se queda profundamente dormida, continúe unas calles hasta percatarme que no sabía cual era la dirección exacta y mi cansancio era notorio por lo que debido al momento fui hasta mi departamento, al quinto intento recién pude despertarla, como si estuviera borracha ella me acompañó, despertando un poco al entrar.

—¿Dónde estoy?

—Jessica siempre hace bromas de tu sueño pesado, pero nunca dimensioné lo profundo que puedes dormir

—ee… si

Aún no despertaba por lo que sus respuestas eran lentas, cuando reacciono que era mi hogar se disculpó pero en ningún momento sugirió irse, le indique la habitación de invitados y ambos nos fuimos a dormir. 30 o 40 minutos después, siento abrir mi puerta, sorprendido le pregunto que ocurre.

—Jefe, necesito algo para dormir no quiero arrugar el traje

Aún estaba algo dormida, así que me levanté y tomé una polera mía e intente que la tomara pero su atención estaba dirigida a mi bóxer, en ese momento recordé que solo llevaba puesto esto, instintivamente le pase la polera y fui al baño, calcule unos minutos y al salir veo que ella llevaba puesta mi polera y su ropa estaba tirada en mi habitación, tenía una vista privilegiada de sus muslos y sus grandes tetas estaban sueltas permitiendo por primera vez la dimensión de aquellas, si esto continuaba iba a lanzarme contra ella y lamentablemente ella estaba en mi cama.

Sus piernas colgaban y la mitad de su cuerpo estaba en mi cama, se había vuelto a dormir y estaba en una posición incómoda, como pude reuní fuerza y la acosté bien, el reloj marcaba las 5:44, tomé su ropa y la coloque en la silla de mi dormitorio, pude ver que su talla de sostén era 50, no conozco de tallas pero debe ser difícil conseguir modelos tan grandes con bonitos diseños. Considerando que mi cama era de gran tamaño, me acosté en la otra orilla y cerré mis ojos.

Mi celular comenzó a soñar, al estirar mi mano toque una cabeza dando un susto, al despertar veo unos ojos abiertos muy asustados mirándome, ambos quedamos pendiente del otro mientras sonaba mi celular de fondo, debió pasar 1 minuto hasta que el silencio reino la cama, sin decir ninguna palabra ambos nos fuimos acercando lentamente hasta fundirnos en un beso apasionado.

Tras unos preámbulos casi de cortesía, no los necesitábamos puesto que íbamos muy calientes, ella se subió a horcajadas sobre mí y se puso a cabalgar como poseída, el movimiento de sus grandes tetas es hipnótico.

Ambos estábamos quitándonos las ganas acumuladas y los días de tensión sexual que habíamos aguantado, esto era un sexo duro y sin otro objetivo que quitarse las ganas del otros, cuando introducía mi pene, siento que ella llega a su clímax mientras estaba completamente penetrada se endereza sentada sobre mi hasta quedarse erguida, la cabeza hacia atrás y con los brazos casi apoyados en mis piernas empieza un movimiento frenético de pelvis frotando su clítoris inflamado, bien lubricado por la cantidad de flujo y acompañados de pequeños y rítmicos gemidos.

Yo en esa posición lo único que puedo hacer es disfrutar de la follada, disfrutar de la visión y agarrar esas fantásticas tetas. Evelyn sé que quedo quieta para correrse, y pude oír como gemía pre-orgasmo, un torrente de sangre hinche más mi pene y me corrí de manera incontrolable, pero aún estaba muy caliente, necesitaba más, de manera que cuando Evelyn comenzó a correrse solté sus tetas y agarrándola fuertemente de las caderas comencé a mover su cuerpo adelante y atrás para incrementar la fricción de su babeante chochito. Pronto los espasmos se apoderaron de su cuerpo y poco a poco fuimos bajando el ritmo.

Cuando pudo recuperar el aliento se dejó caer sobre mí sin descabalgar dándome un gran beso a modo de agradecimiento por el orgasmo obtenido. Aunque pronto se dio cuenta de que seguía empalada y mi pene no había perdido ni un ápice de su vigor, fue entonces cuando cayó en la cuenta que yo aún no me había corrido.

Sin decir nada me desmontó y fue bajando la cabeza hasta toparse con mi desafiantes 20 cm, mi pene parecía observar de manera impaciente los próximos pasos de Evelyn. Desde mi posición pude verme la polla viscosa, hinchada y con un amoratado capullo coronando el mástil. Evelyn se giró tapándome la visión, pero ofreciéndome una mucho mejor, su culo y su coño hinchado me ofrecían un primer plano inmejorable.

En ese estado cerré los ojos para concentrarme lo máximo posible en la mamada y no pude evitar que la imagen de su culo volviera a mi mente, haciéndome al principio más pendiente de mirar que disfrutar, pero pensar que la que me la estaba comiendo mi pene era la mujer que deseaba hace días me devolvió la excitación al máximo, son sus grandes tetas fue el detonante para explotar en su boca, la cual aceptó de muy buen grado.

Tras asearnos ambos estábamos conversando acurrucados en el living. Evelyn estaba radiante, siempre tenía ese brillo especial después de follar. Yo estaba algo raro por pensar en que habíamos arruinado la relación de jefe – secretaria, pero la situación era algo morbosa, y mi pene semi erecto así lo delataba.

Decidimos pedir comida a domicilio debido a que ella aún llevaba puesta mi ropa y no quería vestirse formal para salir, cuando sonó el timbre me puse de pie al igual que ella, Nos besamos nuevamente de manera acalorada mientras le dedicaba un buen magreo a esos pechos que eran mi perdición, mientras Evelyn aprovechó para bajarme un poco el pantalón y ya libre de impedimento comenzar una leve paja. Estábamos tan calientes que no nos dimos cuenta de que estábamos metiéndonos mano en la puerta mientras del otro lado escuchamos.

—Señor le dejare la comida acá para que pueda terminar sus tareas tranquilo, buen provecho

Muertos de la vergüenza nos separamos, tomamos las bolsas que el repartidor nos dejó, y nos pusimos a almorzar.

—Esto debe quedar en silencio, el martes es el paseo y debemos actuar como siempre

—Lo se don Mati no se preocupe

—En privado llámame Matias o Mati

Continuará…

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