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No robarás
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Tiempo de lectura: 16 minutos

Mi nombre es Eli, tengo 40 años vivo con mi esposo Facundo, él tiene 41 años.

Llevamos 20 años de casados, como todos los matrimonios tuvimos nuestras crisis y nuestros buenos tiempos. En los últimos años creo que producto de nuestra madurez logramos llevar un matrimonio feliz y muy interesantes en lo que respecta al sexo.

Siempre estamos pendientes de mantener la pasión encendida, para ello recurrimos a juegos, juguetes y bueno… todo aquello que nos ayude a lograr el máximo placer. Aunque sinceramente nada me preparó para lo que estoy a punto de contarles.

Con Facundo vivimos en uno de tantos barrios del conurbano bonaerense, de jóvenes trabajamos ambos, él tiene un comercio y yo por lo general siempre trabajé como empleada. De hace un tiempo a esta parte a Facundo le ha ido muy bien en su negocio (o al menos eso creía yo) hemos podido comprar nuestra casa propia que es muy amplia y con un enorme parque con pileta y quincho. Tenemos un auto para cada uno, y nuestro estilo de vida es muy acomodado. Desde que facundo prosperó en su negocio me ha pedido que yo ya no trabaje y me dedique a mi, por supuesto que no me disgusto, y siempre trato de estar espléndida. Acá entre nosotros, yo le digo que es para él, pero creo que en realidad lo hago por mí, me gusta verme bien y que me vean bien y por supuesto me encanta provocar la atracción de los hombres.

Solo lo hago para sentirme segura y en ocasiones para provocar los celos de facundo, me encanta verlo celoso. Le cambia la mirada.

Una tarde noche de noviembre estábamos en el parque escuchando música y tomando algo fresco para sobrellevar los primeros calores de la sofocante Buenos Aires cuando sonó el timbre de casa. Facundo se levantó y se dirigió a la entrada, la verdad no le di importancia supuse que sería algún vendedor o algo relacionado al negocio de facundo, no estaba tan errada… transcurrieron como 30 minutos y facundo no regresaba así que me dirigí a la casa, al ingresar a la sala de estar lo vi a facundo con dos hombres. Uno de unos 30 años con facciones europeas, tez blanca, ojos verdes, pelo corto y enrulado con un físico muy atlético. El otro de unos 40 años con el rostro marcado por algunas cicatrices, ojos marrones oscuros y un poco más robusto, los dos muy bien vestidos con cadenas y reloj de oro.

Al verme entrar automáticamente interrumpieron su charla que por lo poco que escuche no era muy amigable, facundo se levantó del sofá y me presentó, el más joven se llamaba Fabrizio, el otro Andrés. Después de saludarlos me disculpé e intenté retirarme, a lo que Fabrizio con una voz muy gruesa y firme dijo:

"Disculpe señora pero tendrá que permanecer con nosotros"

La verdad no entendía nada pero de inmediato comprendí que la situación no era buena, la cara de facundo no era la mejor, pero luego de la orden de Fabrizio se transformó su rostro; en ese momento comencé a preocuparme.

Fabrizio tenía una forma de hablar muy pausada pero muy firme, se notaba que cuando él hablaba el mundo debía tomarlo muy en serio, tenía un acento raro, como un rezago de italiano.

Todos tomamos asiento y Fabrizio comenzó a hablar:

"Mira Facundo el día que comenzamos a hacer negocios juntos te advertí que jamás me fallarás porque así como te podía hacer rico también te podría quitar todo"

Facundo solo atino a tartamudear pero inmediatamente Andrés que hasta el momento solo observaba en silencio le propinó un golpe que hizo callar a Facundo.

Yo di un grito instintivo tomándome la boca con ambas manos, en ese momento Fabrizio volvió a hablar:

"Disculpe señora, no soporto la violencia. Pero su esposo debe aprender algunas lecciones. La primera es no intentar robarme, la segunda es que cuando yo hablo el resto solo escucha y obedece.

Su querido esposo hace ya un largo tiempo ingresó en el mundo del narcotráfico y aparentemente se siente lo suficientemente poderoso como para robarme, pero hoy le enseñaré a no morder la mano que te da de comer"

Yo temblaba por dentro y por fuera la cabeza me daba vueltas, por fin podía ver que nuestro repentino ascenso económico no era obra de los grandes negocios de Facundo sino del dinero sucio del narcotráfico.

Fabrizio le hizo una seña a Andrés y este comenzó a golpear a Facundo, yo comencé a llorar y a suplicar que dejaran de golpearlo.

Con otra seña Fabrizio ordenó a Andrés que se detenga.

Me miró fijo y rascándose el mentón con su mano derecha me dijo:

"Que está dispuesta a hacer para evitar el castigo???"

De inmediato supe lo que la pregunta implicaba, sabía que de contestar cambiaría para siempre nuestras vidas, pero también sabía que no podría ver cómo torturan a Facundo y no podía dejar de preguntarme hasta dónde serían capaz de llegar; lo asesinarían???

Luego del largo silencio que tamaña pregunta provocó y recurriendo a todas mis fuerzas, surgieron las palabras que tanto Fabrizio como Andrés estaban esperando:

"Estoy dispuesta a cualquier cosa.

Todo antes de que lastimen a Facundo"

Semejante situación obligó a facundo a reaccionar, poniéndose de pie y sin medir consecuencias se abalanzó contra Andrés (a quien tenía más a mano) e intentó acertarle un golpe de puño. Pero este lo esquivo y en un mismo movimiento sacó de su cintura un arma de fuego con la que le golpeó la cabeza provocando el knockout instantáneo de Facundo.

En ese instante se me nublo la vista y la razón; solo atiné a tirarme sobre Facundo para protegerlo. Andrés nos apuntaba con el arma y yo solo esperaba el fatal desenlace.

Una vez más se escuchó la voz de Fabrizio:

"Alto Andrés! Baja el arma y déjala que lo atienda"

Coloque la cabeza de Facundo sobre mis piernas e intenté despertarlo pero él no reaccionaba, lo mire a Fabrizio y le pedí si me permitía ir a la cocina por un paño húmedo para colocarle a Facundo en su cabeza y por un poco de agua.

Fabrizio me autorizó y le dijo a Andrés que me acompañará.

Sin perder tiempo fui por las cosas y volví.

Al regresar Fabrizio me dijo:

"Ahora déjalo a Andrés que se ocupe de tu esposo y tú ven siéntate al lado mío que tenemos un negocio que cerrar"

Tome asiento en el sofá a su lado y sin preámbulo y sabiendo en qué terminaría todo le dije:

"Yo estoy dispuesta a cumplir tus órdenes y satisfacerte pero tú me tienes que dar tu palabra de que no nos vas a lastimar a ninguno de los dos y te irás cómo llegaste"

Fabrizio me miró con sus ojos verdes y mostrando una sonrisa de satisfacción me dijo:

"Te doy mi palabra que ninguno saldrá herido. Ahora ve y ponte algo sexy. Recuerda que esto no es un abuso, tú estuviste de acuerdo. Y no hagas nada estúpido, recuerda que Facundo se queda con nosotros"

Era raro, Fabrizio si bien era un delincuente siempre me trató con respeto y se preocupaba por no dañar su imagen de caballero.

Mire nuevamente a Facundo y vi que estaba recuperando la consciencia, un poco más tranquila me dirigí a la habitación matrimonial que se encontraba en la planta alta. Yo era un manojo de nervios no podía terminar de comprender ni de aceptar la situación pero sin dudar tome el cofre dónde guardo las prendas que utilizo en la intimidad, seleccione un conjunto de encaje Negro y un par de medias de red negras con portaligas.

Siempre que elegía estas prendas lo hacía sabiendo que las utilizaría para pasar un rato de placer y lujuria pero esta vez en lo único que pensé fue en la integridad de mi esposo.

Tome una ducha rápida y me coloque las prendas íntimas, cepille mi cabello me coloque una bata y me dirigí a la escalera, desde allí arriba le dije:

"Fabrizio… Ya está todo listo"

Me quedé en la puerta de la habitación matrimonial.

Solo sería cuestión de aguantar, que pase el mal momento y de retomar nuestras vidas lo más normal posible.

Tremenda fue la sorpresa cuando vi subir a Fabrizio a Andrés y a Facundo.

Cuando ingresaron los tres a la habitación le dije a Fabrizio con voz de asombro:

"Creí que solo estaríamos los dos, que hacen ellos aquí"

A lo que Fabrizio respondió:

"Recuerda que esto no es una violación, tu aceptaste el trato y que justamente el trato es debido a los errores de tu marido, por tal motivo él tiene que estar presente para que aprenda la lección.

Y Andrés… bueno él debe cuidarme en todo momento"

Yo no sabía que hacer; una cosa era aceptar tener sexo con Fabrizio para proteger a facundo, pero otra muy distinta era hacerlo delante de él.

Me quedé en silencio y observando a Facundo que a todo esto recién estaba terminando de reponerse del golpe, cuando Fabrizio dijo:

"Bueno Andrés parece que se canceló el trato vas a tener que trabajar vos"

Con una exclamación espontánea y en voz alta dije:

"No!!!"

Y en voz baja y resignada dije:

"Está bien, sigue todo en pie"

Andrés de un empujón sentó a Facundo en la silla que tenemos al pie de la cama

Lo mire a Facundo y en su mirada entendí que él ya sabía lo que ocurriría, me acerque y besándolo le dije al oído:

"Recuerda que te amo y que esto no cambiará nada"

El me miró y me dijo:

"Solo quiero pedirte una cosa, no te pido que lo disfrutes pero…

No soportaría verte sufrir"

Agachó su mirada y se quedó en silencio.

Muchas veces charlamos con Facundo sobre las fantasías sexuales de ambos, yo siempre fui muy introvertida al respecto, creo que por algún motivo que no logro descifrar nunca me sentí muy cómoda diciendo mis más íntimos deseos. Pero más de una vez nos hemos confesado la inquietud que nos genera imaginarnos vernos tener sexo con otra persona o realizar tríos sexuales, pero nunca pasaron de una simple charla o de un juego para excitarnos más al momento de tener sexo. Así que aunque no quisiera, la situación que estaba atravesando no dejaba de generarme un poco de morbo y estoy segura que a Facundo le ocurría lo mismo.

La voz de Fabrizio me volvió a tierra:

"Bueno señora llegó el momento de la acción"

Con muchos nervios pero segura de mi misma me quite la bata que me cubría dejando mi cuerpo que lucía el conjunto negro de encaje.

Mi primera reacción fue bajar la mirada por la vergüenza que sentía. Mientras miraba el piso tratando de evadirme de la situación escuché la voz de Andrés que exaltado dijo:

"Jefe que pedazo de hembra se va a coger"

A lo que Fabrizio respondió:

"Andrés hace falta que seas tan ordinario?!

Aunque comparto que la señora está muy bonita y tiene una figura por demás excitante"

Nunca me consideré una mujer de cuerpo perfecto si eso existiera. Pero si reconozco que tengo mis encantos, estos años dedicándome a mi, habían dado sus frutos muchas horas en el gym me dejaron unas piernas bien marcadas, una cola firme y parada. Nunca tuve una cintura de avispa pero años de cuidarme en la comida y ejercicio ayudaron a que esté bastante pequeña lo que resaltaba más mi cola, y la naturaleza me dotó de dos pechos bastante grandes que debo decirlo son muy bonitos y naturales.

Cuido mucho de mi estética, estoy completamente depilada siempre y mi piel es muy tersa debido a mi dieta y las cremas que utilizo.

Fabrizio tomó la cremallera de su pantalón y muy suavemente la abrió, metió su mano y sacó su miembro, el cual estaba semi erecto, me miró y no hicieron falta palabras. Con mis 40 años tenía la experiencia suficiente para saber lo que debía hacer, así que me dirigí a él, me arrodille y tome su verga suavemente y comencé a lamerlo muy despacio desde la base del tronco hasta la cabeza con cada lamida su miembro se ponía más erecto, luego de unas cuantas lamidas y sin preámbulo lo introduje en mi boca, lo comencé a mamar suavemente.

Yo no quería ni mirar hacia donde estaba Facundo, de hecho no quitaba los ojos de la pelvis de Fabrizio. A medida que le succionaba su ahora totalmente erecta pija pude escuchar los gemidos de Fabrizio. La succionaba y luego la masturbaba con mis manos para luego volver a succionar salivar y volver a masturbar de a poco comencé a observar mi alrededor. Alcé la mirada y ví a Fabrizio con los ojos cerrados, su cabeza inclinada levemente hacia atrás y una expresión de placer inconfundible. Giré la mirada y lo vi a facundo sentado en la silla con la cabeza gacha sin querer mirar y Andrés con los ojos enormes observando el espectáculo.

Continué chupando la verga de Fabrizio que para entonces estaba en su máxima erección, la verdad tenía un tamaño de normal a pequeña, si la comparaba con las que probé anteriormente. Mi esposo tiene una verga de unos 18 cm y Fabrizio estaría por los 15 cm o 12 cm y no muy gruesa pero a su favor tenía muy buen sabor, quizás a causa de su dieta o vaya a saber qué.

Mientras la chupaba comenzó a quitarse la camisa y con los pies sus zapatos. Su torso estaba bien marcado, un abdomen plano y muy bronceado, definitivamente lo trabajaba. Esto comenzó a excitarme, seguí lamiendo y succionando su miembro que chorreaba mi saliva, me tomo de la cabeza y comenzó a cogerme la boca, lo hizo por un tiempo prolongado. Cuando saco su verga de mi boca no pude retener la saliva mezclada con sus primeros fluidos seminales y se me chorrearon por la pera para caer entre mis tetas que para mí sorpresa estaban con los pezones duros y bien marcados en mi corpiño, delatando el estado de excitación que estaba alcanzando.

Fabrizio se alejó un paso y se quitó toda la ropa, totalmente desnudo se tiró en la cama y me ordenó que continué chupando su verga, yo me coloque sobre él con mi cabeza a la altura de su pelvis y continúe lamiendo y chupando su verga me asombraba lo rico que sabía, la verga de Facundo tiene un sabor más fuerte, la verdad ya comenzaba a disfrutar de la mamada que le estaba haciendo. Luego de un rato me dijo Fabrizio:

"Bueno es hora de ver cómo te mueves"

"Pero antes quítate toda la ropa"

Así que me levanté, me saque el conjunto negro que realzaba mi figura y quedé como dios me trajo al mundo. Coloqué mi vagina sobre su pelvis, me salive los dedos y la humedecí, tome la verga de Fabrizio y la coloque en la posición adecuada. Inmediatamente el alzo su pelvis y me penetró, no pude evitar gemir, lo que provocó la risotada de Andrés, que en tono burlón le dijo a Facundo:

"Tu esposa no pierde el tiempo"

Esto provocó en mí un sentimiento de culpa horrible y me volvió a la realidad que la excitación me había hecho olvidar.

Pero Fabrizio continuó moviéndose suavemente y comenzó a tocar mi cuerpo, mis pechos, mi espalda, mi cintura, con su pelvis me empujó un poco hacia arriba y luego tomándome de la cintura me mantuvo a esa altura para comenzar a cogerme duro, subía y bajaba su pelvis sosteniendo fuerte mi cintura. Sus manos firmes y su movimiento continuo de penetración me hacían entrar en estado de excitación nuevamente en la habitación el silencio permitía escuchar claramente cómo la pelvis de Fabrizio chocaba con la mía y por supuesto en el medio su verga muy dura penetrando mi vagina que ya comenzaba a largar sus fluidos.

No quería ni mirar hacia donde estaba Facundo pero en un movimiento rápido logré ver qué continuaba con la cabeza gacha.

Luego de un rato Fabrizio me tomo de la cintura y me quito de encima de él me dijo:

"Ok, ahora vamos a ver cómo te ves desde atrás"

Y con una mano en el abdomen y otra en mi espalda me coloco en la posición que más me gusta; la del perrito.

Me tomo firme por las caderas y pasó su mano que previamente había ensalivado por mi conchita, coloco su verga justo en la entrada.

Yo esperaba la inminente penetración pero Fabrizio le dijo a Andrés:

"Andrés asegúrate que su esposo vea el espectáculo para que no le queden ganas de seguir robándome"

Andrés le dio un cachetazo en la nuca a Facundo y le dijo:

"Ya escuchaste mira o te obligo"

En ese momento facundo alzó la mirada y me vio directo a los ojos ya que Fabrizio se encargó de colocarme en la posición para que quedemos de frente.

Fue justo en ese momento que Fabrizio comenzó a cogerme duro sostenía mis caderas y me penetraba. Con cada penetración sentía sus bolas rebotar en mi monte de venus, intenté contener la excitación pero no pude y comencé a gemir mi cuerpo se estremecía. Nunca sabré porque, si fue la situación, o el hecho de que me estén viendo mi esposo y un extraño o la actitud de Fabrizio de macho dominante, pero no pude contener la excitación y tuve que bajar la cabeza y morder las sábanas para no gemir cómo una gata, no quería hacerlo para no humillar aún más a mi esposo.

Fabrizio continuo por un largo tiempo cogiéndome intercalaba el ritmo me sostenía firme de mis caderas y repetidamente me daba nalgadas. Mi esposo observaba impávido como su mujer era cogida por otro hombre y yo trataba de contener mi excitación.

Ya cansado de cogerme en esa posición Fabrizio quitó su miembro de mí vagina que para ese momento estaba muy húmeda e hinchada. Sin decir palabras coloco su verga en mi ano y comenzó a penetrar muy suavemente. Yo no dije nada, quedé en silencio sin hacer gesto alguno, mi intención era que Facundo no sepa lo que estaba por suceder.

Con mi esposo lo hacíamos seguido por detrás pero aunque a mí me gusta no siempre lo podía disfrutar ya que su pene es bastante grande y muchas veces provocaba un dolor incómodo.

Fabrizio continuó con su labor y de apoco logró dilatar mi ano logrando penetrar por completo, yo permanecí inerte. Comenzó a aumentar el ritmo de sus embestidas y con cada una de sus penetraciones más se dilataba mi ano y más lo disfrutaba, su tamaño era perfecto, me provocaba un placer inexplicable y sin dolor, con su mano derecha comenzó a masturbarme, tocaba mi clítoris que para entonces era un capullo de rosa queriendo eclosionar, se inclinó y susurrando a mi oído me dijo:

"Se nota que lo estás disfrutando como yo, tu conchita está demasiado húmeda, esto no lo puedo desperdiciar"

Saco su verga de mi culito y la introdujo en mi conchita, me cogía un rato por mi vagina y luego alternaba con mi ano, sentía como sus bolas rebotaban contra mi. Mi excitación era tal que comencé a gemir ya no me importaba nada, el me tomo fuerte de la cadera y comenzó a cogerme duro por el culo sentía sus bolas rebotar en mi vagina que chorreaba fluido, me mordía los labios para no hablar pero no lo pude contener y comencé a gritar:

"Siii!!! Cógeme duro… siii!!! No pares seguí cogiéndome!!! Ufff que lindo que me coges!!!"

Fue en ese momento que tuve un orgasmo intenso, quedé apoyada sobre mis brazos y la frente apoyada en las sábanas mientras Fabrizio continuaba taladrando mi ano.

Lo mire a facundo y sin emitir sonido pero moviendo los labios le pedía perdón, en ese instante sentí como Fabrizio me llenaba mi culito de su esperma caliente. Se abalanzó sobre mí y diciéndome al oído que le encantó cogerme comenzó a perder su erección dentro de mí.

Una vez se salió de mí me dirigí al baño a ducharme.

Cuando salí del baño vi a Fabrizio parado desnudo al lado de facundo y a Andrés quitándose la ropa. Alterada le dije:

"Fabrizio yo ya cumplí mi parte del trato, que es esto!!!"

A lo que él respondió:

"No; tú cumpliste parte del trato. Nunca especificamos las condiciones"

Mientras decía esto apoyaba el arma de fuego sobre la cabeza de Facundo.

"Aparte no lo vamos a dejar al pobre de Andrés así"

Fue ahí cuando le preste atención a Andrés y pude ver por sobre el pantalón la tremenda erección que tenía.

Resignada me senté en la cama mientras Andrés terminaba de desvestirse.

Tamaña sorpresa me lleve cuando lo vi desnudo, tenía una verga gigante, yo le calculé de 22 cm y muy gruesa, lo mire a Fabrizio y el desgraciado sonriendo me hizo un gesto como diciendo

"y bueno…"

Lo mire a facundo y su mirada lo decía todo.

Comencé por tomar esa verga con la mano y a lamerla lo mismo que hice con Fabrizio, pero cuando intenté chuparla no me cabía en la boca, así que solo le chupaba la cabeza y una parte del tronco, lamía su tronco y sus bolas e intentaba nuevamente chuparla, el me sostuvo la cabeza e intentó cogerme la boca, pero solo logró introducir una parte y provocarme muchas arcadas. La verdad me gustó más chupar la de Fabrizio, aparte me preocupaba saber que semejante verga cogería mi para entonces sensible conchita.

Antes de Facundo estuve con otros hombres pero ninguno con una verga de ese tamaño y en los últimos 20 años solo estuve con mi esposo, así que mi conchita estaba adecuada a su tamaño no sabía si podría con este miembro.

Luego de un rato Andrés dijo:

"Bueno señora es hora de algo grande"

El muy bastardo todavía hacía alardes de su miembro.

Me dijo que yo eligiera la pose. A lo que no dude y le dije apresuradamente:

"Yo arriba"

En mi mente está la idea de tener el control sobre la penetración.

Andrés aceptó y se acostó boca arriba, su enorme miembro se erguía como un mástil, me coloque en la posición y con las piernas abiertas y en cuclillas comencé a llevar esa cosa hacía mi vagina.

Pero en ese momento Fabrizio interrumpió diciendo:

"No no señora; póngase de frente a nosotros, recuerde que todo esto es una lección para su esposo"

El desgraciado quería que facundo viera el instante preciso en el que la conchita de su esposa sería dilatada por semejante verga.

Sin decir nada me di vuelta volví a mojar mi vagina con saliva y también moje bastante la verga de Andrés, la tomé con una mano y la coloque en su posición, luego suavemente comencé a bajar, claro que esa cosa no entraba con facilidad una y otra vez lo intentaba pero mi vagina no lograba tragar tanta carne, luego de algunos intentos mi conchita se estiró y claramente sentí como la cabeza de ese grueso pene se introducía, nos seguimos moviendo y al cabo de un rato ya casi tenía toda la verga dentro, la sensación era muy extraña al principio sentí bastante dolor luego se comenzó a transformar en molestia para por último convertirse en placer sentía sensaciones raras que nunca antes había sentido y definitivamente me tocaba zonas erógenas que no conocía.

Cuando presté atención a mi alrededor lo vi a Fabrizio con su miembro nuevamente erecto y Facundo no quitaba los ojos de mi vagina totalmente estirada por esa verga gigante.

Andrés me tomó de la cintura y comenzó a cogerme con fuerza, esto me provocaba mucho placer pero a la vez un poco de dolor.

Mi respiración se aceleraba y sentía que el corazón se saldría del pecho me recosté sobre el pecho de Andrés, el apoyo sus pies en el colchón yo hice lo mismo y los dos elevamos un poco la pelvis para separamos del colchón en ese momento Andrés comenzó a cogerme a un ritmo mayor me sostenía las caderas elevadas y me penetraba con esa hermosa pija gruesa que me estaba haciendo sentir cosas que jamás hubiera imaginado, luego con una mano comenzó a tocarme el clítoris yo me sentía empapada el me manoseaba se humedecía sus dedos con mis fluidos y me seguía masturbando al mismo tiempo que me cogía duro, mis piernas se comenzaron a aflojar y a temblar como gelatina en ese instante sentí un orgasmo explosivo y de mis labios surgió un gemido intenso mi reacción fue sacar su verga de mi conchita totalmente estremecida por el placer, al hacerlo sentí una sensación extraña como espasmos y de mi vagina salió un chorro de fluido chocó sobre la todavía parada y dura verga de Andrés. Fue la primera vez en mi vida que logré tener un squirt.

Mi cabeza ya no me pertenecía no me importaba que estuviera Facundo ni que estaba cogiendo con un desconocido, di un salto y volví a caer sobre Andrés sentí la necesidad de chupar esa verga que tanto placer me dio y así lo hice, la agarre con ambas manos y comencé a chuparla. Intentaba tragarla completa pero era inútil contenía lo que más podía la respiración y la tragaba pero no lograba tragar ni la mitad solo provocaba arcadas que me hacían escupir gran cantidad de saliva la que utilizaba para lubricar y masturbar esa verga, Andrés me abrió las piernas y comenzó a chuparme la conchita, la lamía y jugaba con su lengua en mi clítoris estuvimos un largo rato haciendo el mejor 69 de mi vida.

Entonces Andrés dijo:

"Bueno esa conchita ya está lista para otra sesión"

Me levanté y sola me coloque en cuatro, no podía desperdiciar la oportunidad de sentir semejante verga en mi posición preferida. Andrés se arrodilló tras de mí me sujetó la cintura colocó su verga en la posición y comenzó a empujar; si bien costó la penetración fue mucho más rápida que la primera vez, él comenzó a taladrar mi vagina con un ritmo ascendente, yo estaba de frente a facundo el me miraba asombrado de cómo su mujer se había convertido en una perra, no me importaba, yo solo sentía como Andrés ocupaba cada rincón de mi agujerito con su enorme miembro, se escuchaba los golpes de Andrés contra mis nalgas que seguramente a esta altura estarían coloradas yo agache mi pecho contra las sábanas y levanté lo más que pude mis nalgas.

Esto provocó aún más a Andrés y comenzó a cogerme muy duro sentía como su verga rozaba contra las paredes de mi concha comencé a gemir nuevamente como loca estire mis brazos hacía Facundo pidiendo que me sostuviera, el me entendió e hizo lo mismo y cruzó sus dedos con los mío. Andrés continuaba cogiéndome duro llevándome me llevaba contra él con sus manos desde mis caderas para luego empujar hacia adelante con su verga, totalmente excitada le decía:

"Siii… Cógeme duro. Reventame la conchita con esa verga enorme

No pares!!! Noo pareeesss!!!"

Se escuchaba el rebote de mis nalgas con su abdomen y su verga totalmente mojada por mis fluidos como me penetraba muy duro.

El comenzó a decirme:

"Voy a acabar, te voy a llenar esa concha de leche"

Mientras me daba nalgadas cada vez más fuertes pero que solo seguían aumentando mi excitación.

Le dije:

"Nooo por favor no acabes"

Facundo seguía sujetándome las manos. Y Fabrizio estaba totalmente excitado nuevamente con su pene totalmente duro y recto.

Andrés bajó el ritmo de las embestidas yo solté a Facundo y estirando un poco tome a Fabrizio de su verga y lo traje hacia mí, comencé a chuparle la verga a Fabrizio mientras Andrés seguía cogiéndome regulando el ritmo para no acabar.

No podía creer que estaba siendo cogida mientras chupaba una verga, aquello que en algún momento fue una fantasía ahora era una realidad, y que realidad!!! Continué chupando la verga a Fabrizio, me encantaba, la podía tragar completa hasta sentir sus huevos en mi mentón le chupaba su verga y su huevos su pija brillaba de lo mojado que se la mantenía. Mientras Andrés utilizaba mi concha a su placer, comencé a sentir nuevamente esa sensación en las piernas sabía que se venía otro orgasmo brutal le dije a Andrés:

"Por favor cógeme duro apretame las caderas y cojemeee"

No termine de decirle eso que sentí una explosión nuevamente mis piernas se desvanecieron y caí sentí el vacío que provocó la verga de Andrés al salir de mi conchita y nuevamente el chorro que salió disparado esta vez mojando las sábanas, me quedé tirada un instante en la cama recuperando las fuerzas,

Era extraño a pesar de haber acabado no sé cuántas veces y dos de ellas con chorro incluido seguía aún más excitada, era como un fuego interno. Me incorporé miré hacía donde estaba Facundo y para mí sorpresa estaba con su verga afuera y totalmente parada. Lo miré a Andrés y le dije acostate boca arriba, ahora era yo quien daba las órdenes. El me obedeció frotando su verga y dejándola lista para clavarme, me posicione arriba de él y de un solo movimiento me clavé toda su enorme pija. Comencé a moverme con todo su miembro adentro no quería que salga ni un milímetro de su verga, apoye mis manos sobre su pecho y continúe moviéndome, Fabrizio se acercó me puso su pija en mis labios y la comencé a besar le besaba la cabeza y las bolas luego comencé a lamerla y nuevamente a chuparla.

Sentía como de su verga salía la leche caliente, la que sin ningún reparo la saboreaba y la tragaba cuando vi que estaba por acabar deje de chuparla, apoye mis pechos sobre el pecho de Andrés y con mis manos abrí mis nalgas lo más que pude, Fabrizio entendió el mensaje muy rápido, se dio la vuelta y agarrándome de la cintura colocó su verga en mi culo. Producto de la excitación y de la cogida que ya me había dado anteriormente no tuvo ningún problema en penetrarme el ano. Ese día descubrí muchas cosas respecto al sexo y una de ellas fue la doble penetración, también había fantaseado muchas veces al respecto pero la realidad lo superaba ampliamente, sentir las dos vergas penetrarme era delicioso, al comienzo fue rara la sensación pero una vez me acostumbré y una vez los dos encontraron el ritmo fue espectacular.

Sentí como la tremenda verga de Andrés me llenaba la conchita y luego la verga de Fabrizio que estaba hecha a la medida de mi culito. Cada tanto me metían los dos a la vez cada uno por su orificio, esto me hacía sentir completamente llena, los dos me cogieron súper rico la verdad ya para ese momento había perdido la cuenta de las veces que acabé mi vagina era una laguna que desbordaba de fluidos, cada tanto Andrés sacaba su verga para que Fabrizio la introdujera la lubricara con mis fluidos y me siguiera taladrando el ano, pero nada se comparaba a la sensación de cuando Andrés me introducía su enorme verga mientras Fabrizio tenía la suya en mi culito. Solo me quedaba una materia en el tintero así que me dispuse a realizarla, le pedí a Fabrizio que saliera de atrás mío me levanté salí de la cama y me arrodille en el piso, no hizo falta que diga nada. Los dos se posicionaron uno a cada lado y yo comencé a chuparles la verga a los dos, tenía una en cada mano y mientras chupaba una, pajeaba la otra, así sucesivamente. Me asombraba el aguante que tenía Andrés en toda la cogida no había acabado ni una vez aunque si estoy segura que algo de semen dejó salir mientras me cogía, pero no había acabado aún.

Mientras le chupaba la verga a los dos mire a Facundo, se estaba haciendo una paja y al observar que lo estaba viendo con una pija en cada mano y mis labios desbordando saliva y los fluidos que salían de esas vergas acabo automáticamente manchando el piso con su esperma.

Continué disfrutando de la mamada que le estaba realizando a los dos.

El primero en acabar fue Fabrizio mientras se la chupaba sentí como comenzó a latir y salir el líquido pre seminal así que tome distancia y él masturbándose apuntó a mis labios largando un chorro de semen que cayó justo en mi boca, con su semen todavía en mi boca seguí chupando la verga de Andrés.

No pasó mucho tiempo que Andrés dijo:

"Ahora sí me voy a correr en esa carita hermosa"

Me aleje, pero a esa verga la vaciaría yo!! La agarre con una mano y comencé a pajearla, escuché un gemido profundo y seguidamente un gran chorro de semen que impactó sobre mi rostro.

Yo no sé cuánto hacía que no cogía, pero tenía los huevos totalmente cargados de leche, era disparo tras disparo, me embarro todo el rostro como lo había prometido. Con toda la cara y la boca llena de leche comencé a chuparles nuevamente sus vergas como para dar un broche de oro.

Luego me dirigí al baño para ducharme y relajarme.

Al salir, Fabrizio y Andrés ya no estaban. Miré a Facundo el me miró y comenzamos una nueva historia en nuestro matrimonio.

Continuará…

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