Ya éramos novios después de tantos conflictos y malentendidos. Pero yo sentía que quería algo más. Salimos de la escuela e íbamos caminando al metro, al llegar aún no me quería ir, así que nos metimos al metro y nos fuimos a sentar en un lugar alejado de la gente, fue entonces que comenzamos a besarnos con cierta desesperación como si quisiéramos llegar más lejos.
Sus manos estaban sobre mi rostro, pero no permanecieron mucho tiempo en ese lugar, comenzó a bajarlas primero a mi cuello, para cuando me di cuenta ya estaban debajo de mi blusa, queriendo llegar a mis pechos, yo también lo quería, nunca me había tocado así, quería más. Ya en mis pechos primero los agarró suavemente, empezó a jugar con mi pezón en ese momento yo empecé a mojarme ya estaba tan excitada que casi se me sale un gemido, él al notar mi excitación, fue más busco, ya no solo tocaba mis pechos los apretaba, su mano cabía perfectamente en mis pechos, tengo que decir que aunque mis pechos no son enormes, si tiene lo suyo y son algo grandes.
Pero algo me sacó del trance una persona se acercaba a donde estábamos, rápidamente aparté sus manos de mi pecho y le dije al oído, hay que tener cuidado o nos verán. Pero a él no le importo, solo espero que se fuera después con cierta brusquedad tomo mi cara con sus dos manos y me beso desesperadamente, ya no importaba nada ni en dónde estábamos ni quien nos viera, rápidamente puso sus manos debajo de mi blusa y comenzó a apretarlos, era tan excitante, solo quería empezar a gemir de placer, cuando se apartó de mí los dos comenzamos a jadear, me sonrió y me dijo no quieres ir a otro lado.
Yo quería con todas mis fuerzas decirle que sí, pero ya era tarde, tenía que regresar a mi casa, además si estábamos completamente solos ya nada nos detendría, esto apenas estaba comenzando no podre controlarme y tal vez me arrepienta de lo que pueda suceder, así que mi respuesta con cierta tristeza fue No. Pero definitivamente continuaremos en donde lo dejamos.
Estuvo de acuerdo aunque decepcionado acepto mi respuesta, nos levantamos, nos despedimos volvió a besarme tan apasionadamente como siempre, no sin antes abrazarme y poner su mano un poco más abajo de mi cintura esto me sobresaltó, toco mi trasero y me dijo al oído me la debes.