Hola, mi nombre es Natalia, soy una mujer casada hace 15 años. No soy una modelo ni tampoco soy tan hermosa; pero tampoco fea, más bien soy como cualquier ama de casa y esposa que de vez en cuando le dicen algún piropo cuando me arreglo. Voy con regularidad a la iglesia (cristiana) me inculcaron buenos valores y mi comportamiento era recatado y sencillo, no tenía vicios ni malos hábitos, me comportaba como toda una dama y me daba a respetar dentro de esos mismos valores.
Mi cuerpo; normal para una esposa y madre de un pequeño varoncito de 8 años, me case joven y a mis 33 años mi cuerpo se siente pleno; 63 kg, 1.56cm, cabello castaño obscuro a la cadera, ojos cafés medianos, tez morena clara, labios besables (según mi esposo muy antojables), senos 36dd y un poco pompuda nada exagerado pero provoca las miradas de los hombres que me notan cuando salgo a la calle. Me gusta arreglarme y vestirme bien sin ser atrevida ni mucho menos vulgar, falda, blusa, vestido, sandalia, tacón etc. dependiendo la ocasión. Mi marido un hombre trabajador y atento en todos los aspectos siempre me está diciendo que me veo preciosa y rica, le encantan mis piernas y trasero no pierde oportunidad y cada vez que puede me nalguea o manosea, eso me encanta y me hace sentir deseada.
Tenemos un matrimonio sólido y estable y nuestra vida gira en torno a nuestra fé y nos apegamos bastante a la iglesia, mi esposo es músico y trabaja dentro de los ámbitos de esta misma, enseña tanto música como la palabra, es muy activo y yo lo sigo a donde valla y lo apoyo. Hace tiempo (5 años) el pastor nos pidió que diéramos un estudio en nuestra casa para hermanos cercanos y simpatizantes, entre los cuales llegó un hermano que llegó de Estados Unidos deportado por haber tratado de pasar de mojado, esta era la segunda vez que lo intentaba y lo agarraron nuevamente, estuvo detenido varios meses hasta que lo enviaron para México de regreso, su esposa ya estaba allá con familiares de ella y acordaron en que lo intentaría una vez más pero en un poco más delante, por lo pronto pasaría unos meses acá en México mientras reunían el dinero para intentarlo nuevamente.
Fue así que conocimos al hermano Rubén el cual se convirtió en muy buen amigo de mi esposo y de la familia, mi esposo y él se llevan muy bien pues tienen gustos similares e incluso mi esposo le consiguió trabajo en la misma empresa, los horarios son variados y se rola turnos mes con mes (mañana, tarde y noche) es supervisor y aunque casi siempre está presente en ocasiones por requisitos de la empresa no puede estar en los estudios, cuando no está es el pastor y su familia son los que se encargan de dar la lección.
Todo bien hasta que siento día en una lección hubo un pequeño desacuerdo tocante al tema que daba el pastor y que la pastora tomara a mal, no entiendo porque tuvo esa reacción y contesto de una manera déspota y arrogante, el pastor trato de poner orden y suavizar la situación, pero al término del estudio el punto se tornó en discusión y ya no por el tema, sino por la reacción de la pastora, ya había terminado la actividad y solo nos quedamos los pastores, el hermano Rubén y yo, no sé cuánto tiempo discutieron pero eso estaba mal, la pastora se ensañaba y el pastor lo consentía hasta que por fin se detuvieron cuando la pastora decidió salir de mi casa enfurecida y dejándonos boquiabiertos, fueron palabras muy hirientes y despectivas que nunca pensé o creí capaz de escuchar de una cristiana y menos de la esposa del pastor, quedamos asombrados y perplejos viéndonos uno al otro yo estaba que no lo creía y apunto de llorar por la escena cuando vi directamente a los ojos al hermano Rubén que también se le veían los ojos vidriosos y con coraje por todo lo dicho.
El hermano camino a la puerta y solo me dijo Dios le bendiga, recuerdo que le dije; no todos somos así, en nuestra casa siempre es bienvenido. El hermano volteo y me dio un abrazo mientras me agradecía, fue un abrazo fuerte y algo largo mientras me aguantaba para no llorar, el hermano solo me decía discúlpeme hermana, yo le decía que no pasaba nada, que todos nos enojamos a veces y el solo se disculpaba, no me avía dado cuenta que cuando me abrazo no fue un abrazo entrelazado, sino que, yo lo abrace con mis dos manos detrás de su cabeza y esto hizo que él me tomara con fuerza contra su pecho y en un momento tenía que estar de puntitas y abrazándolo fuerte para no perder el equilibrio mientras sentía que casi me caía y sentía que estaba el hermano casi me estaba cargando.
Sentí su respiración en mi cuello y por un instante en mi pecho justo en el escote que mi blusa abotonada, no reaccione ni lo aparte, no porque me gustara sino que fue muy rápido y lento a la vez, sin siquiera pensarlo levanto su mirada a la mía y me beso la mejilla, nuestros ojos quedaron fijamente; reaccionamos, y él me soltó muy apenado y apartándose rápidamente, yo también avergonzada y sin saber que decir solo me disculpé también.
Me pedía disculpas y perdón por el atrevimiento no era su intención decía, yo nerviosa le dije que no pasaba nada, todo fue sin querer, me vio fijamente a los ojos y me dijo que era una mujer muy hermosa y que mi esposo era muy afortunado de tenerme… con todo respeto se lo digo hermana, es que extraño mucho a mi esposa, hace más de un año que ni siquiera la pude abrazar, creo que es por eso que envidié al hermano, no pensé en nada, sino que solo extendí mis brazos para abrazarlo nuevamente, fue un abrazo como el primero pero está vez su barbilla quedó a la altura de mis pechos justo en medio de mi escote y sin saber porque bese su frente, a lo que él respondió con besos suaves en mi escote y cuello, me besaba mientras me apretaba fuertemente contra él, sentí como mis pies se elevaron del suelo y prácticamente me cargo en sus brazos reclinándose un poco hacia atrás.
Cerré mis ojos sin pensar en nada más, fue como si no estuviera haciendo nada malo, como si fuera mi esposo el que me estaba besando tan tierna y apasionadamente.
Bajo una de sus manos a mi pierna ya la subió a su cintura sujetándola con fuerza, cuando la tomo bien hizo lo mismo con la otra haciendo que lo abrazara con mis piernas sobre su cadera me acomodo de un tirón mientras una de sus manos me sujetaba de mi trasero y la otra en mi espalda, me besaba ya con una respiración acelerada al igual que la mía mientras trataba de besar más entre mis pechos, yo solo eché mi cabeza hacia atrás con mis ojos serrados, estaba sin pensar nada solo dejándome llevar por el momento nunca había visto a otro hombre con deseo o fantasía, ni siquiera con la mente había pensado ser infiel a mi esposo, yo lo amaba y lo amo más de lo que pueden imaginarse, no parece ser así, lo sé.
No sé cómo fue que ahí estaba yo haciendo algo que no planee ni mucho menos necesitaba ya que mi esposo cumplía en todos sus deberes, seguía con mi mente perdida solo sintiendo esos besos que cada vez me excitaban más y más, poco a poco sentía como esos besos ya no eran en solo mi cuello, sino que buscaban con desesperación mis pechos.
Fueron minutos sin pensar en nada más, solo sentí que su mano ya no estaba en mi espalda, sino en mi pecho buscando desabotonar más mi blusa mientras me di cuenta que el hermano me recostaba en el sofá de la sala. Pronto tenía mi blusa desabotonada y la boca del hermano Rubén seguía besándome con mucha pasión, bajo las copas de me braa y se apoderó de mis pezones tanto con su lengua como con sus manos y dedos, sus manos acariciaban todo, mis pechos y vientre, los pezones ya duros por el trabajo realizado por el hermano, me arrancaban suspiros y gemidos que parecían encenderlo más y más.
Besaba y jugaba con mis pechos y pezones bajaba a mi vientre y sus manos recorrían desde mis senos asta mis piernas y nalgas. Estaba muy excitada y mi falda estaba en mi cintura, el hermano seguía besando y recorriendo todo mi cuerpo, sentía sus besos, su lengua y sus manos que cada vez me volvían loca y mi mente no reaccionaba sino que arrancaba suspiro tras suspiro y gemidos tras gemidos, mi respiración como la de él era acelerada se subió en sima de mi y trato de besar mi boca mientras sentí en mi vagina lo duro que estaba mientras con un movimiento de su cadera me lo frotaba por encima tanto de su pantalón como de mi panty, me negué a besarlo en la boca y el solo siguió en mi cuello y senos.
Sentí como bajó su pantalón aún encima de mi y con su mano lo tomo y lo paseaba y frotaba mi vagina sin bajar mis pantys, seguía besando, mordiendo mis pezones, cuello y mejillas trato de besarme en la boca una vez más a lo que me negué aunque estaba muy caliente no quise besar su boca, él se incorporó y solo se dirigió a quitarme los pantys levanto mis piernas mientras los quitaba lentamente, yo cerré los ojos mientras sentía como mis pantys se deslizaban por mis piernas asta ya no sentirlos más y quedar si ellos, con mis piernas levantadas comencé a sentir besos desde en los dedos de mis pies y esos besos comenzaban a subir por mis chamorros alternando uno y otro, se dedicó a mis piernas mientras sentía como tocaba mis nalgas a voluntad y placer.
Fue muy dedicado y paciente mientras lo hacía que, cuando me di cuenta ya estaba con su lengua en mi vagina buscando mi clítoris con mucha astucia y esmero.
Hizo que me revolcara de la sensación que provocó en mi que, apreté mis piernas atrapando su cabeza en medio de ellas, mis manos lo tomaron de sus cabellos y lo hundieron lo masque pude en mi sexo.
El placer era inexplicable, mi interior se comprimía y sentía latidos dentro de mi, mi mente se puso en blanco y lo único que supe fue que lo moje por primera vez, nunca avía eyaculado como ese día (ahora lo sé), su cara estaba empapada y con una sonrisa de satisfacción, me dio entre pena y miedo, nunca me avía pasado eso a pesar de que siempre avía quedado satisfecha con mi marido, el hermano se subió encima de mi y sin poder poner resistencia me comenzó a besar apasionadamente, sus besos eran diferentes a los de mi marido, su sabor, su pasión, su desesperación me excitaban demasiado, usamos nuestras lenguas y su mezcla entre su saliva y mis jugos me prendían más aún, fue ahí cuando mi esposo se puso en mi mente y recapacite de lo que estaba haciendo, todo era como si estuviera soñando y de repente despertara en seco, fue una descarga de remordimiento y arrepentimiento repentino.
Me comencé a sentir la peor mi esposo trabajando para darme lo mejor y yo besando a otro hombre, y aún peor, su amigo… me trate de apartar pero no pude, el hermano me miró a los ojos y supo lo que pasaba, se levantó de encima de mí… perdóneme hermana no sé, no pude controlarme, no debí… yo solo no podía responder ni saber que decir tape mis pechos y acomode mi falda… no supe detenerme yo tampoco hermano, también tengo culpa… no hermana, debí irme cuando todo terminó… el hermano estaba solo con su playera, sus pantalones y boxers estaban en el suelo, él se tapaba con las manos y bajaba su playera para ayudarse, nos quedamos viéndonos uno al otro por un momento…