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Tiempo de lectura: 3 minutos

Había quedado de salir con mi novia, teníamos pensado solo quedarnos en mi casa y hablar, jugar un rato, comprar algunas cosas, pero pasó lo que menos me esperé. Cuando llegamos a mi casa comenzamos a besarnos frenéticamente de no ser porque mi madre salió del cuarto me la hubiera comido entera. Ellas se saludaron intercambiaron unas cuantas palabras y luego mi madre volvió al cuarto. Cuando esa puerta se cerró todo el morbo que había en ambos se desató y la sesión de besos continuó. Nos sentamos en el mueble de mi casa sin poder separarnos, pues estábamos ambos muy calientes.

Luego de un rato de besos mi erección comenzaba a notarse. Lo que me sorprendió fue que ella puso su mano en el bulto que se formaba en mi pantalón y lo acarició lentamente, me preguntó:

-Puedo? -Mientras su mano seguía en mi entrepierna.

-Es tuyo, has lo que quieras. -Le respondí.

Y comenzó a desabrocharme el pantalón hasta que mi erección salió de su jaula y quedó a su vista. Fue la primera vez que ella me miraba el pene ya que no habíamos tenido la oportunidad de jugar antes. Con su mano derecha lo sujetó y lo frotaba lentamente y sin parar de besarnos. Ella se agachó e introdujo mi pene en su boquita. DIOS!!! Que delicia -Dije en tono bajo recordando que no estábamos solos, Con su lengua lo lamía como si fuera un helado y parecía disfrutarlo tanto como yo. Le pedí que se arrodillara frente a mi y siguiera chupando, hizo lo que le pedí sin dudar y siguió jugando conmigo. Unos minutos después de tan ricas lamidas iba a correrme.

-Quítate, es mi turno de lamerte a ti. -Dije pues no quería correrme aun.

Ella se puso de pie y yo me arrodille frente a ella, mis manos se posaron en sus nalgas apretándolas suavemente. Puse mis dedos en el borde de sus jeans ajustados y comencé a deslizarlos por sus piernas. Tenía un cachetero negro súper sexy, lo vi y mi erección se puso más dura aun. Se los quite y vi que estaba mojada y depilada, Una vista hermosa. Instintivamente mi lengua fue a su clítoris y sentí que ella tembló tras esa lamida. Seguí lamiendo y chupando, ella puso sus manos en mis hombros pues parecía que perdía el equilibrio, me apretaba con fuerza y cuando miraba hacia arriba la veía con los ojos cerrados y la boca abierta intentando contener el gemido. Se veía hermosa desde ese ángulo.

-Te gusta? -Pregunté en un tono sarcástico.

-Si si!!! No pares- Dijo viendo me a los ojos.

Mis dedos entraban en su vagina y vaya que estaba mojada, sus jugos sabían delicioso y no quería dejar de chuparla. Se sentó en el mueble y se quitó el jean, Se puso a gatas dando me una vista de sus nalgas bien proporcionadas y su vagina mojada.

-Por favor… Cógeme ya -Dijo con timidez en su voz.

-Estas segura? mira que no estamos solos.

-No me importa, por favor cógeme.

Esas palabras bastaron para que me pusiera frente a sus nalgas y metiera mi rostro entre ellas para humedecerla más. Me levante y terminé de quitarme el jean, tome mi pene y puse la puntita en la entraba de su vagina. Lo introduje lento para que no gritara, y cuando entro toda pegó un pequeño gemido, pero tan sexy que caso hizo que me corriera.

Me movía lento y ella me seguía el ritmo, era deliciosa la sensación y además teníamos rato calientes pues no nos vemos mucho. Aumente el ritmo y ella gritó. Me dio un escalofrío, le tapé la boca con mis manos para que no gritara, pero era tanta mi excitación que no deje de penetrarla. Sentía como me apretaba y JODER casi soy yo quien gime. Mis embestidas se hacían más fuertes a la vez que mi mano libre (Pues la otra seguía tapando le la boca) frotaba su clítoris para que se corriera a chorros.

-Me vengo -Le dije al oído y le quite la mano de la boca para que respondiera.

-Córrete en mi cara, por favor -Lo dijo de una forma tan sexy.

Salí de ella y se dio la vuelta quedándose de rodillas, abriendo la boquita y sacando la lengua. Me vine en su cara y con sus dedos tomaba mi semen que no cayó en su boca y lo chupaba de sus dedos, le abrí las piernas e hice que termina de correrse en mi boca.

-Estoy sorprendida -Dijo con la voz temblorosa.

-Por qué?

-Pues tu madre no salió del cuarto y tenemos media hora cogiendo.

Mi madre, me olvidé de ella, rápido me vestí y ella entró al baño para limpiarse la cara. Camino al cuarto de mi madre y la veo dormida con el televisor encendido, un alivio me invadió. Salí devuelta a la sala y ella ya estaba lista, me abrazó con fuerza y nos besamos lentamente.

-Me encantó -Dijo con cabeza en mi pecho.

-Igual a mi, mi amor.

-Cuando lo podemos volver a hacer? -Preguntó.

-Mi madre duerme y si no hacemos ruido podemos seguir -Con esas palabras bastó para que pusiera su mano otra vez sobre mi entrepierna.

Ya el resto se lo imaginaran.

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