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Ninfómano (capítulo 2): Mi profesor y el trasero de David
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Al día siguiente entré a mis clases de Historia bien temprano; David, el hijo de mi vecino era mi amigo desde hace mucho tiempo, y un pícaro de primera, también veía Historia conmigo de vez en cuando, unas dos veces a la semana, pues era un chico ocupado y repartía su tiempo como podía entre todas sus actividades, ese día le tocó estar conmigo en clases, y yo sin perder tiempo, apenas tuve la oportunidad, le comenté lo que habíamos hecho el profesor de Historia y yo el día anterior; él, por supuesto, quedó maravillado, y aproveché para comentarle que queríamos incluirlo en otra travesura después de clases, así que me preguntó en dónde sería, y le dije que no tenía conocimiento sobre eso, que al salir de clases planearíamos mejor el encuentro.

La clase se terminó, y tanto el profesor como David y yo nos quedamos de últimos en el salón, para hablar sobre nuestro encuentro sexual, (como pudieron ver David no puso ningún pero); ya los tres estabamos acostumbrados a estas travesuras en la Universidad, y teníamos tanta suerte que jamás nos habían descubierto.

Comenzamos a debatir para ver en dónde tendríamos sexo, y tendría que ser rápido porque nuestro tiempo límite siempre era de unos 20 minutos; David en un momento de arrebato dijo: "este salón está vacío y los demás también, y el pasillo suele estar solo, ¿qué estamos esperando?

Nuestro profesor dijo que era un poco arriesgado, pero que sin embargo no era mala idea; en el momento en el que el profesor dijo que no era mala idea, ya David se estaba quitando el pantalón y los calzones, dejó caer toda su ropa en el suelo, luego se agachó y se puso en cuatro, mostrándonos a ambos su enorme trasero y su jugoso ano que pedía ser perforado.

Yo me acerqué a él enseguida, me llene uno de mis dedos con saliva y se lo metí en el ano mientras mordía y besaba sus nalgas, y mientras yo hacía eso mi profesor fue a la entrada del salón, cerró la puerta y se devolvió enseguida para unirse a nosotros, se quitó toda su ropa, se puso de frente a David, arrodillado, y le metió su pene en la boca para que se lo chupara mientras yo seguía penetrando su ano con mi dedo, no perdí oportunidad para bajarme mi calzón y ya que su ano estaba dilatado y mi pene bien duro, me llené de saliva mi pene, (coloque una cantidad bastante considerable de saliva), y le dije a David: "amigo, te lo voy a meter"…

David seguía chupando el pene del profesor como un animalito hambriento y mi profesor disfrutando muchísimo, lo único que hizo para responderme fue alzar su trasero y el mismo darse una nalgada bien fuerte, con eso me quiso decir que estaba listo para ser penetrado, así que comencé metiendo mi glande poco a poco, luego ya iba entrando parte del tronco, hasta que por fin estuvo dentro, comencé a bombearlo sin consideración, le daba y le daba, y escuchaba sus gemidos de dolor y de placer; él no soltaba el pene del profesor por nada (yo tampoco lo haría, pues era un pene delicioso, muy velludo).

Ya habían pasado unos 12 minutos desde que comenzamos a tener sexo, estábamos súper calientes, y eso se demostró cuánto de repente mi profesor suelta un gemido bien sabroso, todos esos minutos de sexo oral valieron la pena pues se vino a chorros en la boca de David, cosa que a David le encantó así que no dejó caer ni una gota en el suelo, se tragó todo el muy cerdo.

Mientras tanto yo seguía penetrándolo y ya a punto de venirme, por lo que le pregunté si podía preñarlo, a lo que me respondió: "ya me conoces, hazme 3 hijos", me reí por un momento y ya cansado de tanto darle pene a su precioso trasero, por fin se me salió la leche, lo agarré fuerte por sus dos enormes nalgas mientras le afincaba mi pene hasta el fondo y solté todo mi semen en su interior, ya estaba todo sudado de tanto agitarme, pero valió la pena.

Tanto el profesor como yo nos comimos a David, y él feliz por el resultado. El tiempo estaba más que comprometido, así que nos arreglamos, limpiamos los restos de fluidos que quedaron en el suelo, y salimos del salón. Antes de irnos le dije David que le debía una pequeña sesión de sexo oral, y que se la daría en cualquier momento, quizá en mi casa.

Próximo capítulo: el jardinero con el pene pequeño.

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Autor
JosraGream
JosraGream
Escritor y humorista. Amante de las reflexiones, de la Psicología y de la naturaleza. No le tengo miedo a los prejuicios ni al qué dirán. Te dejo mis redes sociales para que disfrutes de mi contenido y me sigas. Puedes escribirme a mi correo privado también: [email protected]

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