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Natalia, la sedienta madre soltera
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Les vengo a contar una historia que me pasó hace un par de años, pero que hasta hoy tuve el tiempo y pude animarme a contar.

Todo empezó en mi vecindario, donde llegó una nueva empleada a una panadería, ella era la señora Natalia, una mujer que sinceramente es poco agraciada, tez morena, bajita de estatura, con pequeños senos, pero muy buena pompi. Lo agradable de ella era su carácter, acompañado de una buena forma de vestir, ropa deportiva que algunas veces que hacían resaltar un culito respingón y bien formado.

Natalia era una mujer madura, madre soltera de aproximadamente 42 años en ese entonces, mamá de un pequeño niño de secundaria, del cual me hice amigo, pues a pesar de que tenía yo 18 en ese entonces, seguía jugando fútbol en las calles con los demás chavos del vecindario. A su hijo se le complicaba la escuela y por esa razón la señora Natalia me contrataba como su asesor extra escolar, trabajo que me agradaba pues se me facilitaba la enseñanza y ganaba un dinero extra. Así pasaron los meses, hasta que un día viernes fue el cumpleaños de la señora, y en vez de dar clase, solo fui a convivir con ella y su hijo, comimos un poco de pastel y tomamos un par de cervezas, solo dos o tres, pues al atardecer debía llevar a su hijo a la escuela, ya que se iba de campamento. Dieron las 6 de la tarde y los acompañé al colegio de su hijo, pues era hora de su partida, lo vimos irse junto con sus amigos y regresamos a casa de Natalia, sinceramente hasta ese entonces, yo la veía solamente como la mamá de mi amigo y nada más, pues a pesar de que a mí me fascinan las mujeres maduras, a ella no la veía aún como alguien a quien quisiera follar.

Camino a su casa pasó lo siguiente:

Nat: Bueno, pues ya se fue mi cachorro, estaré sola de hoy al domingo…

Yo: Si pues, así pasa Natalia, lo bueno es que en tu trabajo te distraes un rato…

Nat: Bueno fuera, pero se descompuso el horno y hasta el lunes lo van a arreglar, así que será un fin de semana largo, sin hijo y sin trabajo, bueno, servirá para relajarme…

Yo: Ohh, vaya que sí, deberías aprovechar para salir y divertirte, ir a un antro o que se yo…

Nat: ja ja ja a mi edad? Ni un viejo rabo verde me haría caso… Pero bueno, se me ocurre algo, quiero sentirme joven de nuevo y si vamos por más cervezas y las bebemos en mi casa?…

Que rayos!? Me quedé sorprendido, la verdad esa propuesta jamás se me hubiera ocurrido y la verdad es que ni se me antojaba, como un joven de 18 iba a beber con una señora de 42!? Y a pesar de todo ni atractiva era… (Les juro amigos lectores, que estaba seguro de decirle que no, pues seguramente sería algo aburrido y terminaría yo cuidando a una señora ebria) Pero jamás imaginé lo que pasaría y todo lo que cambió a partir de ese momento…

Yo: Ammm… pues… bueno… (Finalmente accedí, no iba a dejar abandonada a una conocida y menos en su cumpleaños y bebiendo sola, así que recordé que no tenía algún plan más divertido y accedí)

Nat: Ándale, anímate, no dejarías sola a una amiga en su cumpleaños verdad?

Yo: Claro que no Natalia!

Así que se entramos a la tienda y ella se agachó por unas botanas mientras yo tomaba las cervezas, naturalmente voltee a verle el culo y pues vaya, la verdad es que no estaba tan mal, pero aun no me motivaba a intentar algo serio con ella.

Yo: Con estas está bien? Le dije mientras tomaba un paquete de 6 cervezas…

Nat: Es en serio? Es mi cumpleaños! La tarde es joven, lleva otros 2 paquetes de 6.

La verdad es que me preocupé, esta hembra quería embriagarse y por una parte estaba bien, pero por otra no quería verla mal, era una señora muy “bien portada” y no parecía ser de ese tipo de mujeres alocadas.

Llegamos a su casa e inmediatamente pasamos a la mesa, ella traía una actitud de jovencita, como si en vez de cumplir 42 hubiera cumplido 22, en fin, no me molestaba, pero me parecía muy extraño…

Abrimos las primeras cervezas y ella seguía igual de reventada, puso música y me amenazó con sacarme a bailar, a lo cual no accedí pues no sabía yo bailar.

Nat: Oye, voy a vestir de acuerdo a la ocasión, en un momento bajo! -Dijo con voz de señorita adolescente…

Yo: Claro! De acuerdo a los 22 que acabas de cumplir! -Dije en sentido de cumplido..

Cada vez más me arrepentía de esa situación, pues una señora que se sentía adolescente sólo por festejar su cumpleaños no me acababa de convencer..

Pasaron los minutos y yo a penas y bebí una cerveza más, periódicamente Natalia gritaba frases como:

-ya casi voy! En seguida bajo! -Y entre frase y frase transcurrían largos minutos.

Llegó el momento en que me desesperé y pensé en retirarme, pero el sonido de unos tacones al bajar las escaleras me hicieron volver, pensé: ahora con que ridiculez va a salir, y de pronto…

Ohhh santo cielo… pues que en realidad había cumplido 22? Natalia salió irreconocible, hasta pensé que era otra persona… jamás olvidaré ese instante…

Tacones altos, pantimedias negras, apretada falda hasta arriba de la rodillas, camisa blanca semi transparente que dejaba ver un brasier negro, peinado de coleta que le hacía ver fácilmente 10 años más joven ayudada por un poco de maquillaje…

Yo: Caray Natalia! Eres tu?

Nat: ja ja ja si tontito ni modo que haya viajado en el tiempo.

Yo: Pues waw, luces totalmente diferente (y la verdad es que si, pues les juro amigos lectores que se había quitado 10 años menos y fue ahí donde pensé… ah caray… pues esta Natalia me llama más la atención y la verdad es que si, pues nunca la había visto vestida así y debo aceptar que se veía atractiva por primera vez desde que la conocí…

Yo: Permítame destaparle otra cerveza a la señorita…

Nat: Gracias por lo de señorita -lo dijo mientras bebía más alcohol…

Así pasaron las horas, en las cuales hablamos desde política, religión, actualidad y nuestras vidas, pues ya eran cerca de las 10 pm.

Yo: Yo creo ya me voy a mi casa Natalia, si no, no alcanzaré el colectivo.

Nat: Pero aún quedan bastantes cervezas, si gustas puedes quedarte en el cuarto de mi hijo -dijo con voz entre cortada, pues se notaba la influencia del alcohol en sus palabras…

Yo: Te lo agradecería, pero mejor me regreso a casa, ya es tarde y también ya te noto un poquito…

Nat: Un poquito qué? Borracha? Por Dios, es mi cumpleaños, no tengo marido, hijo, ni perro que me ladre, solo estas tú, anda, te invito a quedarte…

Pensé un momento y la verdad con ayuda del alcohol analicé la situación (mujer con actitud de adolescente, alcohol en el cuerpo de ambos, ella vestida de modo coqueto, noche joven) por qué no???

Yo: Bueno, pues hagamos de este cumpleaños una noche inolvidable -le dije mientras en mi mente una inimaginable idea de follar con ella, tomaba fuerza.

Nat: Me gusta muchacho, al menos por esta noche, hazme sentir como si tuviéramos la misma edad… Lo dijo en tono entre ebria-coqueteando-sensual…

Ohh por Dios! Esta mujer creo que trama lo mismo! No sé si sea el alcohol o de verdad todo ha sido un plan de ella.

Yo: Claro que lo haré -le dije mientras la tomaba de la mano para bailar.

Nat: Te enseñaré a bailar -lo dijo mientras acercaba su cuerpo con el mío.

Yo la tomé de la cintura, uff estaba linda, con la otra mano sostenía su mano hasta que un cambio de ritmo marcó una pauta, en su lista de canciones tocó el ritmo de una balada romántica, bajó mi mano hacia su cintura y ella pasó su manos por detrás de mí cuello, mientras un baile lento sonaba de fondo.

Nat: Gracias por esta gran velada, me he divertido como no tienes idea.

Yo: Gracias a ti por permitirme estar aquí, celebrando tu cumpleaños.

Nat: Me has dado un gran cumpleaños, por momentos me haces olvidar que soy una señora más de 20 años mayor que tú.

Yo: Pues tienes la actitud de una chica de 20, eso me agrada Natalia.

Nat: Sólo la actitud de una chica de 20?

Yo: Ammm… A que te refieres?

Nat se quedó callada y lentamente bajó mis manos hacia su trasero.

A pesar de traer varias cervezas encima, mi cabeza no se lo creía y aún no estaba 100% seguro de lo que quería.

Toqué suavemente su trasero, pero pronto quité mis manos de ahí…

Nat: No te gusta?

Mientras que con un tono nervioso le contesté:

-Sí, tienes bonito cuerpo.

Nat: Recuerdas que hace un par de horas quería sentirme como una chica veinte años menor?

Yo: Si… -dije con voz entre cortada.

Nat: Pues es tu turno de hacerme sentir como una chica de tu edad.

No me dio tiempo de responder absolutamente nada, cuando ella me plantó un riquísimo beso…

No lo pensé más y me animé a hacerla sentir tal cual quería, y le haría pasar un mejor cumpleaños aún…

Le seguí ese cálido beso, mientras seguíamos “bailando” a lo que ella empezó a besar mi cuello y desabotonó mi camisa.

Pensé: Esta hembra vaya que está deseosa de sexo, aprovecharé eso…

Ahora si con más confianza, le toqué su culito y al acariciarlo noté que traía una tanga puesta, por lo que levanté su falda y al natural toque ese trasero el cual nunca me imaginé tener en mis manos.

Nat: Ya vi que no eres tan tímido, y si vamos a mi habitación?

Yo: Vamos… -le dije mientras le mordía y besaba el cuello con el fin de excitarla.

Apenas entramos a su habitación, se dejó caer en la cama, tenía ya su falda levantada y como la bestia en celo que estaba despertando, se apresuró a desnudarme, me dejó solo en calzoncillos y ella se quitó su falda y su camisa, quedando en solamente en su ropa interior y sus pantimedias, algo que me prendía bastante, pues estábamos listos para la acción. Excitados por el momento, nos besamos y nos saboreábamos, la verdad nunca imaginé que esa mujer fuera así de cachonda, a penas teníamos un par de minutos en la cama cuando.

Nat: Hazlo… hazlo por favor…

Yo: Que?… que quieres que haga?

Nat: Dame mi regalo de cumpleaños… dámelo ya por favor…

Yo disfrutaba su desesperación… “que quieres Natalia?”

Nat: Tu verga papi, ya dámela en mi costa…

Le abrí las piernas, retiré su tanga y me encontré con una madura vagina bastante húmeda, un poco velluda por obvias razones y, sinceramente no creía que a su edad podía estar así de mojada.

-Feliz cumpleaños Natalia!! -Le dije mientras introducía mi miembro en su conchita.

Nat: Despacito por favor… hace un par de años que no entra nadie ahí.

Yo: Relájate. -Le dije mientras le recorría su pecho con mi lengua y mis besos.

Nat: Que rica verga tienes papi…

Eso me motivó a de un solo golpe introducirla mi pene, a lo cual un grito descomunal salió de su boca.

Nat: Aaaahhh te dije que despacio.

Yo: Ya quería hacértelo.

Nat: Esta bien papi, dame mi regalo de cumpleaños…

Esas fueron las últimas palabras que salieron de su boca, pues fue cuando en la posición de misionero empecé a penetrarla, ella solo gemía y pedía más rapidez o más lentitud, mientras que yo sentía sus contracciones vaginales al son de sus gritos.

Nat: Así, así dame mi regalo de cumpleaños mi niño.

Me sorprendía que me llamara de esa forma, pero estaba justificado por la pasión del momento.

Mi verga estaba en su total plenitud, eso en combinación de su dulce humedad, hacían que Natalia gimiera en cada penetrada.

Si yo hubiera seguido así, seguramente un par de embestidas después hubiera eyaculado, pero quería disfrutar del momento, de esa sedienta dama, de ese maduro cuerpo que difícilmente volvería a tener de esa manera, así que la detuve y le pedí que cambiáramos de posición.

Nat: Ahora como me quieres papi?

Sin decir palabra alguna, yo me recosté y la hice montarme, se acomodó y empezó a cabalgar cual vil vaquera, no pasaron ni 5 minutos de brincos, cuando me pidió le presionar sus pechos, que se los pellizcara, y aunque no eran muy grandes, aún conservaban buena forma. Casi al contacto con ellos, y después de un grito candente, se vino a choros, tal cual, inclusive se hizo un pequeño charco de su squirt en mi abdomen.

Nat: Ayyyy Diooos… que fue esto?? Nunca había sacado esto, no es pipí verdad? -Dijo con voz entre cortada,

Yo: Cálmate, es tu juguito del placer, y te prometo darte más de estos.

Nat: Pues nunca lo había sentido, pero fue algo muy rico… Ahora, si me disculpas, estoy rendida, déjame recuperarme.

Yo: Claro. -le dije con un abrazo y un beso y me recosté junto a ella, y a pesar de que yo no había acabado, me sentía bastante satisfecho y estaba seguro que en el siguiente round tendría aún más esperma acumulado para ella…

Permanecimos abrazos hasta quedarnos dormidos… Por mi cabeza no razonaba lo que acababa de pasar, si bien no había sido el mejor polvo de mi vida, pero sabía que si trabajaba un poco, podía tener en ella a una gran amante…

Hasta aquí el primer relato de Natalia, en otra ocasión contaré nuestros demás encuentros de ese fin de semana y como pude probar a esta madurita, que como lo he dicho antes, son mi pasión.

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