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Nadia, Luis y yo: Por fin juntos los tres
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Para que sepáis el origen de la historia que narro a continuación, os recomiendo que leáis la primera parte donde cuento como empieza toda esta serie de historias y como llegamos a este momento (dejo el link al final de este relato).

Después de mi visita en casa de Luis y conocernos de una forma un tanto especial, yo ya me sentía totalmente cómodo para realizar el trío que había acordado con Nadia y con Luis. Nadia no sabía nada de lo que había sucedido, pero si estaba al tanto de que había ido a casa de Luis y ya nos conocíamos.

Después de hablar con ella por teléfono habíamos vuelto a quedar en vernos los 3 ese día en casa de Luis, pero en esta ocasión se había asegurado de que no le saldrían imprevistos y se iba a presentar en el sitio y la hora acordada.

Bastante más tranquilo que la primera vez, salí de casa bien arreglado para la ocasión, fui caminando bastante deprisa por la calle porque la verdad que las ganas me podían. Llegué a casa de Luis, llamé al timbre como la primera vez y se abrió la puerta. Entré en el portal, subí en el ascensor y cuando salí me encontré la puerta abierta. Entré dentro y cerré la puerta:

Yo: ¿Hola?

Luis: ¡Pasa, pasa! Estoy en la habitación grande. Nadia no ha venido todavía, pero está en camino.

Fui caminando a la habitación donde había estado con Luis la primera vez y al entrar ahí me lo encontré, con la misma bata que en la ocasión anterior, abierta y completamente empalmado:

L: Nadia me acaba de llamar, tardará como mucho 10 minutos, pero no quiero aburrirme esperando, así que ya sabes lo que tienes que hacer.

Mientras hablaba, se fue acercando a mi poniendo su cara a escasos centímetros de la mía y repitió la misma maniobra que en la anterior ocasión, en cuanto me puso las manos sobre los hombros supe por dónde iban los tiros y acepté su invitación agachándome. El corazón me latía a mil por hora, la excitación se iba apoderando de mí y cuando tuve su polla en frente de mi casa yo ya estaba cachondísimo.

Desde abajo miré a Luis a la cara mientras le pajeaba suavemente, él me miró con su sonrisa habitual mientras me acariciaba el pelo con suma delicadeza. Acto seguido empecé a acariciarle el capullo con la lengua, a lo que respondió con un leve resoplido, y empecé a chupar su polla con la intención de hacerle la mejor mamada de su vida.

Recordé todo el repertorio que mostró la vez anterior e intenté esforzarme todo lo posible, fui chupando primero despacio, haciendo pequeñas paradas para lamerle el capullo y poco a poco fui subiendo la velocidad, la saliva que se iba a acumulando en mi boca mientras chupaba iba arrollando por su polla y se la dejaba completamente mojada mientras algunos hilillos caían al suelo; no racaneaba la saliva y mientras escuchaba sus resoplidos y sus gemidos yo me ponía más cachondo.

Mi boca seguía moviéndose adelante y atrás llenándome de su polla completamente dura, caliente y mojada de mi saliva, y para mi sorpresa, escuché una voz familiar que venía de la puerta:

Nadia: ¡Pero bueno! ¿Qué está pasando aquí?

Dejé de chupar y miré hacia la puerta, Nadia estaba contemplando la escena apoyada en el marco con los brazos cruzados. Iba vestida con una camisa blanca de manga corta muy pegada, anudada por abajo dejando su vientre al descubierto con un piercing en el ombligo y con un escote que parecía que iban salir sus tetas disparadas; una minifalda a cuadros extremadamente corta y unas medias blancas que le llegaban hasta las rodillas. Miraba la escena con un gesto de sorpresa y cuando nuestras miradas se cruzaron esbozó una sonrisa burlona. Yo me puse algo nervioso, se apoderó de mi cierta sensación de vergüenza y a la vez excitación:

L: Pues que nos aburríamos de esperarte y decidimos empezar sin ti, jajajaja. No te imaginas que bueno es mi amigo chupando pollas, vas a tener competencia.

Como ya dije antes, toda la situación me tenía entre avergonzado y excitado, Luis me agarró la cabeza con suavidad y me invitó a seguir, la vergüenza se fue rápidamente y seguí con la mamada mientras Nadia nos miraba ahí apoyada, el hecho de que nos mirara me puso más cachondo todavía. Empecé a subir poco a poco el ritmo mientras Luis empezaba  a jadear, sabía que no tardaría mucho en correrse en mi boca, Nadia tenía la mano metida por debajo de la minifalda mientras nos miraba:

N: Jo-der, estoy flipando con vosotros. No esperaba encontrarme esto, me estáis poniendo muy caliente.

L: Deja de tocarte que cuando acabemos vamos contigo. Y aquí no nos queda mucho para terminar, vamos… sigue sigue, cómete mi polla, joder que bien lo haces, venga sigue… ¡¡aaahhh!! ¡¡ufff!! ¡¡Jodeeerrr!!

La polla de Luis empezó a eyacular, borbotones de leche fueron llenándome la boca mientras tragaba, y procuré que no se escapara ni una gota, pero al mover la boca adelante y atrás dos pequeños regueros se me fueron escapando por la comisura de los labios. Cuando terminó de correrse y me tragué todo lo que pude, seguí chupando para retirar de su miembro lo poco que quedaba. Me quedé ahí de rodillas delante de su miembro y me alcanzó unos pañuelos de papel, Nadia seguía ahí apoyada en la puerta con los brazos cruzados y la misma sonrisa burlona:

L: Toma, límpiate, lo has hecho muy bien, parece que llevas comiendo pollas toda la vida jajajaja.

N: No puedo creerme lo que acabo de ver. No sabía que os podríais apañar sin mi tan bien, voy a tener que empezar a llegar puntual a partir de ahora jejejeje.

Me limpié los restos de semen que tenía alrededor de la boca y me puse de pie, yo aún conservaba la erección que se fue apoderando de mi mientras le chupaba la polla y Nadia se dio cuenta. Sin perder la sonrisa, se acercó a mi, me puso una mano en la nuca y empezó a comerme la boca suavemente, el roce de mi lengua con la suya y con el piercing me ponían todavía más cachondo, Luis nos miraba sentado en la cama sin decir palabra y yo poco a poco me fui soltando.

Empecé a acariciar la cara de Nadia mientras nos besábamos, cambié a su cuello porque sabía que eso le encantaba, le di unos besos suaves en los laterales del cuello y luego me puse a darle unas pasadas con la lengua muy despacio, Nadia se puso a temblar y a gemir muy suavemente mientras bajaba la mano que tenía libre a mi paquete. Yo empecé a acariciarle las tetas y dejé de lamerle el cuello para deshacerle el nudo de la camisa. Para mi sorpresa, cuando se la desabroché completamente pude ver que no llevaba sujetador, así que me puse a acariciarle los pechos, amasarlos y acariciarle los pezones mientras le besaba la boca y el cuello. Cuando llevábamos un rato así, Luis se incorporó y volvía a tener la polla dura y lista para otro asalto.

Luis se colocó a mi lado, Nadia nos tenía a los dos delante, se quitó la camisa quedándose con las tetas al aire y empezó a acariciar la polla de Luis y mi paquete a la vez mientras nos iba dando morreos a los dos alternamente:

N: Ufff, no puedo esperar, tengo que comer estas dos pollas ahora mismo.

Nadia se agachó, me desabrochó el cinturón, me bajó la cremallera, me bajó los pantalones y se puso a acariciar mi paquete mientras masturbaba suavemente la polla de Luis, ninguno de los 3 decíamos palabra, pero Nadia nos miraba con una cara de vicio que no le había visto en mi vida. Me bajó el bóxer y cuando lo tuve en los tobillos se puso a chuparme la polla mientras meneaba la de Luis, yo ahí ya perdí el mundo de vista. Nadia con mucha soltura empezó a alternar la maniobra, chupaba mi polla y meneaba la de Luis, luego cambiaba a chupar la de Luis y a menear la mía y nos tuvo así un rato largo, a Luis y a mí se nos escapaban jadeos de vez en cuando y ella gemía con nuestras pollas en la boca.

Después de un tiempo así, decidimos cambiar, Nadia se quitó la minifalda y el minúsculo tanga blanco que llevaba. Se tumbó en la cama, abrió las piernas mientras se acariciaba el coño y sin que nadie dijera nada Luis y yo sabíamos lo que teníamos que hacer.

Nos agachamos los dos y nos pusimos a la altura de su coño, que estaba empapado, empecé a comerle el coño y a saborear sus jugos que sabían deliciosos, Luis metía y sacaba 3 dedos despacio y a Nadia se le empezaban a escapar gemidos que a mi ponían cada vez más cachondo. Cambiamos, Luis pasó a comerle el coño y yo a jugar con mis dedos, después de uno o dos minutos volvimos a cambiar, mientras le comía el coño nuestras pollas se rozaban, yo jugaba con mi lengua por todo su coño, le lamía el clítoris con suavidad, le metía la lengua dentro, y se lo iba llenando paulatinamente de saliva, los gemidos de Nadia se fueron intensificando y a veces se retorcía en la cama. Cuando me quise dar cuenta Luis se puso también a comer y además de rozarse nuestras pollas, empezaron a tocarse nuestras lenguas. Nadia levantó la cabeza para vernos, tenía dos bocas a la vez ocupándose de su coño y no paraba de gemir y relamerse con la cara desencajada:

N: ¡¡Diosss…!! ¡¡Qué bien lo haceiss!! ¡¡Aaahhh!! ¡¡Sí, sí…!! ¡¡Joderrrr!! ¡¡Mmmmm!!

No sé cuánto tiempo estuvimos así, yo ya había perdido la noción del tiempo completamente. Nos detuvimos para cambiar. Me tumbé boca arriba en la cama, Nadia se sentó clavándose mi polla hasta el fondo, se inclinó hacia mi y me besó con ansia mientras gemía. Cuando miré, vi a Luis comerle el culo a Nadia, ella y yo nos quedamos quietos mientras Luis comía y sólo nos limitábamos a besarnos. Cuando Luis decidió que era suficiente, puso su capullo en la entrada de su culo, y poco a poco fue introduciendo el resto de la polla. No era la primera vez que su culo recibía una polla así que no costó mucho trabajo. Lejos de mostrar dolor, a Nadia se le escapó tal gemido que no quedó ninguna duda de que  le gustaba lo que hacía. Cuando se quedó completamente ensartada, los dos nos paramos, quedamos ahí quietos unos segundos y Nadia resoplaba:

L: Vamos a empezar a movernos muy despacio e intentar ir coordinados, ¿vale?

Y: Vale vale, vamos a empezar. Nadia, ¿te gusta?

N: ¡¡Siii!! ¡¡Diosss!! ¡¡Empezar a follarme!!!

Empecé a mover las caderas despacio, poco a poco, después empezó Luis, ambos muy despacio, mientras yo la metía, Luis la sacaba. Se notaba que Luis estaba más curtido que yo porque a él no le costó nada coger el ritmo, yo empecé con cierta torpeza pero después de unos segundos ya estábamos completamente acompasados y Nadia estaba completamente fuera de sí. Tenerla ahí encima de mi, a escasos centímetros de mi cara gimiendo como una posesa hizo que disfrutara como nunca, no me arrepentía para nada de estar viviendo la experiencia, nos lo estábamos pasando genial los 3.

No sé si fue mucho o poco tiempo el que estuvimos así, pero no pude aguantar más, tuve un orgasmo increíble y me corrí como un animal. Nadia y Luis seguían a lo suyo y no quise cortarles el rollo, así que decidí quedarme ahí debajo hasta que acabaran. Mientras Luis seguía follando el culo de Nadia yo la besaba en la boca, en el cuello y le agarraba el culo mientras le separaba las nalgas. Nadia para ese momento ya se había corrido varias veces y Luis no tardó mucho en llenarle el culo de semen.

Cuando terminamos los 3, nos quedamos unos segundos allí, quietos, sudorosos y jadeando. El primero que habló fui yo:

Y: Uff, ha estado muy bien ¿eh?

N: Joder, ya te digo jajajaja

L: Os dije que nos iba a molar mucho. Creo que lo suyo ahora sería que nos diéramos una ducha.

Luis se desenganchó del culo de Nadia, luego Nadia se levantó y nos fuimos los 3 a la ducha. Evidentemente la ducha sirvió para ponernos a tono a los 3 de nuevo, así que volvimos a la carga. Ese fue el primero de muchos tríos y otros juegos más interesantes que hemos ido practicando; pero eso ya os lo contaré en las siguientes historias.

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https://www.cuentorelatos.com/relato/mis-aventuras-con-nadia-y-mi-nuevo-amigo-luis/

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