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Mix de pantimedias (01)
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Hola a todos. Antes de comenzar mi relato del día de hoy, quiero agradecer a todos los que me han seguido en mis relatos anteriores, a los que han comentado en ellos. De verdad, mil gracias y espero que sigan así, porque estoy segura que vendrán cosas mejores; especialmente para ustedes, mis seguidores.

Quiero platicarles lo siguiente: la verdad es que, desde que entré a trabajar, me lo he pasado muy bien. No sólo me pagan, poco pero como quiera que sea, no deja de ser un salario, tengo mi seguro y además, me dan sexo rico de forma regular. Don Armando, mi patrón me atiende muy bien, no puedo negarlo. Y, aunque mi novio se ha molestado un poco conmigo, sigue estando a mi lado. Claro, él, mi novio, no sabe que tengo sexo con mi patrón y espero que por mientras, pues no se entere. Así es que ustedes son mis cómplices.

Pero esto que les voy a narrar el día de hoy superó mis expectativas. Y no, no estoy diciendo que sea malo, sino todo lo contrario, cada vez que pasa el tiempo y me engancho más con mi trabajo, veo que está cada vez mejor y me gustaría que esto nunca acabe.

El día viernes al término de la jornada, como siempre, hicimos inventario de cierre y corte de caja; pero también como siempre, las caricias se hicieron presentes. Ese día no tuvimos sexo, pero don Armando me dio un buen faje, me senté en sus piernas y me las separó para poder meter sus manos por debajo de mi short y acariciarme mi conchita, hasta que me hico terminar mientras su lengua jugueteaba en mi boca.

Al salir del local me dice: mañana, después de que hagamos inventario de apertura te va a venir a buscar Mónica. Ella es parte de este consorcio. De alguna forma, ella es parte del grupo que maneja al personal de esta cadena y te va a dar algunas indicaciones. Espero que sigas las instrucciones al pie de la letra y si tienes dudas, ella es la única que te las puede aclarar.

Así sucedió. Al día siguiente, después de que don Armando se retiró del local, cerca de las 12 del día llegó esta persona. Mónica, una mujer guapa, muy elegante pero yo me imagino que debe tener la misma edad o probablemente más grande que don Armando.

Estuvimos platicando casi dos horas y no porque fuera mucha la información que me tenía que dar; sino porque mientras estábamos platicando, muchos clientes se hicieron presentes y la verdad es que las ventas estaban yendo muy bien.

En concreto; la idea de platicar conmigo era para informarme que, cada determinado tiempo, se hacen reuniones en una casa que tiene don Armando a la salida de la ciudad. El motivo de esas reuniones era, para atender muy bien a quienes aportan el capital para el negocio y que al mismo tiempo, algunos de los invitados eran quienes surtían de mercancía para los locales, pero a precios más económicos. Así es que, las chicas que atendemos estos locales, pues teníamos que estar a la orden de ellos; tanto de los socios como de los dueños de las empresas que surtían de mercancía.

Sí, sé que suena a eso, a un servicio de scorts o bien de prostitución, y la verdad es que era justamente eso. Son actualmente 10 locales en 10 plazas distintas, así es que somos 10 chicas las que atendemos esos locales. Todas más o menos de las mismas características físicas y de las mismas edades. Así es que la pregunta fue muy franca y directa, si no quieres participar en la reunión, simplemente estás fuera del negocio. Pero la verdad es que, lejos de sentirme ofendida, sentía mucha curiosidad y deseo de participar en ellas, me calentaba sólo de pensar que habría más sexo.

La reunión sería el día martes, justamente el día de mi descanso; pues ahora entiendo que, si todos los locales cierran en días específicos es para disfrutar justamente de este tipo de fiestas. Dichas reuniones se hacen cada mes y para esta ocasión, ya me tocaba participar.

La cita era para el martes y pasarían por mi al local en punto de las 2 de la tarde; y tenía que ir comida y con ropa cómoda, con los tenis del trabajo y con mis pinturas para poder maquillarme de forma correcta. Por cierto, sucedió un problema con mi novio, pues él ya tenía planes para salir ese día a comer y a coger por la tarde, siempre me lleva a su casa para tener sexo conmigo. Sólo que ahora sería diferente y como le dije que en esta ocasión no podría salir, tuve que argumentar que tenía actividades que hacer con mi mamá; a la cual, por cierto, le anticipé de la reunión del trabajo, sin decirle realmente lo que pasaría o qué tipo de fiesta sería, jejeje.

Llegué al local poco antes de la hora indicada con mi maletín de costumbre; Mónica llegó poco después y al subir a la camioneta me di cuenta de las otras chicas vendedoras ya se conocían casi todas; excepto una de ellas que, al igual que yo, éramos nuevas en el negocio. Así es que, con esa otra chica nueva hice buenas migas y fue con ella con quien me identifiqué mejor; su nombre es Soledad, de la misma edad que yo, de la misma estatura pero con un color de piel un poco más apiñonado que la mía. Muy bonita también.

Sol al igual que yo pues no sabíamos cómo estaría el ambiente, nos creaba mucha incertidumbre. Llegamos a una cabaña bastante grande y bonita, con mucha seguridad al ingresar a ella. Descendimos de la camioneta y nos llevaron a una sala amplia con 3 sanitarios y regaderas incluidas, unos lavabos muy amplios con sus correspondientes espejos y muchas luces en él. En el centro de la sala había varios paquetes de pantimedias de diferentes marcas, colores y tallas, muchas de ellas eran extranjeras, puesto que no conocía ciertos empaques. Por cierto, de las que más había eran pantimedias en colores claros y de marcas como japonesas o chinas, la verdad es que no las he visto en ninguna tienda aquí, en México. Al fondo de la sala se encontraba una pared llena de lockers y cada uno de ellos tenía nuestro nombre en una papeleta. Es decir, es ahí en donde teníamos que dejar nuestras pertenencias personales. Justo a un lado de los lockers había un cesto amplio, como para ropa sucia y sí, efectivamente, la indicación de Mónica fue que, al término de la jornada, teníamos que depositar en él, las pantimedias usadas, estuvieran como estuvieran, ya que, según esto, muchas veces se rompen con facilidad; pues de cualquier forma, las tendríamos que depositar en ese cesto. También había otra indicación, que si en algún momento dado, alguno de los invitados a la reunión quisiera que sus acompañantes vistieran con dos o tres pantimedias al mismo tiempo, tendríamos que regresar a la sala y buscar el color que el invitado gustara, o bien, la que nosotros escogiéramos. Ella, Mónica estaría al tanto de la entrada a esa sala.

Nos comenzamos a arreglar para estar al pendiente de recibir a los invitados. Todas tratamos de vernos bonitas para ese momento. Todas muy coquetas nos vestimos con nuestro uniforme de trabajo. Playeras de licra ajustadas al cuerpo, sin sostén; imagínense, creo que todas estábamos con los pezones bien parados. Hay muchas que tienen unos pezones bien grandes, no manches, jejeje. Sin tanga, pantimedias, short de licra que combinaba perfectamente con la blusa, calcetas blancas y tenis blancos.

Poco después de las 6 de la tarde comenzaron a llegar los invitados y con el primer grupo de ellos venía don Armando.

Por lo que puedo entender, él, don Armando ha tenido sexo con todas nosotras, pues la forma de saludarnos fue igual, con beso en la boca y las chicas respondían de la misma forma; así es que tuve que hacer lo mismo que las demás. Para las 8 de la noche ya había cerca de 20 invitados y creo que fueron todos. Al interior de la sala principal había mucha bebida, canapés y otras botanas. Yo me quedé con Sol parada cerca de una lámpara cuando fui llamada por Mónica. Me dijo, el señor Franco quiere que lo acompañes; él es español y tiene poco tiempo aquí en México, así es que quiero que lo trates bien, por favor.

Muy nerviosa y creo que hasta temblando un poco me acerqué a él, un tipo mayor, pero muy elegante. Me invitó una copa y nos sentamos en un love seat. Comenzó a platicar de donde viene, creo era de Galicia. Fue muy divertido y me coqueteaba por todo. Constantemente se acercaba a mi y por cualquier cosa no dejaba de tocarme las piernas.

Por un momento me desentendí del resto de mis compañeras, pero no tardé mucho en darme cuenta que, quienes estábamos en esa sala, éramos solo 3 chicas más y yo. La música seguía sonando y había una pantalla enorme, reproduciendo videos musicales.

De repente alzó una mano y uno de los chicos que estaba atendiendo el bar le llevó una botella de licor; le llamó a Mónica y ella le dijo, por favor don Franco, le toca la habitación “Luna”. Se levantó del sillón, me dio la mano y me levante con mucha delicadeza. Caminamos por un pasillo largo y con poca iluminación. Llegamos a una puerta que indicaba “Luna”, abrió la puerta, entramos y wow, me quedé fría. Una habitación preciosa. Una cama matrimonial, una pantalla en la pared con películas XXX, una mesa en donde puso la botella y sus pertenencias personales; en la esquina una chimenea ficticia, con leña artificial; muy cómoda la habitación con su propio baño.

Me llevó a la cama e hizo que me recostara en ella. Puso la televisión y la película mostraba a una chica con tres negros, eso me calentó más de lo que ya estaba, creo que ya iba hasta mojada. Me quitó los tenis y las calcetas con mucho cuidado; me lamió los pies desde el talón hasta los dedos y al finalizar, metía mis dedos en su boca; yo sentía su saliva en mis dedos y los movía, creo que eso le gustó.

Besó todo mi cuerpo, pero se detenía mucho en mis piernas y en mi culo. Me pidió que me desnudara y que me acostara boca abajo. Sujetó mis nalgas con sus manos y me abrió poco a poco hasta meter su lengua en mi culo. No inventes, eso jamás me lo habían hecho y se los juro, me estaba viniendo, escurrí tanto que hasta él se sorprendió. Mamó mis flujos y después me besó; esa sensación era nueva para mi, bueno, creo que todo era nuevo y me gustaba mucho. Perdí la noción de todo; de mi novio y de mi familia y lo único que hacía era disfrutar de esa lengua juguetona, me tenía loca.

Continuará…

Si te ha gustado mi relato, espero que me lo hagas saber con algún comentario.

Besos.

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