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Miss Fortune y su musa
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Al ritmo de la música movía mis dedos, mi respiración estaba agitada y mis gemidos querían dar a conocer el acto perverso que llevaba a cabo en mi cama. Lo sentía cerca, un poco más y llegaba, un poco más tal vez un dedo adentro y obtendría esa liberación que tanto ansiaba. Aunque ese placer nunca llegó por qué el bendito celular sonó.

—¡Carajo! —grite desesperada y un poco aturdida— si no es importante me a dar un…

Mire el teléfono y era una llamada de nada más y nada menos que Natalia, mi mejor amiga y mi crush de desde que tenía diecinueve años. Éramos tan amigas que ella era la única que sabía que yo era "Miss Fortune", un seudónimo que usaba en Twitter para publicar dibujos que aspiraban a igualar el cómic japonés, además de abordar el género Hentai.

—Bueno —conteste tratando de nivelar mi respiración.

—¡Hola, Sasha! —escuchaba su risita alegre— estoy justo frente a tu edificio y con una cantidad insana de frituras y alcohol para pasar el rato.

—Vale, ya bajo por ti.

Cómo era costumbre nuestra, usábamos los viernes para juntarnos y platicar o simplemente pasar el rato viendo películas y alguna que otra serie. Lave mis manos y tome mis llaves para salir por mi amiga, unos escalones después y ya estaba en la puerta de entrada y recibiéndola. Natalia era una chica un tanto delgada, alta más o menos calculaba de 1.70, cabello castaño y unos bonitos ojos color miel.

—Vaya bajaste rápido.

—Ja, si no lo hacía ibas a empezar a llamar como loca. Lo juro, recibo más llamadas tuyas que de mi propia madre.

Ambas comenzamos a reír y subimos al departamento. Ya ahí preparamos algunos recipientes para las frituras y unos vasos para el vodka que había traído, platicábamos de cualquier cosa; algunas cosas de su trabajo y familia y yo hablando de las comisiones de dibujo que me habían llegado está semana. Aunque la notaba un poco rara, su lenguaje corporal era algo nervioso, apretaba los muslo y mordía su labio inferior, tal como si quisiera decir algo.

—¿Nat estás bien? Te noto nerviosa.

—Yo… —me desvió la mirada— es que quería pedirte algo. Pero…

—Si es dinero o que le rompa la cara al imbécil de tu novio, déjame decirte…

—No seas tonta Sasha y para tu información Alonso y yo, ya no somos novios. Es otra cosa lo que te quiero pedir.

La mire un poco sorprendida, por la noticia de su novio bueno ahora ex, pero también estaba intrigada por saber lo que quería y la tenía nerviosa.

—Sasha, quiero que me dibujes, no al estilo ese raro que te gusta. Sino algo realista.

—Vaya y ¿por qué no lo dijiste antes? Sabes que no te lo negaría.

—Bueno es que… —comenzó a desabotonar su vestido— quiero que posar desnuda para ti.

En ese momento sentí que la cara se me ponía roja, cuando terminó de desabotonar su vestido lo dejo caer al suelo y dioses arriba, no llevaba ropa interior, lo único que quedaba en ella era un par de media que llegaban hasta su muslo.

—Nat, estás segura de que esto no es un intento raro de replicar esa escena de "Titanic" —dije tratando de sonar graciosa y no tan nerviosa.

Ella simplemente me sonrió y se fue a recostar en el sillón. Sobre su espalda y abriendo un poco la piernas mientras ahuecaba con ambas manos sus tetas, volvió a sonreírme, un gesto que conocía muy bien, ese que Natalia tanto usaba justo antes de hacer alguna travesura.

—Anda, Sasha toma tu libreta de dibujo y aprovecha esta oportunidad. Recuerdo que dijiste que querías practicar más y como buena amiga quiero ayudar.

Por alguna fuerza divina me moví, tome mis cosa y me senté en el suelo para comenzar con el dibujo. A pesar de cada trazo, estaba nerviosa al punto de temblar cada tanto, sentí su penetrante mirada sobre mi. Si alguien está mañana me hubiera dicho que mi mejor amiga posaría desnuda para mí, lo más seguro es que me hubiese reído muy fuerte.

Cada minuto y yo estaba más nerviosa y ahora con el plus de sentir como la húmeda de mi coño se filtraba en mis shorts. Seré sincera, talvez estaba un poco nerviosa, pero una parte de mi mente, la más pervertida de hecho, quería que pasara algo más.

—Ah, si así.

Quite la vista de mi libreta, solo para darme cuenta que Natalia tenía una mano entre las piernas mientras la otra pellizcaba su pezón con fuerza. El espectáculo solo hizo que me mojara más, cielos quería tanto usar mis dedos para calmar mi coño que palpitaba con necesidad. Esa llama que se había apagado antes de que ella llegara, se avivó y pedía ser atendida.

—¿Que sucede Sasha? ¿Te gusta lo que ves? —gimió ella agitada.

Yo solo me quedé callada con mi respiración cada vez más pesada. En seguida Natalia abrió más sus piernas y comenzó a meter su dedo medio en ella, su coño estaba mojado lo que provocaba que sonidos de humedad se escucharán en toda la estancia.

—Vamos, dime qué no has imaginado como me follo con la mano.

Yo solo me quedé callada. Si, tal vez Natalia era mi amiga, pero eso no me detuvo de tener un pequeño enamoramiento por ella, eso no me detuvo de masturbarme la mayoría de la noches pensado que eran sus dedos y no los míos los que entraban y salían de mi coño necesitado.

Por alguna fuerza externa, deje mi libreta y lápiz a un lado. Y me acerque gateando a dónde estaba Natalia, si los dioses me habían dado la oportunidad de cumplir por lo menos una de mis fantasías, aprovecharía hasta el último segundo.

En acto de valentía pase mi lengua por el interior del muslo derecho de mi amiga, desde el inicio de su media hasta la ingle. Ella abrió los ojos sorprendida y simplemente me sonrió agregando su dedo anular a su coño, tome su mano y empecé a guiar cada movimiento que hacía, puse mi otra mano en su monte de Venus y con el dedo pulgar hice círculos en su clítoris ya hinchado.

—¡Si! Así Sasha, sigue así, haz que me corra.

Seguí moviendo con entusiasmo su mano y mi dedo, sabía que estaba a punto de llegar pues su cuerpo comenzaba a temblar. Era todo un espectáculo, un poco más y Natalia soltó un gemido tan fuerte que supe que había llegado a su orgasmo. Saque sus dedos de su coño y un hilo transparente aún los conectaba con su labios húmedos, además de ella salía ese flujo blanco que tanto me excitaba, sin pensar saque mi lengua y la pasé por toda su raja recogiendo el tan ansiado líquido. Natalia simplemente jadeo.

—Así que dime, Nat ¿cuál es tu juego? —tome sus dedos mojados en mi boca y comencé a chuparlos con los ojos fijos en los de ella.

—Siendo sincera —tomo una larga respiración—, desde hace un tiempo quería follar contigo.

—¿Si? Por eso rompiste con Alonso —fue más afirmación que pregunta.

Ambas nos miramos por un segundo, ella jadeando y con su cabello pegado a la cara por el sudor, se veía tan sexi. Era una obra de arte que quería adorar, coloque su mano a un lado de ella y acerque mi cara a su coño, su olor no podía describirlo pero en ese momento me pareció lo más dulce y atrayente que había experimentado.

—¿Estás segura? —yo sabía la respuesta pero quería oírlo de ella.

—Si, oh mierda, ¿es que masturbarme frente a ti no fue suficiente?

Con esas palabras solo sonreí, saque mi lengua y fui directo a ese botón sensible que tanto ansiaba probar. Con lamidas de gatito, movía su clítoris, sus gemidos indicaban que iba por buen camino, una, dos, tres lamidas después aplané mi lengua en toda su raja y la movía de arriba abajo. Las manos de Natalia se enredaron en mi cabello y escuchaba mi nombre susurrado, metí mi lengua en su coño y esto la hizo gemir más fuerte

Yo estaban tan mojada, que sentía mi gasto escurría por mis muslos, lleve mi mano izquierda entre mis piernas y sobre mis shorts y ropa interior moví mis dedos para dar la atención que mi clítoris necesitado tanto pedía. Cualquiera que viera la escena sabría que era la visión más erótica que tendría, yo con la cabeza entre las piernas de mi amiga y una mano masturbando me y ella pidiendo más y jadeando desnuda en mi sillón.

—Sasha, por favor sube aquí, quiero probar también el sabor de tu coño.

En menos de un minuto me levante y quite toda mi ropa mientras Natalia se acostaba en el sillón. Cuando termine me senté directo en su cara, sabía que ella quería eso, jadee fuerte cuando sentí que su lengua empezó a jugar con mis labios, la sensación fue tan fuerte que tuve que agarrarme en al reposa brazos con una mano, mientras la otra iba a estrujar mi pezón que ya estaba duró.

Sentía como su lengua paseaba por mis labios, hasta mi clítoris y algunas veces entraba en mi, quería moler sobre su cara pero me contuve. Ahora agradecía al cielo que interrumpiera mi pequeña sesión de placer con la llamada de mi amiga, de pronto sentí como uno de sus dedos, entraba en mi coño lo que me hizo gemir más fuerte, su lengua en mi clítoris solo y su dedo curvado golpeando mi punto dulce hicieron que me acercara más a mi orgasmo.

Mi coño apretaba su dedo, un poco más y llegaría a mi termino, la idea de llenar la cara de Natalia de mis fluidos también hacía que la excitación creciera. Antes de llegar me levanté de su carita, su barbilla está brillante por la mezcla de saliva y mi flujo. Sin decir nada ella solo me miró, me retire al lado opuesto del sillón y me recosté de manera que su pierna izquierda quedó sobre mi vientre.

Ambas nos miramos sabiendo que la otra entendía y así juntamos nuestros coños mojados, frotándonos en un tijera que cada vez se volvía más desesperada. Su cuerpo se movía en dirección contraria al mío y ver sus tetas rebotando me hizo desear en tomar una en mi boca y mamarla hasta el cansancio.

—Sasha ya voy a correrme.

—Un poco más Nat, un poco más nena, quiero correrme contigo.

Y así, ambas llegamos a nuestro clímax, gimiendo y jadeando. Me recosté en el sillón tratando de regular mi respiración, sentía mis piernas entumidas por mi reciente liberación y la húmeda ahora se sentía fría en mi coño hinchado.

—Sasha —jadeo Nat notablemente cansada—, me gustas y quiero… Quisiera repetir lo que hicimos otra vez.

La mire, si bien acabábamos de tener un buen polvo, la verdad es que yo me sentía insegura. Natalia acababa de romper con su novio y lo más seguro -aunque no lo crítico- es que esto solo fuera por qué estaba explorando sus intereses y pasiones.

—Nat, por mi no hay problema, pero hay que tener la cosas en claro. ¿Estás segura de lo que dices?

—Si, ahora sé que ya he terminado de comprobar que solo las mujeres me satisfacen y me traen. Incluso más que un hombre.

La mire, tenía en sus ojos decisión y seguridad de lo que decía. Bueno, dicen que el que no arriesga no gana, aunque espero que en las relaciones sea igual.

—Bien, porque necesito seguir practicando y más inspiración para subir dibujos como Miss Fortune. Entonces ¿Natalia quieres ser mi musa?

Ella me sonrió y me beso, algo me dice que esto ya no es una relación de amigas y espero disfrutar tanto como sea posible.

*************

Hola gente, espero que les haya gustado este relato, el primero de muchos que deseó brindarles. Si tiene algún comentario sobre esta pequeña obra háganmelo saber, se los agradecería mucho y así me ayudan a mejorar. Sin más me despido, ¡besitos!

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