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Mis aventuras con Srita Annonima (3): Fumando
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Llego de imprevisto a casa y te sorprendo fumando, intentas tirar el cigarro sin que lo note, pero los dos sabemos que rompiste tu promesa, en tu mirada veo sorpresa y excitación, lo hiciste a propósito, querías que lo supiera, en fin, un trato es un trato y ambos tendremos que pagarlo.

Sin previo aviso te cargo sobre mis hombros, te molesta que te cargue de esa manera, pero es la forma más fácil de hacer esto, me siento en el sillón y te recuesto sobre mis piernas, tus senos quedan flotando en el aire, el brasier y la blusa los detienen, pataleas un poco intentando escapar, pero ambos sabemos que eso no va a pasar, subo tu falda hasta dejar tus nalgas desnudas, tus medias cubren ese bonito trasero y la delgada línea de tu tanga baja por tu trasero hasta desaparecer entre tus nalgas.

-Espera…. -alcanzas a decir antes de que mi mano azote tu trasero, es la primera, aún restan varias, una por cada vez que rompes tu promesa de no fumar. Debo confesarlo, me encanta esto, la carne maciza de tus nalgas es deliciosa.

Un gemido escapa de tu boca en la segunda nalgada, intentas contenerlo, pero lo escucho, sigo azotando ese lindo trasero. Haz dejado de pelear, pero te conozco, no quieres darme el gusto de escucharte gemir, cambio de nalga, esta vez el azote es un poco más fuerte, usas tus manos para cubrir tu boca y no hacer ruido, vaya niña más obstinada eres, rompo tus medias, quiero tener contacto directo con tu piel.

Después de 20 azotes, tus nalgas están enrojecidas y muy calientes, uso mis manos para masajearlas y poco a poco avanzan entre tus piernas, inconscientemente las separas un poco, toco tus labios vaginales apenas cubiertos por la tanga, llega hasta mi nariz tu aroma de hembra en celo, y suavemente susurras -"mas".

Paso mi lengua por entre tus nalgas, bajando por el coxis hasta donde puedo alcanzar en una posición tan incómoda, me levanto y te vuelvo a cargar, esta vez te llevo a la cama, antes de soltarte busco entre los cajones y tomo la cuerda, que me espera como siempre en su lugar, te acuesto en la cama, boca abajo y amarró tus manos en tu espalda, comienzas a pelear de nuevo, te gusta apretar las cuerdas en tus manos de esa manera, durante la pelea giras para quedar boca arriba, aprovecho la oportunidad para abrir tu blusa y me llevo una grata sorpresa, los broches de tu brasier se encuentran al frente, lo sabía, esto fue intencional.

Me sonríes con esa sonrisa maliciosa y sensual, tomo una cuerda más larga esta vez y veo como doblas tu pierna mientras sonríes de nuevo, comienzo el amarre desde tu tobillo, aprieto la cuerda un poco y comienzo a amarrar bajando por tus muslo hasta la rodilla. Tomo tu otra pierna, mi excitación va en aumento, el tacto de tus medias, el olor de tu excitación y la antelación de lo que viene aumentan mi libido, esta vez tomo tu tobillo y empiezo a pasar lentamente mi lengua por tu pie, bajas tu pie por mi pecho hasta ponerlo sobre mi pene y empiezas a jugar con él, sobándolo, gimes con más fuerza y sensualmente me dices -ven, hazme tuya.

No debo caer en la tentación, debo tomarme mi tiempo así que tomo de nuevo tu tobillo y comienzo un nuevo nudo, doblas la pierna y me dejas terminar el amarre, no puedes verlo pero yo sí, estas acostada en la cama, totalmente abierta de piernas, la tanga que usas se hunde en tu vagina, remarcando los labios, el cambio de color me dice que estás totalmente mojada, tus senos se encuentran al aire libre y tienes las manos amarradas a la espalda, estas completamente expuesta para mí.

Debería poner un espejo en el techo para que puedas verte, pero esta vez tengo una idea mejor, saco la cámara y comienzo a grabar, lo verás después, me acerco a tu vagina y hago ligeramente a un lado tu tanga, estas tan apetitosa que no lo pienso dos veces y comienzo a lamerla, en cuanto mi lengua hace contacto con tu piel comienzas a gemir de nuevo, tu sabor es delicioso, podría pasarme la vida lamiendo tu clítoris.

Después de unos minutos escucho de nuevo tu voz -desnúdate y ven.

Me acerco desnudo a tu cara, abres la boca y comienzas a chupar mi pene, me encanta esta posición, tengo acceso a tus senos y a tu vagina, con una mano tomo tu pezón y comienzo a jugar con él, con la otra empiezo a masturbarte, me encanta como lo haces sin utilizar tus manos para ayudarte, tu flujo está chorreando y yo sigo masturbándote, entre más te excitas mejor chupas mi pene, me encanta el nivel al que llegas y continuo hasta que empiezas a gemir de nuevo, es increíble sentir y saber que tienes un orgasmo mientras tienes mi pene en tu boca.

Pero no quiero terminar aún, me hago para atrás y me lanzas una mirada de reproche, sé que quieres que termine en tu boca, pero no esta vez, esta vez voy a llevarte más lejos.

Bajo de nuevo hacia tu vagina, comienzo a lamer tus labios, tu clítoris y bajo un poco más, paso mi lengua por tu ano, solo un lengüetazo primero, tu cuerpo respinga, no lo esperabas. -No… -me dices en un susurro- no hagas eso…

-Shhh, shhh tranquila nena, no voy a lastimarte, te prometo que te va a gustar -continuo lamiendo tu ano, tu cuerpo se relaja, comienzas a gemir, sé que te gusta, puedo sentir el calor de tu cuerpo, en un último movimiento recorro con mi lengua desde tu ano hasta tu clítoris.

-Yaaa, cógeme… -exiges.

A sus órdenes, señora, me coloco encima de ti, hago un poco más de lado tu tanga, y comienzo a penetrarte lentamente, despacio sacando y metiendo por completo mi pene.

-Más rápido… más rápido… -ordenas.

Pero ese capricho no te lo cumplo, me gusta torturarte, sigo penetrándote despacio y en movimientos largos.

-Suéltame las manos -me pides. Salgo de tu vagina y te ayudo a girarte, estás boca abajo y aprovecho para lamer de nuevo tu ano, sabe delicioso, brincas por el beso inesperado.

Comienzo a penetrarte de nuevo, te tomo de la cadera con ambas manos, te alzo un poco y controlo la penetración, esta vez son más fuertes y rápidas.

-Suéltame… suéltame… las… manos -alcanzas a gemir. Sin detener las embestidas deshago el nudo de tus manos, te liberas y te acomodas mejor, después con tus manos tomas tus nalgas y separándolas me dices- más fuerte, más fuerte cabrón.

Pierdo el control tu sexo es delicioso, tu lujuria me embriaga y comienzo a penetrar con más fuerza y velocidad, tu orgasmo llega primero, tus contracciones me exprimen, comienzas a gemir sin control y con tus manos tomas tus senos y los aprietas lo más fuerte que puedes.

-En mi boca… en mi boca… -alcanzas a decir, me excita verte así, en cuatro, totalmente expuesta para mí, me acerco a tu boca, tomas mi pene con tus manos y me preguntas- sigue grabando la cámara?

Antes que pueda contestar metes mi pene a tu boca y comienzas a chuparlo con desenfreno a la vez que con tus manos me masturbas, es un movimiento increíble. Me tiemblan las piernas, pongo mis manos en tu cabeza y empiezo a eyacular. No me das tregua sigues chupando y masturbándome hasta que no queda más.

Tragas todo mi semen y sonriendo me dices -me pasas un cigarro?

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