Pasaron los días no supe nada del vecino esos días ni se escuchaba que estuviera en su casa, quizá el también salió de viaje a ver a sus padres o de trabajo. Mi chico me llamaba diario por videollamada y teníamos sexo virtual, obvio con las cortinas abiertas para que el vecino viera la sesión de masturbación y nos excitábamos fantaseando en que el vecino me viera desnuda y como me venía. Sin embargo y como comenté al parecer no estaba.
Era viernes, así que pensé decirle en la noche que me llamara, que ese día en la mañana ahora si me había visto desnuda, (aunque no me viera), el hecho era decirle lo que había pasado con anterioridad. La verdad aun no tenía intenciones de decirle que ya hasta me había visto masturbarme, y él también lo había hecho, le iba a decir, pero en otra ocasión. Ese día me llama y después de saludarnos y ponernos al día y cuando empezó la charla caliente que precedía a una sesión masturbatoria de hecho ya estábamos desnudos, aproveché y se lo dije.
-Hoy en la mañana salí de bañarme y deje las cortinas abiertas, cuando escucho ruido y me asome lentamente y era el vecino, pensé en cerrar rápido las cortinas, pero recordé lo que me dijiste, que te gustaría saber que el vecino me había visto desnuda, así que me arme de valor y deje abierto, me retire un poco de la ventana y me hice a la que no vi a nadie, empecé a seleccionar mis cremas pensando en si me iba animar o no…
Me interrumpe, dime que, si te animaste, dime que si le presumiste tu cuerpo, comento al mismo tiempo que masturba su verga que para eso ya estaba bien dura.
-Sí, si me vio, respondí, me vio a su antojo escaneando cada centímetro de mi cuerpo. Si me decidí a que me viera, total pensé, ya vio cuando cogías, ya vio mi concha con tu pija adentro y los pezones de mis tetas bien parados, qué más da. Así que de reojo vi que estaba parado a una distancia razonable, comencé a ponerme mis cremas empezando por mis tetas y pezones, me arregle bien mis pies como de costumbre, seguí por nalgas hasta llegar a la vulva, subí una pierna a la cama haciéndome que no veía nada para que viera mi concha abierta y vi que se empezó a masturbar.
– ¿Wow en serio? Me pregunta. ¿Y viste su verga?
-No la pude ver bien porque no quería que se diera cuenta que lo había visto, y pues creo que se vino porque escuche leves gemidos de él.
-Te hubieras masturbado para que pudieras ver su verga, le hubieras regalado un orgasmo de esos que sabes tener.
-Si pensé, pero no me dio oportunidad, ya que cuando creo que se vino casi de inmediato se fue, o pensó que si lo veía espiándome me iba a molestar. Le respondí
-Pues aun así fue rico, la próxima vez trata de que te vea masturbándote, le dices que se acerque a la ventana para que tú también lo veas masturbarse y ambos se regalen un orgasmo, me comentó.
En eso yo ya estaba a punto de venirme y explote. Para que después mi chico se viniera también pensado en lo que instantes antes le había contado.
-Mañana llego para darnos unas buenas cogidas, me comentó.
Y así fue, llegó al día siguiente.
Como un adolescente, ardiendo en deseos, en cuanto llegó apenas me saludó, de inmediato me llevo a la habitación, se fijó si las cortinas estaban abiertas, y me comenzó a desnudar, me tumbó sobre la cama, se acomodó entre mis piernas, desesperado, se escuchaba las mamadas que provocaba sus labios, chupando mi jugosa concha.
Sube y pone ese trozo de carne duro en la entrada, y yo con movimientos pélvicos le hacía saber que estaba lista para ser penetrada y bombeada a su antojo. Mamando mis tetas, acomodó su verga entre los pliegues de mis labios y de un golpe me penetró. ¡Auch! Exclamé.
Comenzó su mete y saca frenético, levantó mis piernas, las llevo a sus hombros, y quede bien abierta, se escuchaba el golpeteo de nuestros sexos chocando en conjunto con mis jugos, en ratos me lastimaba un poco. Me quejaba, pero él seguía bombeando frenéticamente, apretaba y mamaba mis tetas, jalaba mis pezones erectos y los volvía a mamar, mis gemidos eran cada vez más fuertes, el chasqueo de mi vulva era cada vez mas intenso, gemía y gritaba, en eso exploté en un intenso y abundante orgasmo.
Ricardo bajo la intensidad de sus embestidas, haciéndolas más suaves y lentas.
-¡Qué delicioso te vienes! ¡qué rica putita eres!… me decía, al mismo tiempo que me sacaba la verga de mi vagina.
-Móntame, quiero verte montada cabalgando, me pare para montarlo y en eso pudimos ver que mi vecino estaba parado.
Mi primer instinto fue taparme un poco, pero empezó a besarme, me desnudó por completo, y me decía al oído, déjalo que vea, déjalo que se deleite. Hay que hacer como que no vemos nada.
Mamando mis tetas me paro frente a la ventana, se puso atrás de mí, y empezó a pasar la lengua por mi culo, yo cerré los ojos mientras acariciaba mi concha empapada. Abría mis labios vaginales para mostrarla en su esplendor ante el vecino. Abrí los ojos y pude ver esa verga hermosa nuevamente, era una verga grande venuda, con una cabezota. -¡wow! que linda verga dije en voz alta para que me escuchara.
Mi chico se asomó y dijo, -sí tiene buena verga el chavo, admírala.
-Quiero montarte, le dije, se tumbó en la cama de tal manera que yo quedara de frente a la ventana para que me admirara nuestro vecinito.
Yo sin pensarlo me monté en la verga, abrí las piernas, la tomé entre mis manos, acomodé su verga en la entrada, claro cerciorándome que el vecino no perdiera detalle, y empecé mi cabalgata.
Yo misma me tocaba las tetas y paraba con mis dedos mis pezones, cabalgando vi de frente al vecino y le dije, masturba tu hermosa verga, mastúrbala para tu vecina, era casi la primera vez que intercambiaba algún comentario con el vecino. El salió y se puso lo más cerca de la ventana, me mostraba su verga y la masturbaba, -que rica verga tienes, le decía.
-Gracias el respondía. Usted también es hermosa. Yo cabalgando cada vez más rápido le daba las gracias gimiendo. Mi chico se quedaba callado escuchando la conversación y su respiración era cada vez más agitada.
Yo gemía, aullaba como hembra en celo, me lamía los labios viendo esa gran verga de mi vecinito. -¿te gusta la verga de tu vecinito verdad? Preguntaba mientras se movía cada vez más fuerte dando chirlos en mis nalgas.
-Me encanta le respondía entre gemidos.
-¿Les puedo pedir un favor? Dijo el vecino.
-Claro, dime.
-¿te puedes poner en 4? Respondió el vecino.
Sin responder, me colocó en 4, me penetró y comenzó su bombeo. Haciendo sus embestidas cada vez más duras. Yo gritaba como loquita.
-¿Quiere ver mi leche otra vez? Me dijo el vecino
-Siii, inmediatamente le respondí, quiero ver cómo sale tu lechita.
¡Ouuu! gimió el vecino para dar salida a una gran cantidad de semen. -Mire como me vengo por usted ¡mire!, me decía el vecino viniéndose abundantemente, aventando chorros que atravesaban la reja de la venta cayendo al patio que nos separaba.
Aullaba y gemía como loquita por ese regalo seminal, no le despegaba la mirada de su verga.
-¿te gusta?, ¿te gusta verme así de puta?
-Si mi amor, eres la mujer más puta, así es como te quería ver, así es como quería que otro te viera desnuda, decía mi chico.
En eso revente en un orgasmo intenso, se podía escuchar mis gemidos , mezclados con gritos, y sentí que la verga se comenzó a hinchar dentro de mi cavidad vaginal, para después sentir una enorme explosión de semen dentro de mí, sentía la verga palpitar en mi interior que me hizo desvanecer, es como si esperara eso para caer rendida.
Me sacó la verga, y le dijo a mi vecino, ¿te gustó?, ¿Qué tal esta Lau?
-Es hermosa, es una delicia. Su vagina y sus tetas son una maravilla, le respondió. Gracias por permitirme ver. comentó.
-Qué bueno que te gustó, solo te pido mucha discreción por favor sobre todo con los vecinos. Sino no vas a ver nunca mas nada.
-No se preocupe, soy de buenos principios y jamás haría o comentaría algo que los ofendiera. Respondió el vecino. En eso le entro una llamada y se tuvo que retirar.
-Me encantó esto Lau, gracias por complacerme, me besó y nos quedamos dormidos.
Me encanta espero que pronto hagan un trío