Me llamo José y tengo 21 años cumplidos y hoy les contaré acerca de mi primera vez con una madura, debo decir que fue mi primera vez teniendo sexo con mi vecina, en aquella ocasión ella tenía 41 años y yo 18 años.
Era un sábado por ahí de las 8:00 pm, mis hermanas mayores y yo le organizamos una fiesta a mi madre por sus 52 años en un salón e invitamos a toda la familia, amigos y claro a mi vecina, ella era amiga de la familia desde mucho tiempo, la fiesta fue un éxito, algo que nos tomó por sorpresa, pues habíamos creído que al menos la mitad de los invitados irían, gracias a esto debíamos ir a comprar cosas, entre ellas refrescos, botana, cervezas, etc.
Mi vecina Janeth y yo nos la pasamos el mayor tiempo juntos en la fiesta, mi vecina es de una estatura como de 1.77, es unos centímetros más alta que yo, piel clara, ojos verdes y melena rubia, toda una mujer hermosa, ella y yo somos muy unido, ya que me conoce desde que soy un bebé, ella me considera como su hijo, ya que es una mujer soltera y siempre quiso tener un hijo. Una de mis hermanas le pidió a Janeth que si podía ir a comprar unos refrescos ya que se estaban terminado, ella muy amablemente dijo que si y me pidió que la acompañase.
Íbamos en su automóvil e íbamos platicando, ella me pregunto sobre mi novia y yo le conté que mi ella me había terminado días atrás y le platique que estaba algo triste últimamente por la ruptura, ella me dio ánimos y me dijo que dejará de pensar en eso y me dijo demás cosas y mientras me decía aquello, ella me puso una de sus delgadas manos en la pierna.
"Esa muchacha no sabe lo que dejó ir, eres un muy buen muchacho y buena persona, no llores por alguien que no te merece, corazón " me dijo eso mientras me acariciaba la pierna. Ella me decía "corazón" desde siempre, una forma de mostrar su cariño a mí.
Debo decirle de que ella me cuidaba cuando mi madre o mis hermanas mayores no podían hacerlo así que ella me cuidaba en su casa por las tardes, de ahí él porque del cariño que me tenía y de por qué ella y mi familia eran muy unidos.
Regresando al relato, recuerdo que mi poya se puso erecta, me había tomado por sorpresa que me acariciara de esa forma, ya que nunca lo había hecho, no sabía porque pero era como una señal de lo que se acercaba. Janeth puso su mano en mi verga y yo me sorprendí que lo hiciera, recuerdo que ella no me miraba mientras me acariciaba la verga pero veía como mordía sus labios, yo en esos momentos no sabía que hacer o decir, me tenía sorprendido, pero yo no quería que parase, debo decirles que ella siempre me había atraído y muchas veces fantaseé con ella en pensamiento eróticos.
Después de un rato llegamos a su casa, ella me dijo que días atrás había comprado refrescos para la fiesta y los había olvidado, más bien ella ya tenía planeado todo.
Cuando salimos del coche ninguno de los dos dijo nada de lo ocurrido y ella actuaba como si nada hubiera pasado.
Entramos a su casa y subimos los refrescos al auto y por ultimo me pido que la acompañase por un regalo que tenía en su habitación un regalo que yo creí que era para mi madre, pero después descubrí que era para mí.
Entramos a su habitación, primero yo y después ella, ya estando en la habitación ella se me puso enfrente y me comenzó a besar, rodeo mi cuello con sus brazos y me aferro a ella.
Está ves no me sorprendí y la tome de la cintura, la poya estaba bien dura y mi mente me decía que debía cogérmela. Así que ella tomó la iniciativa y me sentó en la cama, frente a mí se comenzó a quitar el vestido y dejo lucir su hermoso cuerpo de mujer madura frente a mis ojos.
Se sentó en mis piernas y comenzó a abrir la camisa de botones, yo excitado seguí su juego y me desabroche el cinturón mientras nos besábamos apasionantemente y le acariciaba las tetas y luego las pequeñas nalgas. Ya desnudo, ella me empujó hacia atrás para estar totalmente acostado, sus labios bajaron por todo mi cuerpo hasta llegar a mi verga, ella comenzó a comérsela con mucha habilidad, mi corazón se aceleraba, no podía creerlo, mi primera vez.
Ella me masturbaba mientras se llevaba mis huevos la boca. El éxtasis no tardó en llegar, llego como una tormenta, era muy precoz. Aún recuerdo el cosquilleo e todas mis piernas de virgen, y el placer que sentí era tanto que mi espalda se curveo Y yo cerré mis ojos.
Cuando termine de llenar su boca con mi leche, ella se subió a mi cara e hizo que le lamiese el depilado coño, el sabor del coño era muy delicioso y era muy suave, toda su piel era hermosa.
Yo era un inexpertos en el sexo así que ella me indicaba como comer su rico coño, le metía la lengua a la vagina y dedos, no me costó mucho tiempo aprende como hacerlo. Ella se agarraba las tetas y agarraba en un puño mi cabello, sus gemidos hacían que me excitara más, ella me pidió que le lamieras el clítoris y así hice, su cuerpo se estremecía más y más hasta que se vino.
Después de lo anterior ella se puso en cuatro patas y la penetre, era lo mejor del mundo, mi verga en su húmedo coño, sentía como mi poya se endurecía más, sus gemidos no se hicieron esperar y salieron fuerte y claros, "¡Siiii!… ¡Aaaah!" gritaba y eso me ponía la poya muy dura, yo entraba y salía con violencia hasta que por fin, al mismo tiempo, ambos nos corríamos.
Llene de leche su rosadito y lindo coño. No voy a negarles que mis piernas temblaran un poco y que por momentos puse los ojos en blanco, recuerdo que ella gritaba mi nombre "¡JOSÉ!", eso era lo más excitante, ser deseado, nos quedamos unos minutos más acostados antes de regresar a la fiesta.
A partir de ese día descubrí lo adicto que me volvería al sexo, ella y yo aún tenemos sexo, llevamos una vida secreta de amantes, cada que ella quiere sexo o yo lo pido, ambos accedemos.
Espero y les haya gustado, tengo otros relatos con tres maduras más, con gusto se las narraré.