Ella me desató y mis dedos la penetraron por los dos agujeros, le saqué dos orgasmos y caímos agotadas. En medio de las sábanas recién puestas y ya sucias. Nos dimos un beso y nos dormimos.
Así era como terminaba la segunda parte de mi relato. Pues, al día siguiente, nos levantamos tipo 10 y desayunamos.
“Que nochecita, por favor, me volviste loca con tu fantasía, tengo que reconocer que me gustó y mucho, todo, todo. Y también que te quedaste corta al decirme lo maravilloso que es el sexo. Que buena tía que sos!!!”
“Si, realmente fue espectacular, y te confieso que es la primera vez que estoy sola en la cama con una mujer, siempre lo hice con Marcos, pero anoche fue genial”
Aprovechando que era temprano llevamos la ropa al lavadero, porque no quedaba ropa de cama limpia, de allí a la playa.
“En una de esas vemos el chico de ayer, el fornido, y como venimos de calentitas, hasta le podemos hacer el favor” me dijo Ana.
“Dale Ana, seguro que al final te tiras atrás, por Marcos”
“Bueno, déjame soñar”
Tomamos sol, Ana no paraba de chatear, yo al contrario, había apagado mi teléfono.
Caminamos por la playa y en un barcito almorzamos. Cerca de las 6 volvíamos para la casa y Ana me dijo:
“Por qué no vas buscar la ropa, mientras me baño. Así cenamos temprano”
“Dale, voy”
Fui, y como había un poco de gente me demoré unos minutos. Cuando entre Ana estaba en la cocina aún con la biquini.
“No te bañaste?”
“No flaca, no. Me entretuve con el teléfono, bañate vos, que yo acomodo la ropa.”
Fui al cuarto que teóricamente yo ocupaba, preparé la ropa para ponerme y me metí a la ducha. Mientras enjuagaba mi pelo escuche que se abría la puerta del baño, corría la cortina de la ducha y me decía:
“Sobrina, necesitas que la tía Ana te enjabone la espalda”
Y dicho esto, sin esperar respuesta tomó el jabón y me empezó a enjabonar, enseguida soltó el jabón y sus manos no paraban de acariciarme, entraban y salían de mi concha.
“Otra fantasía?” pregunté:
“Y que fantasía, dale, dejate llevar por la tía Ana”
“Bueno tía voy a ser una buena sobrina”
“Nos besamos y acariciamos”
Ella había traído el aceite, y se pegó contra mí y lo vació en nuestros pechos, haciendo que los dos cuerpos reciban el líquido. Rápidamente, nos acariciamos para repartirlo en todo el cuerpo, incluido nuestros sexos y anos.
“Ahora, vamos a gozar, como dos buenas putas que somos”, me volvió a vendar y así, llenas de aceite salimos del baño, pero me di cuenta, que íbamos al comedor en vez del cuarto. Me volvió a atar, y a los segundos puso un vaso en mis labios.
“Hoy va a ser un poco más fuerte, por eso cambiamos por vodka.”
Tomé un trago, y era mucho más fuerte que el whisky. Ella empezó con su juego de caricias, besos, toqueteos. Ya desde que estábamos en el baño yo estaba mojada, sabía que con Ana solo podía venir placer. A los cinco minutos ya estaba teniendo orgasmos. Me extrañaba la respiración acelerada de Ana, era su señal de mucha calentura, no gemía mucho, ella hablaba y respiraba agitado.
Me puso de rodillas y sentí sus labios junto a mi oído
“Putita, te acordás de anoche, pues vamos a repetir algunas partes otras, van a cambiar.”
Eso me excitaba, lo impredecible de Ana
Metió tres dedos en mi boca. “Como ayer putita, chupa lindo, limpia estos dedos como si fuera la pija de tu hombre”
Escucharla ya me calentaba, como ella me enseñó fui buscando mi placer chupando esos dedos. No podía entender como me calentaba tanto, y me retroalimentaba la calentura. Justo cuando estaba por llegar a un orgasmo se detuvo y sacó sus dedos.
“Que pasa, ya te la creíste, que no le vas a hablar a tu macho?
“Si, claro que si, te quiero más caliente que ayer, quiero ver esa cara de placer total, soy tu puta mujer y quiero que me cojas bien cogida, por los tres lados, boca. concha y culo. Quiero que no me tengas piedad, que me hagas gozar mucho”
Fue cuando quise volver a chupar los dedos de Ana, que no los encontré. Me desesperé. Buscaba con la boca abierta esos dedos con desesperación, de pronto siento que me toma de los pelos con fuerza y entra en mi boca… una pija. Quise salir pero no pude por estar tomada de los pelos. No entendía nada, como una pija, y por la temperatura que sentía que emanaba no era un consolador. Fue como si desataran un volcán dentro de mí. Besaba, chupaba lamía. La mano que me tomaba del pelo me soltó.
“Ahora sí, se acabaron los juegos, quiero verte destruido, te voy a coger hasta hacerte pedir por favor, sentí como te chupo, quiero sentirla a punto de estallar, y que me rompas toda”
Estaba enloquecida, por fin iba a gozar de un hombre, no sabía quién era, pero eso no me detenía.
“Uy, que caliente que estas, sos una olla de presión.”
“Si, y soy muy puta para mi macho.”
“Cuidado, podes desatar su volcán”
“Eso quiero, sentir su volcán, hirviente y explosivo”
Ella mientras tanto se aprovechaba y chupaba mis pechos, metía dedos en mi concha y ahora me metía dos en el culo. Lujuria total, de pronto todo se paró
“No, por favor, no se detengan”
Por el tamaño las manos que me tomaron de los brazos supe que era Ana, me hizo parar en un lugar, hizo que separe las pierna y me dijo, anda bajando para sentarte, despacio, muy despacio, te van a guiar de la cintura, no hagas movimientos bruscos que te podes lastimar.
Por Dios, que me iban a hacer, pero al sentir la puta de ese pene, lo supe de inmediato, estaba en mi ano, queriendo entrar. Se notaba que como mi culo, estaba con crema o aceite porque no fue muy difícil. Un fuego interno, junto con algo de dolor, fue creciendo.
“Más, quiero más” decía yo.
“No, despacio, te va a desgarrar”
No la escuche, y haciendo fuerza para soltarme de las manos que me tomaban de la cintura, me la enterré hasta el fondo. Respiré hondo, tratando que el dolor pasara. Lentamente empecé a moverme, a subir y bajar. Ahora las manos que tomaban mi cintura tomaron mis pechos y atrajeron mi espalda hacia su pecho. Su presión sobre mis tetas, sus pellizcos en mis pezones solo hacían que aumentara mi velocidad. Sentí la boca de Ana en mis pechos, no eran mimos, eran mordiscos suaves, y en los pezones me causaban bastante dolor. De pronto me sacó la venda. Su cara de excitación era impagable. Me tomó de los cabellos de ambos lados de mi cabeza y no me dejaba mover.
Al estar ella casi sobre mí, no me podía mover. Ahora era esa pija la que entraba y salía de mi concha. Y como me gustaba.
Ana me miraba con odio.
“Hija de puta, te estás haciendo romper el culo por Marcos, por mi novio. Sos la primera mina que dejo que se lo monte, yegua puta.”
No lo podía creer, efectivamente era Marcos, por dios que rico que coge, pensé. Era un pistón entrando y saliendo de mí. Ana se fue bajando y metió dos dedos en mi concha los mojó bien y casi a la fuerza los metió en mi boca, para que los chupe. Me mostró otros dos dedos de su otra mano
“Te acordás de estos, bueno, bancalos porque van a ir por tu punto G”
Fueron y lo encontraron, ella buscó mi clítoris y lo encontró. Puse las manos en el espaldar del sillón y comencé a moverme como loca, todos mis agujeros ocupados. Gritaba como loca, hasta que llegué un gigantesco y durísimo orgasmo.
Con poca ternura me corrió Ana, lo montó a Marcos mirándolo a la cara y enterrando la pija en su concha.
“Hijo de puta, le estrenaste y le rompiste el culo a la Flaca, mi sobrina. Y sé muy bien que te gustó, no lo hiciste de bueno, guacho. Ahora mejor que tengas fuerzas para mí, porque te corto las pelotas.”
Como pude me recompuse. Me paré detrás de Ana. Ahora el turno de mi fantasía. Lo mire a Marcos, me escupía mis dedos y me apretaba los pezones y los pechos. Veía la cara su cara enrojecer. Baje mi mirada al culo de Ana, y lo volví a mirar. Metí dos dedos en mi boca y le mostraba a Marcos como los chupaba. Los puse delante de mi boca, los escupí y lo miré. El entendió que estaba todo listo y abrazó con fuerza a Ana. Fue un solo movimiento y estaba adentro de su culo. Dio un grito de dolor. La tomé del pelo y la hice arquear.
“Ahora empezamos a estar a mano, vos fantasías tuya contra una mía. Esta, verte gozar como una puta y ayudar a hacerte mierda. Marcos chupale estas tetas putas y sensible que tiene, mordelas, ah y dale unos buenos azotes en el culo”.
Marcos lo hizo y ella gritaba de placer, luego de un rato y en medio del frenesí, les ordené que se detengan.
“Ana, ahora vas a saber la fantasía oculta e incumplida de Marcos, prepárate” le susurre imperceptible para que Marcos no escuche
Ana dio vuelta su cabeza y me miró intrigada.
“Pobre Marcos, sos tan bueno que no te atreves a pedirle a Ana tu fantasía, pero yo la descubrí. Cerrá los ojos, toda tu pija está en la concha de Ana, la llena por completo y si prestas atención vas a sentir como Ana tiene otra pija adentro, en su culo”.
Marcos respiró profundo, yo aproveche para meter mi cuarto dedo.
“Sentís Marcos, podes sentir esa pija que le rompe el culo”.
“Si, la muy puta tiene las dos pijas adentro”.
“Y vos que vas a hacer, te vas a quedar quieto? Dale con todo, reventala”.
Marcos se empezó a mover con todo, estaba totalmente alienado, de repente le dio una bofetada en el culo, que lo dejó rojo, Ana bufaba como toro. Marcos la tomó del pelo y le dio una bofetada en la cara.
Estuvo un rato así, Ana por momentos caía semi desmayada del placer.
Marcos se comenzó a levantar por lo que me salí de ella.
“Marcos por favor no doy más, estoy perdiendo el sentido, para mi amor, por favor”.
Él la tomó por los pelos, la puso de cara contra la pared, y la penetró por el ano, con tanta fuerza que Ana quedo con los pies en el aire. Con las manos en la cintura de Ana, la sostenía en el aire. Me puse detrás de él y acariciando su espalda, y refregando mis tetas contra su espalda le hablaba.
“Así Marcos, gózala con todo, es tu puta y de nadie más, que le quede claro. Y hablale. Decile lo que quieras.” Le dije.
“Te amo Ana, sos lo más en mi vida, y me haces gozar como ninguna, bien puta, bien mujer.”
Ana gozaba orgasmo tras orgasmo.
Cuando Marcos acabó dentro de Ana, ella se empezó a sacudir con codo. Su orgasmo gigante había llegado.
Cuando él se salió de ella, tuvo que alzarla en brazos para llevarla al sillón. Del culo de Ana, caía el esperma de Marcos y de su concha sus propios jugos.
Marcos se sentó junto a ella. Yo serví vodka para todos y se los acerque.
Traje una silla y me senté frente a ellos.
Ana empezó a reaccionar.
“En serio que querés hacer un trio, compartirme con otro hombre, o verme con otro hombre?”
“Ahora no, la flaca me exorcizó. Pude haberla tenido, pero ahora, no. Te lo aseguro. Pero, si te digo que me encantaría otros con la flaca, sabe ponerte en tu lugar, Jajaja”
“Hijo de puta, y a vos te gusta cogerla y mucho”
“Si, hay que ver si a ella le interesa, no?”
Solo sonreí. Tomamos el tercer vodka y mi cerebro ya estaba a mil, Fui al baño a hacer mis necesidades y cuando salí me cruce con Ana. Aproveche para decirle algo a Marcos y le gustó la idea. Yo todavía debía sentir el placer de que un hombre me acabe en la concha.
Entre los dos la sorprendimos y la atamos como ella me ataba a mí, con las manos al costado del cuerpo. No quería de ninguna forma, pero la dominamos y finalmente la llevamos al cuarto y la sentamos en el borde de la cama. Marcos y yo nos comenzamos a besar y acariciar, yo refregaba mis pechos contra el suyo. Cada tanto le decía algo a Marcos.
“Sabes que sos el primer hombre que me ha a sacar un orgasmo por la concha”.
“Soy casi virgen, solo cuatro usos, y hace cuatro que ninguno, esta cerradita, mmm como te va a gustar”.
Me puse de rodillas y lo comencé a besar, chupar, lamer. Mientras lo hacía la miraba a Ana.
“Hay Marcos, esta tan gordita, tan dura, pero estoy toda mojadita por vos, mira, estoy chorreando al piso. Tanto es lo que te deseo”.
Ana no podía creer como estaba Marcos, y tampoco como estaba ella misma.
“Putos, suéltenme, estoy muy caliente, déjenme tocar por lo menos” dijo.
“No, porque te vas a querer meter, ahora es todo mío, no, soy toda suya, toda para que me de todo su placer y su leche”.
Marcos a esto acariciaba mi cabeza y cuando metía su pija en mi boca me tiraba de los pelos. Me senté en una silla y abrí por completo las piernas. Metí un dedo y lo miraba a Marcos.
“Mira Marcos solo un dedo entra de apretadita que esta”
“Mentira” gritaba Ana.
Pasaba mi lengua por los labios mientras miraba como él se masturbaba lentamente.
“Venía a mi lado Marcos, así me coges la boca mientras te termino de calentar mi volcancito”
Él se puso a mi lado y tomándome de la cabeza me cogía la boca. Yo apretaba los labios para darle más placer. Cuando yo no daba más, lo tomé de la mano y acomodamos a Ana en la cama boca arriba. Yo me senté a la altura de su boca, dejando poco espacio cosa que pueda chuparla. Marcos se puso detrás de mí, y apoyó su pija en mi concha, y empezó a empujar lentamente.
“Sin piedad y hasta el fondo, cógeme duro, bien duro”
Me hizo caso y me enterró todo hasta golpear sus pelotas contra mí. Se detuvo, me dio tiempo a acostumbrarme, realmente era estrecha para semejante pija.
“Dale tranquilo, como te pedí, bien duro. Ah, tía Ana, si tenés ganas y un tiempito, me chupas la concha”.
Cuando vio que Marcos se empezaba a mover, ella comenzó a chupar, la hija de puta sí que sabía hacerlo. Entre los dos, me hacían gozar todo el placer posible. La solté a Ana, y se llevó las dos manos a la concha, se tocaba el clítoris y se daba dedos mientras me chupaba. Yo no quería que el placer acabara. Quería seguir con esa pija en la concha todo el tiempo que pudiera.
Por suerte Marcos cuando sentía que iba a acabar, bajaba el ritmo o la sacaba para volver a meterla.
Fueron muchos minutos de placer. Cuando sentí que era suficiente para una primera vez real se lo dije.
“Marcos, quiero sentir como te descargas dentro mío”
Él se masturbó un poco y bombeo cuatro o cinco veces y se corrió dentro mío. Ana lo pudo hacer también.
Dejó pasar un minuto y la sacó, pero solo para ponerla en la boca de Ana, que tenía el rostro cubierto de jugos y semen que caía de mi concha. Cuando él se la sacó de la boca ella fue guiando todo lo que tenía en la cara a su boca y lo saboreaba y lo tragaba.
“Hijos de puta, que polvo se tiraron. Gozaste cogiendo una casi virgen amor?”
“Mucho Ana, y sobre todo viéndote sin poder intervenir”
“Maldito. Y vos Flaca, ahora qué opinas del sexo, es tan malo como te contaron?
“Si, malísimo!!!”
Bueno chicos y sobre todo chicas, por ahora este será el último relato. Si les gusta, dejen sus comentarios y quizás me anime a acércale a Mike, algunos otros, incluso historias con él.
Besos dulces y calientes.
Marisa