Mi nombre es Alan, tengo 35 años y mi esposa la misma edad, mi suegra tiene 65 años y desde que la conocí siempre tuve ganas de estar con ella en la cama. Es petisa con unas tetas enormes y un buen culo, un poco gordita, pero se le marcaba la cintura aun. Mi suegra vive sola, enviudó a los 60 años y desde ese momento siempre se vestía un poco provocativa, habitualmente llevaba una remera o vestido con un buen escote y calzas o polleras cortas, cuando la visitábamos con mi esposa solía usar mini shorts y remeras un poco transparentes, siempre estaba cómoda en su casa.
Mi esposa me contó que había tenido varios novios, pero siempre hombres casados, que era en ese momento la miré serio a mi esposa y le dije:
-Ahora que nos casamos mi suegrita me va acosar sexualmente.
Ella se mató de la risa y me respondió que podía ser que tenga cuidado y que además le gustaban los jóvenes también.
Desde que mi esposa me contó eso, mi morbo creció y quería buscar la forma de seducirla y hacerla mi amante. Una vez a la semana mi suegra pasaba un rato a visitarnos, tomábamos un café o se quedaba a cenar, empecé a ser más atento, halagos clásicos… que era una mujer hermosa, que como podía ser que este sola, que tenía que buscarse aunque sea algún amante para divertirse. Cada vez que le decía algo así me respondía “muchas gracias yernito o que loco que estas yernito” y se reía tímidamente.
Navegando en internet, vi una publicidad de perfumes con feromonas, las opiniones eran regulares, pero bueno… me decidí a probar. Cuando llegó el perfume, para que mi esposa no sospechara, vacié uno de los perfumes que tenía y coloqué el perfume con feromonas.
El viernes venía mi suegra a cenar, me di una ducha y me puse el perfume, mi esposa lo notó y le dije que era nuevo que estaba probando. Llegó mi suegra y la abracé bien fuerte y le apreté las tetas contra mi pecho, que placer, ya se me estaba poniendo dura. Cenamos charlamos y siempre trataba de estar cerca de ella, pero nada, en un momento empezó a decir que tenía calor y se abrió unos botones de la camisa, pero nada.
La otra semana mi esposa tenía que hacer un viaje por trabajo y viernes, sábado y domingo no iba a estar. El viernes por la tarde mi esposa ya de viaje me manda mensaje diciéndome que mi suegra iba a pasar a buscar unos zapatos, a los 5 minutos me manda mensaje mi suegra.
-Hola yernito, tengo que pasar a buscar unos zapatos, en que horario te encuentro?
Era mi oportunidad, así que le respondí:
-Voy a estar a la noche, pase tipo 8 suegrita y quédese a cenar conmigo.
-Paso un ratito no más, no te quiero molestar, ahora que estás solo seguro querés descansar.
-No me molesta para nada suegrita, al contrario, hágame compañía que si no me siento solo, no sea mala con su yernito.
-Bueno está bien, pero cuando quieras que me vaya me decís y me voy.
Me bañé, me puse el perfume y a las 8 en punto tocan timbre, era ella, cuando abro la puerta estaba con un saquito largo.
-Pase suegrita, que pasó, le agarro frío?
-Un poquito no más.
-Bueno acá esta calentito que tengo el horno prendido, así que póngase cómoda.
Cuando se sacó el saco me quedé mudo, tenía puesto una pollera de jean cortita y una remera escotada que le marcaban bien las tetas enormes que tenía, me quedé como tonto mirándola y le digo:
-Que hermosa que está suegra, cada día parece más joven.
-Ahí no seas exagerado yernito.
-En serio le digo, todos los hombres deben estar enamorados de usted.
-jajaja ninguno que yo sepa…
La cena estaba casi lista, así que abrí un vino, cenamos y nos reímos y la miraba con mucho deseo, ella cada tanto también lo hacía.
-Yernito, parece una cena romántica esto.
-Si tal cual, como si fuéramos pareja.
-jajaja nunca podría ser, por la diferencia de edad.
-No diga pavadas, la edad no importa para esas cosas. Voy abrir otro vino suegrita, me quedé con sed.
-Bueno, pero me parece que vos me querés emborrachar.
-Me descubrió! Jajaja.
-Jajaja sos un loco yernito, no me des de tomar mucho porque después voy a querer bailar.
-Bailamos todo lo que quiera.
-Te tomo la palabra.
Mi suegra estaba sentada frente a mí, abro el vino y mientras me sirvo, ella coloca los codos sobre la mesa y sus pechos también y se los aprieta, lo cual le hace saltar mucho los pechos y me mira a los ojos y me dice:
-mmm yo también quiero.
-Ya le voy a servir suegrita, quería probar que esté bueno, no sea tan ansiosa.
-Bueno espero sommelier. -Sonríe y me sigue mostrando los pechos y no puedo evitar mirarlos.- Te gustan me parece, siempre me estás mirando las tetas yerno desubicado.
-Ahora que estamos solos se lo puedo decir, son muy hermosas… le pido disculpas si la incomodé.
-Para nada, pero bueno soy tu suegra, no deberías mirar (sonrió y me miró de una forma muy provocadora)
-Le prometo no mirar más -y le guiño el ojo.
Seguimos tomando y hablando de otras cosas hasta que me dijo:
-Bueno basta! ahora hay que bailar yerno. -Puse música lenta y romántica, que sabía que era lo que a ella le gustaba, estábamos los dos parados bailando y la agarré de la cintura y la traje a mi hasta que le apreté bien sus grandes tetas contra mi cuerpo, mi suegra se relajó y me abrazó y seguimos bailando.- Que rico perfume que tenés yernito.
-Hace poco empecé a usarlo.
-Sí, me di cuenta, me encantó.
-Quiere olerlo mejor? -Me agaché y le acerqué mi cuello cerca de su nariz.
-Mmm me gusta mucho.
Seguimos bailando y la di vuelta y la abracé por atrás agarrándola por la cintura, tenía la pija muy dura y se la apoyé en culo grandote, no me dijo nada y seguimos bailando lentamente, ella se abrazaba a si misma mientras me fregaba el culo en la pija, entonces la agarré de sus manos y empecé a acariciarla primero su cintura y empecé a subir lentamente, me acerqué a su oído y le pregunté:
-Le gusta bailar así?
-Sí, me encanta yernito.
Entonces intenté subir un poco más y rocé sus tetas mientras la acariciaba su estómago, iba a intentar agarrarle las tetas, si me decía algo le iba a decir que fue culpa del alcohol. Me animé y se las agarré y se sorprendió, pero al instante sonrió y cerró los ojos y empezó a disfrutar las caricias que le daba, cada vez se las agarraba más fuerte y se las apretaba, hasta que empezó a respirar más rápido, entonces la giré de golpe, estábamos tan cerca, me quedé mirándola a los ojos y ella sonrió, y entonces la besé apasionadamente, empecé a acariciarle todo el cuerpo, bajé las manos hasta su culo y se lo agarré bien fuerte y ella gemía:
-Si yernito, haceme tuya.
Empezó a acariciarme la pija sobre el pantalón y me decía “que dura que está” y le respondí “…vos me la pusiste así suegrita, ahora te vas a tener que hacer cargo y sacarle toda la leche”.
La senté en la silla y me quedé parado, quedó justo a la altura de mi pija.
-Me la vas a chupar?
-Si ¡toda, bien chupada, y te voy a sacar la leche, tenía muchas ganas de hacerlo!
Me bajé el pantalón de golpe y saltó mi pija en su cara, al instante la agarró y empezó a chuparla, la chupaba con muchas ganas, movía la cabeza como loca, hasta que la agarré e intente metérsela toda, entró bien adentro y cuando la saqué me dijo “así te la chupa mi hija?”, “No suegrita, vos lo haces mejor” y la agarré de la cabeza y le dije “chupámela un ratito más”, se sonrió y siguió con mucho gusto, se notaba que lo disfrutaba. Le saqué la pija de la boca y la agarré de la cabeza y empecé a pasársela en la cara, mi suegra sonreía y gemía y me decía: “sí que rico, seguí, estaba muy caliente”…
-Quiero que me cojas yernito, bien duro como la coges a mi hija.
-Si suegrita, vas a ser mi putita?
-Si toda tuya, haceme lo que quieras.
La agarré y la llevé al cuarto, me senté en la cama y ella quedo parada frente a mí, le saqué la remera y el corpiño y empecé a chuparle las tetas, se las apretaba y se las mordisqueaba y metía mi cara entre las dos, ella gemía y gemía y me acariciaba la cabeza. Después de un momento se sacó la ropa que le quedó y me dijo:
-Ya estoy toda desnuda, en qué posición me vas a coger?
-Ponete en cuatro.
Me miró con cara de pervertida, se subió a la cama y paró bien el culito, miró para atrás y me preguntó “así está bien?”. Le dije “estás perfecta” y me acerqué y se la metí toda de golpe y pegó un grito de placer, la agarré del pelo y empecé a darle y darle y ella gemía y gritaba “sii!! Sii!! no pares seguí! Seguí!”. Le daba chirlos en el culo y más gemía.
-Te gusta que te coja así putita?
-Siii me encanta!!! Que bien que me coges yernito!
Le di un buen rato así y le dejé el culo bien colorado de tantos chirlos, mi suegrita estaba toda transpirada y agitada y le pedí que se acostara en la cama boca arriba, lo hizo y tenía toda la vista de ella con sus tetas enormes, se las agarré con fuerza y las apreté y empecé a chupar y mientras lo hacía apunté mi pija y empecé a metérsela. Me levanté y le agarré sus manos y se las junté para que apriete bien sus tetas y empecé a moverme y veía y disfrutaba de sus tetas moviéndose al compás de las embestidas. Siempre imaginé tenerla así, así que aceleré para que se muevan más sus tetas.
Mi suegra estaba contentísima, sonreía todo el tiempo y me decía “sos mi yernito favorito, me encanta como me das y me das el gusto yernito, seguí así, seguí así que me estoy por venir”, con más ganas le empecé a dar, ella solo cerró los ojos y gemía mucho, hasta que empezó a temblar y a gritar y sentí toda mi pija y mis bolas bien húmedas por sus líquidos, eso me re calentó así que le seguí dando más fuerte “ya me vengo también suegrita”. Ella solo seguía perdida del orgasmo que estaba teniendo y no aguante más y le llené toda la concha de leche, caí sobre ella y me dijo:
-Que rico yernito, hace mucho que no me hacían sentir así.
Me acosté en la cama y se me subió arriba y me empezó a besar todo, descansé un poco mientras ella seguía acariciándome, hasta que se me puso dura de nuevo. Empezó a hacerme una paja y me dijo “ahora me toca a mí”, se subió arriba de mí y se la metió toda de una y cabalgaba como loca, paró un rato y me dijo “sentate en la cama”, me senté, pero esta vez en cada movimiento que hacia me chocaba las tetas en la cara, me volvió loco, así que la agarré fuerte de las nalgas y le empecé a dar bien fuerte y ella gritaba como loca, y las tetas chocaban y chocaban contra mi cara…
Ya estaba por acabar de nuevo y le dije que se ponga de pie, que le quería dar así, ella solo sonrió con cara de pervertida y me hizo caso, estaba mi suegra ahí parada en la habitación desnuda y de espaldas, ni bien me paré ella dijo “uy! se me cayó algo!”, se agachó y quedó su culo bien parado, la agarré de la cintura y se la metí toda bien adentro, ella solo dijo “…Aaaii yernitooo” y empezó a gemir y gemir mientras le daba, me dijo “dame toda tu lechee yaaa!!!” Le di más rápido y más fuerte, ya no aguantaba mucho más y llegué, otra vez le llené toda la concha de semen a mi suegrita.
La saqué despacito y la ayudé a levantarse, le costó un poco, se notaba que ya no estaba para esos trotes, se acostó en la cama bien sonriente y me empezó a decir lo bien que la había pasado, y empezó a cambiarse, le dije que se quedara, que si a la mañana se despertaba con ganas seguíamos, sonrió y me dijo:
-No, no, me voy a mi casa y vos ordená todo esto.
Entonces se arregló y se fue, antes de irse le di unos besos y le dije que esperaba que en algún momento se repita y me respondió que seguro que sí, otro día que estés así de libre vos me avisas yernito, entonces arreglamos que si yo le mandaba un mensaje a su celular con un emoticón de un perrito ella me tenía que responder con un emoticón de un paraguas y después eliminar el mensaje, ese era nuestro código.
Luego hablando mi suegra me confesó, que había fantaseado con todo esto, pero nunca creyó que iba a pasar, la verdad yo creo que el perfume de feromonas fue lo que ayudó que todo sucediera.
La otra semana pusimos en práctica el código y la respuesta del paraguas llegó, pero bueno eso ya es otra historia, quizás luego la continúe.