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Mi sobrino y yo
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Tiempo de lectura: 9 minutos

Hola, me llamo Clara, tengo 54 años, cumplidos hace unos días, estoy casada, tengo tres hijos, dos chicos y una chica y trabajo como limpiadora en un centro público. Físicamente soy rellenita, aunque dicen que tengo unas buenas tetas y un buen culo.

La historia que quiero contarles comenzó hace un par de meses, cuando aún tenía 53 años jajaja, era comienzos del mes de agosto, y hacia un calor terrible, mis cuñados viven en un chalet con piscina y me habían invitado a pasar la tarde con ellos, después les surgió un imprevisto y debieron irse pero un poco avergonzados por la situación me dijeron que me quedara, que podía usar su casa, y su piscina como si fuera la mía, así que en una de las habitaciones me cambie, me puse un traje de baño normalito y me dispuse a tomar el sol, pero no estaba sola, conmigo se había quedado mi sobrino un joven de 18 años, al que se veía bien potable jajaja, y sentía como me miraba.

En realidad entre nosotros había un secreto desde hacía un tiempo, no lo recuerdo exactamente, un día habíamos quedado toda la familia en casa de mis suegros para celebrar el cumpleaños de mi suegra con una comida familiar, mi marido y yo llegamos y mientras él se quedó con su familia yo me subí a descansar un poco, estuve un momento viendo cosas en mi móvil y me puse a cambiarme de ropa, en el momento es que estaba completamente desnuda la puerta se abrió y el apareció, yo me tapé rápidamente como puede y el también avergonzado volvió a cerrar la puerta y me dijo que le había enviado su abuela para decirme que la comida ya estaba lista que bajara.

De momento no le di más importancia, me vestí y bajé, pero al observar la mirada de mi sobrino sentí que me miraba de otra forma, durante la comida a mi sobrino se le cayó un tenedor, no parecía nada raro se agachó a cogerle. Pero cuando se le cayó una segunda vez comencé a pensar que no era normal, y no sé si por morbo, pero el caso es que me abrí bien de piernas por si él podía verme que viera lo máximo posible.

Fue el principio de un juego entre los dos, cuando coincidíamos en reuniones familiares yo notaba como el me abrazaba de una manera que no me parecía la propia de entre parientes, sino que sentía que era como un hombre y una mujer que se desean.

Cuando veía que me miraba yo procuraba que el viera el máximo trozo de mis muslos posible y si eran mis bragas mejor, lo mismo hacia con mi escote y el yo sentía que jugaba a verme lo máximo posible, e incluso una vez le puse como si fuera de broma mis manos en su culo y se lo acaricié.

Recordaba todo ello y me empecé a fijar en su polla que me pareció no debía de tener mal tamaño, me decidí a dar un paso más en nuestro juego, le llamé y le pedí que se me acercara, él lo hizo, le dije que quería darme el protector solar, el aceptó yo se lo eche del bote en su mano y el comenzó a untármelo por mi espalda, luego le pedí que me lo hicieran por delante al lado de mis tetas, un poco ruborizado lo hijo, y después por mis muslos, note como su bulto, debajo de su short de baño, había aumentado de volumen.

Me tocaba a mi dárselo, primero por la espalda, a él se le notaba que estaba disfrutando, le pedí que se diera la vuelta se lo hice primero por las piernas y luego por el pecho, su polla seguía a tope, en esos momentos yo también me estaba calentando, llevaba un tiempo enfadada con mi marido y mi coño pedía leche, haciéndome la inocente le pregunté si tenía novia, él se ruborizó y me dijo que no yo le dije que era un chico muy guapo, se volvió a ruborizar, entonces me decidí a coger el toro por los cuernos y le pregunté directamente por ese día en que había comenzado todo, el seguía ruborizado me dijo que apenas había visto nada, entonces yo le dije:

-¿Te hubiera gustado ver más?

Y me quité el bañador quedándome completamente desnuda, luego le volví a preguntar:

-¿Te gusta lo que ves?

Noté como el miraba hipnotizado mis tetas y mi coño, no lo llevo depilado, pero me gusta cuidarlo, después me giré, para que él pudiera ver mi culo y cuando me volví, él tenía sus manos sobre su polla, acariciándosela por encima del bañador, en esos momentos le dije:

-Sobrino la tía te lo está enseñando todo, ¿Tu no le vas a enseñar nada a ella?

Él estaba tremendamente excitado, como yo, jajaja, dudó un poco que hacer, pero finalmente se quitó el bañador y dejó su polla al aire, bien dura, y desde luego con un buen tamaño, como yo pensaba que tendría.

-La tienes muy grande y gorda sobrino, le dije, más grande que la de mi marido, en realidad no creo que haya tanta diferencia, pero si una tiene cierta experiencia con los hombres sabe que les gusta que les digas que la tienen grande.

MI sobrino vino hacia mí y se puso a tocarme las tetas.

-¿Te gustan las tetas de tu tía le pregunté?

La verdad es que sus lengüetazos sobre mis pezones eran una buena respuesta a esta pregunta, después de lamérmelos se introdujo uno de mis pezones en su boca, con verdadera ansia, me recordaba a cuando de bebe mamada de las tetas de la mujer de mi cuñado. Pero ahora eran las mías las que mamaba y el muy cabrón me estaba dando un placer increíble, mi marido hacía mucho tiempo que no me lo hacía así.

Mi coño se estaba humedeciendo y tenía ganas de hacerle una cosa, así que le dije:

-Ahora me toca a mi hacerte feliz.

Me arrodille ante él, le di unos besitos en su polla y después la introduje en mi boca y mi sobrino empezó a lanzar unos gemidos tan intensos que me dio miedo que nos oyeran en los chalet de alrededor, yo hacía tiempo que no se la chupaba a mi marido, más por desidia que por otra cosa y tener a mi disposición ese pedazo de carne grande y fresca me puso a mí, así que me la tragué y empecé a comérmela con verdadera ansia, el seguía gimiendo y no tardó en correrse, se le notaba avergonzado, e dijo:

-Perdona tía por no haberme aguantado más, es que era la primera vez que una mujer me la comía, y además tú me gustan tanto que no lo he podido resistir.

Mientras él decía esto, yo continuaba arrodillada, el hecho de que fuera virgen, al menos bucalmente, hizo que tuviera más deseos de tragarme toda esa leche, que estaba deliciosa, para mí era como si catar esa polla me hubiera quitado treinta años de encima.

-No te preocupes cariño, al final le contesté, chupar tu polla y beberse tu leche ha sido para tu tía una experiencia deliciosa, bueno no ha sido, está siendo, cariño, porque esto no está haciendo más que empezar.

Levantándome le bese en la boca, juntándola con la mía, que estaba llena de su leche y que de esta manera volvió, parcialmente, a él. El contacto de nuestros cuerpos hizo que su polla se volviera a poner durísima y la notaba contra mi vientre, en esos momentos le pregunté:

-Dime sobrino ¿Eres virgen?

El pareció avergonzado, me confesó que, sí que había salido con algunas chicas y que había habido toqueteos con ellas, pero que no había llegado a follar con ninguna, aunque sí que varias le habían hecho pajas, igual que él a ellas.

-Bueno, le dije, pues la tía tendrá el privilegio de hacerlo, le dije, eso sí, si como hacen los bocazas de tus primos, puedes decir que te ha iniciado una mujer vieja, pero nunca tu tía.

Yo algunas veces oía como mis hijos conversando con sus amigos hablaban de lo que hacían con las chicas, de una manera que me daban ganas de darles cuatro pescozones, aunque también debo reconocer que pensar que mis hijos resultaban atractivos a las chicas me encantaba.

Aclarado esto con mi sobrino, le ordené que se tumbara sobre el césped con las piernas juntas, le acaricié un poco su polla que se puso muy dura, y colocándome encima de él me introduje su polla en el interior de mi coño, él comenzó a gemir de una manera muy intensa, me daba miedo de que alguno de los vecinos de los chalés de al lado le oyeran, mientras decía:

-Tía esto es divino, nunca me hubiera imaginado que mi primera vez fuera tan fantástica ¿Puedo tocarte las tetas?

-Por supuesto mi amor, son todas tuyas.

Y llevé con una de mis manos la suya sobre mis tetas el que comenzó a amasarlas, lo hacía con verdaderas ganas, como si yo fuera la única mujer del mundo que tuviera tetas, sus caricias me resultaban muy placenteras, mientras me decía:

-Tía muchas gracias por el placer que me estas dando,

-Mi amor tú también me estás haciendo gozar a mí y que me entregues tu virginidad es un gran regalo para mí.

Mientras conversábamos en este tono yo seguía haciendo que su polla se moviera en el interior de mi coño, mientras el acariciaba mis tetas de una manera deliciosa, para los dos estaba siendo la culminación de un sueño, en esos momentos sentí que él se venía regándome el coño con su leche, por cierto, muy abundante, en esos momentos el me dío de nuevo las gracias.

-Gracias, tía por haberme desvirgado, ya estaba pensando en hacerlo con alguna profesional, o con alguna de mis compañeras de la uni facilonas, pero es mucho mejor que mi primera vez haya sido contigo.

-Para mi sobrino, esto también ha sido delicioso, desde hace mucho tiempo solo he follado con tu tío y últimamente se ha vuelto algo monótono, creme lo haces muy bien, vas a gustar mucho a las chicas a las que folles.

En esos momentos estábamos los dos desnudos y nuestros cuerpos cerca y los dos manchados por el abundante semen que había salido de su polla, afortunadamente teníamos a piscina al lado así que le propuse meternos en ella desnudos, mi sobrino aceptó, los dos nos metimos en el agua y estuvimos nadando un momento, pero de nuevo nos acercamos, mi sobrino me rodeó con sus brazos y me beso de manera apasionada, le devolví el beso y el llevó sus manos a mi culo y comenzó a acariciármelo mientras decía:

-Tía te adoro.

-Yo a ti también mi amor, le respondí.

-¿Alguna vez has follado dentro de la piscina?

-No mi amor, tuve que confesarle

-¿Me dejas que te lo haga?, me preguntó.

Nunca había pensado en hacerlo en la piscina, ciertamente allí ve una a tíos macizos a los que apetece quitarles el bañador, pero follar allí, nunca se me había dado la oportunidad y en esos momentos se me había dado.

Llevé una de mis manos hacia la polla de mi sobrino, y para mi sorpresa, pese a estar en el agua, estaba durísima, así que la cogí y se la meneé mientras le decía:

-Lo que me he pedido yo, por no haber sido más espabilada estos años.

Dado que él es más alto que yo, le mantuve abrazado y llevé mis piernas a rodear su cuerpo, el manteniéndome en brazos me apoyo contra la pared de la piscina y me besó y después movió mi cuerpo hasta colocar su polla a la entrada de mi coño y empujó, sentir su polla dentro del agua era divino, nos dábamos unos morreos impresionantes mientras su polla jugaba con mi coño.

Parece que mi sobrino había abandonado cualquier trauma relacionado con la primera vez y se movía como un verdadero macho en el interior de mi coño, me provocó varios orgasmos y pese a haberse corrido anteriormente volvió a hacerlo, sentí como su leche inundaba mi coño, afortunadamente estábamos en una piscina, así que bastó que él se saliera para que con un poco de ayuda de nuestra parte nuestros sexos se quedaran limpios.

Salimos de la piscina, afortunadamente mis cuñados aún tardarían en llegar, así que le sugerí a mi sobrino que tomáramos el sol los dos desnudos.

Tumbados en la toalla y sexualmente más calmados, o al menos eso pensaba yo, podíamos gozar del sol y conversar, pero aunque comenzamos hablando del instituto, mi sobrino lo acababa de terminar y al mes siguiente iba a ir a la universidad, la situación fue derribando hacia el sexo:

-¿Tía te gusta que te coman el coño?

-Claro, le respondí, me encanta.

-¿Y el tío te lo hace?, me volvió a preguntar.

La verdad es que no era de las cosas preferidas de mi marido, aunque si me empeñaba al final me lo terminaba haciendo, así se lo expliqué y el me pidió:

-Tía enséñame a comerlo, así te o puedo comer a ti, y si tú me dejas tener otras chicas a alguna de ellas que me guste mucho.

La petición de mi sobrino me encantó, por supuesto acepté ser su profesora y me abrí bien de piernas, le pedí que metiera su cabeza entre ellas y sacando su lengua de la boca se pusiera a lamer mi coño. Al principio sus lametones eran torpes, pero no cabe duda de que le ponía ganas, le fui asesorando sobre cómo hacerlo y poco a poco fue mejorando y me estaba haciendo gozar hasta que terminé por correrme, creí necesario dejar clara la naturaleza de nuestra relación:

-Cariño tú y yo haremos cositas, de vez en cuando, si a los dos nos apetece, pero yo quiero a tu tío y seguiré con él y respecto a ti, tienes que follar con amigas, compañeras de universidad, seguro que encontraras a más de una facilona e incluso alguna profe si se te pone a tiro.

Mi sobrino volvió a acariciarme las tetas y de repente me dijo:

-¿Tía le haces alguna vez una cubanita al tío? ¿Sabes lo que es?

-Claro que lo se cariño, a tu tío de joven le encantaba meter su polla entre mis tetas y mover su polla entre ellas, mientras yo me las apretaba, como si fuera un coño, la verdad es que se ponía muy caliente y más de una vez se corría de esta manera y me dejaba mis tetas llenas de su semen.

-¿A mí también me lo harías, tía?, me preguntó.

-Por supuesto cariño, le contesté, ven aquí y métemela entre ellas.

Y mi sobrino como un rayo se colocó encima de mis tetas y puso su polla entre ellas, yo me las apreté y el comenzó a mover su pene como si estuviera dentro de mi coño, mientras decía:

-Tía esto es delicioso, me encanta, gracias por haberme dejado hacerlo.

Mientras yo seguía con mis tetas apretadas tener una polla joven y vigorosa entre ellas me pareció algo increíble. Sus gemidos de placer me hacían ver que él estaba gozando mucho y me hacían sentir que estaba rejuveneciendo, mientras recordaba mis aventuras cuando tenía la edad de mi sobrino, primero con diferentes enamorados y luego con su tío, mientras el seguía follando mis tetas y furto de sus movimientos se corrió entre ellas, pese a que llevaba ya varias corridas esa tarde su polla desparramo sobre mis tetas una abundante cantidad de leche, que llenó mis tetas, parecía que había estado dando de mamar en vez de recibir leche, jajaja.

Me hubiera encantado seguir haciendo cosas con mi sobrino esa tarde en la piscina, pero ya llevábamos un tiempo y existía el peligro de que sus padres regresaran y nos pillaran con las manos en la masa, así que debíamos, por precaución poner fin a nuestro encuentro, le convencía de que era el momento de lavarnos, nos fuimos los dos a la ducha que había en la piscina, él se puso debajo del agua, ver como le caía el agua sobre su cuerpo me calentó, así que me ofrecí voluntaria para limpiarle la polla, esta al sentir mi mano de puso dura otra vez, así que la ofrecí una sesión con mi mano, se notaba que él estaba caliente y otra vez se corrió, le limpie la leche.

Luego fui yo la que se duchó, debía de limpiarme de la cantidad de leche que mi cuerpo había recibido esa tarde, él me miraba mientras lo hacía, me da que esa noche se masturbó pensando en mí, yo no pude evitar hacerlo mientras me duchaba, después nos pusimos los bañadores.

Poco después llegaron mis cuñados, los dos estábamos tranquilos como si no hubiera pasado nada, pero si había pasado, de hecho, era el principio de algo.

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2 COMENTARIOS

  1. Joder Klarisa me ha encantado y calentado tu historia, acabas de ganar un fan….para lo que quieras. También tengo relatos publicados, sería estupendo si leyeras alguno y me comentas que te parece. Gracias

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