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Mi sirvienta despistada
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Tiempo de lectura: 10 minutos

Soy un hombre de 32 años, estudios en una prestigiosa universidad,  un trabajo que paga bastante y con ese dinero he podido permitirme ciertos lujos, un departamento en buena zona, carro del años, buena comida, ropa de marca y pareciera que todo en mi vida es perfecto, aunque algo tan esencial como una pareja la verdad no tengo, nunca he sido bueno con mujeres, aunque he recibido algunos cumplidos y alguna que otra propuesta, mi actitud y personalidad es lo que dificulta las cosas, soy bastante especial y pesado en palabras de mi ex novia de hace bastante tiempo, y desde que terminé ese noviazgo he estado soltero, aproximadamente unos 7 años, aunque no he estado completamente sólo pues me he dado mis escapadas con chicas que de vez en cuando conozco en algún bar que suelo frecuentar, pero incluso con ellas tengo mis problemas, como sea antes dije que mi vida parecía perfecta, y que me podía permitir ciertos lujos, y el más reciente fue el de contratar a una sirvienta pues aunque casi no estoy en casa me gusta que el orden siempre predomine (esa era una de las quejas de mi exnovia), y al llegar de trabajar pues el ánimo de hacer tareas domésticas es bajo, así que un amigo mío me recomendó una agencia que pone en contacto a señoritas que buscan un empleo, aunque con un costo elevado pues su reputación está asegurada.

Así pues me animé a buscar una chica que se acople a mis necesidades, por un momento me quedé pensando en que tal vez podría tener mis dificultades si ella no hacía el trabajo como a mi me gustase, de hecho desistí de la idea pues estaba seguro de que aquella pobre chica que contratara para realizar las tareas domésticas se enfrentaría a mis regalos constantes y mis quejas y "lloriqueos". Pero esa idea fue desapareciendo con el tiempo porque en realidad necesitaba que alguien cuidara la casa pues me habían promovido de puesto y el tiempo que tendría para dejar mi casa en orden se había reducido bastante y no quería pasar los domingos limpiando y acomodando así que una noche me decidí a buscar en dicha página, las chicas y no tan chicas venían ordenadas de acuerdo a su calificación por otros usuarios, enseguida trate de ponerme en contacto con las 5 mejores calificadas, desafortunadamente tuvieron que rechazar mi oferta pues estaban saturadas, así me pase un buen rato buscando y filtrando de acuerdo a mis necesidades pues además de que hacer había visto que algunas cocinaban además quería la opción de que vivieran en el departamento pues no tendría que preocuparme por si alguna vez llegaba tarde, así no tardé en encontrar a una chica muy peculiar, su nombre era Katia, su perfil decía que tenía 20 años, las calificaciones estaban encima de 4, no tenía reseñas pero se ajustaba a todo lo que requería, así fue como conseguí su número y entablé una entrevista, desde que la llamé me pareció un poco tímida pues si voz se entrecortaba pero más que hacerme dudar me dio ternura pues recordé la primera vez que solicité trabajo en una empresa, fuera de eso tenía esperanzas de encontrar una sirvienta pues en poco tiempo mi ascenso iba a llegar.

La cité en mi casa un domingo a las 12 pm, y para mi sorpresa llegó un poco antes, el timbre sonó y al abrir no podía creer lo que estaba viendo, ya en su foto de perfil se notaba que era bonita, tenía el cabello largo negro y llevaba una coleta, era morena, sus ojos eran grandes y su boca pequeña, en la foto estaba sonriendo y se le notaban unos hoyuelos que le daban el toque de lindura perfecto, pero como dije eso era en la foto y no le hacía justicia a la hermosa señorita que estaba en mi puerta aquella mañana, si en su foto parecía una princesa, aquella era un ángel, además su cuerpo acompañaba bien sus facciones, tenía unos 1.60 de altura, su pecho era pequeño pero firme y se podían ver sus piernas pues llevaba un vestido blanco ni tan corto ni tan largo, la dejé pasar pues seguía sin creer que esa hermosura estuviera en mi casa y lo que vi después terminó de atraparme, su trasero se marcaba bastante bien aunque el vestido era holgado, y con cada paso podía ver como bajaba y subía a un ritmo hipnotizante.

La entrevista fue rápida pues solo había que confirmar la paga y las tareas que realizaría, además de que había traído consigo una carta recomendación de su anterior patrón la cual alababa su desempeño, ella se mostraba un poco nerviosa así que traté de calmarla y decidí mostrarle la casa, pasamos de la sala a la cocina, al baño, a mi recamara y a la suya, yo trate de ser cortés y permitía que ella pasara y revisara la casa a detalle mientras yo deleitaba mi vista desde atrás. Terminamos el recorrido y firmamos el contrato, pues ambos habíamos accedido a los términos, por lo que ella fue a recoger sus cosas y llegó unas 5 horas más tarde, se acomodó y desempacó.

-Muchas gracias por la oportunidad le aseguro que haré mi mejor esfuerzo y no se preocupe, mi anterior patrón también era exigente si no le gusta algo por favor dígamelo para que pueda hacerlo como le gustaría y tan solo déjeme desempacar mis cosas y le prepararé la cena.

-No te preocupes, ya pedí la cena, esperaba que no tardarás tanto en venir pero no importa mejor desempaca y descansa para mañana porque salgo a las 7:30 y quiero que el desayuno esté listo a las 7:15.

-Claro señor, disculpe ¿Que le gustaría desayunar?

-Bueno pensaba que también te podrías ocupar de eso, mira básicamente el refrigerador y las alacenas están llenas con cosas que me gustan así que no te compliques mucho, y sí tú tienes algún antojo en particular sólo cómpralo cuando vayas al súper.

-Perfecto entonces deje todo en mis manos.

-Está bien, lo que sí te voy a pedir es que después de cenar laves y acomodes los trastes.

-Claro señor lo que usted ordene.

-Bien.

La cena llegó, le pedí que me acompañara para que así me conteste mejor su experiencia en su otro trabajo, detalles más detalles menos, me dijo que desde hace dos años había estado trabajando para una familia pero por problemas con la esposa la terminaron despidiendo aunque no quedaron en malos términos y que necesitaba el trabajo pues pagaba su universidad, me dijo que los estudios no afectarían su trabajo pues la escuela era en línea, además que no tenía pareja y que sus amigas estaban más o menos en la misma situación así que ella se podía dedicar tanto a su trabajo como a sus estudios sin interrupciones.

Al terminar de cenar ella rápidamente recogió la mesa y se puso manos a la obra a lavar los trastes, yo me retire con un buenas noches y me fui a dormir.

A la mañana siguiente me levanté y después de mi rutina pude ver qué el desayuno estaba servido, lo que no me esperaba es que mi pan estuviera quemado, el té frío y los huevos algo insípidos, al ser de mañana mi humor estaba bastante equilibrado así que lo dejé pasar un poco pero sí le comenté que tenía que estar más atenta, ella se disculpó pues su anterior patrón nunca se había quejado de algo así, le tuve que creer pues su mirada de inocencia me demostraban que decía la verdad, para no hacer la historia tan larga digamos que su desempeño no fue lo que estaba esperando cada día rompía algún plato o vaso, casi siempre que llegaba a casa ella estaba frente a la computadora escribiendo cosas y el humo en la cocina me avisaba que algo estaba en el fuego, el baño rara vez lo limpiaba y ni hablar de su cuarto, era un verdadero desastre, el mío se conservaba por lo menos limpio y arreglado porque me tomaba la molestia de ordenarlo cada mañana, pero si no, bueno mi casa era un desastre, pasé casi un mes controlando mi carácter, enserio, tan solo agitaba la cabeza de un lado a otro y le pedía que corrigiera si error, había dos cosas que me mantenía más o menos calmado la primera eran sus ojos, preciosos y llenos de brillo, que casi soltaban una lágrima cuando empezaba a reprenderla, de hecho su voz se entrecortaba y comenzaba a temblar un poco, la otra cosa que me mantenía a raya era su enorme trasero, había veces que dejaba pasar las cosas porque ese día llevaba puesto algún pantalón deportivo o algún short, pero aunque ese trozo de carne que con cada movimiento me hiciera tener una erección,mi ansia y mal humor provocados por el desorden ya estaba llegando a un punto crítico hasta que una noche llegando del trabajo me dispuse a hablar con ella seriamente.

-¡Katia, ven por favor!

-¡Voy enseguida!

-Por favor siéntate tenemos que hablar

-Sí claro dígame qué pasa

-Bueno, te diré la verdad, ya no lo soporto, ya no te soporto más bien, la casa está hecha un desastre y cada vez que te digo que no estás haciendo bien las cosas, pones esa mirada que estás haciendo en estos momentos y trato de no ser tan duro contigo, pero es que llevamos un mes así y no puedo creer que sigas cometiendo los mismos errores, y ya no puedo más creo que haría un mejor trabajo y me ahorraría un buen dinero, porque sí, el precio es muy elevado y no mereces ni la mitad de lo que te estoy pagando, se que lo necesitas para la escuela pero es que ya no puedo más mi departamento está hecho un desastre y tenía que hablar contigo sobre esto desde hace mucho.

En cuanto terminé de hablar ella saltó de la silla y se fue a su habitación, se encerró y comenzó a llorar. Eran este tipo de cosas las que mi ex novia y todas las chicas me decían tenía muy mal carácter y ahora lo veía más claro pero es que el enojo que sentía era real y no me iba a detener solo porque se pusiera a llorar, aun así me acerque a la habitación a ver si estaba bien.

-Oye Katia, siento habértelo dicho así pero era algo que me tenía guardado desde hace mucho.

-Lo… siento… señor… perdón por… haber hecho un mal trabajo… Es solo que en mi anterior casa… bueno pasó algo igual pero la que me gritó fue la esposa de mi patrón… Pero él nunca dijo nada… Yo pensaba que hacía un buen trabajo y cuando me despidieron tuve miedo de que nadie más me contratara pero para mí sorpresa el patrón me mandó una carta de recomendación y nunca se quejo con la agencia, por eso pensé que aunque tuviera mis errores no lo hacía tan mal.

-Ya veo.

-Como sea, por favor necesito el trabajo, si usted que ya lleva un mes conmigo no me soporta no creo que me recomiende y me echarían de la agencia si habla con ellos, déjeme quedarme, puedo mejorar en serio.

-Mira tienes que aprender que esto es un trabajo y si no lo haces bien no podrás salir adelante, no puedo recomendarte con nadie y ya no aguanto más está situación.

-No, por favor déjeme quedarme una semana más, es todo por favor se lo ruego.

-No Katia, tendrás que pedir trabajo en otro lugar, algo que puedas hacer, te daré tu sueldo y será todo.

-Pero… usted… por favor… no me haga esto, señor haré lo que sea.

Terminando esta frase se hinco ante mí, su rostro estaba inundado de lágrimas, mismas que caían a su vestido y comenzaban a humedecer su pecho, y en ese momento pensé algo que nos ayudaría ambos.

-Katia, ¿De verdad harías lo que fuera?

-Sí… si… señor

-Bueno, te daré una última oportunidad, espero en esto si seas buena, mira ya no vas a hacer mi sirvienta, tendré que ocuparme de eso luego.

-¿Entonces?, No entiendo

-Es muy sencillo, ya no serás mi sirvienta, tu trabajo será más personal.

-¿A qué se refiere?

-¿Enserio no lo entiendes? Nunca te pusiste a pensar la razón por la cual tu patrón nunca te corrigió y hasta te mandó una carta de recomendación

-No, la verdad pensaba que era porque sentía lástima por mi.

-Tú patrón se mostraba bastante permisivo contigo ¿No? Además siempre estaba muy al pendiente de ti ¿Verdad?

-Sí, siempre.

-Bueno, había una muy buena razón para que lo hiciera.

-¿Qué es?

-Date la vuelta

Sin entender mucho se giró, entonces me acerqué y con bastante fuerza le dí una nalgada, ella se llevó rápidamente las manos a su trasero y comenzó a sobarse, su grito fue de dolor y las lágrimas seguían corriendo.

-Esa es la razón principal.

-Ay, ay ay, señor ¿Por qué hizo eso? Ah ah.

-Lo hice para que entendieras que si te piensas quedar vas a trabajar para mí, tu único deber va a ser complacerme y solo lo diré una vez ¿Aceptas este trabajo? De otra forma tendrás que irte de mi casa esta misma noche.

-Señor ¿Lo dice en serio?

-Muy en serio

-Esta bien, acepto, pero tiene que saber algo, soy… virgen…

-Bien dicho, ven, de ahora en adelante serás mi juguete y te dirigirás a mí como tú amo.

-Esta bien… amo

-Ven putita, ven acércate, no te levantes ven a gatas.

Ahora la tenía con su hermosa carita a unos centímetros de mi verga, su rostro aún con lágrimas me excito más por lo que ya comenzaba a molestarme los pantalones.

-Baja mis pantalones y abre la boca.

Ella lo hizo y mi verga dio un salto, tanto que la golpee en la mejilla, y ahí estaba esa preciosa joven con la boca abierta y a mi disposición, tomé mi verga con la mano y la acerqué a su boquita, la recibió con una cara de disgusto, aunque eso no me importaba, yo estaba en el cielo pues la humedad y calor de su boca eran incomparables, después de unos segundos ella comenzó a mover la lengua y permitió que mi verga entrara unos cuantos centímetros más, no esperaba que se la tragara completa debido a su inexperiencia y mi tamaño, pero quería hacer que sufriera un poco por todos los malos ratos que me hizo pasar, así que no fui muy cuidadoso y en un segundo agarre su cabeza con fuerza una mano en sus mejillas y otra en su pelo, la sujete y comencé a empujarla hacía mí, ella instintivamente puso sus pequeñas manos en mis piernas intentando apartarse pero no me hacía ni cosquillas y más que detenerme hacía que mi excitación aumentara haciendo que mi verga se pusiera más dura y entrara más rápido, al fin logré llenar su garganta y ella comenzó con las arcadas, sus ojos soltaban más lágrimas y su desesperación aumentaba, esto hacía que su boca se llenará de saliva y dejara empapada mi verga, cuando vi que comenzaba a ahogarse la solté y del impulso se cayó hacia atrás, jadeaba e intentaba tomar la mayor cantidad de aire mientras su saliva escurría por todo su vestido.

-Ah ah ah señor, no… no puedo… por … favor.

-Te falta mucho por aprender pequeña, por lo mientras, vamos a ver ese culo que me ha estado provocando desde que lo vi.

Aún estaba recuperando el aliento, y no tarde en ponerle las manos encima, tal cual estaba la tomé entre mis brazos y la cargué, mientras la llevaba a mi cuarto no perdí la oportunidad de tocarle un poco las piernas y el culo aunque esté por encima de la ropa quería que mi impresión fuera genuina cuando lo viera por fin sin ropa. Llegamos a mi habitación, la arrojé a la cama, dio un par de brincos en lo que yo me termine de desnudar, al fin se terminó calmando pero no le di tiempo de hablar, pues me arroje hacia ella y le arranque la ropa que llevaba, la rompí y la tiré al suelo, después me di cuenta de que no llevaba sostén, por lo que sus pequeñas tetas ya me estaban saludando, sus pezones estaban bien parados y eran pequeños también, coronaban esas tetas como si se tratasen de cerezas en un pastel, por fin dirigí mi mirada hacia el objeto de mi deseo, la tomé de la cintura y le di la vuelta, ella comenzó a patear un poco y quejarse.

-No… Espere por favor suelteme… Se lo ruego…

No le di importancia pues ya había comenzado a retirar unas pantys muy tiernas, de color rosa pastel que le marcaban muy bien el medio de ese gran culo, al sostener esa prenda en mi mano la olí y pude notar un perfume dulce e inocente, me quedé un rato oliendo mientras con una mano sujetaba una de sus piernas y con la otra me masturbaba furiosamente, hasta que decidí que mi verga estaba en su punto máximo de dureza, así que enredé sus pantys en mi verga y me dispuse a penetrarla, quería aprovechar la vista de ese gran culo, así que la puse en 4 y aunque ella no se sostenía pues trataba de quitarse la termine controlando tomando su pelo fuertemente.

-Ya… Por favor pare… Me iré, lo prometo… Ya no hace falta que haga esto…

Así sometiendo todo su cuerpo acerque mi verga a su vagina, sentí su piel por unos segundos con la punta de mi verga y con fuerza comencé a penetrar, pude sentir claramente cómo la iba abriendo, sentía su interior caliente y muy estrecho y sus gritos de dolor tan solo hacían que quisiera llegar hasta el fondo, lo cual no pasó pues mi verga era demasiado para que ella lo aguantara pues sus piernas terminaron cediendo y cayó boca abajo.

-Ay ah ayyy hmmm no… hmmm no aguanto… ahhh ya por favor

Yo no me separé ni un momento, tan solo me acomodé de nuevo y tuve compasión por mi nueva putita, pues no quería dañarla tan rápido, así que dejé pasar que un tercio de mi verga se quedará afuera y me centre en comenzar a meter y sacar, cada embestida provocaba una lágrima y con cada lágrima mi velocidad aumentaba, al acomodarme mejor pude poner sus brazos cruzados en su espalda lo que la inmovilizada por completo además de que sus gritos se veían ahogados al estar con la cara sobre el colchón, mi ritmo aumento hasta que mi excitación fue demasiada, lo que provocó que los espasmos comenzaran, no tarde mucho pues en unas pocas embestidas di un grito al cielo y descargue toda mi leche dentro de ella, salían y salían chorros pues no me había corrido en un buen tiempo, fue tanta mi acabada que comenzó a salir de su interior y formar un charco en las sábanas, me quedé en esa posición esperando a que mi erección bajara para luego apartarme, ella seguía inmóvil, bueno se veía que estaba sollozando y se llevaba sus manos a su vagina pues estaba bastante abierta, roja y todavía salía leche.

La escena era demasiado morbosa podía oír cómo sollozaba y aunque todavía tenía ganas de disfrutarla, ya era algo tarde y al día siguiente tenía que trabajar, por lo que tan sólo la hice a un lado la tapé con las sábanas aunque había semen en todas ellas, yo me cubrí con unas limpias y me dormí, tenía muchas ganas de ver hasta qué punto podía experimentar con mi sirvienta pero eso será para luego, porque pienso darle buen uso, todavía tengo que hablar del precio y además conseguir una sirvienta real, que a decir verdad hacer las tareas ya estaba demás pues mi humor había mejorado gracias a qué ahora tenía alguien con la que descargar mi energía todos los días.

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