Una de mis estudiantes me pidió que le rompiera el culo por primera vez. Es una mujer muy abierta sexualmente y muy hermosa también. Es, de hecho, la protagonista de mi primer relato en este foro: Una de mis primeras aventuras con una ex alumna de la prepa. Ella sabía que me gustaba escribir mis aventuras sexuales por lo que también se animó a escribir un encuentro que tuvimos. Pronto escribiré la misma historia pero ahora desde mi punto de vista. Espero les guste.
“Ahí estaba yo, en la casa de mi profesor de Inglés, después de una cogida deliciosa, estaba a punto de dejar que me rompiera el culo por primera vez.
-No, yo quiero venirme dentro de ti… dentro de ese culito -Me agarró una teta y continuó diciendo– Vas mostrándome las piernas, las tetas, estas nalgas… las merezco, M. Una enculada es lo que te hace falta, eres una puta, una muy caliente.
-Anda dale, pero…
No me dejó terminar cuando me abrazó por detrás y comenzó a besarme. Fue un beso salvaje, sentía su lengua rasposa dentro de mi boca mientras sus manos apretaban todo mi cuerpo, me atraía al suyo con mucha fuerza. Estaba un poco asustada pero muy caliente, cuando una de sus manos llegó a mi vagina estaba muy mojada.
Ansiosa por que me metiera aunque fuera un dedo, yo misma me incliné. Él entendió y me puso nuevamente de perrito y me besó las nalgas, las mordía y se iba acercando a mi culito, en unos minutos los nervios se fueron, disfrutaba su forma de comenzar. Lamió mi ano por todas partes y metió su lengua lo más profundamente posible en mi culo. Cuando me tuvo bien ensalivada metió suavemente un dedo.
-Me gusta tu dedo en mi culo -alcancé a decirle mientras mi respiración se agitaba.
Comenzó a mamarme la panocha de tal manera que volví a venirme y aunque le pedía que parara, no lo hizo. Entonces tomó un tubo con lubricante y comenzó a meterme dos o tres dedos en el culo, mientras que su lengua hacía maravillas en mi clítoris.
No pares, sigue así, -le dije- me encanta sentir tus dedos y tu lengua…
-Tengo algo mejor para ti -me dijo. Entonces se incorporó, me penetró por la vagina y apenas bombeó algunos minutos, entonces sentí la punta de su verga en mi culo… mi culito virgen.
-Hazlo lento… por favor -le pedí con una voz que estaba entre lo dulce y excitada.
Fijó sus manos en mi cadera y comenzó a meterla muy lento. Estaba tan lubricada y preparada con sus dedos que sólo sentí una leve punzada, un instante, y después una sensación extraña, algo en mi culo, sin embargo no era desagradable, comencé a excitarme más y podía notar como mi cuerpo entero se tensaba y sin pensarlo salieron quejidos de mi boca.
-Ramón, no pares. Se siente riquísimo -le supliqué e intenté moverme hacia él.
-Tranquila M, estás tan apretada que debemos ir despacio. Me tomó con fuerza de las caderas y por fin sentí sus huevos chocar con mis nalgas. Tenía toda su verga dentro.
Me sentí completamente llena, así se quedó por un momento. Durante ese tiempo, me masturbó y no paró de besarme, me excité nuevamente pero esta vez diferente. Comencé a gemir y a moverme lentamente, de adelante hacia atrás, sacando y metiendo su verga en el culo, hasta que Ramón también comenzó a moverse lentamente.
-Te prometo que te vas a volver adicta al sexo anal conmigo, es tan fácil mojarte que esto lo vas a disfrutar. Va a ser una puta completa, bien llena con mi verga-
-Mmmmm… Gemidos fue lo único que salió de mi boca, su forma de hablarme me excito más. Entonces me dio una fuerte nalgada: -anda puta, afloja bien ese culito que me lo quiero culear fuerte y no te lo quiero destrozar. Entonces me dio una nalgada tras otra. Bastante fuertes. Y aunque no podía verme estoy segura de que mis nalgas estaban marcadas, de lo fuerte que me pegaba. Su verga en el culo no dolía, lo que me dolía eran sus nalgadas. Entonces me excité más todavía: el extraño sentir de dolor con placer me hacía querer sentir más.
-Toma mi pequeña puta -Y simplemente comenzó a romperme el culo de verdad, sentía su verga entrar y salir de mi ano, sentía como se abría, me llenaba cada vez más.
-Ahhhmmm, me gusta. A mi culo le gusta tu verga -Le dije. En cuanto lo dije me dio una nalgada, me excitó mucho más, continué diciéndole lo rico que estaba su pene, me convertí en una puta de verdad.
Hasta que se apoyó de mis hombros, en ese momento de verdad me clavó su verga lo más profundo que pudo. Mis brazos se doblaban, así que me acostó sobre la cama, se montó más en mí y poniendo sus manos en mi cintura su cuerpo hacía presión, su verga presionaba mi ano y lo llenaba por completo.
-Estás riquísima, apretada, caliente, gimes rico M. Se ve que esto te encanta, puta viciosa- Sus palabras estaban llenas de lujuria. Entonces se estiró y comenzó a tocar mi clítoris con su dedo ¡eso fue alcanzar el cielo! No aguante más que unos segundos y me vine por todas partes, mojando sus cobijas ¡uno de los mejores orgasmos de mi vida! Mi primer orgasmo anal! mientras que el por su parte no paraba de decirme lo puta que era y lo rico que estaba mi culito, su voz se hizo más ronca hasta que sentí que el peso de su cuerpo aumentaba. Se recargaba más en mí hasta que se vació en mi culito virgen, sentí chorros de su leche llenarme. Me baje lentamente con él tras de mí, sin salirse de mi culito. Los dos reímos y platicamos. Su verga fue perdiendo la erección hasta que salió sola de mi culito. La verdad es que me ardía un poco el culo, pero fuera de ello no tenía mayor molestia.
Me encantó como me rompió R el culito, y si, me volví adicta a su verga en mi culo. Siempre que lo hacemos vaginalmente debo hacerlo analmente también porque si no siento que algo falta. A partir de ese día él se encargó de cuidar y entrenar el culito que desvirgó.