Mi primera vez con un hombre no fue como a la mayoría le sucede, con hombres atractivos, lindos o exitosos.
Mi nombre es Nicolás. En aquel momento yo estaba casado con una mujer, y tenía 32 años. Me desempeñaba como médico en mi consultorio. Mi esposa es una linda mujer, con un lindo cuerpo, sin mucha cola pero con unos pechos muy generosos, y muy fogosa en la cama.
Conocí a Carlos en un curso de lectura. Yo llevaba ya seis meses, y él se presentó una tarde, con cierta timidez. A poco de empezar comenzó a ser bastante participativo, y demostró enseguida su cultura. Es un hombre muy leído, apoyado también en sus 72 años. Al contrario, yo era bastante callado, me gustaba escuchar opiniones de todos, y claro, opinar también en alguna oportunidad.
Carlos es un hombre muy alto, de aproximadamente 190 de altura, no gordo pero si con una contextura enorme, con unos brazos que asustan y hace pensar que en sus momentos de juventud impartía miedo a quien lo observase. No mucho pelo, voz ronca y ojos marrones muy oscuros.
De a poco empezamos a hablar, alguna vez antes de empezar, alguna vez a la salida. Todo en tono cordial, y sin sospechas de ningún tipo.
De a poco empecé a notar que Carlos era un tipo muy locuaz, hablaba hasta por los codos, y a muchos de los compañeros empezó a caerles antipático. Monopolizaba la palabra, contradecía al resto y con el tiempo se fue aislando. El resto del grupo empezó a hacerlo a un lado, y a ponerle algún apodo, "viejo gaga" era el más conocido. La cosa se fue poniendo peor y le hacían bullyng de una forma que me empezó a molestar, por lo que de a poco empecé a acercarme a él. Al conocerlo me di cuenta que no era un mal hombre, solo muy seguro de sí mismo y por supuesto, vanidoso, pero con sentimientos nobles. Poco a poco fuimos hablando más, y al ver que tenía un amigo, el grupo dejó de tomarlo como punto de risa.
Comenzamos a juntarnos en algún bar para leer un rato primero, y después simplemente para hablar de la vida. Y ahí él empezó a halagarme en ciertas maneras. Primero con mi ropa, diciéndome que tenía muy buen gusto, luego con mi corte de pelo, y así fue tanteando la situación.
Con el correr de los meses empezó un "juego" en el cual me fui sumergiendo, consistente en que él deslizaba algún comentario sexual, y yo me reía o sumaba algún otro. Teóricamente todo era en juego, pero de a poco empecé a notar que de a poco su mirada empezaba a mirarme más fijo, que en el tono de sus comentarios había menos risa y algo más de realidad, y se empezó a formar en mi la idea que quizás él fuera más en serio que un símple chiste.
Un día me invito a leer en su casa, y si bien la idea que quizás el quisiera algo más vino a mi mente, decidí aceptar. Durante semanas fui a su casa, con el total consentimiento de mi ex esposa, dado que no le ocultaba nada de eso, nada había que ocultar. Lo que si ella no sabía, era que de a poco yo había empezado a tener pensamientos eróticos con situaciones homosexuales, y masturbaciones en las cuales empecé a meterme un dedo en la cola, para posteriormente penetrarme con un consolador anal con el que jugaba con mi esposa.
Todo cambió de golpe, una tarde que como tantas fui a su departamento a leer y charlar. Todo se desarrollaba como siempre, pero en un momento cuando salgo del baño, abro de pronto la puerta y me encuentro con que está esperándome del otro lado. Nos quedamos cara a cara, y sin pensarlo demasiado me dio un beso. Si bien yo había pensado varias veces en un posible encuentro con Carlos, la situación obviamente me cayó como un baldado, e intenté resolver de la mejor manera. Y le dije:
– "perdón Carlos, pero no, nada que ver”
– "Nico, te encanta esto, solo tenés que soltarte, es obvio que tenés ganas"
– "no no, nada que ver. No me van los hombres, creí que era claro que todo era un juego"
– "no podes fingir Nico, llevo mucho tiempo de esto u me doy cuenta enseguida cuando algún hombre quiere pija"
Se me volvió a acercar, arrinconándome contra la pared. Me volvió a besar, y ante mi rechazo, fue directo a mi cuello. Quedé extasiado, hacia fuerza para que no me gustara pero estaba en las estrellas, sentía su respiración acelerada, y me empecé a calentar mucho. Me agarró la mano y la llevó a su pene. Cómo médico he visto muchos penes y el de Carlos parecía al tacto tamaño promedio. Del cuello fue nuevamente a mi boca, y nos besamos con desesperación.
– "no estoy preparado Carlos, podemos dejarlo para otro día…"
– "Yo si estoy preparado Nico, me tomé un viagra antes que llegues"
Y me siguió besando.
Me llevó de la mano a su habitación y nos acostamos en la cama.
– "bájame el jogging" (Estaba con esa prenda y remera)
Lo hice y ante mí apareció su pija, de tamaño normal, poco vello, pero ya gomosa y con líquido preseminal.
– "mírala bien Nico, esta va a ser la primera pija que vas a tener en el orto"
Sin que diga nada más empecé a chupársela, como pensé que se debía hacer, copiando lo que las mujeres habían hecho conmigo. Carlos empezó a gemir de placer, y hacerme correcciones sobre mi forma de chuparla. Increíblemente en muy poco tiempo pase de tener terror a querer ser el mejor chupapijas de Buenos Aires. Lo mamé unos 10 minutos, despacio, intentando concentrarme, y no pensar en lo que estaba haciendo.
– " listo Nico, ahora te quiero culear"
– "mejor acaba y cogemos otro día"
– "ponete en 4 mi amor"
Y me ubico como él quería que me pusiese. Apoye los codos sobre el colchón, y él se ubicó detrás mío. Me lleno la cola de gel lubricante, y comenzó con algún dedo. Siguió con chuparme mucho la cola, y a jugar con sus dedos, metiendo y sacando uno, siguiendo chupando, luego dos dedos, y cuando vio que yo lo toleraba bien, se llenó el pene (ya con el forro puesto) de gel, y apoyó su pene en la entrada de mi ano.
– "ahi va, bebé"
Empezó a empujar y el dolor empezó a aparecer, tal cual describen todos los que tuvieron esta experiencia. Intenté hacer como aconsejan, relajar los músculos y respirar hondo, pero con un grandote atrás, agarrándome de las caderas y empujando con la pija se complica muchísimo. Una vez entró la cabeza, fue empeorando, sentía un cilindro que a presión quería romperme las entrañas, realmente insoportable.
– "basta Carlos!! Ahhggghh!! Sácala por favor!!
-"shhh, tranqui que ya pasa lo peor"
-"nooo, sácala ya!! No aguanto!!!! "
-"shhh, ya pasa bebé"
-"me voy a cagar por favor sacalaaa"
-"Nico, tranquilo que ya termina de entrar, shhh"
De a poco esa sensación de puntada interminable empezó a ceder un poco, si bien aún dolía muchísimo. Sentí sus muslos en mi cola, y supe que había llegado al fondo. Nos quedamos así inmóviles por un minuto (o eso me pareció) mientras él me decía:
– "¿Sabés la cantidad de putos como vos desvirgué? Se hacen las difíciles y terminan todas con la cola llena de pija”
Yo no sabía si putearlo, ignorarlo o prenderme en ese juego morboso… decidí callar.
Al poco tiempo empecé a disfrutar la situación, si bien el dolor continuó durante todo el sexo. Cuando Carlos vio que no me quejaba tanto empezó de a poco a sacar y meter, sacar y meter, muy muy despacio al principio y ganando ritmo, si bien no fue en ningún momento algo intenso.
Recuerdo haber pensado en aquel momento "quizás más adelante me arrepiento, al menos ahora tengo que disfrutar si puedo", y comencé a soltarme y soltar lo que me salía, en mi caso gemidos.
– "Ay como te gusta bebe!!!"
– "aaaahhh"
– "querés que te dé más pija?"
– "ayyy ahhh ahhh"
– "decime o no te cojo nunca más"
– "ah ah ah, me vas a querer seguir cogiendo viejo forro ahhhh"
Y ahí continuó con el bombeo, suave siempre, hasta que sentí que le metía hasta el fondo, y soltaba un enorme:
– "Aaaaaa"
Y se me desplomó arriba.
Yo estaba empalmado pero no había acabado, por lo cual empecé a masturbarme mientras aún tenía su pene en estado de retracción en mi cola y tuve un tiempo orgasmo del que creo se enteraron todos los vecinos.
Si bien Carlos me ofreció a quedarme en su casa, y hasta llegó a rogarme, me fui rápido, con la cola usada por primera, pero no última vez en mi vida.
Soy mayor y siempre he soñado con algo así.
Nunca he estado con un hombre
Pero me gustaría
Me masturbo pensando en algo así