Esta historia comienza hace más de 20 años atrás cuando tenía 28 años más o menos. En esos pasajes de mi vida venia saliendo de una relación de dos años y medio. Después de pasar varias semanas de angustias y penas decidí dar vuelta la página y continuar mi vida.
Para comenzar este relato de vida, tengo que decir que ella es mayor varios años más que los míos. La conocí hace muchos años atrás porque es tía de un amigo de la infancia. Tengo que confesar que siempre me llamaron la atención las mujeres mayores. En ese entonces ella ya estaba separada de su marido y vivía en la casa con sus hermanas en donde también vivía mi amigo. Después pasaron los años y me situó en el inicio de esta historia real.
Esto partió después de muchas encuentros de amigos que nos conocíamos desde la infancia donde también participaba ella, entre ellos su hija y su pololo que a esa altura era amigo de todos. Bueno, así en estas juntas comenzaron las miradas y coqueteos. Primero fueron los roces de piernas, siguieron las manos acariciándonos las piernas sobre la ropa entre uno y otro. Todo esto sin que su hija se diera cuenta.
Así pasaron por lo menos unas tres semanas donde eran todos los fin de semanas completos en el mismo juego. Hubo días en que fue más intenso, nos acariciábamos bajo la ropa y nuestra excitación eran parte de un deseo cada vez más intenso. Todo esto bajo la mesa o en momentos que nadie estaba pendiente de nosotros. Finalmente un día sábado ya bien avanzada la hora, los invitados comenzaron a retirarse cada uno a sus casas. Yo decidí quedarme hasta final y ver qué podía suceder.
Ya solos, la tome de la cintura y la acerque hacia mí, el deseo y la líbido ya rodeaba el aire de la sala. Le di un beso de esos que las lenguas se hacen una sola. Mis manos comenzaron a explorar cada centímetro de su cuerpo menudo, primero sus senos que eran del tamaño proporcional a su cuerpo, fui bajando mis manos poco a poco hasta su trasero que sin mediar un segundo lo arrime hacia mi cuerpo para que sintiera mi excitado miembro que casi explotaba del pantalón.
La besaba con lujuria su boca, su cuello y quería ir bajando hacia sus senos pero no me dejo. Yo ya le había metido una de mis manos en su pantalón sintiendo la humedad de su sexo, quería llegar a jugar con los dedos para excitarla más de lo que estaba. Sus gemidos a esa altura eran tremendos y excitantes a cada momento. Ella mientras me besaba el cuello sentía sus jadeantes gemidos en mis oídos. Estaba al tope. Yo solo quería llevarla al sillón y hacerle un rico sexo oral, pero me detuvo. Ahí me confeso que hacía más de siete años que no tenía sexo ni relación con nadie y además le preocupaba que llegara su hija. Yo por otro lado estaba a tope y solo quería acción. Finalmente tuvimos que parar y decidí irme.
Pasaron unos días y me conseguí el auto con mi viejo, luego la llame y le dije que la pasaría a buscar para que fuéramos a un lugar donde pudiéramos estar tranquilos. Ella entendió a la perfección.
Llego la hora acordada y la pase a buscar a una cuadra de su casa para que nadie supiera que salía conmigo. Nos fuimos directo a un motel lo más cerca posible. Llegamos, pague por el mínimo de cuatro horas y entramos en la habitación. Comenzamos a comernos a besos de inmediato. Le comencé a besar su cuello y fui bajando lentamente a sus senos, le fui abriendo su blusa poco a poco para apreciar en todo su esplendor sus lindos senos con sus pezones duros de tanta excitación. Para su edad estaba bastante bien mantenida. Seguí bajando y mientras besaba su ombligo, iba metiendo mi mano bajo el pantalón sintiendo su humedad entre mis dedos.
Ella gemía y jadeaba al máximo, llegue a su mojada vagina y comencé a frotarle su clítoris con dos dedos, ya ella se había bajado los pantalones y sus calzones. La tome de la cintura y la lleve a la cama y comencé a hacerle un rico sexo oral que por lo demás me encanta hacerlo, frotaba mi lengua primero sobre su clítoris en círculo e introducía lo que más podía mi lengua en su vagina, que cada vez más jugos brotaban. Ella gemía como loca y me decía que nunca le habían hecho sexo oral, al escuchar eso, me puso a mil.
Yo ya estaba con mi pene que casi explotaba, mientras ella comenzó a tirar mi cabeza que sostenía hacia arriba y me rogaba que se lo metiera, que quería sentirme dentro de ella. Fui subiendo poco a poco y comencé a rozarle sus labios con mi glande en círculos y mientras ella jadeaba y me rogaba que lo metiera de una vez, finalmente la penetre de un solo empujón, que produjo que de ella saliera un fuerte grito, seguido de un… que rico, sigue así, hace tanto tiempo que no tenía una verga dentro mío, me decía entre jadeos. Yo mientras más a fondo la penetraba, más me sentía en las nubes estando con una madura a full.
Seguimos dándole, cambiamos de posición y le pedí que se arrodillara en la cama en cuatro para apreciar su culo mientras la penetraba. Ella gemía y respiraba de una forma que más me excitaba. Seguí un rato penetrándola así hasta que me dijo que me quería montar un rato antes de acabar, yo accedí de inmediato pues también es una de mis poses que más me gusta hacer. Me coloque de espalda en la cama y ella se subió y se puso ella misma mi verga en su sexo, comenzó un vaivén exquisito, mientras yo le tomaba de las cadera y me cabalgaba mientras la dirigía de arriba a abajo. Estaba disfrutando de un sexo exquisito.
Seguimos así un buen rato, hasta que me dijo a iba a acabar pero que le gustaba acabar en otras pose. Ella abajo y yo sobre ella, pero ella con las piernas cerradas. Comencé a penetrarla de menos a más y ella gemía con locura. Ella me decía que solo quería que la hiciera acabar, yo mientras le susurraba al oído si quería que le acabara dentro o afuera, ella por su lado estaba al filo y excitada a full, solo me susurró que le llenara su vagina a tope de mi rico líquido candente. Después de eso soltó un tremendo grito, se contrajo y me apretó de una forma impresionante mi verga con sus piernas cerradas. Yo sentí una sensación tremenda que me hizo chorrear toda mi leche dentro de ella.
Después de eso hubo un silencio absoluto por unos segundos y quedamos copulados por un buen rato, besándonos tiernamente.
Para mi hasta ese momento había sido la mejor cogida de mi vida. Esto fue el primer round.