Desde joven he sido muy abierto a la sexualidad. Aunque por ser introvertido rara vez logré triunfar en mi juventud. A los 18 aún era virgen, ya había tenido otras experiencias relacionadas a lo sexual, pero no había logrado culminar en un orgasmo teniendo sexo. Yo iba a la escuela y por las tardes trabajaba en una pequeña tienda de regalos de una amiga de mi mama. Y la tienda quedaba a unas cuadras de la casa de mi mejor amiga.
Su nombre es Karen, en ese entonces, flaquita, piel morena y cabello negro, grandes ojos cafés y unos labios carnosos, nunca fue del tipo de arreglarse mucho y era deportista, le encantaba correr y tenía una figura esbelta. Yo trabajaba de 3 a 8 y de ahí esperaba a que mi madre pasará por mí en casa de Karen. Era habitual estar ahí, era otro más de la familia. Cenaba y jugaba con sus hermanos y en ocasiones me invitaban de vacaciones con ellos.
Ese día recuerdo hacía mucho calor, llegué sudando a casa de Karen y ella me abrió solo en un top negro deportivo y licra negra, ella estaba haciendo ejercicio y estaba sola en casa. Me dijo “espérame en la sala ya mero termino” y no hice caso y me fui con ella al patio donde continuó haciendo sus ejercicios. Le saque plática pero empecé a notar su culito marcado en esa licra apretada y cuando se agachaba como se le marcaban sus labios. Mi pene creció y yo solo estaba hipnotizado. Ella termino y sudada se acercó y me dijo “ándale ya vamos adentro”, entramos a su cuarto (les repito, la confianza era increíble) ella se metió a bañar y al salir solo salió en toalla. Yo le comenté que sus piernas se veían muy bien y solo se rio y me dijo “tócalas, ya están súper duras de tanto correr”. Y entre broma le dije “lástima que tus nalgas sigan caídas” (cosa que era mentira, no tenía muchas, pero estaban firmes) y me dijo “claro que no, tócalas”.
Yo me quedé frio y accedí a tocarlas y agarre fuertemente su glúteo y apreté. Me levante y simplemente la bese, ella al principio trato de apartarme, pero conforme seguíamos los dos nos fundimos en un beso que duró varios minutos. Ella aun en toalla y yo con mi pene tratando de reventar los pantalones nos envolvimos en un beso que parecía llevaba mucho tiempo cocinándose.
Tome su mano y la lleve a mi pene, ella bajo el cierre de mi pantalón y saco mi miembro y me comenzó a masturbar. Me quitó el pantalón y me comenzó a dar sexo oral. Se notaba que ya lo había hecho antes, no tarde mucho y sin avisarle me descargue en su boca. Ella hizo algunos gestos y después de unos segundos trago todo mi semen. La levanté y comencé nuevamente a besarla y ahora le quite la toalla y baje a devolverle el favor, su vagina con poco pelo y suave era mía, estuve varios minutos hasta que con sus piernas apretó mi cabeza y comenzó a gemir más y más fuerte, había llegado al orgasmo. Me levante y comencé a tratar de meter mi miembro, ella me detuvo y me dijo que no, que aún era virgen y le dije yo también. Me miró y me dijo "pero hazlo despacio".
Me posicioné, pero entre mi nula experiencia y mi nerviosismo, no lograba introducir mi pene. Pero al frotarlo contra su húmeda vagina y el hecho de tenerlo tan cerca me jugo una mala pasada y terminé eyaculando fuera en su estómago. Estaba realmente apenado, ella me tranquilizó y me beso y mientras me besaba pude sentir nuevamente mi miembro ir creciendo y ella también puesto que lo tenía pegado a su estómago. Tome mi tiempo y con paciencia pude introducir mi pene, los dos estábamos perdiendo la virginidad. Sentir su calor rodeando mi miembro y su cara de placer y dolor me hizo llegar rápidamente al clímax. Ella me beso mientras yo depositaba mi semen dentro de ella. Sin salirme seguimos y en poco tiempo yo ya me había vuelto a descargar adentro. Nos bañamos y llegamos al orgasmo juntos en la ducha. Yo podría haber seguido ahí, pero mi madre llegó y me tuve que ir.
Ella fue mi primera vez y después de eso fuimos novios por dos años. Cuando ella recibió una beca de una universidad en Canadá y se fue a estudiar allá. Seguimos siendo grandes amigos y ella sigue allá en Canadá. Espero algún día volver a verla, para recordar viejos tiempos.