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Mi primera vez con mi cuñado (2)
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Buen día, hoy les traigo una continuación de mi historia, de mis inicios en el sexo. Como a acordarán tuve una propuesta de mi hermana de hacer un trío con su novio Gustavo, a cambio yo podía acostarme con él un par de veces, para adquirir poco mas de experiencia, y además de sacarme mis calenturas. El único problema que me estoy volviendo adicta a él, no podía negar que no quería dejar de hacerlo, tenía cierto temor de que después del trío ya no pueda disfrutarlo más, por lo que quería sacarle el mayor jugo posible. Un fin de semana voy a su casa de Melisa a visitarlos de sorpresa, no sabía que ella tenía un compromiso, llegando la noche, ayudo a producir, ponerle maquillaje, algo sutil, ella tenía una cena con amigas, seguida de ir al cine. Mi hermana se retira, murmurando en mi oído, cuida de mi hombre, con guiño incluido.

Yo quedando a solas con mi cuñado, ni planeandolo me hubiese salido así de bien, me fui a poner ropa para excitarlo, arriba una remera negra sola, sin nada abajo, que se me marquen los pezones, una cola less de encaje roja bien fuerte, un short elastizado blanco, por otro lado, estoy casi toda depilada, excepto por un corazón que hice en mi zona púbica bien delicadito y chiquito.

Terminamos de cenar, él intentó levantar la mesa, yo le dije, dejame a mi, yo me encargo, busque ocasiones para tocarlo, incluso me cruzaba sobre él, me miraba completa hasta elogiarme, con un leve toque quede sentada sobre él comenzamos a besarnos, una de sus manos me tomaba de la cintura, la otra recorría mi cuerpo, con destino mis tetas, yo ya estaba empapada mi entrepierna bien mojadita, su mano bajó, me acariciaba mi conchita, me desnudaba con lujuria, sacó mi remera, bajó mi short y mi ropita casi arrancándola, como si hubiesen pasado semanas desde abstinencia, me besaba y fue bajando por mi cuello, se detuvo en mis tetas, su lengua recorría el pezón, me las chupaba cambiando de una a la otra, me enloquecía, me levantó llevándome sin dificultad, me tiro a la cama, de mis pechos siguió bajando hasta detenerse en mi vagina, su lengua jugaba en mí, por dentro, por fuera, mientras me hacía el oral me miraba fijamente todo eso me vuelve loca, con dos dedos me masturbaba, me hacía arquear la espalda de placer, solo podía agarrarlo de la cabeza, me penetro el ano con la lengua, intercambiaba el oral entre mi conchita y mi culito, estallé con varios orgasmos continuos.

Él tenía una remera ajustada, un pantalón deportivo, abajo no tenía nada, abajo solo se depila la zona púbica y testículos, se fue desnudando y yo lo ayudaba. Le pedí que se acueste boca arriba, yo de costado le empecé a hacer un oral, su pene ya estaba bien erecto, bien duro, mientras lo masturbaba con las dos manos, me levantó poniéndome encima de él, en un 69, mientras me atoraba con su pija, me comía otra vez mi conchita, metió un dedo en mi colita, lo hizo anteriormente pero esta vez sumó dos dedos, inevitablemente intenté gritar, pero su pene opacaba mi grito, con una mano le masajeaba los testículos, con la otra lo masturbaba, desde la base hasta donde estaba mi boquita, lo chupaba, lengüeteaba su cabeza sobre todo en el frenillo, eso se la ponía al palo, notaba su rigidez y como se hinchaban sus venas, intenté hacer garganta profunda, pero no puedo aún, me cuesta, además su pene se va engrosando hacía la base, eso me dificulta más. Ya no aguanté más, pedí que me lo metiera, me acosté boca arriba, empezamos de forma clásica, abrí mis piernas él se ubicó sobre mí, comenzó a cogerme, con ritmo suave de menor a mayor, mientras nos besábamos, sabía cómo hacerme llegar con sus movimientos, un orgasmo detrás de otro, mis uñas arañaban su espalda, era inevitable, me encantaba hacerlo, sentirlo adentro mío, de estar recostado sobre mi, se arrodilló, levantó mis dos piernas poniéndolas sobre uno de sus hombros, la penetración era profunda, sumado su intensidad y que siempre me hacía tope, me hacía gritar.

Él se acostó boca arriba, yo comencé a montarlo haciendo la vaquerita, quebraba la cadera recorriendo el largo de su pene, eso lo volvía loco, yo con mis manos en sus pechos clavaba mis uñas, él me tomaba de la cadera, subía a mis tetas, esta pose me hace llegar fácil, el contacto de mis partes, con su cuerpo me excita y me pone a mil, perdí la cuenta de cuántos orgasmos seguidos tuve, sentía que me mojaba tanto como si me hubiese hecho pis encima, de estar sentada, me recosté para poder besarnos, con sus manos en mi nalgas, sentí unos dedos colarse en mi culito, le pedí que sea suave, su pene en mi conchita y unos dedos en mi culo hacían mucha presión en mi interior, jugar con mi ano era algo que siempre me calentó, lo disfrutaba.

Gustavo me preguntó al oído con su voz sensual y grave, en vez de tener mis dedos en tu colita, no te gustaría tener mi pija? Eso lo venía pensando hace un tiempo, siempre que jugaba con sus dedos y lengua me calentaba. Yo respondí, si quiero, pero se podrá?? Él me dijo, si con mucha paciencia y suavidad. Si querés intentarlo en perrito o en cucharita, son para mí las dos mejores para iniciar una colita. Yo dije elegí vos, me dijo, bueno ponete en cuatro.

Estaba muy ansiosa, no sé porque tenía tantas ganas de que me penetre por detrás, sabía que me iba a doler y eso me calentaba más de lo que estaba. Gustavo se paró atrás, primero me hizo otro oral, su lengua iba de mi concha a mi culo, jugaba haciendo círculos con sus dedos, lengua y me los metía, hasta ahí no dolía, abrió mi culito y me echó un lubricante, vaselina o algo similar, me lo desparramó por mi cola, se veía brillosa y resbaladiza, me tomó de la cadera y me embestía mi conchita, espero a que tenga un orgasmo para empezar a trabajar sobre mi agujerito, sentí la presión de su cabeza por fuera, empujó suave hasta que me entró, di un gemido fuerte, me estaba abriendo mi culito, yo lo estaba disfrutando tanto o quizás más que él, me dolía bastante, pero no quería parar. Gustavo me decía Mica tenés un culo muy estrecho, me encanta. Cada vez me embestía más, me tenía tomada de la cintura. yo mordía la almohada, su verga en mi culo me lo estaba dilatando.

Después de un par de bombeos estaba llegando al clímax, tuve un orgasmo muy fuerte, distinto al vaginal, me temblaban las piernas. Gustavo, me giró, me puso al borde boca arriba, con las piernas abiertas, él me cogía la concha un rato más, hasta que se centro en mi cola, me lo metía despacito y se movía de menor a mayor mientras me tenía las piernas y me las abría, yo no podía hacer otra cosa más que terminar y gemir. Me puso boca abajo, arrodillado, me penetró por atrás, yo le gritaba sí rompeme el culo, él me tiró del pelo y me cacheteaba el culo, yo gritaba de placer, Gustavo me dijo así te gusta mi putita? Yo le respondía con un si y dame más, me pegó unas cachetadas, aumentó el ritmo. Él no se contuvo más, metió cada centímetro de su pene en mi culito, sus testículos chocaban en mi cola, me estaba destrozando mi culo. Me dijo estoy por terminar, yo entre gritos le pedí que me acabe adentro, él aguantó más, sentí su intensidad aumentar, como si quisiera atravesarme, su cuerpo impactaba con el mío, se detenía en lo mas profundo cada vez que me bombeaba leche, mi culo abierto, estaba dolorida, él salió de mí, yo me acosté sobre su pecho, recuerdo que me abrazó, sin darme cuenta me dormí. Me desperté y Meli estaba apoyada en mí, me dijo no tenía lugar del otro lado, las dos sonreímos.

Así termina mi segundo relato, si me animo publicaré el tercero. Muchas gracias por leerme.

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