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Mi primer vaginal
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Después de mi primer oral a Bruno, (leer “Mi primer oral”) quedé muy caliente, no paraba de masturbarme todos los días. Quería coger al primero que se me cruce. Por colmo no recuerdo porque nuestros padres no se juntaron y a Bruno no lo vi por varios días.

Marcos, era unos años más grande, tenía fama de salir con varias chicas en esa época, me venía encarando hacía rato, pero por su fama de salir y cambiar tantas veces de chicas no le daba bola. Pero una noche mi calentura hizo, que en el bar me fuera con él hasta mi casa. Ahí nos besamos, se notaba que lo hacía con experiencia, y con total desparpajo empezó a meter mano por mi cuerpo, logrando mi excitación. Me incita a entrar a mi casa, para que nadie nos vea.

No sé por qué me negué, tal vez para que no piense que era una puta, que en la primera salida iba a coger con él. Nos despedimos y quedamos en vernos la noche siguiente. Entre a mi casa, al ir al baño note mi tanga toda mojada y sin dudar me masturbe metiendo mis dedos hasta el fondo.

La noche siguiente nos encontramos otra vez en el mismo bar, él con sus amigos y yo con las chicas que ya sabían lo que pasó la noche anterior. Bailé y tome toda la noche hasta que Marcos digna acercarse, pasando su lengua por mi cuello, cosa que me causo la erección de todos mis pelos y piel.

Salimos hacia mi casa, comenzamos a besarnos, acariciarnos, metía mano bajo mi vestido, acariciaba mis piernas mientras besaba su cuello, y vuelve a proponerme entrar. Esta vez acepto, pero le aclaro que no hagamos ruido, para que nadie se entere. Nos dijimos al living, el lugar más lejano de los dormitorios, y nos tiramos en el sillón. Ahí comenzó a desabrochar los botones de mi vestido, permaneciendo a la altura de mi cintura, mientras me tomaba con fuerza y me besaba caliente, quedando a la vista mis lindos senos, suaves, tersos, besándolos, comienzo a gemir, mi respiración se agitó un poco. Mientras mi excitación ya era notoria.

Se tiro sobre mí, con el pene erecto rozaba mi vagina sólo separados nuestros sexos por la ropa, le digo que sentía muy rico su pija sobre mi vagina, se tira hacia atrás y baja sus pantalones, así el roce era más cercano, sentía como separaba levemente mis labios vaginales, no dejaba de succionar mi pezón.

Me separó con sus brazos y pensé que ahí acabaría todo, pero solo se incorporó para quitarme el vestido quedando únicamente con la tanga puesta, mientras Marcos se desnudaba rápidamente, para besar mis piernas hasta llegar a mi intimidad, quitando con sus manos la última prenda que me quedaba, era la primera vez que estaba desnuda ante un chico, era la primera vez que empezaban a chupar mi virginal vagina.

Se incorpora de entre mis piernas y yo me sonrió, puse mis manos en la nuca haciendo que mis senos se irguieran y sus erectos y duros pezones apuntaran al techo, Mientras miraba su pija completamente erecta, vuelve entre mis piernas y reinicia otra mamada a mi deliciosa y virginal vagina, metía su lengua entre mis labios vaginales punteando la entrada a mi cuevita, lamía mi clítoris.

Con mis manos apreté su cabeza contra mi intimidad, seguro que con mis jugos inunde su cara, con la respiración entrecortada lo tome hacia arriba y le dijo: ven te quiero sentir, quiero que seas el primero.

Acercó su cara a mí y le digo: Hazlo con cuidado que es mi primera vez, no me lastimes.

Puso entre mis piernas entre abiertas su duro miembro a la entrada de mi palpitante vagina.

Su pija fue abriendo paso entre los labios vaginales, gemí con una mezcla de grito, ¡abro más las piernas al sentir cómo entraba esa pija dura en mi hasta ahora virginal cavidad!

Se quejó quieto unos segundos, se sentía muy rico y caliente ahí dentro.

Siento que me abre toda. Comenzó a moverse de atrás hacia adelante poco a poco hasta que sentí que topaba su cuerpo contra el mío. Su pija había entrado toda hasta quedar los huevos pegados a mis nalgas.

Gritos y gemidos salieron de mi boca, enterrando las uñas en su espalda, apretando las piernas alrededor de su cintura, para que toda su pija quedara dentro mío, lo besé en la boca tratando de mitigar mis alarido, mientras me acostumbraba al tamaño invasor de mi intimidad.

Comenzó a moverse lentamente de atrás hacia adelante sin sacarlo mucho, lo abrazaba por la espalda baja abriendo un poco más las piernas, permitiendo que llegue lo más profundo su pene, que se deslizaba por toda la vagina, entraba y salía casi por completo, besaba y lamía mis tetas mientras embestía cada vez más duro, me caían algunas lágrimas que fue cambiando a ligeros pujidos y suspiros hasta llegar a constantes gemidos, que marcaban mi primer orgasmo con una pija.

Disfrutaba al máximo ese orgasmo, movía la cadera a su fuerza, a su encuentro indicando que deseaba siguiera bombeando mi concha apretada recién inaugurada.

Me agarro de las nalgas, las apretó y comenzó a darme unas fuertes y continuas embestidas penetrando profundamente, abría la boca como jalando aire, giraba la cabeza de un lado a otro, no quería que deje de cogerme, besaba mis senos, me decía si quería más, sólo lo empujaba hacia mí. Sigue, empuja su pija libremente dentro de ella gracias a lo lubricada que estaba.

Hasta que sentí como su leche pujaba por salir engrosando aún más esa pija dura, ¡mmmm que rico me coges, me llenas toda!, le digo

Eso motivó que comience con embestidas rápidas y fuertes para expulsar fuertes chorros de espeso esperma dentro de concha inundada, chorreante.

Lo apreté con las piernas alrededor de la cintura, quedando sus huevos pegados a mi culo. Se desploma sobre mi apretando mis tetas, que rico y caliente se sentía esa pija todavía dentro de mí.

Nos abrazamos fuertemente, entre beso, caricias y miradas. Le digo:

-gracias que rico, me gustó mucho.

Se despega de mí, sacando el pene semi erecto lleno de sangre, nos limpiamos con un pañuelo, para vestirnos.

Él se va a su casa, yo al baño para asearme y cambiarme para dormir bien cogida esa noche.

La relación duro solo unos pocos meses, donde me cogía muy rico todas las veces que podíamos. Hasta que descubrí que el muy turro no había perdido la costumbre de salir con otras chicas. Y lo mande al demonio. Ese fue un quiebre en mi vida, de ahí en adelante comencé a coger sin parar con todos los que pude. Por eso pueden leer mis otras historias.

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