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Mi primer relato y experiencia fetichista
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Primero me presento con ustedes. Mi nombre es Carla, tengo 27 años, piel blanca como la leche, 1.55 de estatura, cabello negro un poco abajo de los hombros, ojos verdes, pecho y nalgas algo pequeños, pero suficientes para verme bien debido a mi estatura, calzo del 2 1/2 y soy bisexual.

Me encanta el sexo en todas sus formas, hay muy pocas cosas que no me gustan, pero soy de mente muy abierta, generalmente soy dominante, me encantan las relaciones en grupo y soy fetichista de pies femeninos, por lo mismo procuro cuidarlos muy bien ya que me gusta que los adoren.

Para empezar les voy a contar cómo fue que comencé a adentrarme en el fetichismo y mi primera experiencia con un hombre.

Yo ya había perdido mi virginidad y ya había pasado por muchas experiencias, sexo anal, dominación, oral, etc. Pero realmente nunca me había acercado al fetichismo hasta que tuve un novio llamado Raúl. En ese entonces yo tenía 21 y el 25, y a pesar de la diferencia de edad yo ya tenía prácticamente la misma experiencia sexual que él (cabe mencionar que yo todavía no había estado con una mujer).

Ya había tenido un ligero acercamiento con el fetichismo mediante videos, me sorprendió como a muchos hombres les gusta esa parte del cuerpo de la mujer y como ellas podían sentir placer al usar sus pies para el sexo, no es por presumir pero tengo unos pies hermosos, pequeños, piel blanca, suaves, arco perfecto y muy estéticos.

Raúl y yo ya habíamos tenido sexo en muchas ocasiones, pero llegó un punto en el que comenzó a pedirme cosas en específico y a hacer otras que llamaron mi atención.

Primero comenzó a comprarme zapatillas abiertas que la verdad me gustaban mucho, ayudaban a resaltar mi figura y hacían ver más sexys mis pies, después durante el sexo a veces me dejaba puestos los tacones y un algunas veces cuando me recostaba para penetrarme levantaba mis piernas dejando mis pies a la altura de su cara y lentamente me quitaba los zapatos para dejar mis plantas libres para que él las apreciara, incluso me percaté un par de veces que después de quitarme los zapatos el inhalaba profundamente como para captar el aroma de mis pies. Cosa que no me disgustaba, pero esperaba que él me confesara que quería hacer más.

En otra ocasión después de que logró que me viniera un par de veces me pidió que lo hiciera terminar a él (generalmente le gusta terminar en mi boca y como buena putita que soy me encanta tomarme su lechita) yo ya estaba preparándome para hincarme y dejarlo seco pero me pidió algo particular. Se sentó en la cama recargando se en la cabecera y abrió las piernas, me dijo que quería que me recostara boca abajo para mamársela en esa posición. No le vi ningún inconveniente y después de hacerme una cola de caballo me coloque en posición y comencé con mi trabajo.

Comencé a comerme su verga con desesperación ya que me excitó ver qué él se calentó demasiado al verme así y se notaba ya que su verga comenzaba a lagrimear en mi boca, después de unos minutos me pidió que doblara las piernas, cosa que me resultó extraña pero estaba tan excitada que lo obedecí inmediatamente (investigando un poco mientras veía pornografía encontré varios vídeos que se refieren a eso como "pose de pies" o "the pose")

En el momento que doble mis piernas y las crucé, mis pies quedaron expuestos a su mirada, yo notaba como recorrían mi cuerpo desnudo con la mirada pero la mayor parte del tiempo en mis pies, decidí intentar algo y comencé a mover mis dedos y a estirar lo más que podía mis plantas mientras seguía dándole una mamada y noté que comenzó a gemir más y su verga comenzaba a ponerse más dura en mi boca.

Llegó un punto en el que me dijo – escúpele y jálamela mientras te comes mis huevos.

Honestamente nunca me había hablado así, pero me gustaba y me excitaba. No tardó más de dos minutos en esa posición para terminar y varios chorros de semen comenzaron a brotar de manera brusca llenando mi mano, mi cara y salpicado la cama había los lados, nunca había visto que terminara de esa manera. Parecía que no hubiera tenido sexo en mucho tiempo.

Comencé a lamer y limpiar todo lo que pude con mi boca hasta dejarle la verga completamente limpia.

Nunca lo había visto así de excitado y ya sospechaba que él tenía ese tipo de fetiche, como les digo yo no sabía que a mí me gustaba, solo me causaba curiosidad.

Cuando ya estábamos recostados me atreví a preguntarle directamente si tenía ese fetiche.

El algo avergonzado me dijo que sí pero que no me había dicho nada directamente por miedo a que terminara rechazándolo como otras parejas que tuvo anteriormente. Yo le comenté que al contrario de lo que él pudiera pensar a mí también me llamaba la atención y que podíamos intentar más cosas.

Bueno aquí dejaré este primer relato.

Agradezco que se tomen el tiempo de leerme y que me comenten lo en lo que puedo mejorar

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