Mis inicios sexuales no fueron muy tempranos. Este que les voy a contar fue mi primera experiencia, con 18 años cumplidos. Aunque cuando conocí lo que era el sexo no paré más. Por eso pueden leer mis otras historias publicadas.
Yo era una chica muy aplicada en la escuela, me dedicaba a tener buenas notas, a ser la traga, la estudiosa, destinando mi mente solo a ese objetivo. Pero vamos a la narración de mi primera experiencia entonces que es lo que todos quieren:
Mis padres desde antes que yo nazca se juntan casi todos los sábados con parejas amigas a comer, bailar o solo conversar.
Con el tiempo fuimos naciendo los hijos de ellos. Primero fue Bruno, segunda yo unos meses después y unos años más tarde vinieron el resto de los chicos. Nos criamos todos juntos entre juegos, peleas, salidas, helados, pileta. Siempre fuimos muy compinches todos, pero con Bruno por la poca diferencia de edad y por ser los mayores lo éramos más.
Siempre nos contábamos todo, en los juegos hacíamos trampa a los más chicos, compartíamos mucho. Recuerdo que de chicos a él siempre le gustaba andar desnudo en la pileta donde nos juntáramos. Hasta no se bien qué edad, pero lo recuerdo con su pito al aire… jajaja
Los años pasaron, nuestros padres seguían juntándose casi siempre, nosotros que crecimos ya no siempre íbamos a esas reuniones. Pero un día hacen una reunión un domingo de verano en el campo.
Llegamos en la mañana, aprovechamos el día en la pileta, que era pequeña, pero servía para juegos y refrescarse. Notaba que Bruno, estaba permanentemente tocándose la pija y se notaba en la malla ajustada que llevaba puesta su erección permanente. Eso hacía que lo mire muy seguido, a lo que él, en lugar de ponerse incomodo era como que le gustaba que yo me diera cuenta que la tenía dura.
El día fue pasando, él seguía con sus erecciones bien notaria en su malla. A la tardecita salimos a caminar por un pequeño monte de plantas y nos sentamos en un tronco de un árbol caído. Comenzamos a charlar y contarnos todo como siempre lo hacemos. Solo que esta vez una de las primeras preguntas que me hace es si yo había tenido sexo con un chico. Respondí que no, que nunca lo había hecho.
Cuando yo le pregunto lo mismo, él responde que hace poquito lo había hecho por primera vez con una mujer, que su primo y un amigo lo acompañaron de unas prostitutas. Enseguida le pido más detalles, mientras miraba como se notaba su pija dura detrás de la malla.
Me cuenta que llegaron a una casa, donde habías dos mujeres mas grandes, pasaron, pagamos y su primo se fue a la habitación con una y el amigo con la otra. Cuando termino su primo, la mujer lo llama con un camisón transparente, donde se veían perfectamente sus grandes tetas y su tanga. Ella lo empieza de desnudar, se le arrodilla y le da unas chupadas a su pija, se para, le coloca un preservativo y se acuesta en la cama abriéndole las piernas, que eso casi lo hace acabar (nos reímos, mientras él no para de tocarse la pija).
Lo llama para que se suba a ella y la penetre. Me dijo que eso duró unos segundos hasta que lleno el preservativo de semen… jajaja. Así fue su primera vez, que le hubiera gustado hacerlo con una chica de las que le gustaba, pero que como experiencia le gustó mucho.
Luego me pregunta si me masturbaba, no sé porque le respondí de inmediato que no. Era totalmente falso, porque yo lo hacía bastante seguido. Cuando yo le pregunto a él, me responde que todos los días. Nos largamos una carcajada juntos. Jajaja, y que esta noche se iba a masturbar pensando en mí. Uy le digo. Ahí le pregunte, ¿cómo lo hace? ¿Dónde?, con una sonrisa me dijo con la mano (risas) y en cualquier lugar, en la cama, en el baño, en el patio de su casa lo que nos provocó más risas.
Yo seguía viendo que su pija explotaba dentro de la malla, entonces aprovecho y le digo que note como se tocaba, que todo el día la había dura, que se notaba el bulto dentro de la malla, lo que nos vuelve a provocar risas, y me dice que estaba caliente, que yo era la culpable, que mi malla metida en el culo y mis tetas lo estaban volviendo loco…
-Uyyy, le digo.
Me pregunta si quiero verla como la tenía de dura, aunque me estaba muriendo de ganas de verla, le respondo que no. Que nos pueden ver, si bien casi era oscuro y estábamos lejos, alguien nos podía ver. Así que me toma de una mano y caminamos unos metros más lejos, se apoya en el tronco de un árbol y baja su malla hasta los tobillos, de ahí sale su pija que miraba hacia el cielo, dura, delgada, con la cabeza colorada de estar parada todo el día rozando contra la malla y con muchos pendejos a su alrededor.
Fue la primera vez que veía una pija dura en vivo, había visto con mis amigas unas revistas porno que tenía escondida el hermano de una de ella, donde eran unas pijas enormes, penetrando a chicas por todos los agujeros posibles.
-Uyyy – le digo otra vez. Estas recaliente… jajaja
Si, ¿quieres tocarla? me pregunta. Me daba muchas ganas, curiosidad, pero mi primera respuesta fue no. Él la agarró con su mano y se empezó a masturbar, y me vuelve a preguntar, ahí tímidamente me acerque y con mi mano derecha la sujete suavemente, estaba firme como metal, solida, caliente, lisa, tersa.
Empecé a mover mi mano junto con la de él, me baja los breteles del corpiño dejando mis tetas al aire, acariciando mis pezones que estaban tan duros como su pija, cuando me dice: -dale un chupadita.
Le respondo, -no sé cómo se hace.
Ponla en tu boca y mueve la lengua me propone.
Me arrodillo, al verla tan cerca la pongo entre mis labios, como si le daba besos. Ponla dentro de la boca y con empujón la situó sobre mi lengua. En ese momento comencé a mover la boca y la lengua, sentí un sabor que nunca experimente, fueron unos segundos hasta que un chorro de semen se estrelló en mi paladar.
Enseguida la quite de mi boca y me di vuelta para escupir varias veces en el suelo, mientras él seguía emanando con presión semen que caía sobre piso lleno de hojas secas. Recupero mi vertical, me limpio la boca con la mano y esta con hojas del árbol, me subo el corpiño, él la malla y caminamos hacia la casa donde estaban todo los demás, con el fuego prendido para el asado.
La reunión terminó, llegamos tarde a casa con mi familia, me di un baño, me acosté en mi cama con mi concha toda mojada, y me masturbé, tuve un espléndido orgasmo pensando en la pija de Bruno.