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Mi primer masaje erótico
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Tiempo de lectura: 10 minutos

Bueno antes que nada voy explicar cómo es que llegué a dar masajes (no soy un profesional), antes de la pandemia pasaba por un mal momento psicológicamente, y decidí meterme a un curso de masajes pues quería algo nuevo y tomarme un descanso para refrescar mi mente.

Estuve solo 1 mes cuando empezó la pandemia, ese curso valió poco o nada porque cerró el lugar donde daban los cursos y ya no pude retomar el curso, durante la pandemia como no salía hice amistad mediante algunas aplicaciones donde de ahí salieron varias conocidas pero precisamente Martha (no es su nombre real), en sus fotos no se veía como tal su cuerpo sólo su cara pero lo que llamo mi atención fue su descripción donde decía que quería amistad sin importar la edad por eso atreví a mandarle mensaje y a partir de ese momento platicamos todos los días.

Ella es una mujer atractiva (a mi gusto) es madura tiene 48 años casada y con 2 hijos ya casados, ella es de piel morenita, pechos medianos (pezones color café) son hermosos, buena pierna, y su mayor atributo sin duda es su trasero, puesto que es muy redondo y amplio por sus caderas anchas si bien no es tan paradito a mi gusto es hermoso a pesar de tener estrías, ella tiene pancita algo pronunciada y maltratada por la edad, de cara es muy guapa con labios carnosos muy lindos, ojos café oscuro, pero en general en pocas palabras una madura gordibuena.

Durante el tiempo de pandemia que escribimos vía virtual generamos confianza al tal punto de hablar de cualquier tema, tiempo después de la pandemia salió el tema del curso que había tomado antes puesto que no tenía empleo y me pregunto qué sabía hacer, fue donde ella me dijo que diera masajes a lo que no lo hacía porque no me sentía seguro porque fue poco tiempo de curso, era difícil que me aceptaran en algún lugar para trabajar de eso, pero total salió de ella que fuera a su casa a poner en práctica lo aprendido en el curso y que me daría una pequeña ayuda económica.

Yo le di vueltas pues no tenía experiencia y lo que más me ponía nervioso e inseguro es que nunca nos habíamos visto en persona, total me convenció y llego aquel día donde quedamos de vernos, ella reside en CDMX y nos quedamos de ver en metro hospital general para conocernos y estar seguros los 2 (por cómo están las cosas hoy en día). Recuerdo que ese día iba súper nervioso pero quería conocer a esa mujer porque por vía virtual siempre había de que hablar, me acuerdo que llegue a la estación un poco más temprano y la vi desde que bajo del vagón donde van exclusivamente las mujeres.

Ella vestía un pantalón de mezclilla holgado, unos tenis y una camisa color guinda y no traía casi nada de maquillaje nada del otro mundo fue ahí donde nos saludamos y escuché por primera vez su voz, ahí empezamos a platicar donde yo no era el único que estaba nervioso y con miedo, pero al platicarlo y reír un poco se nos fue esa inseguridad, calculo que platicamos como por media hora en la estación del metro y otro rato más afuera, ella era sencilla, honesta, de buen sentido del humor que hizo sentirme en confianza hasta llegar al tema del masaje platicamos sobre eso y de ahí caminamos hacia su casa donde hubo algunos momentos de silencio pues íbamos con ese miedo yo por mi parte pensando si era algún plan con maña para algún tipo de delito y lo mismo pensó ella.

Para no hacer más largo esto me acuerdo que llegamos a su casa (no daré detalles por privacidad), estuvimos ahí hasta que llegó la hora del masaje y mis nervios aparecieron pues sería la primera vez que daba un masaje a alguien que nunca había visto y más por el poco tiempo de curso, Martha se quitó su blusa y se puso boca abajo en el sillón que tenía y se desabrochó el sostén para dejar libre su espalda, algo que me hizo sentir un poco más seguro fueron sus palabras “tú has lo que puedas que no pasa nada” y yo empecé con lo mío le apliqué aceite y comencé a masajearle la espalda todo fue muy bien y casi todo normal excepto cuando masajee la espalda baja pues al pasar mis manos en esa zona Martha dijo “ay si ahí” pero al escuchar así su voz en ese tono de placer (no sexual obviamente si no del momento cuando te sientes a gusto con algo), no pude contener con darle cuerda a mi lado perverso.

Y empecé a poner atención a su trasero al centrarme en el pude ver que debajo de ese pantalón de mezclilla se le asomaba un calzón negro, y al hacer un movimiento de arriba hacia abajo y viceversa es esa parte de su espalda baja se podía ver muy poquito el inicio de la raya que divide su trasero y eso me puso caliente pero mi moral me hizo regresar a la normalidad, terminé con el masaje y de nuevo charlamos un buen rato del masaje y otras cosas y me despedí, quedamos en repetir de nuevo en 3 días realmente no sé si fue porque le agrado el masaje o la compañía o todo en conjunto.

Y así pasaron los días cada que la visitabas platicábamos le daba su masaje y listo, cabe destacar que durante esos días platicamos ya más acerca de su relación que tenía, a pesar de ser una mujer guapa y exitosa (pues no vivía mal y no necesitaba trabajar todos los días pues tenía un negocio) se sentía menos, tenía la autoestima muy baja, y ánimos por los suelos casi siempre se la pasaba deprimida por su relación, pues no era buena en ningún sentido, su esposo casi ya no se la pasaba en casa y la había dejado en segundo plano y en cuanto al sexo ya tenían tiempo sin que pasara nada (todos los días platicábamos pues tenía el tiempo y era una forma de distraerse).

Yo honestamente nunca pensé en querer ligarla o echármela al plato como se dice puesto que he tenido otras amistades con casos similares y siempre he hecho lo mismo de mostrarles mi apoyo y ayudarlas en cuanto a subir su autoestima (a veces siento que debería ser psicológico puesto que no hay persona que no conozca y que terminen por desahogarse conmigo por sus problemas personales, pero es algo que me agrada) con la diferencia de que con ella la tenía de frente y con ninguna anterior conocida la había visto en persona solo por chat, tampoco es que sea un pan de Dios como se dice, ni la persona más pura o santa que exista no para nada claro que con las mayorías de mis conocidas o si no es que con todas he imaginado cosas sexuales (por las pláticas que tenemos y lo que me cuentan) la diferencia está entre tener solo eso en tu mente y querer hacerlo realidad cosa que siento que también pasó aquí.

Cuando hablábamos del tema sexual era inevitable no imaginarme cosas con Martha pues ella era muy abierta en el tema y muy explícita más de una vez pensé en decirle “si quieres también te ayudo ahí” pero jamás me anime por miedo a que lo tomara a mal y se perdiera la amistad y cambiase lo que hasta ahora teníamos que me gustaba y sobre todo también me ayudaba y yo a ella, poco a poco veía con otra actitud a Martha, quizá solo quería que alguien le diera esa aprobación o alentarla a hacer nuevas cosas y una de ellas fue el sexo, Martha lo decía tal cual qué necesitaba a alguien para hacerlo y aquí es donde siento gran parte de culpa por inspirarla a buscar sexo con alguien más, si bien al inicio le decía que arreglara las cosas con su esposo para tener una mejor relación sentimental y sobre todo sexual que a ella era algo que le gustaba mucho pero era casi imposible que volvieran a tener una buena relación, donde metí la pata primero fue la ropa yo siempre le decía que se vería bien con ciertas prendas (licras ajustadas, tangas debajo etc.) Por la confianza que teníamos y era algo que ella quería hacer desde antes pero no se atrevía.

Total que fui su cómplice para elegir ciertas prendas, en alguna ocasión si me mostraba cómo se veía al ponerse algún vestido o licras pero no más, cabe mencionar que le gustaba que la piropeaba de una manera educada no vulgar, y tomo el gusto de provocar a cualquier hombre pues en nuestras pláticas eso le agrada sentir las miradas de los hombres con todo esto vino lo segundo de lo cual me siento culpable de ir al gimnasio digo eso no es lo malo si no al decirle que buscara alguien que le atrajera del gimnasio para tener sexo y así lo hizo.

Martha al poco tiempo tuvo relaciones con un conocido del gimnasio, al principio ella se veía más feliz y me contaba todo, hasta que le dio la cruda moral por haber engañado a su pareja, y de las cosas que hacía se sentía mal de qué pensarían de ella y al ver sus lamentos la verdad me sentí parte de eso y le mencioné mi sentir me dijo que no tenía yo la culpa pero en el fondo sé que si pues yo fui quien le dio ese empujón, no digo que sea totalmente mi culpa pero era parte quizá en algún porcentaje bajo pero era párate de eso, para no hacerlo más largo, ella se inscribió a otro gimnasio y dejo atrás sus encuentros con aquellos chicos del gimnasio (aunque su forma de vestir no cambió).

Así pasaron los días mientras yo la seguía viendo, algo que creo no he dicho es que en todo ese transcurso el masaje ya había cambiado también un poco puesto que ahora no solo le masajeaba la espalda si no las piernas por ambos lados y también la pancita (por el ejercicio y dieta ya tenía menos) casi todo el cuerpo excepto los pechos, el trasero y su parte íntima puesto que realmente ya teníamos una confianza increíble ella de perder el miedo de mostrar más su cuerpo y yo al masajearla, hasta que un día que llegue a su casa.

Martha ya había hecho la costumbre de estar con ropa cómoda cuando yo llegaba, pero ese día fue distinto porque ella traía un vestido holgado bastante bonito de flores con tacones me dijo dame un momento me lo voy a quitar pensé que iría a su cuarto a cambiarse, pero se sentó alado mío en el sillón y primero se quitó los tacones, y al pararse sin mediar palabra se quitó el vestido dejándolo caer de sus hombros y no traía nada abajo del vestido claro que me quede en shock pues jamás la había visto totalmente desnuda, si bien en alguna ocasión llegue a ver un poco de sus pechos o su inicio de su trasero y sus piernas pero no completamente, no sé cuánto abre tardado en reaccionar porque me dijo “no te vas a mover de ahí” y yo solo atiné a pararme del sillón para que ella pudiera acostarse, pude evitar un poco el voltear a ver aquel espectáculo que tenía enfrente por mi moral pero vamos soy humano y ella de espaldas pues pensé no haré nada indebido como quien dice un taco de ojo y vaya taco de ojo, y así fue podía ver la redondez de cada glúteo fue espectacular ese momento aún lo recuerdo perfectamente sobre todo el color de su piel un poco menos morena con las marcas de las estrías muy tenues que se alcanzaban a notar yo me quedé fascinado al verla así al punto que ella fue quien me dijo que empezara el masaje.

Casi siempre empezaba por la espalda y después las piernas, pero Martha fue quien me dijo “empieza por los pies” al terminar de masajear sus pies (algo de lo que apenas me doy cuenta escribiendo es que a ella no le gustaba que pasara mis manos por sus platas de los pies ni talón por las cosquillas pero ese día no dijo nada, creo que andaba realmente caliente y pensando en otras cosas hasta la fecha no sé realmente lo que pasaba por su cabeza y quizá nunca lo sepa) y pase a las pantorrillas y subí a la parte trasera de las piernas aquí es donde me puse caliente me dio una especie de adrenalina como cuando se te sube la sangre a la cabeza, pues al subir por una pierna Martha abrió la otra pierna sé que lo hizo de manera natural pues siempre la había hecho (cuando traía short) pero al no traer nada puesto como otras veces se le vio parte de su intimidad podía ver sus labios pues estaba depilada, pero cuando me dijo masajéame también las nalgas, tuve ahí un pequeño intercambio de palabras con ella pero para no hacerla larga y desviarme del tema me acuerdo del primer contacto de mis 2 manos subiendo a sus glúteos desde las piernas de la parte de atrás al inicio de sus glúteos fue increíble y más aún cuando iba subiendo mis manos y al empujarlas por el movimiento se abrieron dejando ver su ano.

Lo que más me excitó en esos momentos fue escuchar sus pequeños gemidos, quizá no me detuve o quizá no lo recuerdo bien porque de verdad que no lo creía en donde estaba, lo que estaba viendo y más lo que escuchaba y tocaba era indescriptible ese momento pero seguí con el masaje aunque cada que pasaba mis manos por su trasero disfrutaba como loco de sus pequeños gemidos, del tacto y la vista no sé si el masaje duro más o menos de lo normal hasta que se volteó y lo primero que hizo fue ver mi cara, yo me la comía con la mirada pues podía ver esos pechos hermosos con los pezones saltados, y ver sus labios cafés en verdad era un espectáculo y me sentía como soñando, ella cerró los ojos y me puse a hacer lo mío empezando de nuevo por sus pies (por sus dedos y empeine), honestamente no recuerdo bien en qué momento ponía y donde aceite pues estaba concentrado en otras partes ni siquiera recuerdo si el masaje lo estaba dando bien pues me deja llevar por admirar su cuerpo.

Los dedos de sus pies con unas uñas color verde turquesa eran unos pies bien cuidados o quizá así los veía por el momento, subía mis manos por las espinillas hasta llegar a las rodillas, la verdad es que en esos momentos en vez de dar un masaje estaba acariciando cada parte de su cuerpo pues al masajear los muslos y al llegar cerca de su parte íntima por finalizar los muslos mi mano llegó a la ingle y ahí es donde por la calentura, adrenalina, y nervios sin mediar palabra mis dedos pulgares de cada mano subieron por su ingle y roce sus labios fue cuando Martha comenzó a realmente a gemir quizá sus anteriores gemidos no eran gemidos de placer sexual pero estos sin duda que lo eran pues podía ver cómo su pancita se inflaba y desinflaba por su cambio de respiración.

Me acuerdo que por un momento pensé en bajar mi cara y pasar mi lengua por ambos labios pero solo atine a pasar más cerca mis dedos pulgares de sus labios acercándome más a su entrada de su vagina y ella solo me dijo “masajéamela toda” pero con una voz agitada pues no me dijo más para que mi dedo medio empezara a pasarlo por entre sus labios y podía sentir como poco a poco en cada va y ven de mi dedo se empezaba a mojar y sus gemidos eran aún más intensos y su respiración era mayor a tal punto que tomo mi mano con la que estaba pasando mi dedo medio y la empujó hacia su vagina me dijo “mételo”.

Y así lo hice metí mi dedo y empecé a subir la intensidad de la entrada y salida de mi dedo donde lo hacía cada vez más rápido hasta que en vez de 1 dedo ya eran 2, mi dedo medio y anular estaban dentro y le daba tan rápido con ambos dedos que gemía demasiado rico al cansarme un poco de mi mano (no tengo idea cuánto tiempo estuve así para cansar mi mano) pare un poco la velocidad pero por dentro empecé a subir mis dedos hacia arriba como queriendo tocar su ombligo subía y bajaba los dedos pero al subirlos ligeramente acariciaba con la yema de los dedos la pared de arriba donde mis dedos llegaban a chocar y así lo hacía de manera más rápida e intensa cosa que Martha lo empezó a disfrutar mucho más, se tapaba la cara con sus manos y yo disfrutaba tanto o más que ella, puse mi otra mano en sus pechos se los acariciaba y tocaba los pezones podía sentir lo duro que los tenía jamás había visto a una mujer con los pezones tan duros como ese día.

Así estuvimos hasta que se vino sacando unos cuantos chorros pude sentir cómo su vagina se contraía con mis dedos dentro parecía que ella era quien me los acariciaba ahora, al pasar algunos segundos saque mis dedos y ella quito las manos de su cara me volteo a ver y me dijo “así quiero que sean mis masajes siempre”, claro que yo me quede con ganas de más pero también soy consciente de que el hombre llega hasta donde la mujer quiere y me gusta respetar esa parte, hemos platicado de esto pues ya van alrededor de 3 veces que el masaje es de esa manera y es riquísimo verla disfrutar y yo también disfruto pero solo hemos quedado en que así serán los masajes, no sé si Martha espera que sea más lanzado, he pensado en sacármela mientras le hago el mansaje o decirle algo más (he imaginado muchas cosas por hacer y cómo las haría) pero algo que es lo que me incomoda y es por lo que escribí esto, es que es casada y que quizá estoy metiendo la pata como anteriormente lo dije y no quisiera meterla más y eso me detiene a veces si me siento un poco mal puesto que me pongo en la posición del esposo si bien su relación no es buena aún están casados y es un compromiso que aún tienen que respetar y mientras sea así no me gustaría entrometerme más de lo que ya lo hice, a veces no me siento del todo bien con esto pero también sé que mi lado perverso quiere más y lo disfruta.

Por último hasta la fecha que publicó esto que es 26 de septiembre de 2022 ya no he visto a Martha desde hace 10 días pues le dio la cruda moral que temía seguimos hablando por mensaje pero quizá sea mejor dar por terminado esto pues si bien claro que tengo ganas de más y he trabajado en mi moral y ahora que estoy decidió a ir más allá con Martha debo esperar y respetar lo que dije antes “el hombre llega hasta donde la mujer quiere” y mientras no la vea nada podrá ocurrir es por eso que a veces me pregunto qué es lo mejor cuando tienes una oportunidad como la que tuve con ella, hubiera sido lo mejor dejarme guiar por el deseo y calentura del momento o hice lo correcto, a veces es lo más ronda por mi cabeza. Saludos y buen día o noche según sea la hora que me lean, buenas vibras a todos.

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