Mi nombre es Maylen y soy una chica muy diferente a las demás. Soy alguien muy liberal y siempre hice lo que quise. Tengo cero vergüenza y cero pudor, soy capaz de ir a trabajar sin ropas que no tengo ningún problemas con que la gente me mire. Soy media desfachatada en ese sentido, y además es algo que me divierte y mucho al igual que el sexo.
Contado esto procedo a contarles como soy físicamente para luego contarles la anécdota. Yo soy una chica no tan alta (mido 1,66), tengo el cabello largo y oscuro, soy delgada y tengo unas buenas tetas que no son tamaño melón pero tiene un buen tamaño y las tengo bastante firmes.
Ahora que saben como soy, les cuento que hace unos años atrás tenía un novio que me llevaba mucho a su casa y este tenía una piscina, con lo cual, yo durante el verano me llevaba la bikini y me metía. Crease o no, no hice ninguna locura en la piscina aunque en más de una ocasión me apetecía desnudarme y/o practicarle sexo oral o fornicar debajo del agua.
Sin embargo, cuando su madre se fue a cuidar a su abuela que se había lastimado realicé cierta locura muy propia de mí. Delante de mi novio, de su padre y de su hermano me saqué la bikini y ante su atenta mirada me puse a tomar sol completamente desnuda boca abajo.
Ahora bien ustedes se estarán preguntando porque lo hice y la verdad no tengo ni idea porque lo hice, quizás porque no estaba la madre, pero igual estaba el padre y el hermano o quizás fue que me excitó estar sola y rodeada de tres hombres, seguramente fue esto segundo ya que me generaba bastante placer que ellos tres me estén mirando.
Me encantó enseñarles el cuerpo y como ellos me miraban metidos en la piscina, me excitaba verlos morderse los labios y como me comían con sus ojos. Querían los tres echarse encima de mí y tocarme toda. Tener esa sensación hermosa de ser deseada me llevó a querer mostrarles más mi cuerpo.
Al rato me di vuelta y les enseñé las tetas y en vez de tener las piernas cerradas las abrí y les enseñé también mi raja. Ellos que se encontraban dispersos en la piscina se juntaron en un extremo para observarme mejor. Estaban desesperados por ver lo que tenía entre mis piernas y cuando un hombre está desesperado te podes dar el lujo de jugar con él.
Yo ante sus atentas miradas comencé a tocarme con un dedo y fue algo hipnótico para ellos, quedaron hipnotizados con el movimiento circular de mi dedo por toda mi raja. Los había convertido en unos zombies que en vez de querer comerme el cerebro me querían comer otra cosa. Solo tenían una cosa en mente y para su propio placer y el mío, cerré los ojos y comencé a masturbarme introduciéndome uno de mis dedos por mi coño. Por lo tanto, comencé a gemir y a imaginarme a los tres tocándome toda. Esto hizo que me excitara más y cada vez más a tal punto que me empecé a tocar las tetas también y cuando me encontraba en el punto máximo de calentura sentí una mano sobre mi cabeza.
Estaba tan perdida en mis pensamientos sexuales que no me había dado cuenta que mi novio había salido de la piscina y se había colocado a mi lado. Apoyar su mano sobre mi cabeza hizo que volviera en sí y al abrir los ojos lo encontré a él parado a mi lado con su short en el piso y con su pene erecto apuntando hacia mí. Quería que yo le practique sexo oral y justo llegó en el mejor momento ya que yo estaba deseosa por chupar pija.
Entonces me acomodé con mi rodillas sobre el pastito, agarré su poronga con mi mano derecha y de una la introduje dentro de mi boca. Mis labios envolvieron su pene y por dentro de mi boca, mi lengua comenzó a juguetear con su cabezota. Mientras hacía esto observé como ahora el padre de mi novio salía de la piscina y como se acercaba hacia nosotros. Él vino y se colocó a mi izquierda y como yo lo tenía a mi alcance, comencé a tocarle el bulto con la palma de mi mano. Su pene en cuestión de segundos se puso erecto, con lo cual, decidió bajarse el short como lo había hecho su hijo.
Su pene peludo quedó apuntado hacia mí y yo no dejé de pasar esa oportunidad única que tenía a mi alcance. Se la agarré y luego de darle una última chupada a la de su hijo pasé a la de él. Antes de metérmela en la boca le pegué una lamida por abajo y cuando llegué a su cabeza, ahí si me la tragué. Entonces como hice con su hijo, se la envolví con los labios y se la empecé a succionar. Era la primera vez que hacía una doble mamada y todavía faltaba uno.
El otro hijo de mi suegro salió de la piscina y rápidamente se acercó hacia nosotros tres. Él se ubicó en el único lugar que faltaba ocupar y que era enfrente mío. El como su hermano, se bajó el short sin que yo se lo pidiera y acercó su pene medio erecto hacia mí. Yo que tenía ya mis dos manos ocupadas agarrando dos porongas no pude agarrársela sino que como pude me la metí en la boca. Esto le permitió a él agarrarme de la cabeza y hacerme tragar por completo su pene. Luego de unos segundos me soltó y me la sacó de la boca. Al sacarla estaba ya más enorme de como me la había metido y toda baboseada y pegoteada por mi culpa.
Tenía ahora tres hermosas porongas a mi alcance y no me desesperé, tenía todo el tiempo del mundo para poder disfrutar de esas bendiciones.