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Mi prima y yo le hicimos 8 mamadas a mi chico en un finde
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Tiempo de lectura: 22 minutos

Comenzaré por explicar mi situación.

Algunas chicas de mi familia sufrimos un problema congénito provocado por lo que se conoce como Hiperplasia suprarrenal congénita que se hereda solo por parte de algunas hijas. En mi caso concreto y debido a ello, nací sin vagina ni clítoris.

Somos muy pocas en todo el mundo, en realidad los médicos me han asegurado que solo 2 por cada millón de niñas nacemos con ese cuadro:

Ausencia de vagina, que se debe al síndrome de Rokitansky-Kuster-Hauser, en el que las niñas al nacer carecemos de órganos reproductores internos.

Ausencia de clítoris, conocida en todo el mundo como Hipoplasia Genital Externa o agenesia clitorial, en el que las niñas nacemos careciendo de clítoris.

En todo lo demás soy completamente normal, tan solo no puedo tener relaciones sexuales con penetración porque no tengo ni vagina ni clítoris.

Bueno, hay otra cuestión que también influye y es en lo único que siempre tuve complejos: al no producir hormonas sexuales tampoco se desarrollaron mis pechos, por lo que en realidad nunca necesité llevar sujetador y los pocos que tengo son de la talla 80 copa A, pero ni con relleno conseguí parecer nunca una chica con pechos atractivos, algo que siempre me acomplejó y deprimió mucho.

Aunque en realidad nunca me interesaron los chicos ni las chicas, yo era de ese 1% de la población mundial que somos completamente asexuales, y mi única ilusión era ser peluquera, ser una gran peluquera en mi pueblo.

Me pasé mi infancia de médico en médico con mi mamá para ver las posibilidades terapéuticas a mi diferencia genital ya que mi padre murió siendo yo muy niña, pero nunca hubo avances y la operación para implantar una vagina artificial es muy delicada y encima nunca tendría ramificaciones nerviosas en esa zona al carecer de clítoris, así que al final nada se pudo hacer.

En la adolescencia siempre me sentí mal y tuve envidia de todas mis amigas por su sexualidad, aquello me fascinaba aunque no me interesaban los chicos, solo era la sensación de tener esas percepciones que ellas me contaban, pero yo no podía.

Solo se lo conté a mi mejor amiga que conocí en las sesiones médicas de nuestra distrofia, y ella me dijo:

– Mira, a las que tenemos el Síndrome de Rokitansky no nos crecen los pechos por falta de hormonas estrógenos y testosterona, encima tampoco tenemos vagina, y por si fuera poco el ano es más estrecho y con un tejido interno más frágil así que lo que nos queda para disfrutar del sexo es aprender a hacer las mejores mamadas del mundo, jijijij…

Ah, pues eso me interesa.

Entonces solo te diré que no hay ningún milagro, la técnica se adquiere practicando, practicando y practicando.

Siempre lo más importante es sentir amor por lo que estás haciendo, por eso debe ser con quien realmente ames, y lo segundo más importante es saber que cada chico tiene distintas formas de disfrutar con el sexo oral, desde el principio hasta el orgasmo final.

Con mi mamá y conmigo vivía su hermano, mi tío, y un día descubrí su colección de revistas pornográficas y vídeos y cuando él no estaba fui curioseando.

Claro, muchas cosas, la mayoría no podía hacerlas yo. Pero en ese armario que tenía bajo llave y yo sabía donde estaba, también tenía una colección de vídeos llamada "I Swallow" de finales de los años 80, y ahí descubrí lo que sería para mí algo tan excitante que con el tiempo se convirtió en mi fantasía y forma de hacer el amor. Finalizar el sexo succionando completamente toda la carga de amor de mi chico.

Evidentemente nunca tuve relaciones sexuales con mi tío, la realidad no es ficción, pero sí aprendí muchas cosas que cuando las llevé a la práctica me di cuenta de que no eran como en las películas, ni en el porno.

Yo sé lo que le gusta a los hombres, y a mí me encanta, me vuelve loquita de placer!!!

Comencé a trabajar de peluquera y la vida pasaba sin más.

Un día escribiendo en un foro femenino sobre mis peculiaridades genitales para explicarme con otras chicas y seguir averiguando sobre mi temática, apareció un chico, Sam, que comenzó a decir que él sabía bastante del tema y que era algo normal tener sexo solo así.

Me llamó la atención y comenzamos a escribirnos por privado, así que Sam me contó que él nació en los EEUU pero vivía en España porque su abuela era española, y poco a poco nos fuimos abriendo más hasta que me contó que él en EEUU tuvo una novia con el mismo cuadro clínico que yo, y que durante casi 3 años de noviazgo solo tuvo relaciones sexuales orales con ella.

A mí aquello me fascinó, por fin había encontrado a un hombre que no necesitaba follar vaginal o analmente para tener novia. Me envió fotos, yo le envié mías y finalmente se decidió a venir a conocerme a mi pueblo.

Desde el primer día que lo vi me pareció un amor de chico, aunque no era un canon de belleza clásica, a mí me pareció muy guapo y apuesto, con 1,73 de altura era casi 20 centímetros más alto que yo y por otra parte, debo reconocer que yo tampoco soy un canon ideal de chica guapa, soy flacucha, sin senos, así que del montón siendo generosa.

Aquel día nos conocimos y fue maravilloso, fuimos a cenar, hablamos de muchas cosas y al llegar una hora nos besamos en un parque. Mi primer beso, algo imborrable. Así estuvimos mucho tiempo, yo creo que más de una hora besándonos tan intensamente que casi me desmayo.

Después me acompañó a mi casa y nos despedimos con otro beso. Solo romanticismo del que ya me enamoré perdidamente.

Al día siguiente al hablar me preguntó:

– ¿Qué tal lo pasaste ayer, hermosa?

– Muy bien, me encantó pasar esas horas contigo. Y tú ¿qué tal?

– Me gustaste mucho Analía, me gustaría seguir conociéndote.

– Estoy muy contenta, yo también. ¿De verdad fue tan bueno para ti como para mí?

– Sí, me gustaste mucho, salvo la parte de volver a mi ciudad con el Síndrome de las Blue Balls…

– Ah, no sé hablar inglés, disculpa…

– No mujer, es un dolor inmenso en los testículos provocado por una gran excitación que no finaliza en orgasmo, y yo además tengo el problema de que produzco mucho semen diariamente, parece algo bueno pero créeme que no lo es…

– Ah, pues disculpa, (no supe qué decir).

Así que investigué y efectivamente, el síndrome de las bolas azules (o de las pelotas moradas) es algo real y por lo que dicen, es como un dolor insufrible en sus güevos. Y ahí me sentí fatal. Me disculpé como pude y le dije que no le volvería a pasar.

Una semana más tarde volvimos a quedar, y ambos sabíamos que queríamos tener nuestro primer encuentro sexual. Él sabía lo que yo podía ofrecerle, y estaba de acuerdo, yo sabía lo que él podía ofrecerme y estaba loca de contento.

Después de cenar fuimos al mismo parque y volvimos a besarnos muy apasionadamente y aunque él no me lo pedía directamente y yo estaba muy nerviosa, conseguí decirle:

– Sam me gustas mucho, y me gustaría hacer el amor contigo esta noche.

– Tú a mí también Analía, y te deseo muchísimo.

– Pero vivo con mi madre y no podemos ir a mi casa.

– No hay problema, vamos a dar una vuelta en coche.

Así que fuimos a un sitio a las afueras, apagó el motor, cerró las puertas y comenzamos a besarnos, y ahí comenzó a tocarme los pezones, yo los tenía durísimos y me encantó, así que puse mi mano sobre su pantalón, le desabroché el cinturón y le bajé los pantalones, saltando ante mí su polla hermosa.

No es muy grande, unos 13 cm de largo pero sí es gruesita, más de 15 cm de diámetro, perfecta para llenarme la boquita que para mí es como mi vagina y hacerme tocar el cielo. Y él apenado me dijo:

– Sí cariño, no es muy grande, lo sé, he tenido muchos rechazos de chicas que querían una polla de 20 cm porque tenían mucho vicio en sus coñitos, y para el sexo anal no quieren que sea tan gorda, todo al revés…

– No, tranquilo, para mí es preciosa ¿sabes? Es la primera vez que veo una polla real y me parece maravillosa.

– Bueno, me gusta que lo pienses así.

– Además sabes que no tengo vagina así que créeme que si consigo hacerte el amor con mi boca será incluso esforzándome porque parece muy gordita…

– Ufff, no me lo digas más que ya comienzo a notar otra vez el dolor de güevos blue balls

– Uy Sam, discúlpame, es la inexperiencia con un hombre pero lo que más deseo del mundo es que tú y yo hagamos esta noche el amor, y sientas todo el placer que yo pueda darte para que cuando más estés disfrutando, puedas liberarte y descargarte a gusto.

Y seguimos besándonos y me fue enseñando cómo hacerle la paja mientras nos besamos, hasta que tocó mi cara y me dijo que estaba muy excitado, que le gustaría que siguiese mamándole la polla.

Bajé y comencé a chupar bastante desastrosamente, hoy lo sé, en general todos mis movimientos eran bastante torpes y mal coordinados. No sabía hacer nada bien. Él me dijo que no era porno, que no se hacía así. Así que le dije que debía decirme exactamente cómo le gustaba, cómo recibía más placer, y me fue indicando.

– Cuando haces el amor de forma oral tienes que conseguir que el chico se relaje. No puedes hacerlo así de rápido, eso es solo en los vídeos de pornografía. Tienes que ir poco a poco pero manteniendo un ritmo constante. La constancia en la mamada es lo más importante. Tampoco te la saques de la boca cada pocos segundos.

– Entiendo. Dime qué más te gusta.

– Pues debes agarrarla con tu mano e ir haciéndome la paja con ella mientras metes algo más del capullo en tu boca y succionas al ritmo de la paja.

– Dime más…

– E ir aumentando el ritmo poquito a poco, como te digo lo importante es la constancia, y cuando ya falte poco es cuando puedes apurar un poquito más pero sin que llegue a ser muy rápido. Es mejor que aumentes la fuerza en la succión que darle demasiada velocidad. Y cuando te avise es porque me voy a correr. Y cuando comience a correrme tienes que tener especial cuidado con la forma de mamar, pero dominar eso es algo que requiere varios días, no te preocupes…

– Lo que quiero es que te corras en mi boca, quiero saber por fin cómo se siente, qué placeres puedo obtener de ti, saborearte y disfrutarte.

– Perfecto, me encanta. A mí la verdad es que no me gusta mucho que me hagan una mamada y acabar yo pajeándome, porque para eso no tengo novia, me pajeo en casa y listo. Y también me gustaría correrme en tu boca mientras sigues mamando, me acostumbré así y me da más placer.

– Pues créeme que me vuelve loca la idea, estoy sudando y llena de excitación por hacértelo.

Total que seguí haciéndole la mamada como buenamente pude y llegó un momento en que noté que todo su cuerpo se tensaba, hinchaba su barriga y me decía que se corría.

Aquello fue un poco desastre, a mí me entró su leche por donde no debía y me atraganté, me salió su lefa por la nariz, no supe seguir masturbándolo cuando seguía corriéndose, después intenté seguir chupando y comenzó a dar grititos de que le molestaba, me volví a atragantar, me lloraban los ojos, le puse el asiento del coche lleno de leche, un desastre casi total.

Al final nos compusimos, como pude me llevé la leche que tenía en mis manos, cara y en su polla a la boca, la tragué y saboreé.

Me llamó mucho la atención su sabor, no era el manjar de las diosas que me había imaginado pero tampoco sabía mal como decían algunas de las pocas amigas que tenía, a mí me gustaba lo suficiente y con eso me bastaba. Y me propuse ser una verdadera amante de su leche templadita, del amor que me daba en yogurt, ¡y vaya si lo conseguí!

El caso es que le pedí perdón, nos terminamos de limpiar y vestir y me dijo:

– No hay nada que perdonar, cielo. Ha sido un poco desastre pero es tu primera vez, es lo más lógico y habitual, y además he tenido otras primeras mamadas que han sido mucho peor. A mí me ha gustado, ¿y a ti?

– Buff, muchísimo, aunque siento todo el estropicio, y esos quejidos que te escuché cuando te corrías.

– Ah, no te preocupes. En realidad es algo que se adquiere con la práctica porque puedes provocar molestias si lo haces de modo incorrecto. Y cada hombre es un mundo pero yo tengo mi forma preferida.

– Pues te ruego, es más, te suplico que me digas cómo te gusta más, porque tú me gustas mucho y me gustaría mejorar al máximo…

– No te preocupes cariño, es una cuestión de práctica, de tiempo, de paciencia, de amor y dedicación. Como te comenté, estuve 3 años con una chica también con agenesia vaginal en los EEUU, y te puedo tranquilizar diciéndote que lleva bastante tiempo llegar a conseguirme un orgasmo plenamente placentero solo con una mamada.

– Te prometo que me voy a esforzar al máximo, pero dime ahora a ver de lo que soy capaz…

– Bueno, pues te digo que a mí para darme más placer debes estar mamando tal y como lo hiciste, masturbándome con tu mano, acompañando el movimiento de tu boca, siempre con un ritmo suficiente y sobre todo constante, y justo cuando comienzo a correrme debes detenerte de modo súbito, dejar el glande dentro de tu boca y sin mover tu cabeza, y ahí comenzar a pajearme muy muy rápido pero a la vez suave sin apretar la polla con la mano, con un recorrido corto de unos 3 ó 4 centímetros de “pajeo frenético”. El siguiente paso es que te mantengas succionando fuerte sincronizando cada chorro de leche con cada chupada, es decir, simulando que cada chisguete me lo sacas tú mamando, como si en vez de correrme yo fueras tú la que me extraes chupando cada chorrito.

– Ufff, parece muy difícil, me llevará un tiempo aprenderlo a hacer bien, pero así es como más te gusta, claro, y yo quiero que te guste muchísimo.

– No te preocupes, claro, es más placentero porque si sigues pajeándome rápido mientras me estoy corriendo, consigues que salga toda mi leche y me descargo más a gusto, y si eres capaz de coordinar esa masturbación frenética con intentar sacarme cada chisguete de leche justo cuando va saliendo, el placer es máximo.

– Buff, me encantan todas esas sensaciones que me haces imaginar. ¿Y después?

– Pues si quieres darme el máximo placer, debes ir intentando desde el principio poner tu boca abovedada y ocluir con la lengua la entrada directa de leche en tu garganta para no atragantarte, es decir que mi leche te llegue al paladar, vas haciendo un buche de mi almizcle lechoso en tu boca, y sigues mamando aunque desde ese momento debes ir bajando la intensidad en el pajeo y en la succión. Puede durar así de 1 a 3 minutos, depende de cuándo me haya corrido la última vez y de cuánta leche tenga acumulada en los güevos, claro. Y después te irás acostumbrando a poder tragarte todo el buche de leche de un golpe, sobre todo cuando mi polla se vaya quedando pequeñita en tu boca.

– Pues créeme que para mí va a ser como una biblia, hasta que consiga darte el mayor de los placeres haciendo el amor. La verdad es que me gustaría volver a hacerlo ahora mismo…

– Cielo, yo produzco mucha leche, pero vamos a hacer un pequeño descanso, vamos a tomar un café en aquella cafetería que se ve en la esquina y volvemos.

Tomamos un café, él con leche, yo lo pedí solo, le dije a la camarera "sí, sí, pónmelo sin leche que ya estoy tomando mucha y más que voy a tomar" y le guiñé el ojo. Le encantó esa complicidad. Y al cabo de un ratito ya estaba otra vez en su coche besándolo y buscando desesperadamente su polla. Volví a metérmela en la boca y esta vez intenté hacer todo lo que me había dicho, pero eran demasiadas cosas, así que aunque esta vez sí se corrió ya todo en mi boca y no me atraganté, en realidad todavía se quejó de la fuerza con que lo chupé mientras se corría, de mis movimientos masturbándolo, etc., pero me dijo que todo a su debido tiempo. Esta vez ya me gustó mucho más su leche, no sé qué pasó pero me volví loca de sensibilidad al tragármela. Finalmente nos dimos más besos y me dejó en casa.

A partir de ese día fuimos haciéndonos cada vez más adictos el uno al otro, yo a darme el gustazo de poder disfrutar así del sexo con mi novio y él de que cada día fuera mejorando mi técnica para darnos el lote amoroso.

El caso es que a los 3 meses de comenzar, le dijeron que lo iban a trasladar a un pueblecito en el sur de Italia porque necesitaban a alguien con su experiencia y que hablase inglés perfectamente. Así que decidí irme a vivir con él a Italia. Todo fue bastante raro y difícil al principio en la comunicación, además era un pueblo pequeño donde todos y todas te conocen pero lo único importante para mí era que Sam estaba conmigo y por fin podíamos dormir juntos y vivir como una pareja.

Tengo un poco de temor porque aquí las chicas he visto que son como muy tradicionales y encima ven a mi Sam como alguien que les interesa. Yo hago de buena ama de casa tradicional, me gusta ser así, y lo espero con devoción cada día para tratarlo como se merece, con todo mi amor.

Y por la noche cuando nos vamos a la cama me desnudo y me pongo unas bragas blancas de algodón, las clásicas, porque me contó que a él le excitan para el sexo oral, ya que el resto de chicas se ponen ese tipo de braga clásica de algodón cuando tienen la regla, es decir, la semana de las mamadas, y solo vérmelas puestas ya noto cómo se pone duro. A veces también me pongo unas de color rosa infantiles porque dice que las chicas primero comienzan haciendo muchas mamadas antes de tener su primera relación vaginal, y le recuerda a su adolescencia… Entonces me acerco a ayudarlo a desvestir y se sienta en la cama, yo me arrodillo para quitarle los pantalones, los boxers y los calcetines, y después le gusta que comience a hacerle el amor así arrodillada un ratito.

Cuando está bien excitado me dice:

– Cariño ven a la cama que estoy muy cansado. Necesito relajarme para dormir,

– Sí mi cielo, acuéstate y tápate bien que te voy a hacer una buena mamada para que te corras a gusto y te quedes dormidito.

Entonces me meto yo también en la cama, apago la luz, comenzamos a besarnos de forma apasionada mientras sigo pajeándolo suave y cuando la noto muy dura, me deslizo por la cama hasta su polla para hacerle el amor como más nos gusta, él me acaricia los pezones y sé que se va a correr porque comienza a apretármelos más fuerte. Ahora sí que consigo que se corra a gusto, dándome toda su leche templadita y continúo mamándolo despacito como sé que le gusta para quedarse dormidito.

Él es viajante de una buena empresa y gana lo suficiente para los dos, y durante el día como solía estar trabajando fuera de casa pues me gusta leer relatos que me hagan sentir cosas dulces y estremecedoras, me gusta ver vídeos, y también escribir relatos buscando la fantasía de los chicos y las chicas. Y así paso unas mañanas muy sabrositas.

Aunque desde hace muchos años yo estaba desconcertada y deprimida porque todos los vídeos o la mayoría de los que hay en los sitios de porno, el chico solo disfruta un ratito del sexo oral y seguidamente ya van a poner a la chica en cuatro y a tener sexo anal con ella, es lo más común, todo se reduce a tener sexo anal con la chica y después correrse en su boca o en su cara. Pareciera que solo quieren tener sexo anal. Y eso me puso siempre muy triste por mi imposibilidad. Aunque hablé y me escribí con muchos chicos y chicas que me hicieron ver que eso no es siempre así.

También me escriben muchas chicas de otros países preguntándome cosas, pidiéndome consejos, etc.

Con respecto a cómo me satisface, pues es bastante distinto a la mayoría de las mujeres. Pero si algo sabemos hoy en día es que existen diferencias abismales sobre cómo disfruta cada persona de su sexualidad, hay de todo. Absolutamente de todo. Incluso hay trastornos cognitivos y sensoriales que hacen que algunas personas obtengan placer cuando obtienen dolor físico, como las de BDSM, etc., imaginémonos si hay de todo…

En mi caso es poco habitual, al carecer de canal vaginal y clítoris, las sensaciones placenteras son otras. Ni mejor ni peor, solo otras distintas. En mi caso me gusta muchísimo que Sam me acaricie los pechos, que los bese, que me los chupe suave y después fuerte, incluso que me apriete los pezones fuerte cuando consigo lo más parecido a un orgasmo femenino. Me encanta que me bese el cuerpo, que me haga caricias y masajes por la espalda, el cuello, las piernas, todo es sensitivo y maravilloso para mí, solo que sin llegar al prototípico orgasmo femenino. Pero a mí, mi sexualidad me encanta.

Me ha lamido y chupado muchas veces ahí abajo, pero al carecer de clítoris (solo hay un orificio por el que sale el pis, pero repito que no es una enfermedad solo una disfunción física, nada más) no se siente tan rico como cuando pasa su lengua por mi ano mientras acaricia otras partes de mi cuerpo, por ejemplo mis pechos, hummmm

El sexo anal no me gusta. Además por mi problema congénito es prácticamente imposible. Sencillamente no es algo que me guste e intentamos evitarlo. Ya digo, algunas veces cuando mi chico estaba muy excitado, me he lubricado bien y sí lo hemos hecho con muchísimo dolor, y por eso no me fascina…

Mi pasión es hacerle sexo oral rico, muy rico, muy muy rico a Sam, mi chico.

Es la postura con la que más consigo excitarme, me calienta todo el cuerpo de forma salvaje, y cuando mi chico se corre, buffff, me vuelvo loca gozando!!! Y él también disfruta mucho porque sé exactamente cómo le gusta a los hombres, cómo obtener más placer.

Ya que es mi culmen sexual, lo que más ansío, lo que más me gusta, he aprendido a chupar como una diosa, mis mamadas son para hacerlo llegar cerquita del cielo, sé como mamar despacito, cómo subir a besarlo de la forma más lasciva mientras sigo masturbándolo, como chupar suave cuando se corre, cómo no dejar de mamarlo suave hasta que su polla se ha quedado pequeñita, y sé que le gusta quedarse dormidito después de correrse a gusto…

Son sencillamente gustos personales, y a mí me encanta.

Sobre el sexo oral apenas conozco a chicas que no nos encante y disfrutemos mucho cuando hacemos una buena mamada. No tengo tantas amigas como quisiera pero las poquitas que tengo sí disfrutan mucho, tanto antes del sexo convencional como en "la semana de las mamadas" que es cuando les baja la regla y esa semana no tienen coito pero sí hacen el amor con sus chicos y todas tienen más o menos la misma estrategia en la sensualidad:

Esa semana esperan a que sus parejas estén ya en la cama y entonces cuando salen del baño para ir a acostarse se quitan el sujetador para mostrarles los pechos pero se dejan las braguitas puestas, ya que llevan salva-slip pegado en la braga, y cuando un chico ve a su chica en esa forma entrando en la cama ya sabe que esa noche van a hacer el amor solo con una mamada porque ella muestra sus agujeritos tapados con la braguita.

Entonces comienzan a besarse y ellas les suelen susurrar: tengo la regla pero quiero hacerte el amor (eso mientras ellas les acarician sus pollas) y seguidamente comienzan a bajar para hacerles el amor de una forma increíblemente excitante, todas dicen lo mismo, al menos las que yo conozco.

Y se toman la lechita calentita antes de apagar la luz y dormirse: orgasmo rico para él y biberón llenito para ella.

Soy especial y no todo el mundo puede decir lo mismo, yo sé lo que le gusta a mi chico, sé cómo le gusta hasta el final, hasta que se queda chiquitita en mi boca y dormidito es maravilloso.

Pero siendo honesta, soy muy feliz con el sexo oral. Solo tenía un poco de miedo por si Sam echaba de menos tener relaciones vaginales.

Aunque hacía tiempo que me decía que él era feliz así, con nuestra forma de hacer el amor y querernos, pero yo le quería sacar qué era lo que echaba de menos del sexo tradicional.

Después de mucho insistir un día me dijo que para él era todo muy sabroso pero lo único que sí echaba de menos era besarme mientras hacíamos el amor y tener sus orgasmos mientras me besaba.

Es decir, cuando hacía el amor vaginalmente con una chica podía besarla mientras follaban y que justo cuando se iba a correr, le metía la lengua en la boca y se corría besándola.

Claro, yo me puse muy triste porque con el sexo oral eso no es posible…

Él me dijo que no había ningún problema, que eso ya lo había hecho muchas veces en su vida con otras parejas, y que era solo una especie de fantasía.

Y fue pasando el tiempo y se acercaba el verano, ya hacía meses que teníamos reservado un hotel en las playas de Sicilia para celebrar su cumpleaños de viernes a lunes. Pero resultó que mi prima Anita que tiene 5 años menos que yo y vive en España, vino a visitarnos por primera vez a Italia justo en esa época.

Ella es un amor de chica, muy colaborativa, abnegada y obediente en todo, y genéticamente también sufre el mismo síndrome de Rokitanski, sin vagina ni clítoris, ya que solo ella y yo heredamos esa disfunción orgánica.

Tiene una talla más de pecho que yo pero es porque está un poquitín más gordita, que quede claro.

Ella llegó y pasó esa semana en nuestra piso que es muy pequeñito, y como ella dormía en la cama somier de al lado, no pudimos hacer el amor mi chico y yo. Él se ponía malito, pobre, pero incluso ella sabía que yo por fin podía tener relaciones sexuales gracias a mi Sam, y que todas eran con sexo oral porque como las dos sufrimos rokitanski severo, siempre hemos compartido todas las cosas que nos pasaban.

Llegó el viernes y nos fuimos a Sicilia, al llegar al hotel nos dijeron que al ser temporada alta y no haber reservado para una persona más, no había más habitaciones ni camas supletorias. Entonces como era la cama Suite matrimonial, dijimos que ella dormiría con nosotros sin problemas.

Fuimos a la playa y la disfrutamos mucho dándole besitos a dúo en la cara a Sam, como agradecimiento por esas vacaciones tan bonitas.

Volvimos, nos pusimos guapas y Sam nos llevó a cenar a un sitio maravilloso con lo cual seguimos dándole besitos a dúo aunque yo le di alguno de verdad en sus labios.

Después de esa cena deliciosa y de lujo fuimos a tomar algo en la rivera con música en directo, precioso y volvimos a darle besitos a dúo y yo a darle más besos de verdad, a lo que me susurró:

– No sigas besándome por favor, que llevamos 5 días sin hacer el amor y ya empiezo a tener las bolas azules…

– Ay mi cielo, discúlpame, con todo lo de Anita ha sido imposible, pobrecito…

Total, que volvimos al hotel y nos fuimos desvistiendo para irnos a dormir.

Mi pobre Sam se puso de pie a leer el móvil y Anita se agachó a buscar su pijamita en su maleta.

Abrió la tapa y al tirar de uno de los elásticos se soltó de golpe y su brazo salió disparado hacia Sam, con tan mala suerte que le dio con el codo en los testículos a mi chico.

Él cayó en la cama con mucho dolor, le comenzaron a caer lágrimas por la cara. Anita se puso muy nerviosa y yo también.

Él bufaba de dolor y no podía casi ni hablar y murmuraba sollozando muy bajito, resoplando. Yo le dije que no le escuchaba y él de rabia gritó:

– Que encima tengo los güevos llenos desde hace una semana!!!

– Ay, perdona mi cielo, ha sido culpa mía.

Le seguí pidiendo perdón, pero no quería saber nada, con semejante dolor…

Anita también le pedía una y otra vez perdón, pero nada, el pobrecito estaba dando girones en la cama y nosotras sentadas en la cama sin saber qué hacer…

Pasamos unos minutos muy angustiosos y cuando pudo tomar aliento y hablar algo, nos dijo que lo dejáramos un rato en esa posición.

Al cabo de unos 10 minutos dejó de toser y retorcerse, y nos dijo que a ver si pudiera quedarse dormido porque no podía ni casi moverse del dolor.

Anita se metió también en la cama y sollozaba hecha un ovillo en la cama.

Decía que toda la culpa era de ella, pero yo le decía que la culpa también era mía por no hacerle el amor en toda la semana, a lo que Anita todavía se sentía peor porque decía que la culpa volvía a ser de ella doblemente, ya que al estar ella esa semana en casa no habíamos podido hacer el amor porque dormía a nuestro lado, y por eso tenía los güevos llenos, y que lo sentía mucho, muchísimo, que ella sabía que hay necesidades en una pareja y que ella no quería interponerse más.

Sam comenzó a hablar y me dijo que tenía los testículos muy doloridos e hinchados, y entonces le dije que iba a mirar. Le quité el short y efectivamente los tenía inmensos y de color rojo violáceo.

Los observaba con cuidado y comencé a tocarle también su hermosa polla.

Entonces Anita miró preocupada y a la vez fascinada y le dije:

– Pobrecito, tiene los testículos casi morados… Acércate, tranquila no pasa nada por verlo desnudo, ¿verdad amor? (Él asintió y murmuró):

– Es que los tengo a reventar…

Entonces miré a Anita y parecía decirme todo con su mirada triste, casi suplicante.

Me metí en la cama entre los dos, comencé a darle besitos a mi chico y noté que su polla comenzaba a crecer, se reincorporó un poco y me dijo:

– Cariño, hoy más que nunca necesito hacer el amor y correrme a gusto, pero está Anita en la cama, justo pegada a ti…

Y ella respondió:

– No por favor, ya dije que no me iba a interponer más en vuestras necesidades, y encima te he dado un golpe horrible en los güevos, todo ha sido culpa mía… Necesito que te alivies Sam, así que por favor, por favor os ruego que hagáis el amor todas las veces que necesitéis, olvidaos de mí, me siento fatal, horrible…

Entonces él se acostó y siguió besándome, al cabo de un rato cuando ya tenía una erección impresionante le dije que le iba a hacer una mamada con todo mi amor pero que no se aguantase nada y se corriera a gusto.

Pero entonces Sam me dijo:

– Cariño es que me duele mucho toda la zona, hasta el estómago, y siendo así me va a costar mucho correrme.

– No te preocupes cielo, yo te hago el amor con toda mi pasión todo el tiempo que haga falta, y cuando te vengan las ganas, alíviate y córrete todo lo a gusto que puedas.

Entonces enfrentados de lado en la cama como estábamos, me deslicé por la cama hasta su polla y comencé a mamarlo suave y lentamente mientras le hacía el efecto émbolo con mi mano, como más le gusta, pero me miró y me dijo que tuviera cuidado porque le dolían mucho sus güevos.

Al bajar yo a hacerle el amor, la cara de Anita quedaba ahora justo enfrente de la de Sam, y se acercó más para ver cómo le estaba haciendo yo la mamada, observando cómo sudaba y qué sentía a través de su cara, por lo que exclamó: pobrecito mío…

En ese momento Sam abrió los ojos y le preguntó a Anita ¿No te importa que mi chica me haga el amor pegada a ti?

Y ella le respondió, para nada, todo lo contrario, que le hacía feliz y que si podía ser de ayuda en lo que fuera necesario solo teníamos que decírselo.

Lo recuerdo como si fuera hoy, entonces yo me levanté y le dije: quizás sí puedes ayudar, Anita. Y ella dijo que lo haría encantada, que además se sentía tan culpable…

Entonces me sinceré y le dije:

– Hay algo que a mi chico le gusta y excita mucho pero que yo nunca había podido hacerle, y es besarlo mientras le hago el amor. ¿Crees que podrías besarlo mientras yo le hacía el amor?

Y ella puso una cara de felicidad y dijo:

– Por supuesto, lo hago encantadísima, además él es tan bueno siempre conmigo que cualquier cosa es poco…

Así que yo bajé a hacerle la mamada y ella comenzó a besarlo y ahí sentí que su polla se ponía más dura.

Él se separó y le dijo:

– ¿Te puedo besar como la beso a ella, más profundo y metiéndote más la lengua?

– Por supuesto. Yo no sé si sabré hacerlo, pero tú guíame y bésame como te sientas bien para correrte a gusto, como dice Analía…

– Perfecto Anita, cuando notes que me voy a correr, méteme tu lengua hasta el fondo de la boca.

– Por supuesto, así lo haré.

Al poco tiempo él se separó y le preguntó si podía tocarle las tetas mientras la besaba.

Ella no respondió, yo miré hacia arriba y vi como se quitaba el sujetador y con mirada todavía culpable, le cogía las manos a Sam y se las llevaba a sus pechos. Y se volvió a meter su lengua en la boca, y yo su polla en la mía.

Yo estaba tan excitada como pocas veces, sentía cosas maravillosas porque después de todo, le estábamos haciendo sentir sensaciones placenteras a dúo, y sentía que Anita estaba sintiendo algo similar.

A veces Sam bajaba su mano por mi espalda y después por la espalda de Anita y se excitaba mucho, por eso Anita le preguntó y él le dijo que le excitaba tocarnos el culito y comprobar que llevábamos puestas las bragas de algodón las dos, porque así sabía que podía relajarse ya que nos tenía a las dos siendo conscientes de que solo le íbamos a hacer mamadas, y así podía correrse más a gusto.

Y recuerdo que mi chico incluso le dijo:

– Me excita mucho apretarle los pezones a Analía cuando me quiero correr ¿me dejarías apretártelos fuerte?

Yo creí que ella no cedería, pero lo miró con ternura y le dijo:

– Me excita mucho lo que estamos haciendo, apriétame las tetitas como tú quieras…

– Pero Anita, ¿estás segura? Porque justo cuando me vaya a correr cuando Analía me esté sacando la leche me gustaría pellizcártelos muy muy fuerte, haciéndote daño.

– Si te gusta así, pellízcamelos muy fuerte, hazme daño para que puedas correrte a gusto, yo te provoqué muchísimo dolor, así que apriétamelos todo lo que quieras…

Mi angelito estaba en un círculo de sensaciones placenteras, yo le estaba mamando la polla mientras con mi mano derecha le hacía el efecto émbolo y mi mano izquierda le acariciaba las nalgas, y Anita le besaba grande y metía la lengua en su boca mientras le acariciaba el pelo.

Y además nos sentía gemir a las dos porque con su mano derecha me retorcía una teta a mí y con su izquierda retorcía fuerte el pezón de Anita.

Y todo eso ya fue el culmen…

Comencé a escuchar su grito seco y apagado por tener su lengua dentro de la boca de Anita, y disfrutar de cómo conseguimos entre las dos que se estremeciera tan a gusto, recuerdo que se corrió como nunca lo había hecho.

A pesar de estar muy acostumbrada, me costó tragarme todo su yogurt de vida, pero seguimos mamándolo y besándolo hasta que se quedó prácticamente dormido.

Subí a darle las gracias a Anita y me dijo que era lo menos que podía hacer por nosotros, pero que en realidad estaba muy agradecida por las sensaciones aprendidas y recibidas esa noche.

Al día siguiente nos levantamos y fuimos a desayunar todavía un poco consternados pero felices. Anita estaba toda preocupada por si le seguían doliendo los güevos a mi angelito, a lo que él le dijo que todavía un poco sí. El caso es que estaba lloviendo de forma torrencial, y habíamos venido a la playa lo cual era un blufff total, porque allí es un pueblito en el que no había nada que hacer cambiando el clima de forma abrupta y con 2 días seguidos de lluvias torrenciales, justo los días que íbamos a estar nosotros. Era horrible ese clima…

Y lo más triste, encima era su cumpleaños.

Volvimos a la habitación sin nada qué hacer y entonces Anita le preguntó si le había gustado hacer el amor así, a lo que mi angelito Sam le dijo que sí, que le encantó, y ella le respondió algo así como "me alegra mucho saber que al menos pude ayudaros".

Yo le dije:

– Ayer se notaba que estabas muy cargadito, cariño, me diste un biberón entero jijiji pero ¿te gustó así como lo hicimos?

Y él me respondió:

– Mucho, pero todavía me duelen, aún los tengo bastante cargados, cielo… Aunque he de decir que de quien estoy enamorado es de ti Analía, a ti es a quien dedico mis sueños, mis besos, mis labios. Por eso es que me hubiera gustado más besarte con todo mi amor a ti mientras me corría a gusto…

Me acerqué a Anita, le susurré al oído mis ideas y ella me miró con ternura, picaresca y amor y me dijo: ¡por supuesto!

Entonces nos acercamos más a mi angelito y le dije:

– Cariño, ya que va a estar lloviendo sin parar y es el día de tu cumpleaños, voy a darte mi regalo: Anita y yo queremos hacerte un regalo conjunto, nos vamos a quedar hoy y mañana en la cama y vamos a hacerte todas las mamadas que quieras y como más te gusten.

Se puso contentísimo y me agradeció muchísimo el regalo, bueno, a las dos aunque más a mí, claro. Y como me lo había pedido, en la siguiente mamada le enseñé a Anita a hacérsela como a él le gustan, aunque me decía que ella no sabía hacerlo bien, claro, yo soy la número uno, pero disfrutó muchísimo!!!

Ahora era la propia Anita la que le pedía que le apretase fuerte los pezones mientras le hacía las mamadas. Ella pensaba que no conseguía que se corriera tan rápido por apretármelos a mí, pero mi chico prefiere apretarle los pezones a la chica que estaba besando no tanto a la que le hacía el amor oralmente en ese momento. Pero él se las ingenió para apretarnos los pezones fuerte a la vez a las dos para correrse a gusto, disfrutando mucho de cada orgasmo.

Ocho mamadas en total, le hicimos 4 mamadas ese sábado y 3 el domingo, más la del viernes por la noche.

Dijo que incluso mereció la pena el golpe en los testículos.

Después volvimos a nuestro pueblo italiano y antes de irse Anita quiso agradecerle la hospitalidad con 2 mamadas conjuntas más, aunque yo ya no quería porque una cosa es un regalo y otra que me intente quitar el novio, me puse celosa y no hubo más sexo conjunto. Pero fue muy excitante disfrutar así ese fin de semana.

ADENDA:

Todo esto ocurrió justo el verano de 2019, antes de la pandemia por Covid. Pero este año todo volvió a la normalidad turística. Y por ello nos volverá a visitar mi prima Anita.

Me llamó el martes para confirmarme que venía mañana domingo y que esta vez se quedará una semana. Estuvimos charlando sobre cómo va la situación en la familia porque nos gusta cuidarnos mucho, y me dijo que cuidase mucho a mi chico, ella lo llama El Toro porque dice que yo soy como una ternerita que va cada noche a tomar su leche directa de su Torito.

Y me dijo:

Dile a Sam que este año no es necesario darle ningún golpe en sus partes, que el tándem es voluntario durante mis vacaciones, que he pensado mucho en vosotros y todo lo que me hicisteis sentir…

Resulta que allá en España no consiguió congeniar con ningún chico. No consigue que le guste ningún hombre, ni siquiera en el trabajo porque son todo chicas, y que un día se fue a un sex-shop y compró un pene de goma con depósito. No tenía ninguno porque nosotras con Rokitansky no podemos utilizarlos…

Resulta que leyó que mezclando leche de vaca, con licor de Acacia Dealbata para darle sabor a almizcle, y gelatina líquida para darle consistencia y densidad, se consigue una mezcla parecida al semen, así que lo calienta un poquito y antes de dormir, rellena el depósito del consolador para irse a la cama e imaginar que está haciendo sexo oral, su obsesión ahora, y que practica mucho para tener mejor técnica mamando, y mientras se aprieta ella misma los pezones para sentir más excitación, y cuando quiere quedarse dormidita, aprieta el depósito y se llena la boquita de leche, se la toma y así se queda dormidita hasta el día siguiente.

Se ha acostumbrado a seguir mamando hasta no dejar ni una gotita porque si no lo hacía así, el consolador por la noche perdía líquido y le mojaba la almohada, que es donde lo deja porque le gusta sentirlo cerca de su cara ya que a veces se despierta a media noche y vuelve a mamarlo otra vez para dormirse. Muy parecido a nosotros.

Y que incluso se compró un gel de labios (y me trae 2 de regalo para mí) con sabor a fresa que es muy lubricante y pringosito, y que sirve para besar muy baboso, como sabe que le gusta a mi chico mientras la otra le hace el amor mamando su polla, y me preguntó si me parecía ok, a lo que yo le dije que sí, que solo con ella porque además ya habíamos hecho sus fantasías, pero que mi chico es mío y solo mío.

Así que el martes se lo dije a mi chico por la noche y se excitó muchísimo, no dejaba de besarme y me dijo que íbamos a hacer el amor muy rico esa noche pero que ya no lo haríamos más hasta el domingo porque tenía que reservar sus manantiales, que iba a venir una semana muy dura de ordeño con 2 terneritas, y tengo que reconocer que a veces me da un poco de celos compartirlo aunque sé que no son reales porque nadie lo va a tratar como lo trato yo.

Así que ya reservó la semana que viene para tomarse unas vacaciones en el trabajo para poder disfrutar a gusto y no tener que madrugar, porque en diciembre compró una cama de 2×2 metros así que este año podremos hacer el amor y quedarnos dormiditos incluso sin sacarme su polla de la boquita, y estar los 3 durmiendo cómodos y espaciosos.

Y por la mañana tengo planeado prepararle el desayuno y llevárselo a la cama y quedarme mirándolo con amor, y cuando acabe decirle "cariño has desayunado rico y tienes la barriguita llena pero yo no he desayunado así que te voy a hacer una buena mamada para que te descargues a gusto, y así pueda yo también desayunar directamente en la cama".

Le encantan este tipo de cosas.

En todo caso, mi chico está encantado con lo que va a disfrutar la semana que viene. No solo con Anita sino también conmigo, es decir, con el amor conjunto y sistemático de 3 personas disfrutando del amor que dios y la naturaleza nos permite dar, recibir, ofrecer y paladear.

Al escribirme varias chicas he decidido crear un correo para cualquier comentario, opinión o ayuda que necesitéis porque somos muy conscientes de la gran cantidad de dudas, depresiones y sufrimientos que estas disfunciones causan en determinadas mujeres, aunque también en los chicos, pues la pornografía ni resuelve ni da soluciones en estos casos.

El email es: [email protected].

Disculpad la extensión del texto, pero a las mujeres nos gusta recrearnos en los detalles.

Muchas veces por no preguntar nos quedamos con dudas, sobre todo en circunstancias distintas, chicos distintos, por simple vergüenza, etc., así que no dudéis en escribirme o dejarme algún comentario que, aunque tarde, siempre contesto.

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1 COMENTARIO

  1. Hola, leí tu historia y me pareció muy buena y excitante. En tu relato hablas de foros donde hay otras chicas como tu, asi como tu prima, que no consiguen pareja porque siempre los hombres buscan la penetración. Bueno a mi me gustaría entrar en foros de esos y de pronto entablar contacto con alguna chica que presente tambien agenesia vaginal, ya que me encanta mucho el sexo oral, como tu novio el de la historia y siento que podríamos entendernos. Quedo atento a tu respuesta

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