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Mi prima, una puta para llevar de viaje
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Después de mucho esfuerzo, me había podido comprar la camioneta doble cabina 4×4 que quería, no era 0Km, pero bastante nueva y en muy buen estado. Y estaba equipada con buenas cubiertas y una cúpula en la caja. La idea era estrenarla con un amigo, salir en carpa a hacer un recorrido por la costa aprovechando que no estábamos en vacaciones pero ya era casi verano y la temperatura espectacular. Él tenía una carpa grande, donde entraban seis personas en dos “dormitorios”. Además tenía muchos utensilios, dos colchonetas inflables. Nos faltaban pocas cosas.

Mariano, mi amigo y compañero de trabajo, tiene 28 años, un buen físico, nada espectacular, pero puedo decir que las mujeres lo miraban con interés. Yo, 27 años, con un par de kilos de más, nada demasiado grave.

Planeábamos salir un sábado, por la mañana y tomarnos diez días. El martes anterior después de trabajar nos juntamos en casa con Mariano para anotar todo lo que nos faltaba y comprarlo. Como mi hermana estaba estudiando para la facultad con nuestra prima y una amiga, nos fuimos a la cocina a tomar un café y hacer nuestra tarea.

Pasó casi una hora y mi prima vino a buscar agua a la cocina.

-¿Qué están haciendo?

-Nos vamos el sábado de viaje, en mi camioneta. Diez días en carpa, por la costa. Donde pinte, paramos armamos la carpa y dormimos.

-¿Los dos solos? ¿Son…

-Sara, no rompas las pelotas y dejanos seguir con lo nuestro.

-Preguntaba, una nunca sabe…

Nos reímos y se fue a seguir estudiando.

Al día siguiente, estábamos por salir a almorzar con Mariano cuando recibí un mensaje de Sara.

“Necesito hablar con vos, estoy en el café que está enfrente a donde trabajas, ¿Podes venir?”

Cuando salíamos le comente a Mariano y fuimos. Entramos y Sara estaba en una mesa con la compañera que estudiaba con mi hermana.

-Directo y al grano. Dijo Sara cuando nos sentamos.

-¿Qué te pasa? Pregunté.

-A Tere la conocen, estudia con tu hermana y conmigo. Tenemos una semana libre en la facu y queremos ir con Uds.

-¿Cómo?

-Si, queremos que nos lleven con Uds.

-¿Y porque las deberíamos llevar?

-Porque solos, se van a aburrir de pajearse.

-Desayunaste con Whisky, cerveza en cantidad, ¿qué te pasa?

-Tato, queremos pasar unas semana de joda, los dos son tipos interesantes, queremos divertirnos con Uds.

-Vos estás totalmente loca.

-¿Nunca soñaron tener un par de putas a su disposición? Aquí las tienen.

-¿Vos no decís nada? Le dijo Mariano a Tere.

-Que quiero lo mismo que Sara. Pasear y coger diez días.

-Hagan un cosa, esta es la dirección de Tere. Vengan a cenar, nos prueban. Si les gusta como cogemos, nos llevan. Y ahí hablamos mejor que acá. Los esperamos.

-No te aseguro que vayamos. Dijo Mariano.

-Uds. se la pierden.

Se fueron y con Mariano nos largamos a reír.

-Estas dos están totalmente locas, te juro que creo que es una cargada. Dije.

-Yo pienso lo mismo.

Almorzamos y volvimos a trabajar. Al salir, subimos a la camioneta y Mariano me pregunto si íbamos a ir.

-Te juro que creo que es una joda. ¿No habrán puesto cámaras? Dije.

-No sé que pensar, pero no tengo ganas de problemas, ni de aparecer en internet. Dijo Mariano.

-Hagamos una cosa, le mando un mensaje que las pasamos a buscar, y vamos a tu departamento. Ahí es territorio nuestro. Y vemos.

-Dale.

Eso hicimos. Cuando entramos al departamento, nos sentamos en los sillones.

-Ahora podemos hablar tranquilos. ¿Qué es lo que proponen?

-Ser sus putas una semana. No tenemos un peso para viajar, y queremos viajar. Durante esa semana nos pueden coger las veces que quieran, como quieran.

-¿Cómo queramos? ¿Segura?

-Seguras. Por eso estamos acá, para que nos prueben, van a ver que no mentimos. Dijo Sara, mi prima.

-¿Dónde está el baño? Preguntó Tere.

-Por acá. Le dijo Mariano y la acompaño.

-Sara, nunca me hubiera imaginado un ofrecimiento así de tu parte.

-Tato, me gusta la pija más que respirar. Raro que tu hermana no te haya contado.

-Nunca me dijo nada. Dije.

-Tato, mirá. Me dijo Mariano, y al girar vi como Tere venía del baño solo con la tanga.

Era una chica de 20 años, pelo castaño, un metro sesenta, algo entrada en kilos, de tetas y culo grande. Caminó hasta la mesa y se sentó.

-Mi turno, dijo Sara y fue al baño.

-No soy una belleza, lo sé, pero dicen que cojo muy rico y me dejo hacer de todo.

-Interesante. Dijo Mariano si poder sacar los ojos de las tetas gordas de Tere.

-Ahora sí. Lista. Dijo Sara y se acercó, pero se quedó parada atrás de Tere.

Sara también tenía 20 años, flaca, de pechos y culo pequeños. La antítesis de Tere.

-Siguen sin creernos. Dijo Tere.

-Ya nos van a creer, vení.

Tere se paró y se empezaron a besar. Por como lo hacían, parecía que era habitual en ellas hacerlo. Luego de unos besos, Tere comenzó a chuparle las tetitas a Sara, que de inmediato empezó a gemir. Tere la chupaba y Sara le apretaba las tetas. Sara se quitó la tanga y Tere le metió un dedo en la concha. Sara no paraba de gemir, habría las piernas para que la mano de Tere se mueva con facilidad.

Mariano me miraba cada tanto. Mi pija estaba parada, me calentaba verlas en acción. Fui el primero en pararse y sacarse la ropa. Sara me miró y sonrió. Mariano me siguió.

-Algún día iba a pasar. Dijo Sara cuando vio mi pija, que mide unos 17 centímetros y es bastante gruesa.

-Eso es una buena pija. Dijo Tere relamiéndose los labios mientras masturbaba a Tere.

Cuando Mariano se terminó de quitar la ropa y se dio vuelta, la cara de las dos fue fenomenal. Sus ojos parecían el dos de oro de la baraja. La pija de él era de unos 21cm, y muy gruesa. Casi parecía que una botella colgaba de su entrepiernas.

-Ahora sí que estamos en problemas. Dijo Tere.

-Dios mío. Me va a desgarrar toda. Dijo Sara.

-Bueno, Uds. deciden. Siguen con la idea de viajar, “como quieran” o se visten y se van a la mierda. Dijo Mariano serio.

-Yo me quedo. Aunque me vas a hacer mierda por todos lados. Dijo Sara.

-No me puedo perder la pija más grande que vi en mi vida. Dijo Tere.

-Vamos a la cama. Dijo Mariano.

Nos acostamos y Tere se puso a chupar mi pija y Sara la de Mariano. Tere se la puso toda en la boca y luego empezó a chupar. Lo hacía realmente bien, Sara abrió todo lo que pudo la boca y se la metió. Mariano sujeto su cabeza y con un movimiento de pelvis se la metió toda. La tuvo así varios segundos. Sara golpeaba la cama pidiendo que la suelte. Cuando la soltó ella se la saco de la boca y trataba de tragar todo el aire posible. Volvió a chupar y empezó a tocarse.

Teresa la miraba y también se masturbaba. Estuvimos un rato, hasta que Mariano hizo que Sara lo monte. La cara de ella era una muestra de lo que sentía. Apretaba sus mandíbulas con todo, todos los músculos de la cara mostraban su tención. Como podía, comenzó a moverse despacio. Sus quejidos se transformaron en gemidos y fueron aumentando su intensidad.

Hice que Tere se ponga detrás de Sara, la empuje un poco hacia adelante y le dije a Tere que le chupe el culo. Me puse detrás de Tere y se la metí con todo en la concha.

-Me la partió. Dijo Tere y siguió chupando el culo de Sara.

-Así que son dos putas y que se la bancan, ya veremos. Metele dos dedos en el culo Tere. Dijo Mariano.

Tere lo hizo y Sara gimió con todo. Sin que nadie la diga, Tere le metió otro dedo.

-Ese culo no es virgen, veamos que tan amistoso es. Dije y la corrí a Tere. Me puse detrás de Sara y la empecé a meter por su culo.

-Esto es tremendo, no lo banco. Dijo Sara.

-Estás en el juego, ahora tener que jugar. Dije y la metí toda.

Sara dio un grito y se quedó quieta. Tere de rodillas a mi lado, miraba como mi pija entraba en el culo de su amiga y se metía tres dedos en la concha. Con Mariano nos empezamos a mover con todo. El culo de Sara apretaba mi pija, le costaba terminar de dilatar. Mire mi pija y cuando salía traía bastantes rastros de sangre. Tere también lo vio y se tapó la boca. De inmediato, saco los dedos de la concha y se empezó a dilatar el culo ella misma.

Estuvimos un rato así, hasta que Mariano quiso cambiar.

-Veamos que tan puta es y si aguanta en serio. Dijo.

Yo la puse a Tere en cuatro patas y sin avisarle se la hundí toda en el culo. Dio un grito y mordió una de las almohadas. El culo de Tere era más receptivo. Mariano tomó a Sara con una mano de la cintura y apoyo su pija en el orto ya abierto de Sara. Ella mordió una almohada y espero. Cuando él se la metió ella arqueo la espalda por completo hacia atrás. Mariano la tomo bien firme con las dos manos y bombeaba como loco en el pequeño culo de Sara.

Yo bombeaba el culo de Tere y le daba golpes en el culo. Ella no paraba de gemir. Acabé llenándole el culo de leche. Se dio vuelta y me chupo la pija para limpiarla.

Miramos a Sara y tenía el rostro desencajado. El saco la pija del culo y la metió en la concha. Ella dio un grito y el comenzó a bombear con todo. Fueron solo dos o tres minutos. Cuando acabó ella dio un grito y comenzó a temblar. Mariano saco la pija de la concha y Tere se tiró de cabeza a chuparla, y pasarle la lengua. Mire el orto de mi prima y era un túnel perfecto.

Mariano trajo cervezas y ellas fueron al baño. Sara caminaba con dificultad. Volvieron del baño y se sentaron en la cama.

-¿Viste que no éramos gays Sara? Le pregunté.

-No, para nada. Contesto.

Se hizo un silencio denso. Tere la miraba a Sara, y no hablaban. Mariano noto algo y volvió a preguntar:

-¿Siguen queriendo viajar con nosotros?

Ellas se miraron y fue Teresa la que primero hablo.

-Yo no, no quiero viajar. Dijo.

Sara la miro, con una mirada que era parte odio y parte no comprender lo que decía. Pensó unos segundos.

-Yo sí. Yo sí quiero viajar. Dijo Sara.

-Sara, estás hecha mierda, no vas a poder con los dos una semana.

-Andate pelotuda, andate a la mierda. Le dijo Sara.

-Sara, por favor, Pensalo, son dos animales cogiendo con esas pijas. Dijo Tere.

-Nos hicimos las cancheras, las putas y somos dos boludas, pero tengo sangre sabes, y si, son dos animales y quiero gozarlos todo lo que pueda. Andate ahora, andate. Le gritó.

Teresa se vistió y se fue.

-Parece que mi amiga es una cagona. Quiero viajar, ¿Me llevan?

-Una puta todo servicio para los dos, a cualquier hora y en cualquier momento. Dijo Mariano.

-Ese era el trato. Sigue siendo el trato. Dijo Sara

-El sábado a las 6 de la mañana salimos de casa.

-Allí estaré.

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