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Mi papi se masturba con mis pantys
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Hola mi nombre es Estefany voy a contarles lo que me sucedió hace ya algunos años.

Soy una mujer madura bueno ya casi 40 años, tengo un bonito cuerpo; buenas piernas, buen trasero y buenas bubis o por lo menos eso es lo que me han dicho.

Esto que les voy a contar paso aproximadamente hace 10 años ya, estaba en el patio de mi casa lavando mi ropa (en esa ocasión traía puesto un vestido algo corto) al principio no me di cuenta pero empecé a notar que cada vez que subía a tender mi ropa mi papa pasaba por el patio sin alguna razón aparente, yo no le preste mucha atención y seguí con mis actividades, conforme fue pasando el día me pude percatar que mi papá se comportaba de manera rara, me empecé a dar cuenta que el me miraba de una manera muy libidinosa me miraba mis piernas y mi cuerpo, también me di cuenta de que me espiaba cuando me cambiaba de ropa e incluso cuando me bañaba, con esa mirada tan morbosa que sentía como si me observara un pervertido desnudándome con la mirada, actitud que me molestaba demasiado, pero de momento no me animaba a reclamarle.

Mi papa normalmente salía a trabajar desde la madrugada y a veces regresaba a la casa y después se volvía a ir a trabajar.

Un día que yo estaba en casa, me estaba bañando y no me di cuenta que mí papa estaba en casa y cuando salí de la ducha solo me coloque una toalla y me dirigí a mi habitación a vestirme, cuando llegue a mi habitación me percate que el cesto de la ropa sucia estaba desacomodado y la ropa estaba como si la hubieran registrado, termine de arreglarme y cuando salí de mi habitación pude escuchar algo raro en la habitación de mi papa, algo que me resulto extraño y me acerque para intentar escuchar mi gran sorpresa fue oír a mi papa masturbándose.

No sé que fue lo que me dio que me entro mucho curiosidad y decidí espiarlo en ese momento, entonces me fui a la terraza para poder verlo, cual fue mi sorpresa que él se estaba masturbando con una de mis pantys, él se la frotaba con su tremenda verga que estaba como un palo, no puedo describir la sensación que sentía en ese momento pero seguí viendo a mi papa como se enrollaba mi prenda en su enorme verga y decía mi nombre, tomando mi prenda y llevándola a su verga poniendo la parte que cubre mi conchita en su enorme glande que ya se encontraba a punto de explotar y grito tómala hija y pego un grito como un cerdo y arrojo una gran cantidad de semen en mi panty.

Luego se limpió con ella misma y se levantó de la cama y la llevo al cesto de donde la tomo, yo no sabía que hacer así que fingí que estaba recogiendo la ropa, cuando baje y el me vio se puso muy nervioso y salió de prisa de la casa, inmediatamente me dirigí a mi cuarto, pero empecé a sentir muy excitada, buscaba mis pantys que mi papa había usado para masturbarse y que las había dejado bañadas con su semen, cuando por fin las encontré me las lleve directamente a saborear y oler ese rico semen, no podía contenerme y empecé a masturbarme.

Quería que mi papa me cogiera, incluso frotaba mi panty con mi conchita para mezclar nuestros jugos, me sentía cada vez más caliente y excitada, esto ya no lo podía dejar pasar mi papa me deseaba y a mi me empezaba a agradar la idea. Tenía que seducirlo para que él se animara perdiera el miedo de pedírmelo.

Por la noche al dormir me sentía extraña, pero decidí ignorarlo, a la mañana siguiente al despertarme recordaba cada detalle de lo que había soñado, fueron sueños húmedos en los que aparecía mi padre besándome cada parte del cuerpo primero de manera suave, pasando a esas mordidas deliciosas que hacían que me volviera loca y después de los besos el me cogía en todas las formas imaginables (formas en las que ni siquiera había experimentado), ese día amanecí con las pantys totalmente mojadas y me di cuenta que había despertado en mi ese deseo sexual que ahora ambos compartíamos.

Al levantarme de la cama y salir de mi cuarto al primero que me encontré (tal vez esperando a que me metiera a bañar para observarme fue a mi papá), enseguida volvieron a mi mente las imágenes del sueño que había tenido donde el disfrutaba de mi cuerpo, inconscientemente mi caminar delante de él se tornó más sensual, sin premeditarlo me estaba prácticamente exhibiendo, aun cuando llevaba puesto un pants, aunque deportivo y ajustado en el cual se podían ver como se marcaban mis pantys, vi a mis papa a los ojos y sentía como me desnudaba y eso me ponía más caliente.

Me metí a bañar y pude ver una sombra en la puerta, mi padre me estaba espiando, yo animada por la excitación que en ese momento dominaba mi cuerpo me fui despojando lentamente de la ropa esta vez con movimientos sexys y cachondos, hasta quedar completamente desnuda y me di tiempo para quedarme así unos minutos teniendo plena conciencia de que mi papá me estaba observando, lo que me excitaba aún más.

Durante el baño me estuve exhibiendo de forma descarada, tocaba mis senos suavemente y jugaba con mi clítoris soltando pequeños gemidos que él podía escuchar, para aumentar nuestra excitación me tarde el doble del tiempo que usualmente empleo en bañarme, no quedó nada que no le mostrara, mi vagina, mi trasero, mis senos.

A partir de ese día no dejaba de exhibirme dejándolo ver mis piernas y pantys en cada oportunidad que nos brindaba la vida en familia, me excitaba sobre manera saberme deseada por él, se empezó a ser cotidiano que saliera de mi cuarto con solo una blusa y en pantys o con vestidos cortos fingiendo que era una situación casual y supuestamente que ignoraba su presencia, comencé a moverme de manera más sexy y sensual contorneando mi cuerpo en forma provocativa y sin tratar siquiera de disimular, lo que seguramente él disfrutaba, ya que enseguida se le notaba el abultamiento de ese delicioso pene bajo de su pantalón y sentía como me devoraba con su mirada lo que me ponía aún más cachonda de lo que ya estaba.

Comencé a dejar diariamente mi ropa sobre la cesta de la ropa sucia para incitarlo a tomarla, y comencé a masturbarme oliendo mis pantys llenas de su delicioso semen, mientras el ayudaba con ese propósito de mantenerme excitada ya que él lo hacía diariamente dejando muchas de mis pantys llenas de su leche (lo primero que el hacía era tomar mis pantys y extenderlas para mirarlas, después las llevaba a su nariz oliendo esa zona, la zona donde se marcaba la humedad donde yo gustosamente ponía mi vaginita, acto seguido él se las llevaba a su verga la cual siempre estaba en total erección mostrando su gran tamaño y grosor la cual deseaba llevar a mi boca, mientras que el tamaño de sus testículos es sorprendente los cuales imaginaba como me cogían rebotaban contra mi clítoris, mientras que deseaba sentir ese glande brilloso y carnoso en mi boquita.

De inmediato me empecé a sentir excitada y caliente, empapando mis pantys en segundos, mi padre sostenía con una de sus grandes manos una de mis pantys que había usado justo un día antes, a la vez yo observaba como el aspiraba el aroma de mi sexo, lamiéndolas, mientras con la otra se masturbaba su delicioso pene, instintivamente yo comencé a masturbarme también frotando mi clítoris, enseguida mi papa envolvió mi panty y la puso alrededor de su hermosa verga frotándola con fuerza y un ritmo constante

Aquella excitante escena se prolongó por varios minutos hasta que empezaron a brotar chorros de blanca leche en abundante cantidad que vertía sobre mis pantys y se limpiaba con ellas, para después salir y dejar mi ropa sucia manchada sobre el cesto, de inmediato me apresuré a esconderme con mis pantys totalmente empapadas, por lo que enseguida tuve la necesidad de masturbarme imaginando la ricura de polla que tiene mi papi.

Esto continúo por varios días, él se masturbaba con mi ropa interior varias veces a la semana y cada día me excitaba más despertando en mí el deseo irrefrenable de poder besar, lamer y mamar ese delicioso miembro hasta que el eyaculara en mi boca sumado al anhelo de tener su verga dentro de mi vagina y sentir toda esa leche llenándola, sintiendo sus manos y su boca recorriendo todo mi cuerpo.

Por lo que se volvió cotidiano que cuando me masturbaba cerraba los ojos y me imaginaba a mi papá follándome, así mismo imagino que le chupo la verga lo que me hace tener orgasmos más placenteros. El hecho de que sea algo cotidiano no impidió que la situación sea menos cachonda, sino cada vez más agradable y aumentando el deseo, debido a esto cada día mis exhibiciones con mi papi se volvieron cada vez más descaradas y de su parte ya no intenta disimular el bulto de su excitación cuando me está viendo las piernas y las pantaletas.

Estoy segura de que es cuestión de tiempo para que yo y mi papá consumemos el incesto.

Los invito a seguir esta serie de relatos.

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