Hola, soy José, en esta ocasión me gustaría continuar relatando mi noviazgo con este chico de pene pequeño.
Comenzando la historia ya había pasado varios meses siendo novios, por lo que me invitó a su rancho por las vacaciones de primavera, su rancho se encontraba a un día en camión, por lo que no me entusiasmaba tanto el ir, pero prefería eso a no verlo por dos semanas.
El primer día en el camión fue bastante tranquilo, con la excepción que la gente que iba ahí nos juzgaba con la mirada cuando nos besábamos, comportamiento qué se me hacía normal, ya que casi todo el camión eran rancheros qué iban de regreso a su pueblo, por lo que no se los tomé a mal.
Sin embargo, quién si se lo tomo a mal fue Miguel ya que le empezó a preocupar que alguien de ahí le dijera a su familia o algo así (la verdad me molestaba que me negara a mi o su orientación sexual frente a su familia, pero lo amaba así que lo dejaba pasar).
Ese mismo día en la noche yo comencé a frotar su pene sobre el pantalón, al inicio el intento quitarme la mano, pero poco a poco fue cediendo hasta que pude sacar su miembro de su pantalón, comencé a masturbarlo, él aunque excitado se encontraba preocupado por si alguien nos miraba, yo le dije en voz baja qué se tranquilizara ya que todos iban dormidos, pero aun así seguía inquieto ya que quería que parara porque si se venía mancharía el piso o el asiento de adelante, a lo que yo rápidamente di la solución a su problema y me lleve su pequeño pene a la boca, y a los pocos segundos se vino en mi boca.
Yo me reincorpore y lo mire con malicia, el aún seguía recuperando el aire por la mamada que le había propiciado, en eso me le acerque para besarlo y decirle al oído si me la quería meter, de inmediato vi su cara de excitación mezclada con miedo, le repetí mi pregunta en voz baja, pero en lugar de contestarme me hizo la seña de que se la volviera a chupar, por lo que para provocarlo me puse a espaldas hacia él y me bajo el pantalón, deje mi culo al descubierto esperando que cediera a mi propuesta.
Cosa que no tardó en suceder, ya que a los pocos segundos comencé a sentir como introducía su pequeño pene dentro de mí, para empezar un mete saca a una velocidad lenta, cosa que disfruté bastante, a los minutos comencé a sentir qué se venía (era normal esto ya que es precoz), sin embargo no la saco ni de detuvo a tomar aire, el continuó cogiéndome se notaba que la situación lo tenía muy excitado, ya que aunque se volvía a venir de inmediato retomaba su movimiento.
En total ese día me cogió unas ocho veces, hubieran sido nueve, pero cuando íbamos empezando la novena nos echaron la luz y dijeron "esos cachondos se me bajan del camión" y ante la burla e indignación de los demás pasajeros nos tuvimos que bajar un poco antes jeje, pero valió por completo la pena.