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Mi novia Yesica (confesión)
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Conocí a Yésica por medio de una red social. Una sola foto suya bastó para enamorarme perdidamente. Con sus 160 cm de altura y sus poses sexis fue conquistándome fácilmente. Caprichosa, aniñada, mal criada y con sus jóvenes 23 años era una mini reina dotada de una cola casi perfecta. Con una cara digna de una muñeca rendía a sus pies a cualquier hombre. Extremadamente sexy podía extraerte de tu ser todo lo que ella quisiera. Con su pelo largo, su cintura pequeña y su abdomen que era digno de poner en un cuadro arrasaba con la hinchada masculina. Con su busto pequeño, unas caderas para el infarto y unos muslos súper fibrosos iba haciéndose desear cada vez más. Comenzamos a hablar de modo inocente como buscándonos pero a medida que más la conocía más me gustaba. Sabía cómo manejar a un hombre llevando la delantera en todo. Marcaba el ritmo de las charlas a todo calor. Mientras jugaba con los tiempos del encanto, mostrando siempre un poco de más para dejarme duro como un roble.

Sabía jugar de forma sensual al ritmo del deseo mismo que ella producía hasta hacerte acabar sin tocarte.

Más allá de no hacer caso a las evidencias ni a los testimonios que se daban en este grupo virtual a través de la red sobre Jésica. Decidí jugar mi carta siguiendo los designios de mi corazón y negar todo aquello que estaba en su contra actuando ciegamente como un tonto. Dando marcha hacia adelante en nuestra relación.

Hoy con el diario de mañana puedo enumerar algunas cuestiones que no eran las más alentadoras en una mujer de la cual uno se tiende a enamorar.

Decidí creer en sus palabras y hoy en esta confesión voy a desenmascarar todos sus dichos.

1- La única figura familiar que respetaba era la de su padre, ya que de su madre hablaba pestes culpándola de meter hombres a su casa que en varias ocasiones habían intentado propasarse con ella. Sin tener mucho respeto por su familia.

Madre la cual también solía acostarse con muchos hombres sin importarle absolutamente nada. De tal palo tal astilla dice el dicho o muchas veces para una muestra solo alcanza un botón.

2- ¿qué decían sobre ella en la red?

Los rumores la tildaban de muy puta a terriblemente puta. Según decían se había comido varios plátanos machos por la cola. Hasta en algún momento recibí un mensaje que decía:

-¿vos andas con Yésica?

Es bastante zorra ten cuidado amigo, te lo digo de buena onda en este grupo se la culearon todos.

Haciendo caso omiso a todas estas advertencias seguí adelante con mi testarudez de Romeo enamorado.

Los rumores eran fuertes e iban de boca en boca y se regaban cómo pólvora por los pasillos virtuales. Según decían en una juntada se la habían culeado ente dos en un baño. Pero preferí creer en ella y sus palabras. Que esto solo era una mala jugada de personas envidiosas siendo Yésica una víctima de bullying o algo similar.

Fue así como con fotos de ropa muy sensual, pequeños videos y otras fotos bastante ligeras de ropa terminé de enamorarme completa y perdidamente de Jessy.

Pero el corazón es tonto, la razón del enamoramiento es idiota y el amor es ciego. Muchos amigos me decían grandes verdades en cuanto a ella. Y viendo la situación hacia atrás tenían razón no era por lejos la mujer más conveniente.

Jésica era madre de 3 niños de 3 hombres diferentes. Había sido madre a los 16, a los 19 y a los 22.

-“Juancito tiene 3 chicos es más puta que las gallinas, deja de gastar plata no seas bobo” me dijo una vez un gran amigo y lamento no haberle hecho caso.

3-Durante los primeros meses de nuestra relación Yésica trabajaba de noche.

Haciendo como ella lo llamaba presencias en un bar. Atendiendo la barra y organizando algunas cuestiones. Con el tiempo fui descubriendo que ella se prostituía en este antro de poca monta ante hombres de más de 50 años. Viejos pajeros cómo les decía que les gustaban las pendejas que por unos pocos dólares se las terminaban culeando en el sucio baño de ese mugriento bar. Claro está que ella esto siempre lo negó. Pero no hay que ser muy inteligente para saber cómo funcionaba el asunto. Antro el cual le daba barra libre donde quizá el abuso de algunas cuestiones etílicas, le daban más valor para entregarse a distintos hombres. Demás está decir que también solía correr por esos bares algo muy parecido a la harina que consumía por la nariz. Realmente yo creía que su trabajo era el de una camarera pero luego de meses de sumar evidencia era claro que no y lejos estaba de serlo.

Vestida con tacos altísimos o botas negras, faldas cortas y sensuales y su boca pintada de rojo extremo iba a trabajar. Su ausencia excesiva de un sostén dejaba ver todos los relieves de sus senos. Todos estos síntomas de la noche no me alcanzaron para notar todas estas desventajas. ¿Pero quién va a trabajar con tacos, una falda de 25 cm y un corpiño rojo?

Todas sus fotos posaba cómo si estuviera en un book de fotos donde se elige a una escort.

4- Una vez por semana Jessy me decía que iba a limpiar la casa del patrón. Que no era ni más ni menos que el dueño del bar que se la cogía a ella y a todas las pendejas como ella gratis que trabajaban ahí sin poner un dólar.

5-También me decía que el padre de uno de sus hijos siempre le escribía y la acosaba. Mentira se escribían y de vez en cuando le pegaba una buena cogida arriba del auto.

6-También decía que sus primos eran muy queridos y que la cuidaban. Estos eran gente de mala calaña que andaban en prácticas no santas. Con los que se echaba abriendo sus piernas gratuitamente.

7- Las veces que decía que un taxista se propasaba con ella. Se debía un estado de intoxicación que poseía dónde solía chuparles la pija a los choferes para que la lleven a su lugar de destino.

Todo esto no me importó y si logré identificarlo pensé que podía cambiarla. Si soy bastante imbécil.

Cogía muy bien era una máquina, tenía mucha experiencia a pesar de ser más chica en edad que yo.

Los excesos de la noche hicieron que dejara ese bar de mala muerte para seguir su negocio personal de meretriz en un boliche de los más grandes de la ciudad. Al ser una ciudad pequeña todo tarde o temprano se sabe.

Una vez alguien muy conocido me envió un vídeo donde se la veía a Jessy bailar por dinero para algunos hombres. Moviéndose de forma sensual obviamente para luego copular por dinero con cada uno de ellos.

Tomé valor y me juré que nunca más esto me pasaría, que la dejaría. Que con el tiempo reharía mi vida con alguien que no tenga este tipo de prácticas, ni vicios, ni nada parecido.

Pero esa noche ocurrió lo peor.

Esa mañana Jessy llegó a eso de las 9 am luego de una dura y larga jornada laboral. Realmente arruinada, ojerosa no sabía dónde estaba, alcoholizada a tope. Bajo de un auto último modelo con vidrios oscuros. Con su maquillaje totalmente corrido en una evidencia más de una noche difícil. Con sus tacos en una mano y su pequeña cartera en la otra. Su vestido que tapaba muy poco, casi nada de su cuerpo maximizaba lo zorra que también era a plena luz del día. Entro a la habitación donde me encontraba despierto y recostado sobre la cama preocupado por su tardanza.

Ella se subió encima de mí, me pidió disculpas y al mismo tiempo comenzó a besarme.

– No tengo ganas de tener sexo Jésica quiero que hablemos. Le dije

– ¡Yo si quiero tener sexo!

– Ni la pija me parás en este estado. Mientras se frotaba sobre mi fláccido pene.

– ¡Yo tengo un truco para eso!

Esta levantó un poco su vestido dejándome ver con total claridad que no tenía ropa interior. No es que se haya ido de aquí sin ropa interior sino que la perdió en el transcurso de la noche vaya a saber con qué hombre.

Comenzó a tocarse la vagina de modo suave mientras se agitaba sobre mí. Quitándose el vestido para que en ese preciso momento sintiese toda su mojada vulva posándose en mi blando pene para querer entrar en ella. Sentí como su tremendo calor vaginal abrazaba el comienzo de mi erección la cual crecía a medida que esta comenzaba a saltar sobre mí de manera asombrosa. Para luego de unos instantes estar cogiéndola con la pija bien dura mientras rebotaba sobre mí cómo lo hacen las callejeras. Realmente me hizo acabar como un volcán adentro suyo. El tiempo pasó y ella siguió en el mismo negocio

¿Qué ocurrió?

A meses de esto me anunció que iba a tener un bebé que supuestamente era mío. Había preñado a la ramera de Yésica. Hasta el séptimo mes de embarazo siguió prostituyéndose con mi supuesto hijo en su vientre. Pasando de mano en mano y de verga en verga. Había embarazado a una putita barata y le había hecho el cuarto hijo de 4 padres distintos.

8- Ella decía que necesitaba el dinero. Si es cierto pero en el mercado de las putas, una prostituta embarazada es más cara o pagan más que una que no tenga el crío adentro. Por esta razón ella siguió complaciendo a hombres mayores que rentaban su cuerpo.

Hoy vivo a casi 2000 km de ese pueblo, nunca más supe de Yesi, ni de nada de ella, ni nada nuestro, solo espero que sea feliz…

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