Esto ocurrió un tiempo antes de que nuestra relación se deteriorara, en una de esas borracheras que organizábamos con nuestros amigos en casa, y en una ocasión que mi cuñada Claudia se quedó a dormir.
Es un relato corto pero una experiencia muy caliente, pues Viri y yo organizamos una fiesta en casa, donde normalmente terminábamos muy borrachos, esa ocasión no fue la excepción. Lo que sí fue excepción es que estabamos demasiado calientes, no sé bien qué fue lo que nos calentó, pero recuerdo que varias personas se quedaron a dormir, por lo que preparamos unas colchonetas y el sofá cama de la sala para los invitados. Recuerdo que estabamos con la calentura desde antes que terminara la fiesta, pues Viri me lanzaba miradas lascivas entre plática y plática. Pero cuando por fin nos fuimos a acostar, resulta que Clau, mi cuñada, se había quedado dormida en nuestra cama, lo cual me decepcionó un poco al principio cuando la vimos allí acostada, por lo que sólo le dijimos que nos hiciera un espacio. Ella también estaba un poco borracha pero alcanzó a reaccionar y dijo que no nos preocuparamos, mientras se levantaba, tendía una colchoneta a un lado de nuestra cama y se acomodaba para dormir.
No habían pasado ni 5 minutos de esto, cuando Viri y yo comenzamos a tocarnos por debajo de las sábanas, nuestra calentura era tanta, que poco nos importaba si Claudia estaba en la colchoneta a un lado. Aunque tratamos de no hacer mucho ruido, nuestros, besos, gemidos y los rechinidos de la cama eran bastante audibles para cualquier persona sobria y en vigilia, pero aparentemente Claudia no estaba en ninguno de esos estados en ese momento. Después de 10 minutos Viri estaba que reventaba de caliente, pues yo la masturbaba apasionadamente, el ruido de sus fluidos chocando con mis dedos era inconfundible, solo voltéabamos a ver hacia donde Claudia y parecía que seguía en el séptimo sueño. Fue entonces cuando decidimos quitarnos nuestras ropas y coger bajo las sábanas. Empezamos ya con buen ritmo, pues estabamos bastante excitados, recuerdo que Viri me tapaba la boca porque al parecer estaba gimiendo algo fuerte, pero poco a poco dejaba de importarnos.
Creo que el mero hecho de que Claudia estuviera en esa misma habitación nos ponía a mil por mil, cuando menos nos dimos cuenta, ninguna sábana nos cubría y cogíamos como conejos, mientras Claudia, con solo haber volteado hacia nosotros pudo tener una vista completa del culo de su hermana y mi verga entrando y saliendo de su conchita. Estuvimos un buen rato así, sin voltear a ver si Claudia había despertado. Ya en la cúspide de nuestra calentura, recuerdo que me puse de pie sobre la cama y me reacomodé, poniéndome de rodillas con mi verga a la altura de la cara de mi novia, para que me hiciera una mamada, a lo cual ella accedió, no solo comiéndose mi pedazo de carne, también lamiendo mis huevos y bajando cada vez más, y cuando menos me di cuenta, empezaba a pasar su lengua por mi ano. Yo nunca he pensado que eso sea algo malo, pero tampoco había platicado de eso con ella. De verdad, la sensación fue increíble, pues ni ella ni nadie antes me lo había hecho, cuando sentí esos primeros lengüetazos, me hice más adelante para que tuviera una mejor posición de entrada hacia mi culo. Viri comenzó a comerme de una manera magistral, metía su lengua hasta donde podía y yo estaba en el cielo. Para ese momento, ella ya había tenido al menos dos orgasmos, uno cuando la masturbaba y el otro cuando estábamos cogiendo. Yo ya no aguantaba las ganas de correrme, en ese momento volteé a ver a Claudia y seguía durmiendo sin enterarse de lo que pasaba, entonces comencé a jalarme la verga mientras veía la carita durmiente de mi cuñada y Viri me comía el culo, en ese momento un huracán recorrió mi cuerpo y sentí cómo explotaba, sacando chorros y chorros de semen que fueron a caer en mi abdomen, pero también en la cara de Viri, que se encontraba bajo de mi concentrada en su tarea. Solté un gemido que podrían incluso haber escuchado los invitados que dormían en la sala.
Cuando me recuperé, seguía tan caliente que besé a mi novia y me comí todos los restos de semen que tenía en su carita. A pesar de nuestra borrachera, logramos tener uno de los mejores orgasmos de nuestra relación, pero casi inmediatamente después nos quedamos dormidos. Por la mañana que desperté, nosotros seguíamos sin ropa y mi cuñada seguía durmiendo plácidamente en la colchoneta de aun lado. Le dije a Viri que nos vistiéramos y esa fue la primera y última vez que se atrevió a comerme el culo.
Ya en los tiempos que empecé a coger con mi cuñada, le pregunté si alguna vez nos vio cogiendo a su hermana y a mi, pero me dijo que no. Yo le conté lo que pasó ese día y nos calentamos mucho, terminamos cogiendo en cuanto pudimos y me vine dentro de ella.
Quise escribir este recuerdo, porque ya hace casi 10 años que ocurrió y a veces se me olvida las cosas tan excitantes que viví en esa relación.