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Mi novia hizo un trato en el gym y terminó en sexo
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Mi novia solía ir a un gym cerca de su casa. Le gustaba ir porque justo a las 10 am no había nadie más que el encargado que también hacía de coach, entonces no se sentía observada y nadie quien la molestara.

Ella mide 1.63 y es muy delgada pero su talla de sostén es 36C. Tiene la piel blanca y es realmente muy atractiva.

Ya llevaba un par de meses en ese horario y en verdad que no iba nadie más, podía estar en los aparatos que quería cuando quería. A veces el encargado se acercaba para ayudarle con algún ejercicio. Cuando comenzó a ir, él le había insinuado cosas pero ella no lo encontraba atractivo así que nada sucedió hasta que un día él le platicó que se iba a realizar una competencia con algunas pruebas de peso, resistencia, fuerza, etc. y que él iba a participar y se estaba preparando mucho para ganar, pero que iba a estar difícil.

Después de dos meses habían logrado una especie de amistad así que ella le dijo algo que lo hizo estremecerse… «Vamos a apostar, si pierdes me das un mes gratis de gym, pero si ganas, vengo al gym en ropa interior una semana»

Él aceptó rápidamente y continuó con su preparación.

Un mes después ella llegó al gym y encontró el trofeo y fotos colgadas en las paredes de el coach recibiendo premios por haber ganado una de las pruebas. Lo encontró detrás del mostrador y lo felicitó con un abrazo y una gran sonrisa y se fue a hacer su rutina. Unos minutos después él se acercó y le recordó la apuesta «te acuerdas lo que habíamos apostado?» Ella abrió los ojos como platos, estaba recordando y por fin dijo si moviendo la cabeza.

«Puede ser ya, desde hoy, sabes?»

«Qué, es en serio?»

«Si bueno, yo me esforcé mucho y creo que me lo gané, además una apuesta es una apuesta»

Después de un rato ella accedió y le dijo que tenía que apagar las cámaras y así lo hizo, pero aún tenía pena de seguir así que le dijo que se voltear y así lo hizo. Primero se quitó el top dejando un bra deportivo, después se quitó las licras quedándose con una diminuta tanga amarilla. Entonces tratando de tragarse la pena siguió con su rutina.

El coach tratando de aprovechar lo máximo le dijo que ya llevaba dos semanas haciendo esos ejercicios así que se los iba a cambiar y ella accedió aunque sabía por qué lo hacía. Pronto confirmó su teoría ya que la puso en el suelo a hacer abdominales con las piernas flexionadas y abiertas. Él puso sus manos sobre sus pies para que no se moviera y claro, para ver mejor como la tanguita se le metía y se marcaba su vagina. Después de ese ejercicio la llevó a un taburete dónde tenía que acostarse boca abajo y levantar el tronco que quedaba colgando, así se deleitó con sus nalgas firmes y paraditas.

Así continúo poniéndola en posiciones muy sugerentes sin tocar nada, sin pasarse de la raya.

El día terminó y ella se vistió y se fue. Ella sabía que lo estaba provocando pero no tenía intenciones de llegar a más así que no le molestó la situación.

Al segundo día llegó con un vestido corto, se veían muy bien sus piernas delgadas, blancas y largas pero igual se lo quitó y comenzó con su rutina en bra y tanga. Sucedió todo como el día anterior. Está vez pudo notar la erección del coach y se divirtió bastante por eso.

Para el tercer día llegó con un pantalón de mezclilla y una blusa larga. Y antes de proceder a quitárselas se acercó al coach y le dijo «tengo una noticia qué darte, no podré cumplir la semana que habíamos apostado porque tengo que atender unos asuntos en la escuela y no seré capaz de venir por dos días». Él sabiendo que no iba a ocurrir nada y después de lo que había visto no se quejó ni molestó. Le dijo «no te preocupes, estuvo buena la apuesta mientras duró»

Ella le dijo: «peeero para compensar pues hoy será diferente»

Entonces se quitó la blusa y dejó sus dos grandes tetas desnudas, no llevaba bra está vez, él se quedó con la boca abierta pero no terminó ahí. Se quitó el pantalón y dejó su vagina bien rasurada al descubierto y así como así le dijo «hoy toca pierna, verdad»

Él dijo que si a duras penas, las tetas eran enormes y no lo dejaban pensar, pero la risa de ella lo devolvió a la tierra. «Si vamos» le pidió que se acostara en la colchoneta de costado y levantara la pierna por 15 repeticiones y ella así lo hizo. Sus tetas se iban de lado y al levantar la pierna podía ver su vagina rosadita que combinaba con sus pezones. Su erección ya era más que evidente. Después la llevo a un aparato dónde tenía qué acostarse y con las piernas empujar unas pesas, el lugar perfecto para contemplar su ano.

Esta vez no pudo más y tuvo que ir detrás de la recepción. Ella se dio cuenta que se estaba frotando. Le gritó para decirle que ya había terminado que cuál era el siguiente ejercicio el se disculpó y de lejos le dijo que ya iba. Ella dijo «la verdad no me molesta si te masturbas, si quieres hazlo acá, no te molestaré»

Él más sorprendido que con todo lo que había ocurrido salió detrás de la recepción y se bajó las licras dejando su pene de fuera, ella lo vio y sonrió. Él le dijo que le gustaba masturbarse acostado así que se echó sobre la colchoneta y comenzó a jalársela muy rápido. «Entonces qué ejercicio sigue?» Preguntó ella. «Emmm si quieres repite uno» a lo que ella contestó «pueden ser sentadillas?» «Si» contestó él mientras la veía y se masturbaba» ella hizo unas tres y después se acercó a él, puso una pierna a cada costado de él y continúo la cuenta «4» esta vez bajó hasta que aquel pene entró en su conchita. Él lanzó un gemido y ella siguió, 5, 6,7,8,9,10,11,12,13,14 y se quedó abajo él penetrándola comenzó a empujarla hacia arriba para cogérsela pero después de algunos embates ella dijo «Ya, qué sigue?»

Entonces él le pidió que hiciera una plancha, pero con las rodillas en el suelo, ella accedió y sin pensarlo la tomó de las nalgas firmes y la penetró suavemente para que ella continuará con su rutina. Tomó su cintura y alcanzó sus tetas y las apretó. Ella dijo «ya, qué sigue?» «Te acuestas y abres bien las piernas» ella accedió y entonces la tuvo como siempre quiso, desde el día uno, tener a esa belleza recibiendo lo con las piernas abiertas, se apresuró y le metió la verga duro y hasta el fondo. Ella comenzó a gemir, sus gestos de dor eran más bien de gusto, le encantaba cogerse a un wey que la sentía inalcanzable mientras él tenía la verga muy caliente mientras la empujaba «te puedo besar?» Ella dijo que si sacando la lengua y él le puso la suya mientras la follaba. Ya los dos gemían entonces ella dijo «ya» se quitó y se puso de rodillas «en mi boca» le pidió y el se la metió. La empujaba rápido y fuerte mientras se veían a los ojos, ella mantenía una sonrisa, cosa que lo hizo imaginar algo «me quiero venir en su cara» murmulló y ella dijo «hazlo». Entonces se preparó y le disparó varias ráfagas de leche que le escurrieron de la frente hasta las tetas. Ella le limpió las últimas gotas con la boca.

Entonces ella sin limpiarse el semen, siguió con su rutina con la misma sonrisa mientras la leche del coach le caía hasta las piernas y él, desnudo aún, le daba nuevas indicaciones.

De vez en cuando ella se llevaba un poco de semen a la boca para limpiarse.

En la última vuelta de la rutina se escuchó a algunas personas platicando, se acercaban ella abrió los ojos al momento que entraban tres hombres y la sorprendían con las piernas abiertas realizando una serie. Ellos con una expresión de incredulidad entraron al gym y no le quitaron la vista de encima… Pero lo demás lo contaré en la siguiente entrega.

Comenta si te está gustando, qué habrías hecho tú en el lugar de mi novia, del coach o de los hombres que entraron.

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