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Mi mujer cogida como prostituta por un extraño
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Tiempo de lectura: 4 minutos

Mi mujer y yo hemos mantenido una relación a distancia dónde solo ocasionalmente nos vemos periódicamente.  Durante dos años hemos desarrollado una afinidad sexual increíble. Hemos descubierto capacidades y gustos no explorados en nuestra vida sexual. Hemos dado rienda suelta a la imaginación y expresarnos las fantasías más aberradas. Recientemente hemos compartido afinidad por la fantasía de coger como extraños y eso nunca imaginamos nos generará tanto placer. Ella me ha demostrado cuánto le calienta la idea de ser cogida por un desconocido, ser deseada de la forma más morbosa y aberrada, con mucha lujuria. También le fascina la idea de ser deseada por un extraño y ser culeada a las malas, con fuerza, dominada, ser tomada prácticamente en violación.

A lo que de momento he correspondido prestándole para hacer el juego de roles, hacernos los desconocidos, y jugar a hacer la dramatización de dichas fantasías.

Un día en una oportunidad de encuentro, le pregunté si quisiera venir y experimentar dichas situaciones, ser cogida por un desconocido con mucha lujuria, hacer realidad fantasías, a lo que obviamente ella dijo que sí. Cómo siempre.

Cada vez que viene con esos fines le digo que se mentalice en saber a lo que viene… una puta en busca de verga. Y eso hizo.

Acordamos el sitio. Yo reserve habitación de hotel y me prepare para su llegada.

Al llegar, todo el juego comienza, yo la hice vestir muy sexy, muy puta, con tacones altos, medias de liguero y un juego babydoll que le pararía la verga hasta un muerto. Se ve increíble con sus labios rojos y en tacones altos. La tire en la cama, con piernas casi al hombro y abierta como pollo asado la amarre bien expuesta como si fuera a alistarla para la violación… no tenía forma de soltarse o evitar lo que le fuera a hacer.

Yo comencé el juego de tocarla, acariciarla, le tocaba las tetas, le acariciaba el gallo y clítoris, quería deliberadamente excitarla en niveles casi de tortura antes de hacer cualquier otra cosa.

Al oído le decía a modo de susurro, con palabras soeces, vulgares y aberradas, que cuánto deseaba ser cogida?, le decía que cuánto deseaba tener la verga dura y lechosa de un desconocido dentro de sí?, mientras le lamía los pezones de sus senos y le pasaba mis dedos por los labios vaginales que chorreaban en sus fluidos de excitación, le daba lengua y dedo en intervalos para excitarla al clímax sin dejar que acabara.

Ella solo alcanzaba a decir que mucho lo deseaba, con desesperación, decía que había venido a hacerse coger por algún Hijo e Puta morboso extraño dispuesto a culearla como a prostituta.

Yo que sabía cuánto le excitaba el sentirse deseada por un extraño, le dije: que el que vendría a cogerla sería un obrero, grotesco, un hombre ordinario solitario y desconocido al cual le mostré por algún tiempo sus fotos desnudas haciéndole creer que era una prostituta y que en ese tiempo dicho hombre no hizo más que obsesionarse con la idea de poder clavarla sin reservas.

Esto la calentaba de tal modo que con desesperación pedía a gritos que ya quería a ese hombre dentro de ella, pedía verga a gritos y su Cuca estilaba sus fluidos vaginales.

Lo que ella imaginaba, igual que siempre, es que todo sería un juego de roles como siempre había sido, y que todo lo que decía era parte de la historia para justificar dicho juego de roles. Solo que cada palabra era cierta. Y cuando ya la excitación de ella estaba en el tope de desesperación. Yo hice entrar a la habitación a el hombre que por tiempo esperaba la oportunidad de clavarse a la puta que tanto había anhelado.

Era un hombre fornido, en su uniforme de trabajo, se veía en su cara la lujuria y el deseo acumulado.

Ella al inicio, puso cara de pánico, intentando preguntar qué pasaba, yo tomé de nuevo su mano, me acerque a su oído y le dije, que todo estaba bien, solo era una puta a punto de ser saciada de todo lo que merecía.

Su instinto podía más que cualquier intento de juicio. Estaba allí, abierta como puta, con la chocha mojada de calentura, la vagina contrayéndose en sus ansias de sentir alguna carne caliente y dura entrar en ella. Sabía cuánto le excita la idea de ser poseída en extrañas circunstancias por alguien que no conociera, fantaseaba sobre seducir a alguien, sentir su deseo y preguntarse sobre cómo tendría la verga y cuánta leche podría darle. Así qué:

Yo le preguntaba suavemente, dime putita, cuánta verga necesitas recibir?… Cuánta leche cremosa y caliente deseas tragar?… Ella en medio de su incertidumbre solo podía decir, quiero ser culeada, quiero leche… Mientras ella solo podía mirar aquel hombre acercarse bajando su cremallera del pantalón sacando la verga que la tenía ya mojada y dura. Al ver a esa mujer allí atada, abierta, la chimba húmeda con el clítoris brotado, el la sujetó firmemente por los tobillos. Y comenzó a frotar la cabeza de su dura verga buscando acomodársela en la entrada de la vagina…

Yo le dije a ella al oído, ahora tendrás lo que mereces y quieres, solo respira profundo y aguanta que vas a ser violada por un morboso extraño..

Ella ya gemía a respiración profunda de solo ver sobre ella entre sus piernas a un hombre totalmente extraño y sentir su verga caliente intentando abrirse paso en ella… frotando sobre su gallo y entre sus labios vaginales

De pronto atino a poner la cabezona dura de su verga en la entrada y el hombre con una violenta reacción le empujó todo el tronco venoso de dura carne hasta el fondo, solo se escuchó el plofff del golpe de la pelvis del trabajador contra la humanidad de ella, Y el grito de zorra en celo casi gemido de mi mujer.

El comenzó a jadear como perro. Sacaba la verga hasta la cabeza y repetidas veces se la undia con más fuerza… el solo decía jadeando, que puta tan riiiica… ahhh, y le bombeaba más y más salvaje… Y ella gemía como perra y solo exclamaba, ahhh hijoputa me estás dando duro, me están dando como a puta… soy una puta… Ahhh

El la tomaba con sus manos toscas las tetas, se las apretaba… Le tocaba las piernas y le embestía el chimbo sin piedad… Le daba nalgadas… Toma perra hijueputa, te deseaba mucho. Anhelaba clavarte… Mamasota riiicaaa… Ahhhh

La clavo sin piedad… Después de mucho rato la volteó quedando a cuatro patas como una perra en celo… El le escupió el culo… y Le dio lengua… Luego se paró detrás de ella puso un dedo en al culo. Se lo hundió… Y luego le clavo la verga por la chimba… Así la clavo buen rato hasta dilatarle el ano…

Allí le dijo… Bueno perra, a ver qué tan puta es que eres… Saco la verga se la apunto al hoyo del culo… La tomo de la cintura firmemente y se la fue hundiendo hasta que se la enterró todaa

Mira que puta que eres como gimes… Le dijo… y allí comenzó a bombearla como caballo clavando su yegua… Ahhh.

Luego de haber perdido la cuenta de las veces que ella se vino a chorros…

El la tira al suelo… Le pone el chimbo tieso y mojado en la boca… Ella siente las contracciones de la verga y sabe lo que le espera… Un caudal de mucho semen cremoso y caliente… Mucha lechera golpeando su garganta e inundando su boca… el gime y ella se deleita con la cremosa leche caliente de aquel desconocido…

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