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Mi mejor amigo me feminizó (parte 5)
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Cuando desperté me sentía muy raro, había estado jugando con mi culo durante la noche y lo había disfrutado como nada en toda mi vida, pero aun así me sentía tan culpable sin saber por qué.

Me levanté como de costumbre, busqué entre la ropa y me puse lencería roja, y un vestido holgado de color oscuro, la peluca y luego me fui a comer algo.

Estuve pasando el rato y a medida que el tiempo transcurría, me invadía la sensación de incertidumbre, ¿Cuándo se supone que aparcería Nicolás? Me ponía muy nervioso y no sabía qué hacer con todo lo demás, aproveche de ordenar mi habitación y de guardar el dildo, así no tendría más problemas por culpa de los regalos de Daniel.

Pasaron las horas y cuando estaba al borde de la desilusión sentí que golpearon la puerta, la abrí y ahí estaba, bien vestido y con una bolsa en la mano.

-Hola Rachel, ¿Puedo pasar?

-Claro, adelante… – Me aclaré un poco la garganta y fingiendo la voz seguí charlando con él. – Si hubiera sabido que vendrías a esta hora me habría arreglado un poco.

– ¿Para qué te vas a arreglar? Si estás preciosa así.

Ante su comentario me sonrojé un poco y aparté la mirada mientras Nicolás entraba y se sentaba en el living, con un gesto me invitó a sentarme a su lado y abrió la bolsa sacando un paquete de cervezas.

-No te lo pude preguntar, pero, ¿Si bebes cerveza o algo? Me sentiría muy estúpido si me dices que no jajaja.

-Jajaja tranquilo, sí, me gusta la cerveza descuida, dame una mientras, ¿Quieres comer algo quizá? Para acompañar todo digo…

Nicolás mientras que le hablaba me alcanzó la cerveza la cual estaba fría y sacó una para el también, poniéndose cómodo me miró sonriendo y abriendo su cerveza me respondía.

-No, todavía no gracias jajaja más tarde puede que si te pida algo. – Decía mientras tomaba un sorbo de su lata.

-Está bien, y cuéntame algo sobre ti… ¿Cuántos años tienes? O ¿A qué te dedicas?

-Tengo 20 años, y en estos momentos, no estoy haciendo nada la verdad, solo buscando trabajo, pero aún no he podido encontrar nada.

– ¿Tienes 20? Te ves más grande, yo pensé que eras mayor que yo…

– ¿Sí? ¿Y cuantos años tienes tu? Quiero saber de ti.

Cuando me dijo eso no sabía por dónde empezar a contar algo, sobre todo que tenía que inventar la marcha…

-Bueno, yo tengo 22 años, no he podido encontrar trabajo tampoco pero ya podré ver algo jajaja.

-Que bien, y ¿hace cuanto que vives aquí?

-Llevo aquí unos meses, salí de casa de mis padres por temas personales y me vine acá.

Hasta el momento me sentía bien, intenté desviar la conversación a otro lado y me atreví a preguntar algo más íntimo mientras me tomaba un sorbo de cerveza.

-Y tu Nicolás… ¿Tienes novia o algo?

-La verdad no, últimamente no salgo tanto así que tampoco tengo la oportunidad de conocer tanta gente… Aunque ayer si pude conocer a una chica muy linda.

Cuando dijo esto mi corazón se puso a latir muy rápido y tratando de hacerme el desentendido le seguí la conversación.

– ¿Sí? ¿Y cómo se llama esa chica tan linda de la que hablas?

-Se llama Rachel, tiene 22, se mudó aquí hace unos meses…

Comenzamos a reírnos por la forma en que me lo había dicho y seguimos conversando otro rato más, nos reímos un montón y luego de un par de cervezas le ofrecí algo para comer, esta vez si me lo acepto, me levanté y fui a la cocina a buscar algo cuando sentí que estaba cerca mío.

-Entonces… ¿Qué tienes para comer?

-Déjame ver si encuentro algo por aquí… – Me agache buscando algo y luego levantándome intente alcanzar algo de los muebles más altos.

Cuando empecé a ponerme de puntitas para llegar más alto, Nicolás se puso detrás de mí y abrazándome puso sus manos sobre mi estómago, haciéndolas subir y bajar, acariciándome lentamente.

-Ya sé lo que quiero comer… Pero no está allá arriba… – Me dijo susurrándome al oído haciendo que me estremeciera de a poco y poniéndome muy nervioso.

– ¿Qué… Quieres comer? – Le pregunté algo agitado y sintiendo cómo sus manos me apretaban fuerte de la cintura jugando con mi vestido, subiéndolo y bajándolo tímidamente.

De pronto me quito del lugar donde estaba y me apoyo contra la pared, pero viéndolo a él de frente.

-Tu boca es lo que quiero comer…

A penas acabó de decir eso se abalanzó sobre mí y me empezó a besar con lujuria, yo no lo podía creer, me estaba besando con un chico, estaba vestido de mujer, y encima me estaba gustando todo esto.

Cuando sentí que sus manos iban bajando en busca de mi entrepierna, me impacté tanto que tomé sus manos y lo detuve.

-No hagas eso por favor… No… No estoy en condiciones, me pone muy nerviosa que pongas tus manos ahí…

– ¿No me digas que eres virgen?

-Bueno… Si… N-nunca lo he hecho y me da mucha vergüenza que alguien me toque ahí abajo…

Con esto espere que se calmara un poco y apartándose de mi se fue de la cocina al living otra vez, encendió la televisión y se empezaron a escuchar gemidos y gritos, la última vez la película que estábamos viendo con Daniel había quedado solo en pause y al encender la televisión se reanudo.

-Parece que además de virgen como dices también eres juguetona…

– ¡Apágalo! ¡Apágalo ya! – Le dije en todo molesto mientras que el solo le bajaba el volumen y seguía mirando la escena de como montaban a una mujer rubia.

-Si quieres que lo apague tendrás que quitarme el control, o podemos ver esto juntos, así tienes compañía…

Se estaba comportando como un tonto y me obligaba a acercarme a quitarle el control. Mientras trataba el con su mano libre me apretó las nalgas y me hizo caer encima suyo quedando mi cara en su pecho.

-Deja de comportarte de esa forma Nicolás… Ya dame el control.

-Hagamos un trato… Yo te entrego el control, si tú me ayudas con algo…

Cuando me dijo eso, saco su mano de mis nalgas, abrió su bragueta y mientras se acomodaba, bajándose el pantalón y el bóxer, dejo salir su verga la cual apuntaba directo a mi cara que todavía estaba cerca de su pecho. No supe cómo reaccionar, se veía gruesa y algo grande pero no tanto como el dildo que me había regalado Daniel, cuando la quedé viendo me puse a temblar, mis piernas se apretaron instintivamente y mis ojos no se desviaban de ese pedazo que me apuntaba.

-Ayúdame a acabar y el control es todo tuyo… ¿Un buen trato no? Después de todo, tu provocaste esto, deberías hacerte cargo.

– ¿Yo provoque esto? Si yo no hice nada… Solo estábamos conversando y pasando un buen rato… Ya dame el control…

-Si, tu provocaste esto, con esas lindas piernas que tienes y ese culito que dan ganas de comerte toda… Asique si no puedo hacerte nada, entonces ayúdame, aunque sea con esa linda boquita tuya…

Cuando dijo esto mi cuerpo y mi mente se volvieron blandos, el escuchar su alago hacia mis piernas y ver su verga tan dura y tan parada me hizo poner tan excitado que sin decir ninguna palabra solamente baje de a poco y le di unos besos de la punta mientras me arrodillaba frente a Nicolás, con los gemidos de la chica de la película de fondo.

-Uuufff… Que rica boquita tienes Rachel, tus labios se sienten muuuy bieeen…

Seguí sin hablarle y comencé a hacer círculos en la puntita con mi lengua, con una mano le agarré la verga y lo masturbaba al mismo tiempo que jugaba con mi boca. Pase mi lengua de arriba abajo hasta llegar a sus huevos, estaban sudados y su olor no era tan fuerte pero al tenerlos pegados a la nariz y con su pene apoyado en mi cara me sentía como una zorra… Le estoy chupando la verga a un chico que acabo de conocer ayer, no me lo puedo creer…

-Uuuuhh… Parece que si sabes lo que haces… Pero todavía te falta la parte más importante… – Mientras decía esto me tomo de la cara con ambas manos, puso su verga de frente a mí. – Métetela toda en la boca, no me iré y no te entregare nada hasta que me hagas acabar.

Me hizo abrir la boca y con sus manos me obligo a meterme su verga hasta la mitad de golpe, me tenía tan babosa que su pene estaba quedando brillante de toda la saliva que lo cubría, me empezó a acelerar el ritmo y hacía que me ahogase…

– ¡Aaaah! La tienes muy grande… Ffffuuu… A penas y puedo metérmela toda… – Le dije mientras jugaba con toda la saliva que le chorreaba por los costados.

Nicolás de pronto se levantó y tomándome agarrándome del cuello me hizo pararme y me apoyo contra la pared igual que antes, pero esta vez ahorcándome.

-Ahora vamos a ver cuánto tiempo aguantas con esto metido hasta la garganta… Arrodíllate y apoya la cabeza en la pared zorrita.

Cuando dijo esto me sentí tan excitado, me estaba dominando como él quería y no me molesto en lo más mínimo, si Daniel me hubiese dicho zorra en algún momento me habría enojado mucho pero… Ahora era diferente…

Obedecí a lo que Nicolás me había dicho y me arrodillé, apoyando mi nuca en la pared, cuando lo hice, me metió la verga con fuerza hasta el fondo y me tapo la nariz con una de sus manos.

-Si aguantas más de 25 segundos te dejaré descansar y me iré, si no, vamos a repetir hasta que ya no pueda más. Asiente con la cabeza si entendiste.

Moví mi cabeza de arriba abajo en señal de que, si le había entendido y con una cara entre nervioso y aterrado intentaba respirar, pero se me hacía imposible. Contaba tan lento que me desesperaba y de tanto aguantar la respiración me ahogaba y tosía con más saliva que antes.

-Cuatro… Cinco… Seeeiiis… Sieeeteee…

No podía aguantar tanto asiqué le di unos golpes en el estómago y se apartó inmediatamente dejándome respirar y toser, se me caía la saliva y un hilo de la misma conectaba mi boca con la verga de Nicolás.

-Llegaste a siete esta vez… Vamos otra vez.

Me la metió de golpe haciendo que me golpease en la cabeza atrás con la pared. Me la dejo adentro y tapo mi nariz con otra la otra mano, haciéndome presión contra la pared sin poder huir a ningún lugar.

-Unoo… Dooos… Tresss… Vamos puta, sé que puedes hacerlo mejor. Cuatrooo… Cincooo…

En cuanto dijo esto comencé a toser otra vez y con su mano libre me dio una cachetada por el lado, el estar ahogado y con el golpe empezaron a brotar unas lágrimas de mis ojos, no estaba llorando por tristeza, solo me estaba ahogando pero no me estaba sintiendo mal… Me estaba gustando tanto que Nicolás me estuviera sometiendo a sus deseos.

-Sieteee… Ochooo… Nueveee… Dieeez…

Aguantaba y aguantaba con lágrimas en los ojos y las rodillas matándome por estar tanto tiempo así frente a él, ya no resistía más tiempo… Necesitaba que me dejara respirar pero me volvió a dar un golpe y libero mi nariz para poder recibir algo de aire.

– ¡Estoy por correrme asique más te vale aguantar putita! Vas a comerte todo lo que te dé en esa linda boquita tragona.

Cuando acabó de decir esto, movió su verga adelante y atrás rápidamente, metiéndola hasta el fondo mientras yo seguía llorando y lo veía hacia arriba, me tomaba de la cara y me escupió como si fuese cualquier cosa. Sentía que me iba a desmayar cuando lo escuche.

– ¡¡Trágatela toda puta!! ¡¡uuuuhhh!! ¡¡que boquita tan tragona que tienes preciosa!!

Sentía los chorros de semen llenarme la boca y pasar directos a mi garganta, entre lo ahogado que estaba empecé a toser como si me hubiese atorado con algo y una parte de su semen cayo al piso y un poco quedo esparramado en su verga.

-Aaaah… D-dame… Dame un minuto… N-necesito, uuum, necesito descansar un poco por favor…

-No vas a descansar una mierda hasta que limpies este desastre, así que límpiame la verga y te vas a tragar lo que derramaste del mismo suelo, puta mal enseñada.

Su tono de voz sonaba agresivo, pero tan dominante que me asustaba un poco y me hacía sentir tan sumiso que no tenía más opción que obedecerle. Como pude me incorporé y le empecé a limpiar la verga con la lengua, sorbiendo el semen que había quedado esparramado en ella.

Cuando terminé con eso, me puse a lamer el piso y a sorber el semen para limpiarlo, una vez que estaba listo me tomo de la cara y me quedo viendo un momento.

-Abre la boca puta, quiero ver que te lo hayas tragado todo.

Asustado tragué lo que me quedaba en la boca junto a algo de saliva y le mostré que ya no quedaba nada dentro, sacando mi lengua para darle una mejor visual.

-Buena putita, te ganaste un premio.

Me escupió nuevamente en la cara y una segunda vez en la boca, tomo el control de la televisión y me lo dejo atravesado en la boca.

-Cuando tenga ganas de verte te mandare otra nota, asique estate preparada, y la próxima vez te quiero maquillada, te diré hora y lugar para vernos asique cuídate y mantente tan linda como hoy.

Se subió los pantalones y antes de cerrar la puerta tomo su celular y teniéndome toda destrozada y agotada en el suelo me tomo una foto, esto me sorprendió pero estaba tan cansado que no me podía levantar a decirle algo.

-Pórtate bien putita, nos veremos pronto.

Pronto les subiré la siguiente parte ya que he visto que les han gustado mucho mis relatos amores, intentare escribir más durante estos días para que sepan todo lo rico que va sucediendo… Un gran beso para todos.

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