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Mi mejor amigo (2)
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Después de una semana de haberme ido de la casa de Lautaro aun saboreando su semen en mi boca, llegó año nuevo y con eso otra oportunidad de desahogarme otra vez con mi mejor amigo. Fueron 6 días de muchas miradas cruzadas y muchas indirectas algo que iba calentando más y más el ambiente. Nuestras familias no iban a estar pues esa fiesta la íbamos a pasar entre amigos por lo que todo sería más fácil. Llegaron las 12 de la noche, con eso música, bebidas, bailes y todo lo que conlleva el nuevo año.

Pasadas las 6 am, nuestros amigos se empezaron a ir a las casas, yo no me iba porque nuestros padres arreglaron para que me quedara a dormir en la casa de Lautaro y además su madre me pidió que lo vigilara muy bien, estaba encantado yo. Todo salía a la perfección. Pasadas las 7 am ya estábamos solos y nos pusimos a ordenar todo el lugar, yo muy sobrio y él no tanto, pero consciente de lo que decía. Terminamos, me fui a bañar, él se fue a bañar y ahí comenzó todo. Entraba a su cuarto cuando me tomó por sorpresa tomándome la boca.

Mirándome a los ojos me dijo… "al fin solos" no pude más con la tensión y le di un gran beso. Beso va y beso viene, sin medir palabras me pide que me agachara, ni lo dudé y no le di tiempo de pensar que hacer. Mientras bajaba le desabroché el pantalón y como si no hubiese un mañana comencé a comer esa gran pija que tenía en frente. Sus gemidos me indicaban que tan bien lo hacía y a qué velocidad, no dejaba que me tocara. Yo manejaba la situación.

Después de unos cuantos minutos chupando esa gran verga, decidió tomarme por la fuerza la cabeza y ahogarme, no aguantaba ni podía respirar. Cada vez que me hundía su pija hasta la garganta y más allá me alegaba para respirar, pero él no me dejaba. Le estaba dando la mamada de su vida. Acompañado de más y más garganta profunda y sus gemidos que eran música para mis oídos sabía que lo estaba haciendo muy bien y que estaba por acabar en mi boca. Me dejó tomar la última bocanada de aire y volvió a tocar mi campanilla con su verga. Sentir toda su lechita correr por mi garganta fue la mejor sensación y más me calentaba.

Nos miramos, me levanto y me estaba por ir al baño a lavarme los dientes cuando con una sonrisa pícara me toma de la cintura y al oído me dice… "¿a dónde vas putito? No terminé con vos. No te podés ir hasta que yo lo diga”.

No tuve tiempo de pensar en esas palabras que me había apoyado contra el sillón (sofá) y ya tenía los pantalones abajo. Sin mediar palabras me penetró, pudiendo sentir cada centímetro de esa verga que acababa de comer entera. Las embestidas que me daban eran lo más placentero del mundo mientras que para callar mis gemidos me metía los dedos en la boca. Era posición era una conexión de mucha pasión, ambos lo sentíamos.

Me nalgueaba, me ahogaba con sus dedos y me decía cada grosería al oído mientras me empotraba contra ese sillón blanco. Llegada la hora final no parábamos de gemir, tomados de la mano, lo miré fijamente a los ojos como pude y le dije… "llename con tu lechita" algo en él lo tomó y primero me dio una bofetada acompañada de un abrazo. Los dos gemidos al mismo tiempo acabamos, había sido la mejor cogida del mundo. Muerto de cansancio ni se puso el bóxer, cayó rendido en la cama. Aún yo asimilando la feroz cogida que me habían dado salí al baño.

Al volver me estaba esperando para dormir en la misma cama. Nos abrazamos y nos dormimos. No sin antes ver como me había quedado la cara de esa pequeña bofetada que me dio jaja.

Espero les haya gustado el relato. Hay más, mucho más. Si quieren que siga contando, háganmelo saber porfa.

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