Con mi mejor amiga nunca lo había hecho, pero si con amigas cercanas, en la mayoría de las veces el vínculo se fortalece, pero nunca, nunca se deben mezclar los sentimientos o se va la amistad por la borda.
Al respecto dejo un relato, ojalá les agrade.
Después de algún tiempo de no vernos, mi mejor amiga, Myrna y yo quedamos de vernos en un bar al que solíamos ir cuando éramos solteros, a ella la acompañaba una amiga suya, Violeta, ambas lucían espectaculares, Myrna con un conjunto negro de falda a la rodilla y una blusa con aplicaciones de trasparencia en el escote que dejaba ver un poco de sus lindos senos, Violeta también de negro, pero con vestido escotado de frente y torso, abierto desde medio muslo, excitantes desde la primera vista.
Ellas eran como hermanas, desde la secundaria eran muy amigas, se casaron casi al mismo tiempo, quedaron embarazadas y tuvieron a sus hijos en el mismo año, sus hijos eran amigos, y de igual forma se habían divorciado simultáneamente, mi convivencia con Violeta era poca y reservada, con Myrna era todo lo contrario, Violeta muchas veces insinuó que Myrna y yo nos teníamos unas ganas locas, pero que lo negábamos, y parece que tuvo razón.
Como siempre nos fuimos a la mesa del fondo del bar, era un bar muy discreto, con luz tenue, perfecto para ir en pareja, con una plática agradable fuimos relajándonos, Violeta bromeaba subiendo la temperatura a las bromas, entre bromas, tragos y juegos Myrna y yo empezamos a besarnos, al ver a Violeta sola yo dije que Myrna no tendría problema en compartirme con ella ni yo en compartir a Myrna con Violeta, los tres reímos, volvimos a besarnos, Violeta miraba, la tome de la mano, se la besé mirando con agrado que le gustaba, me sostuvo la mirada, sonrió.
Myrna también sonrió, así que besé a Violeta sintiendo como se empezaba a excitar bajé una mano hacia su muslo desnudo, Violeta no opuso resistencia así que fui más allá, seguí acariciando bajo su vestido dirigiendo mi mano hacia su vagina, cuando mis dedos llegaron ya estaba húmeda, Myrna se acercó para acariciar mi erección sobre el pantalón, pude notar lo caliente que estaba por lo endurecido de sus pezones que las transparencias de su blusa y la tenue luz dejaban ver, así como su mirada perversa.
Les pedí que se besaran, rieron nerviosamente, lo empezaron a hacer tímidamente primero, cuidándose de que no las miraran, como las demás personas estaban en los suyo y había poca luz, fueron aumentando de tono, al ver que les gustaba las animé, incluso se empezaron a acariciar el pecho, también pude ver como Myrna metió su mano bajo el vestido de Violeta para dirigirla a su vagina, Violeta se estremeció al sentir los dedos de Myrna llegar a esa zona, los dedos de Myrna y mis dedos hurgaban la vagina de Violeta.
Ellas se besaron con más pasión mientras frotaban sus tetas y besaban sus cuellos aprovechando la poca luz que había, Violeta con una mano tomó mi cabeza para invitarme a participar en los besos que se estaban dando, con la otra también empezó a acariciar mi erecto miembro, mis manos se encontraban con las manos de ellas prodigando caricias a la otra mientras yo recibía las de ambas.
Ya al límite de la excitación decidimos ir a un hotel, en el trayecto, les propuse que se fueran en la parte trasera para que no se bajara la temperatura, ellas con gusto lo hicieron, las miraba por el retrovisor, podía ver como subían de intensidad los besos y las caricias, en los semáforos en alto que tocaron, volteaba para ver como las manos de ambas pasaban de sus tetas a sus entrepiernas Violeta con una pierna casi desnuda por completo, Myrna con la falda levantada hincada sobre el asiento casi encima de Violeta, era una escena muy excitante.
Al fin llegamos al hotel y bajamos casi volando del auto, nos dirigimos a la cama yo fui a llenar el jacuzzi, cuando regresé a donde estaban ya tenían el torso desnudo, pude ver sus tetas hermosas frotándose unas contra otras, ya no pude contenerme, me uní a ellas, empecé a besar a Myrna, Violeta se nos unió en el beso, las lenguas de los tres jugaban intensamente mientras nuestras manos pasaban de un cuerpo a otro, yo tocaba sus nalgas suaves, tersas, sus tetas, sus vaginas húmedas, calientes; ellas hacían lo mismo, entre las dos me desnudaron, Violeta fue quien quitó mi pantalón para empezar a chupar mi verga, Myrna y yo seguimos besándonos, la tiré sobre la cama.
Le dije a Violeta que se dejará chupar la vagina por Myrna, mientras yo se la chupaba a ella, para ese momento las dos estaban completamente mojadas, muy excitadas, incluso escurrían sus deliciosos fluidos por lo que no se opusieron.
Violeta se acomodó sobre la cara de Myrna frente a mí, en momentos se agachaba para besarnos, mi cara estaba entre las piernas de Myrna, cuando mi lengua jugaba con los labios exteriores de la vagina de Myrna, había gotas en su muslos, mi lengua entraba a la caliente y mojada vagina de Myrna, al llegar a su clítoris después de jugar un rato con éste Myrna se vino obre mi cara, casi al mismo tiempo Violeta se vino en la boca de Myrna al tiempo que nos dábamos un beso saboreando los jugos de Myrna, para ese momento Myrna me pidió que la penetrara, así lo hice, no sin antes besarla y saborear los fluidos de Violeta que para ese momento estaba boca arriba recuperando el aliento.
Contigo encima de mi miembro, Violeta se acomodó encima de mi cara, las dos de frente se acariciaban las tetas, se besaban y acariciaban así estuvimos unos minutos, sentía como sus sentones eran cada vez más intensos, Violeta apretaba sus piernas sobre mi cabeza mientras mi lengua hacía lo suyo en su vagina, hasta que casi sincronizadas, entre una sinfonía de gritos y gemidos, una vez más se chorrearon, Myrna sobre mi verga, Violeta sobre mi boca y barba.
Violeta se puso en cuatro pidiendo también ser penetrada, Myrna bajó de mi verga para que pudiera coger con Violeta, yo no aguantaba más, así que tomé un respiro mientras Myrna se acomodó debajo de Violeta para darle lengua a esa mojada vagina antes de meter mi verga.
Una vez recuperado el control, penetre a Violeta apretando sus nalgas, dándole nalgadas que Violeta pedía, la lengua de Myrna pasaba de mis bolas a su vagina, nos movíamos a un ritmo deliciosos viendo como sus tetas se balanceaban cada vez más rápido, Violeta se hundía entre las piernas de Myrna para lamer su vagina caliente.
De pronto Violeta se puso tensa, sus piernas temblaban cuando nos mojó de nuevo a los dos, yo no aguanté más y dejé escapar unos chorros de leche dentro de Violeta, Myrna le pidió que siguiera dando lengua al mismo en su vagina al tiempo que se metió mi verga a su boca y empezó a mamar con gran placer para mí, limpiando hasta la última gota de semen y jugos de Violeta.
Los tres quedamos tumbados en la cama, todos besándonos e intercambiando caricias, recuperando el aliento
Para ese entonces el jacuzzi ya estaba lleno. Myrna con más ganas y Violeta con ganas de perder su virginidad anal.