Jorge mi marido fantaseaba con mi hermana de 18 años. Y como para que no lo hiciera, Martina era flaquita, tez blanca y pelo negro, con buen culo y un par de tetas gorditas.
Desde que mi marido la conoció quedó embobado, no me lo dijo pero yo lo capté al instante.
Venía a casa seguido y cuando me cogíamos ponía videos de marido-cuñada. Esto lejos de enojarme, me calentaba.
Fui yo la que fui preguntándole si mi hermana estaba buena y cuando me tenía en 4 le decía que se imaginara que era mi hermana y Jorge me cogía uff como nadie.
En ocasiones robaba las tangas de mi hermana y se las daba a mi marido para que se masturbara con ellas y las llenara de leche. Eso nos volvía loco a ambos.
Ya no disimulaba cuando le miraba el culo a mi hermana porque sabía que yo no me iba a enojar.
Fue tanta la obsesión de Jorge por coger a Martina y tanto lo que a mí me gustaba que un día decidí hablar con mi hermana y le conté lo que pasaba. Al principio mi hermana se sacó de onda pero con el correr de los días fue pensando en el favor que le había pedido y lo aceptó.
Este consistía en ser su regalo para el cumpleaños de mi marido que sería 15 días después.
Yo estaba feliz por qué era una completa sorpresa para mi marido.
15 días después levanté temprano a Jorge con el desayuno en la cama y le dije que en el trascurso del día tendría un regalo. Aunque él me insistió en que le dijera que era yo no le dije nada y tampoco le hice sexo oral o cogimos por qué quería que estuviese bien cargado.
Eran cerca de las 10 de la noche cuando quedamos "completamente solos" en casa. Por supuesto que mi hermana estaba escondida en su habitación sin que Jorge lo supiera.
Cachondeamos un rato cuando entré a la habitación mía una silla de madera y lo hice sentar. Le até las manos atrás de la silla y le tapé los ojos con un pañuelo. Cuando lo hube asegurado bien me arrodillé y le chupé la verga hasta que estuvo en su máximo esplendor.
Fui sigilosamente hacía la puerta e hice entrar a Martina quien estaba completamente en bolas. Cuando Martina vio la verga de Jorge me sonrió y yo con una mueca la invité a qué se comiera la barra de su cuñado.
Ni corta ni perezosa mi hermanita se arrodilló y comenzó a chuparle los huevos a Jorge y a pajearle la verga.
Jorge me decía que se lo estaba haciendo bien sin saber quién era que se lo hacía. Yo di una pequeña risita y me acerqué a quitar el pañuelo de los ojos de Jorge.
Cuando vio que quien le estaba comiendo la verga era mi hermana me miró sorprendido y yo le dije que era un pequeño regalito por su cumpleaños.
Jorge sonrió y se quedó embobado mirando trabajar a mi hermana.
Martina se levantó y sentada a horcajadas se introdujo toda la verga de mi marido. Jorge y yo estábamos muy calientes y disfrutando del espectáculo.
Martina se acercó a Jorge y le comió la boca mientras seguía moviéndose en su verga.
Yo me arrodillé y aproveché para comerle el culo a mi hermana y chuparle los huevos a mi marido. También obviamente me metía los dedos hasta provocarme dos orgasmos que dejaron el suelo empapado de mis jugos.
Cuando estaba cerca de correrse mi marido le pidió a Martina que saliera así acababa pero la pendeja no le hizo caso e intensificó los movimientos. Sin poder aguantar más mi marido se derramó entero dentro de mi hermana quedando completamente exhausto.
Desde ese rico momento Martina es nuestra puta y cada vez que ella o nosotros queremos la traemos a mi cuarto y hacemos de ella lo que gustamos. Cómo cuando ella y yo nos cogimos por primera vez. Pero ese relato será en otro momento…