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Mi madre y mi amigo: Fin de semana de campamento (Parte 1)
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Tiempo de lectura: 14 minutos

Yo ya había aceptado que a mi madre le gustaba mucho el sexo y sobre todo si era con mi amigo Carlos, tampoco podía negar que me provocaba un morbo enorme verla follando con él y que después de la primera vez trataba de hacer lo posible para pillarlos en alguno de sus encuentros.

Sin embargo, luego de observar la segunda vez que habían estado juntos (Mi madre y mi amigo -02- Secretaria ejecutiva) no había podido satisfacer mi morbo nuevamente, ya había pasado más de una semana y aún no sucedía nada. Mi morbo por ver a mi madre con Carlos crecía cada vez más y más, por lo cual decidí trazar un plan, quería comprobar si todavía mantenían sus encuentros, así que inventé una salida a acampar. El plan era el siguiente: Le diría a Sofía que me iba a ir de campamento con unos amigos por el fin de semana, supuestamente saldría el sábado en la mañana y no llegaría hasta el domingo en la noche. Después de pensar bien cómo lo haría y afinar todo los detalles, el día miércoles me acerqué a mi madre y le dije:

-Mamá, voy a irme de campamento con los muchachos.

-¿Si?, que bien y ¿cuándo van a ir?

-Este sábado, nos vamos a ir temprano y volveremos el domingo en el noche, es sólo por el fin de semana.

-Ahhh, que bueno, está bien que salgas a divertirte.

Pude notar un dejo de "felicidad" en la voz de mamá, estaba contenta de quedarse un fin de semana sola. Terminé de coordinar todo y hablé con un amigo de la universidad que vive en el centro de la ciudad a pocas cuadras de mi edificio le conté una historia que había tenido unos problemas con mi madre y le pregunté acaso me podía recibir en su casa un par de días, el me respondió que no había problema y que llegara cuando quisiera, así lo hice.

El sábado temprano armé mi mochila con la esperanza de que mi plan funcionara. Ese sábado Sofía debió trabajar por lo cual salimos juntos, en el hall me despedí de ella y me dirigí al apartamento de Rodrigo. Después de un rato en su casa le dije que iría donde mi novia y que volvería en la noche, él me pasó una copia de su llave y me dijo que probablemente el no estaría en la noche, ya que se iba a quedar en la casa de Javiera, su novia, pero que me sintiera como en casa, yo le agradecí y salí. Obviamente no fui a la casa de mi pareja, sino que me dirigí a mi apartamento. El día antes de salir me había preocupado de dejar la ventana de mi pieza sin seguro y ponerles un pequeño trocito de madera para poder entrar por ahí, también engrasé la puerta de entrada para que no sonara al abrirse y dejé todo preparado para los posibles escondites.

Llegué a las cuatro de la tarde a mi departamento, mi madre supuestamente debía llegar como las seis. Durante ese rato terminé de arreglar todo, estaba un poco nervioso no sabía si mi plan iría a funcionar. Luego de preocuparme por todo y realmente por cada detalle, esperé. Sofía llegó aproximadamente a las 6:15 y observé como rápidamente entraba a su pieza, una vez allí y frente al espejo comenzó a arreglarse velozmente, se soltó el cabello, se abrió un botón más de su ajustada blusa y se pintó nuevamente los labios con un intenso color rojo y se quitó las bragas A los pocos minutos se escuchó el timbre, mi madre corrió a abrir la puerta y yo no alcancé a moverme de donde estaba:

-Te ves exquisita. Era la voz de Carlos

-Me arregle para ti. Respondió mi madre

-¿De verdad? Ya no aguantaba más. Logré escuchar como comenzaban a besarse.

-Yo tampoco mi vida, quería que me besaras, que me tocaras, estaba desesperada, oh, si, como me encantas.

-Me fascina tu cuello y tus duras tetas. Seguramente mi amigo le estaba comiendo las tetazas.

-Ven, apresuremos que luego tengo que salir con Ricardo.

-¿Prefieres a ese cornudo en vez de a mí? Preguntó Carlos con ironía.

-Nooo, mi amor, paraaa nada, sólo va a serr un rato, vamos rápido ya no aguanto más quiero tenerte dentro. Sofía estaba calientísima.

Ambos llegaron a la pieza, esta vez no hubo preámbulos. Mi madre le quitó con maestría el cinturón y le bajó velozmente los pantalones, Carlos la tendió sobre la cama y le levantó la falda, encontrándose con el coñito de mi madre listo para el combate.

-Jajaja, ¿Ya te quitaste las bragas?, ¿parece que me estabas esperando?

-Siiii, mi amooor, hace días.

-Qué mojadita que estás ¿Te pones así por mí? Decía Carlos con ese tono orgulloso que caracterizaba sus diálogos sexuales con mi madre.

-Siiii, mi vidaaaa, tú me pones así, vamos clávamela, hazme tuya, métemela por favor. Suplicaba Sofía.

Carlos no se hizo esperar, estaba completamente empalmado. Mi amigo se subió sobre mi madre y la penetró así. Pude ver como Sofía abría su boca y cerraba sus ojos liberando un gran y extenso gemido de alivio, mientras clavaba sus uñas en las nalgas de Carlos. El muchacho empezó a cogerla salvajemente, sin lograr aún penetrarla completamente, pero logrando metérsela un poco más profundo:

-¿Vamos a tener dos días para esto, verdad? ¿Jorge se fue por todo el fin de semana? Preguntaba Carlos.

-Sii, mi amor, ya no aguantaba más.

-¿Te gusta la idea de estar conmigo estos dos días?

-Me encanta, mi vida, no entiendo cómo me haces gozar tanto.

-Te hacía falta que te follaran de verdad, Una mujer como tú necesita un polvo diario a cada momento. Necesita de un buen miembro ¿verdad?

-Siii, mi cielo, eso es lo que necesito, me encanta como me la metes, no pares.

-Siempre supe que lo que necesitabas era una buena verga, grande y joven como la mía.

-Ohh, es justo lo que necesito, tu verga todos los días, ahhh, te amo. Sofía agarró fuertemente las nalgas de Carlos y soltó un grito desgarrador, señal de que se había corrido.

-Viste que lo pasas bien conmigo. Parece que ya acabaste, ¿o no?

-Ya no aguantaba más, me fascina hacerlo contigo, me encanta como me haces sentir.

-Pero yo todavía no he acabado. Decía mi amigo acelerando nuevamente sus movimientos.

-Por eso me encantas. Sofía lo abrazó fuertemente, posando sus manos en la espalda de Carlos.

Después de un rato en esa posición, mi amigo tomó a mi madre y sin sacarle la verga de dentro la ubicó su lado y tomándola de los hombros se la comenzó a meter así. Desde donde yo estaba podía a mi madre en todo su esplendor con Carlos clavándosela detrás de ella, ambos tendidos sobre la cama de dos plazas. Realmente debo reconocer que Sofía tiene un muy bien cuerpo, las horas en el gimnasio, el tiempo en el solarium y la comida liviana si habían cumplido su cometido permitiéndole tener un cuerpo firme, un abdomen duro y una piel bronceada. Mi madre tenía una mano apoyada atrás en las caderas de su amante y con la otra apretaba fuertemente la almohada. Sin embargo, su rostro era el que lo decía todo, tenía los ojos cerrados, la boca semi-abierta y a ratos se mordía los labios y apretaba los dientes lo cual era un signo claro de que lo estaba pasando muy, pero muy bien. Carlos seguía con un mete-saca continuo, aumentando paulatinamente la velocidad.

-¿Quién iba a pensar que la verga que necesitabas estaba tan cerca?

-Si hubiese sabido que iba a gozar así, el primer día que te viii te pedía que me la metieras.

-¿Sí, aunque sea el amigo de tu hijo? Decía Carlos aumentando su morbo.

-Que importa eso, lo único que me interesa es como me haces sentir.

-Ohh, ya poco a poco te estás empezando a adecuar más a mi verga. Siento que cada vez entra mejor. Carlos le metía un dedo en la boca a mi madre, quien lo chupaba con desesperación.

-Siii, métemela toda.

-Aún no puedo, Sofy, pero cada vez entra más, ohhh, sabía que se abriría paso en tu estrecho coñito. Estaba seguro que podrías abrirlo para recibir mejor mi miembro, pero tengo una idea que luego podemos poner en práctica para que la tengas toda adentro.

-Siii, mi amor, hagásmoslo, quiero tenerla toda adentro. Las palabras de Sofía claramente aumentaban la excitación de mi amigo, quien agarró fuertemente a mi madre de los hombros y aceleró al máximo su penetración.

-Ya no aguanto más, toma lo que te gusta zorrita, toma mi leche, que tu coñito se la trague toda.

Mi madre recibió el semen de Carlos y girando su cabeza lo besó, luego se levantó de la cama y fue buscar un cigarro a su cartera, vuelvo a repetir que era impresionante verla desnuda, realmente tenía un cuerpazo, digno de cualquier mujer de veinte. Reconozco que el ver su cuerpo desnudo y sudado era muy excitante. Sofía le convidó un cigarrillo a Carlos y ambos se tendieron por unos instantes en la cama satisfechos con su labor.

-¿Y Jorge dónde fue? Preguntó Carlos.

-Salió de campamento con unos compañeros de la universidad.

-Ahhh ¿Y estás segura que volverá mañana?

-Si, recién salió hoy temprano probablemente va a llegar el domingo bien tarde.

-Que bueno que salió, así te puedo tener sólo para mí. Decía mi amigo besando a Sofía.

-Siii, echaba muchos de menos esto. Me fascina estar contigo. Respondía mi madre acariciando el cuerpo de Carlos y besándolo en el cuello.

-¿Qué hora es? Preguntó de repente Sofía asustada.

-Las 7:30 ¿Por qué? Respondió Carlos.

-Ricardo me va a pasar a buscar a las 8:00. Mi madre se levantó rápidamente de la cama.

-Ahggg. Porque no le dices que no puedes salir, que tienes que hacer algo, no sé inventa algo. Reclamó mi amigo.

-No puedo mi amor, tenemos que ir a comer a la casa de unos amigos con los que nos habíamos comprometido, además, ya debe venir en camino. Respondió Sofía besándolo y dirigiéndose al baño para tomar una ducha.

Mi madre entró a la ducha y Carlos quedó unos momentos tendido sobre la cama. Luego de un rato se puso su bóxer y encendió el televisor. Sofía demoró sólo un par de minutos en la ducha y salió del baño. Sacó de su mueble unas braguitas tipo colaless rojas y un sostén del mismo color, luego se dirigió hacia su closet para buscar algo de ropa, tomó un jeans azul ajustado y un pequeño top naranja con el infaltable escote, y ¡que escote! Carlos no aguantó al verla así, se levantó semidesnudo y le dijo:

-Realmente eres exquisita. Ayudando a mi madre por detrás para amarrarse el top y sobajándole un rato las tetas.

-¿De verdad lo crees? Respondió Sofía con picardía.

-¿Qué si lo creo? Carlos la giró para besarla desesperadamente.

-¿Qué si lo creo? Repitió mi amigo. ¡Mira como me pones! La verga de Carlos estaba nuevamente dura como piedra.

-Ahh, por eso me encantas. Respondió mamá con otro beso.

-Sofy, no me puedes dejar así. Ricardo aún no llega, serán sólo un par de minutos. Mi amigo no aguantaba más.

-Está bien, pero sólo un poco.

-Vamos, si sé que también te gusta. Carlos tomó la cabeza de mi madre dirigiéndola a su miembro erecto.

Mi madre se arrodilló delante de él y se la comenzó a comer rápidamente. Mi amigo, como siempre, sólo alababa las habilidades mamadoras de Sofía, mientras se la metía cada vez más profunda y aumentando la velocidad parecía que se la follaba por la boca. Mamá seguía con su trabajo hasta que sonó su celular, ella aún de rodillas y pajeando con su mano a mi amigo cogió con la otra el aparato y contestó.

-¿Alo? Ya mi amor. Era Ricardo. Si estoy casi lista bajo en seguida. Sofía colgó el teléfono.

-Tengo que irme.

-Ohhh, Sofy no me puedes dejar así. Reclamó Carlos.

-Si sé mi vida, pero tengo que salir. Mi madre lo seguía pajeando velozmente.

-Ohhh, mira… con esto voy a acabar de inmediato. Mi amigo la levantó y rápidamente le quitó a mamá el gran cinturón que traía puesto bajándole los jeans y la tanguita hasta los muslos. Luego la aprisionó contra la pared y se la clavó por detrás.

-Viste que igual te gusta mamármela, estás toda mojada no me costó nada metértela. Señaló Carlos riendo.

-Eso Carlitos, no puedo aguantarme contigo. Me encanta comerte la verga y que me la claves. Mi madre movía sus caderas intentando seguir el veloz ritmo de Carlos.

-Viste que así me haces acabar luego, tu conchita estrecha me hace terminar como nadie.

-Te voy a dejar calientita para cuando bajes a juntarte con tu noviecito. ¿Pero él no te provoca esto, verdad? ¿No te calienta así?

-Nooo, mi vida, sólo tú me haces sentir así. Dame tu líquido, lléname toda.

-En todo caso no te preocupes, el cornudo ese no lo va a notar te lo voy a dejar ir profundo para que no te chorree, acá va.

-Siii, la siento, me matas

Luego de que Carlos terminara dentro de ella, Sofía se subió los jeans y las bragas rápidamente, se arregló un poco el pelo y bajó despidiéndose de mi amigo con un gran besote. Carlos quedó unos momentos tendido sobre la cama con una gran sonrisa, luego comenzó a ver televisión, cambiaba de canal en canal una y otra vez. Estuvo en eso un largo rato hasta que de repente observé como tramaba algo, se sentó a los pies de la cama y se dijo para si mismo con una sonrisa:

-Que gran idea, soy un genio. Esta noche voy a hacer sodomizar a la madre de Jorge como nunca en la vida y de paso voy a cumplir todas mis fantasías.

Se puso la polera y se dirigió al mueble donde mamá guardaba su ropa interior y empezó a revisarlo. Mi amigo cantaba y se hablaba a si mismo mientras hurgueteaba con paciencia el lugar mirando con excitación algunas prendas que dejaba a un lado, entre estas habían unas braguitas minúsculas, algunos eran colaless y otros simples hilos dentales de diversos colores que apenas debían cubrir una pequeña parte del culote de mi madre, y algunos brassiers de lencería. Luego de seleccionar un par de conjuntos fue al closet donde también, luego de revisar unos momentos, retiro algunas prendas de ropa, entre las que se encontraban unas faldas más cortas de lo normal, pequeños petos, todos con el típico gran escotes que caracterizaba la vestimenta de Sofía. Después de esto, Carlos comenzó a hurguetear el lugar donde mi madre guardaba los zapatos, desde donde también apartó un par de sandalias negras de tacón aguja. Tras decidirse finalmente por un atuendo mi amigo guardó el resto de ropa y se volvió a tender en la cama:

-Como voy a gozar hoy. Cantaba Carlos con un ánimo increíble.

Aproximadamente a las 10:30 retornó Sofía.

-Que aburrido, estaba desesperada por venirme, ya no aguantaba más. Lo peor es que mañana tenemos que ir a almorzar a la casa del jefe de Ricardo. No sé cómo voy a soportar tanto aburrimiento, pero bueno. Señaló mi madre apenas entró al departamento.

-¿Carlos? ¿Dónde estás? Preguntó mamá.

-Acá preciosa en la pieza, te he estado esperando, menos mal que volviste luego.

-¿Me estuviste esperando? Yo también mi amor, estaba desesperada por verte. Sofía se dirigió a la pieza.

-¿Y esa ropa? Preguntó mi madre extrañada.

-La aparté para que te la pongas. Respondió Carlos con autoridad.

-¿Si? ¿Y por qué no me quitas la ropa mejor? Dijo Sofía con voz sexy.

-Eso también lo voy a hacer, pero quiero observarte con esa ropa. De sólo imaginarlo me vuelvo, te debes ver aún más exquisita de lo normal.

-Bueno, si eso te provoca lo hago sin ningún problema, me encanta excitarte.

Sofía se acercó a él y comenzó a besarlo, luego tomó la ropa y cuando se disponía entrar al baño para cambiarse, Carlos indicó que se cambiara delante de él que quería verla, mi madre rio y se ubicó delante de la cama.

-Eso es preciosa, hazme un pequeño striptease. Señaló Carlos tocándose el miembro.

-¿Así está bien? Poco a poco mi madre comenzó a quitarse la ropa comenzando por la chaqueta.

-Muy bien, sin embargo, hace falta música. Carlos volvió a encender el televisor y seleccionó un canal de reggaetón que hay en la TV cable.

-Así está mejor. Mi amigo se acomodó bien sobre la cama y comenzó a sobarse el paquete.

-Jajaja… ¿Y tengo que bailar también? Decía Sofía manteniendo el tono sexy.

-Si, baila para mi, muévete, eso.

Y así lo hizo, mamá comenzó a quitarse la ropa de manera muy sexy bailando al ritmo del reggaetón, luego de quitarse la chaqueta siguió con el top quedando solamente con el brassier. Con sexys movimientos continuó su baile sacándose los zapatos y desabotonándose los jeans, los que poco a poco empezó a bajar dando la espalda a Carlos, el cual desde su posición privilegiada podía observar el culazo de Sofía en todo su esplendor. Siguió bailando en ropa interior hasta que mi amigo le dijo:

-Toda la ropa. Ahí también te dejé un corpiño y la tanguita que quiero que uses.

Sofía sonrió de nuevo y se quitó el brassier, luego se volvió a girar para bajarse lentamente las bragas de espaldas a Carlos. Sin dejar de moverse al ritmo de la música tomó la pequeñísima tanguita blanca que mi amigo había dejado para ella y se la puso lentamente, luego siguió con el corpiño que apretaba bien sus tetas. Continuó con la mini falda negra que resaltaba sus hermosos muslos y obviamente su gran culo, terminó con un top, el cual le costó trabajo ponerse, ya que era ajustadísimo. La ropa que mi amigo había elegido le marcaba muy bien la figura a mi madre y resaltaba todos sus atributos. Debo reconocer que se veía muy excitante.

-¿Está bien así Carlitos? Preguntó mamá sin dejar de bailar.

-Te ves excelente, preciosa, sabía que esa ropa era perfecta para ti.

-¿Realmente lo crees? Preguntaba Sofía con clara ironía.

-Me tienes duro, está que revienta y todo gracias a ti. Carlos se bajó el bóxer desde donde saltó su miembro empalmado.

-Ohhh, ¿De verdad te causo eso, Carlitos? Seguía Sofía riendo.

-Esto y mucho más Sofy, eres increíble. Mi amigo se tomó la verga y comenzó a pajearse.

-¿Te gusta mi cuerpo?

-Me fascina, eres exquisita. Respondía Carlos.

-¿Estoy mejor que tus amiguitas? Sofía continuaba con las preguntas claramente se estaba excitando.

-Mejor que cualquiera, tu figura es preciosa y es toda mía.

-Toda tuya, mi amor, soy toda tuya. Mi madre se había comenzado a tocar por sobre la ropa.

-Realmente eres la mejor Sofy, la mejor. Carlos continuaba masturbándose.

-¿No quieres que te ayude con eso, mi vida? Sofía gateando sobre la cama se ubicó sobre mi amigo.

-¡Ven acá! Mi amigo tomó a mi madre, le levantó un poco la mini y apartándole el colaless, la ubicó sobre su verga erecta.

Sofía emitió un gemido seco y comenzó a cabalgarlo. Carlos la tomaba del trasero siguiendo su ritmo, la música seguía sonando:

-Me encanta como lo haces, viste que eres una experta. Señalaba mi amigo.

-Tú me pones así.

-Eres la mejor, Sofy, ohhh, la mejor zorrita que me he follado.

-Me encantas. Replicaba mi madre besándolo desesperadamente.

Sofía continuaba montada sobre Carlos moviéndose rápidamente, apoyando sus manos en el pecho de mi amigo, quien la tomaba fuertemente de las nalgas y la cintura guiando su cabalgar. Con cada penetración mi madre echaba la cabeza hacia atrás cerrando los ojos y emitía sendos gemidos de placer a lo que seguían grandes besos en la boca y cuello de su amante. Luego de un rato, Carlos le pidió a mamá que se quitara el top y el brassier, ella obedeció y con gran maestría quedó semidesnuda sobre él sin dejar de cabalgarlo. Mi amigo comenzó a comerle las tetazas a lo que Sofía respondió soltando su largo cabello y curvando su cuerpo hacia atrás afirmando sus manos sobre los muslos del muchacho, todo esto acompañado de continuos gemidos La imagen desde mi posición era magnífica, mi madre era una verdadera experta del sexo.

-Que tetas que tienes Sofy. Carlos no dejaba de magrearle y besarle los melones.

-¿Te gustan? Respondía mi madre entre gemidos.

-Son hermosas y esto también me encanta. Decía mi amigo acariciándole la cintura.

-Siii, dame más

-Y esto también me gusta. Carlos le introducía un dedo en la boquita que Sofía no demoró en chupar.

-Ohhh, uhhh, sigue

-Pero esto es lo que más me fascina. Decía Carlos agarrándole firmemente el culote.

-Me mata como me tocas. Mi madre estaba en un verdadero limbo de placer.

-En realidad me gustas completa, cada parte de tu cuerpo, completita para mi.

-Soy toda tuya, mi vida. Tú también me fascinas, me encanta como me haces sentir.

Ambos continuaron así durante unos instantes, Sofía poco a poco había comenzado a sudar, se mordía los labios y se sobajaba las tetas, luego besaba apasionadamente a Carlos. Por su parte, mi amigo seguía magreándole las tetas y el culo. Estuvieron cogiendo así durante unos veinte minutos más hasta que mi amigo se detuvo y tomando a Sofía de la cintura la recostó en la cama:

-Te dije que se me había ocurrido una idea para que pudieras disfrutar de toda mi verga. Señaló Carlos besándole el cuello y la oreja.

-Verdad, mi amor, ¿qué me vas a hacer? Preguntó mamá con una voz ganosa.

-Una vez me follé a una muchacha que tenía el mismo problema que tú. Decía mi amigo quitándole la falda y la tanguita dejándola totalmente desnuda.

-¿A si? y ¿Qué hiciste? ¿Cómo lo solucionaste?

-Comencé a averiguar y descubrí una técnica infalible. Mi amigo seguía besando todo el cuerpo de Sofía.

-¿Cuál? ¿Y funcionó? Dijo mi madre.

-Sí, funcionó perfecto después de utilizarla la chica pudo recibir todo mi miembro y su conchita quedo abierta para tragarse cualquier verga, ahora me ha dicho que disfruta mucho más que antes. Carlos le metía dos dedos a mi madre en el coñito.

-¿Y cuál es? ¿Qué se necesita? Preguntaba Sofía entre gemidos.

-Sólo necesitamos una gran verga y una conchita bien húmeda, parece que lo segundo ya lo tenemos…jajajaja ¿verdad?

-Y lo primero también, mi vida.

-Cumplimos con los dos requisitos entonces.

-¿Y cuál es la famosa técnica? ¿Qué me vas a hacer? Preguntaba Sofía impacientándose.

-Tú sólo déjame a mí. Preocúpate sólo de gozar que después de hoy este coñito no volverá a ser el mismo.

-Hazme gozar mi amor.

Carlos se ubicó frente a mi madre y tomándola de las caderas la dirigió hacia su verga, poco a poco comenzó a penetrarla. Con cada centímetro que avanzaba los gemidos de Sofía aumentaban. Cuando tenía un poco más de la mitad de su miembro dentro de mamá empezó a realizar lentos movimientos circulares en su coñito, a medida que hacia esto introducía un poco más su vergón. Estuvo en eso durante largo rato con sus movimientos circulares y sacando y metiendo su miembro. Mientras hacía esto le preguntaba a Sofía:

-¿Lo sientes?

-Siii, mi amor, cada vez lo siento más adentro.

-Está abriéndose camino…jajajaja.

-Ohhh, tu miembro es enorme.

-Eso Sofy poco a poco comienzas a abrirte.

Luego de eso, mi amigo continuó con su labor, pero aumentando gradualmente sus movimientos, lo que aumentaba la excitación de Sofía, quien cada vez gemía con más fuerza y pasión. Después de otros diez minutos así, pude observar un gesto de satisfacción en la cara de Carlos, quien miró a mi madre y le dijo:

-Ya lo has logrado. Has abierto tu coñito, tienes toda mi verga dentro. ¿La sientes?

-Siii, mi amor.

-Parece que no la sientes muy bien, ¿A ver ahora? Carlos le sacó la verga y se la introdujo toda de una vez.

-Ahhh. A Sofía prácticamente se le salieron los ojos y emitió un grito espantoso.

-¿Parece que ahora si la sentiste bien? Voy a comenzar con la segunda parte del tratamiento. Carlos sonreía y empezó con nuevos movimientos.

-Ohhhh. Mi madre sólo gritaba con cada embestida de mi amigo.

Carlos le sacaba la verga completa para luego introducírsela toda de una vez, en un principio los gemidos de mi madre eran una mezcla de placer y dolor, pero a medida que mi amigo aumentaba la velocidad y rudeza de su penetración, el coñito de Sofía se agrandaba adecuándose a su verga y haciéndola sentir un placer único. El muchacho estuvo un rato haciendo "la segunda parte del tratamiento", sacándosela y penetrarla con mayor rapidez y profundidad y realizando unos veloces movimientos circulares de cadera hasta que logró su cometido.

-Parece que ya está. Señaló Carlos sacando su miembro y mirando el coñito de mamá.

-Oh, mi amor, lo tengo completamente abierto.

-Deberías ver este espectáculo… jajajaja, sabía que ibas a poder adecuarte a mi verguita. Ahora vas a poder gozar de todo mi palo.

-Siii, mi vida, métemela toda, por favor quiero sentirla dentro.

-Desde hoy tu conchita va a estar preparada para recibir cualquier miembro. Decía Carlos con rostro orgulloso por la labor cumplida.

-El tuyo es el único que quiero tener, mi amor. Vamos, ya no aguantó más.

-Ahora si que vas a gozar.

Mi amigo se ubicó sobre mi madre, le levantó las piernas y se las puso sobre sus hombros, la curvó un poco hacia delante y se clavó hasta el fondo. Sofía gemía como desesperada y le clavaba las uñas en la espalda y trasero. Carlos emitía una especia de "rugidos" a medida que continuaba con sus movimientos brutales, la cama crujía muy fuerte parecía que se iba a desarmar, mi amigo seguía con su violenta penetración que provocaba una sensación única en mamá quien se agarraba firmemente de él, abrazándolo y gritando de pasión.

-Viste que ahora entró mejor.

-Siii, mi vida, que grande la tienes.

-¿Está mejor así, la sientes mejor?

-Me encanta, la siento muy profunda.

-Eso es, hasta el útero… jajaja. Replicaba Carlos riendo y observando fijamente el rostro desesperado de mamá.

-Métemela toda, que goce.

-Ahora si que estás disfrutando de una verdadera verga.

-Me fascinas, me encanta tu verga. Nunca me había sentido así. Mamá apretaba la almohada detrás de ella con una fuerza increíble.

-¿Te gusta hasta el fondo, verdad? ¿Viste que es mejor así? ¿Viste que funcionó?

-Me matas, que grande la tienes. Sofía lo aprisionó con fuerza lo que demostraba que se había corrido.

-Ohhh, me encanta follar contigo Sofy. Carlos seguía saltando sobre mi madre aumentando su velocidad.

-Me fascinas Carlitos, me lo haces tan bien, me haces gozar como nadie.

-Como hemos abierto tu estrecha conchita, cada vez me apresa menos, ahora la estás recibiendo toda, a este ritmo no podré aguantar mucho más, siempre me haces acabar tan rico.

-Dale, mi amor, acaba dentro de mi coñito abierto, me lo has adecuado a tu vergón ahora déjame sentir tu leche bien profundo.

-Con tanto semen que te estoy dando vas a quedar preñada. Decía Carlos riendo y clavándosela más y más rápido.

-Me encanta sentir tu lechecita calientita dentro de mi. Replicaba mamá.

-Ahora la vas a sentir directamente en tu útero, te voy a llenar toda. Mi amigo echó la cabeza hacia atrás y se la clavó lo más profundo que pudo dejando ir todo su semen dentro de mi madre.

-Oh, la siento tan adentro, me llena completa. Esas fueron las últimas palabras de Sofía.

Después de que ambos soltaran sendos gemidos de placer, Carlos separó las piernas de mi madre dejándose caer sobre ella. Sofía lo abrazo con sus piernas y lo besó apasionadamente. Estuvieron un largo rato así hasta que mi amigo se bajó de mi madre y quedó tendido al lado de ella:

-¿Viste que iba a funcionar la técnica? Preguntó Carlos notablemente agotado.

-Funcionó perfecto mi amor. Respondía mi madre besándolo.

-Jajajaja… nunca falla. Señaló mi amigo orgulloso.

-Carlos, ¿Por qué no te quedas esta noche conmigo?

-¿Quieres que me quede?

-Si, me encantaría que te quedaras.

Carlos la besó y le pidió el teléfono a mamá, llamó a su casa y le inventó una historia a su madre. Después de conversar un rato, el cansancio los venció y ambos se quedaron dormidos. Era ya pasado la una de la madrugada, yo esperé unos momentos y cuando noté que estaban profundamente dormidos salí de mi escondite y me dirigí a la casa de Rodrigo, en el camino no dejaba de pensar en la imágenes de que había observado y cuando llegué lo primero que hice fue masturbarme como desesperado. La verdad es que el morbo que me daba la relación de mi madre y mi amigo era un sentimiento incontrolable. Además, aún faltaba un día y ni siquiera podía imaginar lo que viviría al día siguiente.

Para comentarios o sugerencias me pueden escribir a [email protected].

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