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Mi linda amiga
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Tiempo de lectura: 3 minutos

Hoy mi travesía de conquista me lleva a una ciudad cercana a mi tierra natal, camino por sus calles y voy directo a un café muy entretenido, donde compartiré un momento grato con mi amiga Bárbara.

En ese local, ella trabaja, me recibe muy amablemente, con un “Hola” como siempre en su estilo un poco tímido y reservado: es una hermosa mujer joven, inteligente y muy fogosa, su vestimenta sensual me permite apreciar su cuerpo curvilíneo, unos pechos medianos, un culo rico, piernas contorneadas, dueña de una mirada penetrante y acogedora, me tomada de las manos y me acomoda en una silla, y me pregunta con su voz sensual y a la vez tímida:

-Dime cariño, qué te vas servir.

Yo un poco nervioso, le pido un agua mineral sin gas, y me pregunta si le invito una copa, “claro” le digo. “Gracia”s me responde y camina muy sensualmente a la barra, sabiendo que mi mirada, se pierde en su encantador cuerpo.

Vuelve, mientras me sirve el agua, me pregunta cómo he estado, y en ese momento pierde toda timidez y se acomoda a mi cuerpo y empieza acariciarme, me dice con una voz cariñosa y dulce:

-mi amigo, te extrañaba -sus manos recorren mi la espalda y hombros y yo correspondo ese gesto de cariño, abrazándola diciéndole, que también la había extrañado.

Mientras charlamos de lo que nos pasado, poniéndonos al día, nuestros cuerpo se empiezan a reconocer, ella se acomoda quedando a la altura de mi verga, que ya dura y caliente está encima de su vagina, “mmm” me dice con voz coqueta, uyy ya lo siento, mientras tantos mis manos y sus manos unidas se acarician, me las deja libre para poder acariciarla, comenzando por su espalda, hasta llegar lentamente a su suave culo, no me mido en caricias y masajeo suavemente, mis dedos juegan, siguiendo el contorno de sus prendas sensuales, mientras ella se contornea un poco más y me abraza, escuchando levemente sus gemidos en mi oído.

Se aparta un poco, me da esa mirada penetrante y encantadora, y me da su espalda, dejando a mi disposición su culo, que aprieta y mueve en mi verga, “mmm que rico! se siente” le digo, “me encanta tu culo”, le susurro al oído, se ríe coqueta y le pido que se aleje un poquito para apreciarlo, luego nuevamente la traigo a mi cuerpo y punteo un momento más, meneando ella, su cola muy rítmicamente, con música de reggaetón de fondo ¡Vaya que placer!.

Nos detenemos un momento para charlar, mientras bebemos nuestras bebidas, quedamos abrazado, aprovechó de oler su exquisito perfume, mirar y acariciar su linda carita, juego con sus collares que cuelgan de su cuello; ella me acariciaba mi cabello y me celebra lo bien que me veo, me dice:

-estás hecho un maduro rico, que no aparento la edad que tengo…

Yo la sigo mirando extasiado por su belleza y verla en ese local, medio oscuro y la vista de sus compañeras que esperan a más clientes… me pone caliente, la posibilidad de ser mirados, mientras estamos tocándonos.

La miró fijamente, acarició sus hombros y mientras vuelvo a jugar con sus collares, ella toma mis manos y la pone en sus pechos, tiene una prenda que me permite tocar sus pezones y apretarlos suavemente, mi verga vuelve a endurecerse y ella muy discretamente lo acaricia por encima de mi pantalón, diciéndome al oigo: un cariñito para él, yo solo atino a cerrar los ojos y dejar que lo acaricie el tiempo que desee.

Luego de esas caricias ambos extasiados y ardientes, sigue apretándose a mí ahora hago palpitar mi verga en su vagina y a ella le encanta y me dice “uyy que rico!! Ya me mojo!”. Se la hago palpitar un poco y me abraza y vuelvo a escuchar sus gemidos en mi oído. La apretó nuevamente, pero ahora mis dedos buscan, siempre por encima de su ropa el botoncito del placer, su clítoris tentador que me ella me indica con un suspiro, que ya lo encontré, lo apretó suavemente, mientras observo su carita de caliente mientras la sigo frotando, ella nuevamente me corresponde y me acaricia mi verga que sigue dura y caliente por ella, creyendo darles un rico espectáculo a sus compañera, que seguramente deberían estar mirando.

Terminamos en un rico abrazo y seguros que ambos la pasamos muy bien, dejamos una promesa de vernos en otro momento para terminar lo que estamos empezando.

Pero esa historia, espero contarles pronto.

Atte.

Pirata el Guapo.

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