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Mi hijo y yo
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Tiempo de lectura: 8 minutos

Hola, me llamo Clara, tengo 54 años cumplidos hace unos días, estoy casada, tengo tres hijos, dos chicos y una chica y trabajo como limpiadora en un centro público. Físicamente soy rellenita, aunque dicen que tengo unas buenas tetas y un buen culo.

Los que hayan leído mi anterior relato sabrán como me lo hice con el sobrino de mi marido, y era una relación a la que no estaba dispuesta a renunciar, se me ocurrió que para evitar problemas con su madre, mi cuñada, igual era bueno que ella se lo hiciera con mi hijo mayor, que parece sentir debilidad por las mujeres maduras, lo que ellos no sabían es que mientras ellos lo hacían en la piscina de su chalet, mi sobrino y yo les grabábamos desde el piso superior del mismo, así si mi cuñada se enteraba tendría con que defenderme.

Lo que yo no esperaba es que eso tuviera consecuencias para mí, viendo la escena de como follaba mi cuñada con mi hijo comencé a fijarme en su polla, y en su cuerpo en general, y comencé a tener fantasías con él, y yo soy una mujer a la que no la gusta que las fantasías se queden solo en eso.

Una tarde mi hijo y yo estábamos solos en casa, como era el mes de agosto y hacía mucho calor, yo llevaba una bata de andar por casa muy corta y escotada, mientras hablábamos de cosas banales procuraba que la bata se deslizara por mis muslos lo más arriba posible, dejando ver cada vez más y de otro lado intentaba que mi escote se abriera, note como mi hijo se empezaba a finar en mí.

Decidí preguntarle por sus aventuras, siempre hemos tenido mucha confianza y me empezó a contar lo de mi cuñada, y también a hablarme de sus deseos de tener aventuras con las madres de sus amigos en esos momentos le interrumpí y con la voz más sensual que pude le dije:

–Mi amor, eso será otro día, pero hoy quiero que sea conmigo.

Y llevé mi mano hasta su polla que abultaba sobre unos pantalones cortos, después se los quité y los mismo hice con su short, me arrodillé delante de mi hijo y le dije:

–No me extraña que tu tía y otras mujeres maduras estén loquitas por esta polla pero hoy va a ser para mí.

Y arrodillándome delante de él llevé mi boca hasta ese lindo miembro, lo recorrí con mi lengua, mi hijo comenzó a jadear mientras decía:

–Pero mamá ¿Qué me haces?

Pero se le veía que estaba rendido que quería hacerlo conmigo.

Después de lengüetearle la polla me pareció que era el momento de metérmela en mi boca, sus jadeos se hicieron más intensos, mientras yo seguía chupándosela, la verdad es que el hecho de que fuera la de mi hijo le daba mucho más morbo al asunto, su polla me resultaba muy especial y seguí chupándosela, en esos momentos recordé algo que a su padre le encanta, aunque le da vergüenza reconocerlo, e introduje uno de mis dedos en el interior de su culo.

Mi hijo se hizo el despistado como si nada hubiera cambiado siguió disfrutando de mis mamadas, mientras yo seguía sintiendo algo muy especial, de alguna manera era como volver a follar con mi marido cuando era más joven y tenía más vigor, mi boca seguía jugando con su polla, hasta que el jadeo mucho más fuerte y dijo:

–Mama que me corro.

E inmediatamente un torrente de semen salo de su polla, intenté tragármelo todo, pero no pude evitar que una parte se escapara de mi boca y regara mi cuerpo.

–Mama, ha sido estupendo, dijo él, pero somos madre e hijo, ¿No te parece que lo que estamos haciendo está mal?

–Cariño, le contesté yo, estaría mal si eso afecta a nuestras vidas, pero, aunque yo folle contigo seguiré haciéndolo con tu padre, y tú, además de con tu tía, lo harás con otras maduras, yo te ayudare, hasta que encontremos una buena chica que me haga abuela, jajaja, este será nuestro secreto.

Mientras le decía esto con mis manos acariciaba su polla que se recuperaba, en esos momentos él me dijo:

–Está bien mama, este será nuestro secreto, pero quiero pedirte una cosa, déjame chuparte las tetas igual que cuando era niño, no lo recuerdo, pero me apetece.

–Claro que, si cariño, le dije yo, mama no te puede negar nada.

Me desabroche la bata, el me la tiró al suelo, no llevaba sujetador por lo que me quede con una tanga de color rojo, mi hijo al ver mis tetas al natural se quedó como hipnotizado:

–Me encantan mama, me dijo

–¿Más que las de tu tía?, dije yo dibujando una sonrisa en mi cara que indicaba a mi hijo que estaba bromeando.

–Mucho más, dijo él.

–Jajaja, lo que sois capaces de decir los tíos por echar un polvo dije yo, y añadí, venga chúpamelas.

Él muy obediente llevó su boca a mis pezones y comenzó a besármelos, después me dio unos pequeños mordiscos y se introdujo uno de ellos en su boca.

–Amor lo haces muy bien, dije yo.

Él estuvo chupando mis pezones un rato, hasta que llevó una de sus manos a mi tanga y tocó mi coño por encima de él, le notó húmedo, después metió su mano por debajo de este y con un movimiento rápido me dejó desnuda, yo a él le tenía desnudo de cintura para abajo, pero quería verle completamente desnudo, así que le subí la camiseta que llevaba y se la quité, había visto el pecho de mi hijo desnudo muchas veces, pero verle a él completamente desnudo me pareció un dios.

En ese momento él también me miro completamente desnuda, era la primera vez que veía, o al menos eso creo, mi coño, yo lo llevo peludo, pero en estos momentos en que mi actividad sexual estoy dudando sobre afeitármelo. Como decía sentí que él miraba mi coño peludo, y me dijo:

–Mama me dejas comerte el coño, me apetece mucho, además quiero que me ayudes a mejorar mi técnica.

–Por supuesto cariño, dije yo, las madres estamos para educar a nuestros hijos, también en el terreno sexual.

Me senté en el sofá con las piernas bien abiertas, mi hijo se arrodilló ante mí y acercó su cabeza a mi coño, y después introdujo su lengua en mi interior, a su padre no era algo que le agradara mucho, bueno de jóvenes si lo hacíamos, aunque para ello me obligaba a llevarle bien depilado, pero de casados el perdió el interés por hacerlo, y yo por afeitármelo.

Sentir la lengua de mi hijo dentro de mí me hizo recordar mis tiempos de joven, pero era algo muy especial, el me demostraba que bueno, aunque se pudiera mejorar algo, era un buen comedor de coños, desde luego se lo podría dejar a alguna de mis amigas, jajaja. Agarré su cabeza y la aplasté contra mi coño, el siguió comiéndomelo, el muy cabron me hizo correrme tres veces, hasta que decidí que se había ganado el premio mayor, bueno el segundo mayor y apartándole su cabeza de mi coño le pregunté:

–Cariño, ¿Cómo vas de condones?

Él se quedó un poco sorprendido y dijo:

–Bien, me quedan unos cuantos.

–Pues dado que yo te los compro es justo que yo pruebe alguno, le dije:

El desnudo se fue a su cuarto y volvió con el paquete.

–Si tú quieres mama, vamos a usar más de uno, me dijo.

–Claro que quería, le hice tumbarse en el suelo, después me tumbé a su lado y sacando mi lengua de la boca comencé a lamérsela y a darle besitos en la polla, el comenzó a jadear y su polla se puso durísima, lo que aproveché para colocarle el condón y se la meneé un poco mientras le decía:

–¿Así que esto es lo que ven las mujeres antes de que te las folles? No me extraña que se vuelvan locas.

Me puse de rodillas encima de mi hijo y enchufé su polla con mi coño, y me la fui introduciendo despacito al principio, sentir la polla de mi hijo dentro de mí me proporcionó algo especial que no había sentido ni con su padre, ni con ningún otro hombre, era un calor y una sensación muy especial.

–El por su parte comenzó a jalear s ve que mi niño estaba gozando, el me dio:

–Mama esto es increíble, estoy disfrutando contigo más que con ninguna otra chica.

–Mi amor me encanta que me digas eso, pero el asunto es que disfrutes a tope con cada mujer que estes.

Yo seguía jugando con la polla de mi hijo, quería que fuera verdad que conmigo disfrutaba más que con ninguna, el llevó sus manos a mis tetas.

–Tienes las mejores tetas que he visto mama.

Las palabras de mi hijo me regalaban el oído, y aunque supiera que eran fruto de un momento de placer hacían sentirme feliz, seguí moviendo su polla dentro de mi coño para darle todo el placer del mundo hasta que mi hijo gritó:

–Me corrooo mamá.

Y noté como su leche salía de su polla, aunque fuera dentro de un condón, en esos momentos, yo había tenido varios orgasmos, me salí y le besé dulcemente en la boca, mientras le decía:

–Mi amor me has hecho muy feliz.

Después con mi mano le quité el condón, aunque tenía ganas de una cosa muy especial e hice que su leche cayera en mi cuerpo. Y después me lo restregué, quería que el semen de mi hijo pasara a formar parte de mi cuerpo, en esos momentos dije:

–Es una buena inversión lo que gasto en tus condones.

En esos momentos mi niño me hizo una nueva petición:

–Mama quiero tener mi polla entre tus tetas, ¿Me dejarías?

–Por supuesto mi amor, le respondí

Me tumbé en el suelo y mi hijo se puso encima de mí, y a continuación puso su polla arrugada entre mis tetas. Yo aprovechando que, en parte por los kilos que tengo demás mis tetas las apreté de manera que la polla de mi hijo se quedó entre ellas como si se tratara de un coño, el comenzó a moverse como si de uno se tratara hasta que su polla recuperó todo su vigor, en esos momentos mi hijo me pidió:

–Mama quiero que volvamos a follar, pero esta vez quiero ser yo quien me ponga encima, quiero que veas que soy un hombre y hacer que me veas como a todo un macho.

Por supuesto le dije que sí, me tumbé en el suelo y me abrí bien de piernas mi hijo se puso el condón, después introdujo dos de sus dedos en mi coño y los meneo en mi interior un rato, y vio que yo estaba muy húmeda, me restregó su polla por la zona de mi coño, para endurecer aún más su polla y cuando a sintió a punto introdujo su polla dentro de mi coño mientras me decía:

–Adoro tu coño mama, me encanta es tan caliente, más que ningún otro de los que he probado.

Se movía dentro de mí con mucha pasión se le notaba que era un macho buen follador de los que pueden volver loca a una mujer, me di cuenta de que iba a querer repetir, aunque supiera que no era para mí, sino que iba a ser una de tantas que disfrutara de esa polla.

Acordonándome de lo que él me había ello, levante mis manos y le acaricié le pecho, tenía un hijo tan bello, mientras pensaba esto sentía su polla moverse en mi interior, tuve varios orgasmos seguidos, el hecho de que él me llamara mama mientras follábamos le daba morbo al asunto a la vez que parecía una nueva forma de demostrar el amor entre una madre y un hijo.

Al cabo de un rato él me dijo, nuevamente:

–Mama, me corro.

–Hazlo, cariño, dije yo, pero echa tu leche encima de mi barriga.

Sentí como, aunque fuera dentro de un condón, mi hijo se corrió dentro de mí, después se salió, y al quitarse el condón su semen, que, pese a llevar ya varias corridas continuaba siendo muy abundante, cayó sobre mi barriga, yo le pedí que me lo restregará por ella, y él lo hizo. Tras ello nos volvimos a besar, él me dijo:

–Mama te adoro, seré solo tuyo.

Le insistí en cómo debía de ser nuestra relación era fabuloso lo que en esos momentos estábamos experimentando, pero eso no nos debía evitar tener contacto con otras personas que, sin duda nos iban a hacer pasar ratos maravillosos y le volví a recordar lo de que debía hacerme abuela.

En esos momentos mi hijo me volvió a sorprender con otra petición:

–¿Mama me das tu culo?

Por supuesto no le iba a negar nada a mi príncipe, así que le dije:

–Por supuesto cariño es todo tuyo, ¿lo has hecho alguna vez por ahí?

El me confesó que poquitas veces, con alguna amiga muy calentona.

–Pues hoy tu amiga calentona seré yo, le dije:

Me puse a cuatro patas y él se colocó detrás de mí, primero me acaricio el culo y me dijo:

–Mama, tienes el mejor culo que he visto.

Después comenzó a darme besitos en él, y después me restregó la polla para ponerla bien dura, y por último se puso detrás de mí, y me la metió muy despacito, parecía que tenía miedo de hacerme daño.

–Tranquilo cariño, no soy virgen tampoco por ahí, le dije.

Parece que mis palabras le animaron a follarme de una manera más decidida, comenzó a moverse con más fuerza, como con rabia, era un ritmo que me encantaba, pero deseaba que mientras hiciera otra cosa y le pedí:

–Cariño, sigue así, pero me encantaría que además metieras tus dedos dentro de mi coño.

Él me hizo caso y sentí como sus dedos se movían en mi interior, en esos momentos sus dedos me masturbaban, mientras su polla me sodomizaba, mi mente se fue a una de mis fantasías nunca realizadas, hacerlo con dos tíos a la vez. Pero la realidad no era menos agradable, mi hijo me estaba volviendo loca, me corrí varias veces, el con sus dedos dentro de mí lo notaba.

En un momento dado sin sacármela del culo, después de una de mis corridas, llevó sus dedos a la boca y los chupo, gimió y dijo:

–Esta delicioso, mama.

Siguió atacando mi culo, hasta que no pudo más y se corrió, mi culo se llenó de su leche, hubiera seguido follando con él, pero se nos estaba haciendo tarde, sus hermanos podían llegar en cualquier momento y poco a poco fueron llegando, así como mi marido, preparé la cena, y nos pusimos a cenar, durante la misma mis fantasías se dispararon, me imaginaba a mi haciéndolo con mi otro hijo, o con los dos juntos, o a mi hija haciéndolo con sus hermanos, ¿Y por qué no con su padre?

Pero algo me devolvió a la realidad, sentí como un pie poco a poco se deslizaba a lo largo de mis muslos hasta alcanzar mis bragas, mientras pensaba esto veía como mi hijo, mayor con el que acababa de follar me sonreía de una manera especial.

Y no se si fue un sentimiento de culpa, pero esa noche cuando estaba en la cama con mi marido, me lance sobre él y follamos de una manera muy intensa

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5 COMENTARIOS

  1. Ufff clarita eres toda una tentación hermosa y sabrosa sabes q suerte tiene tu hijo f haberte cogido y haberte dado una buena ración de sexo anal y vaginal y ahora el te va tener cuidado y te mantendrá bien activa y suerte d tus vecinos q te conozcan y te admiren por tu hermosura y curvas peligrosas y te llenen d halagos.

  2. Que ricura. me encanto, y aunque soy mayor y ya no tengo ese chance, pienso que es lo mas lindo que puede haber sexualmente. felicitaciones. DGV

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