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Mi hijo y la cincuentona Diana
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Tiempo de lectura: 8 minutos

Los que hayan leído mis anteriores relatos saben que tengo relaciones sexuales con mi hijo mayor con quien comparto las experiencias que tenemos cada uno, en uno de mis anteriores relatos les conté como mi hijo había tenido relaciones con la madre de un amigo, que había resultado ser una mujer muy abierta, aunque a diferencia de nosotros no practicaba en incesto, aunque quizá a esto haya que darle solución, el asunto es que después de su primer encuentro con ella mi hijo recibió un mensaje de ella para que fuera a conocer a una amiga, y mi hijo, por supuesto aceptó y esta fue la aventura que vivió, según me la relató:

Mar me dio la dirección de su amiga Diana y me dijo que con ella también lo pasaría estupendamente, la llamé y quedamos, cuando llamé a su casa y entre ella me recibió con una blusa de quedaba ver que no llevaba nada debajo, y una minifalda negra cortita, era una mujer cercana a los sesenta, pero magníficamente conservada, pelirroja, me invitó a pasar y nos sentamos en el sofá, ella me dijo:

-Mi amiga Mar me ha dicho de ti que eres un joven muy ardiente, que además sabe lo que se hace con su herramienta.

Y sin dejarme reaccionar llevó su mano a mi polla y comenzó a acariciármela, esta se me puso dura y Diana al darse cuenta me pidió;

-Ponte de pie.

Lo hice y ella llevó su mano a mi bragueta y primero me acaricio la, después me desabrochó, y lo dejó caer, hizo lo mismo con mi short, mi polla se quedó al aire, completamente empalmada, ella al verla dijo:

-Desde luego Mar lleva razón, tienes una polla impresionante, a ver si sabes manejarla bien.

Pero lo que hizo en se momento fue agarrarla con una de sus manos, mientras con la otra me acariciaba mis testículos y el resto de la zona, así estuvo un rato hasta que se la metió en la boca y comenzó a chupármela, lo hacía con ganas y con una técnica muy depurada, ósea se la notaba que tenía mucha experiencia, pero al ver sus tetas, decidí que no quería ir tan rápido, la pedí que se pusiera de pie y la quité la blusa, confirmando mis impresiones de que no llevaba sujetador, y me parecieron tan apetitosas que se las chupe, ella comenzó a gemir y dijo:

-Que bien la chupas mi amor

Yo seguí chupándola, pero no me conformé con eso, llevé mi mano a su culo y se lo acaricié durante un rato, después busqué su cremallera y se la desabroché, la falda cayó al suelo, en ese momento ella estaba completamente desnuda y yo solo llevaba una camiseta, ella me hizo quitármela, los dos estábamos desnudos.

Ella se arrodilló de nuevo y comenzó, nuevamente a chupármela, aunque con una de sus manos se acariciaba una de sus tetas, esto me resultaba muy erótico, mi polla estaba a tope, mientras ella jugaba con esta con verdadera maestría, la verdad es que la muy zorra sabía chuparla divinamente, y siguió así hasta que vio que me iba a correr, en ese momento se la sacó de la boca y toda mi leche cayó sobre su cuerpo, yo pensaba que me había corrido muy deprisa, pero ella me dijo:

-Cariño eres de los machos que más han resistido mis mamadas.

En ese momento puso sus manos sobre sus tetas, que con las caricias de su dueña se pusieron aún más duras y al poco rato me dijo:

-Mi amor me ha contado mi amiga Mar que te encanta tener tu polla ente las tetas de una chica, aquí tienes las mías.

Y antes de que pudiera reaccionar, tenía mi polla dentro de ese rico nido que formaban sus pechos recibiendo una sensación muy agradable de calor, ante este estímulo mi polla se volvió a poner plenamente en forma, entonces ella se la sacó de este sitio, y me dijo:

-Mi amor creo que en mi cama estaremos mejor.

Me cogió de la mano me llevó a su cuarto y me ordenó tumbarme sobre la cama, todo ello con sus manos acariciando mi polla cuando estuve en la posición que ella me había pedio, vino hacia mí y se sentó de espaldas a mí, dejando u coño muy cercano a mi polla, y sin soltar esta fue acercando su coño hasta que nuestros miembros se juntaron, y ella hizo que mi polla entrara en el interior de su coño.

Comenzó a moverse, sabía llevar un ritmo delicioso, se la notaba que tenía mucha experiencia, e tuvo un rato en esa posición, hasta que decidió darse la vuelta, y siguió cabalgándome, pero en esos momentos tenía a sus dos maravillosas tetas encima de mí y no puede evitar la tentación de acariciar sus tetas, ella dijo:

-Mar lleva razón sabes cómo acariciarle las tetas a una mujer, tus caricas me vuelven loca.

En esta postura siguió cabalgándome durante un rato, había veces que yo sentía que me iba a correr, pero ella, como adivinando mis pensamientos paraba un momento y cuando me veía más calmado me volvía a cabalgar, al cabo de un rato dijo:

-Estoy cansada, cambiemos de postura.

Se tumbó en la cama, de lado y me pidió que me pusiera yo también de lado, detrás de ella y desde esta postura, se la metí, de nuevo en su coño, yo me puse a llevar el ritmo, ella me dijo:

-Lo haces muy bien, mi amor, sigue así.

Ahora era yo quien llevaba el ritmo, pero ella seguía manteniendo el control, así cuando sentía que me iba a venir me hacía parar, pero nuevamente se cansó de esta postura y me pidió sacársela.

Lo hice y ella se puso boca abajo, levantó sus piernas, por lo que su coño quedaba al aire, mientras sus pechos y su cara se pegaban a la cama, yo me puse de rodillas detrás de ella, y desde esta postura volvía a entrar en su paraíso del placer, desde luego Diana tenía un coño delicioso muy agradable de follar.

Mi polla empezó a cabalgarla, ahora sentía que era yo quien controlaba, completamente la situación, ella me dijo:

-Amor, tienes una polla divina, de las que pueden volver loca a cualquier mujer.

Ella sí que me estaba volviendo loco a mí de placer, adoraba a esa mujer y seguí penetrándola, comprendiendo porque me gustaban tanto las maduras, saben mucho más que las chicas de mi edad.

En ese momento sentí que no podía más y me corrí, mi leche inundó completamente su coño.

Ella se vino hacia mí, y me beso de manera apasionada, dándome las gracias por la tarde tan maravillosa que estaba pasando, después se arrodillo ante mí y colocó mi polla que en ese momento estaba muy arrugada entre sus tetas y las apretó, era como si sus tetas se hubieran transformado en un coño, ante este contacto mi polla se empezó a poner dura, ella al verlo se la metió en la boca y la puso aún más en forma.

Estuvo así un rato hasta que yo le pedí cambiar de postura ella se tumbó en la cama, yo primero le limpié su leche con un pañuelo de papel, después puse mi boca a la altura de su coño y comencé a lamérsele, aún tenía algo de sabor a mi semen, pero no me importó se lo seguí lamiendo, ella exclamó:

-Menuda lengua tienes, lo comes muy bien.

Seguí lamiéndoselo, ella gemía con muchas ganas, lo que me llevaba a seguir haciéndolo igual, noté, por sus gemidos y por la humedad de su coño que tuvo varios orgasmos, en ese momento me pareció oportuno pasar a la siguiente fase, me puse de pie y la pedí que se arrimara, con las piernas bien abiertas, al borde de la cama, de esta manera coloqué mi polla al lado de su coño, y después de ponerme un condón, la penetré.

Ella al recibir mi polla dentro de su coño siguió gimiendo, incluso más fuerte, la verdad es que su coño resultaba delicioso y estuve follándola en esta postura, hasta que ella me dijo:

-Esta postura debe de ser muy cansada, mejor túmbate en la cama también.

Me tumbé detrás de ella, y desde atrás volví a introducir mi polla dentro de su coño, ella seguía gozando a tope, al ver sus maravillosas tetas no pude evitar las ganas de acariciárselas, sin dejar de follarla, era algo alucinante, ella se echó un poco hacia delante y yo bajé mis manos de sus tetas y la dirigí hacia sus muslos, ella se giró un poco y me dijo:

-Se que soy una perra, fóllame como si lo fuera.

Se puso boca abajo a cuatro patas, acaricie su espalda, y se la bese, y en esta postura yo me convertí en su perro, y se la metí desde atrás, pensé en la enorme cantidad de posturas desde las que se puede follar, mientras ella seguía gimiendo, haciéndome sentir muy hombre.

La hice levantarse un poco y desde atrás agarré sus pechos y me puse a acariciarlos mientras llevé mi boca hasta su cuello y primero se lo lamí y después se lo cubrí con mis besos, ella me dijo:

-Eres fantástico, pocos de los tíos con los que he follado me han hecho.

Eso estimuló mi ego y seguí besándola el cuello con más pasión, sentí que la podía volver loca de placer, lo que a su vez me volvía a mi loco, seguí en esta postura un rato, sus gemidos eran cada vez más intensos, sentí como se volvió a correr varias veces, yo a pesar de intentar contenerme no puede evitar correrme, ella me pidió que me tumbará para quitarme el condón, cuando lo hizo sentí como una gran cantada de leche comenzó a fluir, pero no mucho porque ella, muy atenta lo recogía con su lengua y se lo tragaba.

-Tu semen resulta delicioso, mi amor me dijo, cuando terminó.

Me contó que era casada pero que con su marido no tenía suficiente y que poco a poco había profundizado en todos los aspectos de la sexualidad.

Yo le conté mi afición por las maduras, sin contarle lo de mi madre, mientras hablábamos ella comenzó a acariciar mi polla que reaccionó a sus caricias, y nuevamente se puso durísima, ella al verla dijo:

-Lleva razón Mar, también en que tu polla se recupera rápidamente de una follada.

Yo la respondí que el mérito era suyo, que era su sensualidad la que ponía mi polla rápidamente en forma, ella me agradeció el halago y luego acaricio mi polla, pero en esos momentos yo quería llevar la iniciativa, así que la tumbé sobre la cama y comencé a besarla por todo su cuerpo, sus tetas me habían impresionado y se las volví a besar con verdadera pasión, la cabo de un rato ella dijo:

-Eres maravilloso, mi amor, pero quiero ser yo durante un rato la que se ponga encima.

Cedí a sus deseos, me tumbé en la cama y ella se puso encima de mí y comenzó a cabalgarme, otra vez tenía ese maravilloso par de tetas encima de mí y nuevamente se las acaricié, sus tetas eran grandes y bien formadas, cuando puse mis manos sobre ellas, ella me dijo:

-Cariño sabes cómo tratar a una mujer

La verdad es que era fácil tratar a una mujer como ella, con sus movimientos me estaba volviendo loco de placer, ella sí que sabía cómo volver loco a un hombre, estuvimos un rato en esta postura, noté que ella se volvía a correr, en ese momento se salió, yo me pregunté si se había cansado de follar y me iba a dejar a medias, aquí me llevé una sorpresa cuando ella me dijo:

-Mi amor me encantaría que me lo hicieras por el culo, esto lo hago con pocos hombres, a mi marido no le gusta y a algunos de mis amantes tampoco, pero creo que tu sabrás como hacerme disfrutar por ahí.

Estaba alucinando ante su propuesta, Diana tenía un culo fantástico y en los momentos en que me la había follado estando detrás de ella la idea había rondado mi mente, sí que me apresuré a aceptar su oferta.

Ella se puso encima de la cama a cuatro patas, yo también me puse a cuatro patas detrás de ella, parecíamos un perro y una perra, llevé mi cara hacia ese trasero y con mis labios bese los cachetes de ese culo, después introduje una de mis dedos en su trasero, comprobé que no le hacía daño, parecía evidente que ese agujero no era virgen, así que poniéndome detrás de ella, acaricie su trasero con mis manos y después lo restregué con mi polla, para que se pusiera aún más dura, y cuando esto sucedió aproxime mi polla a su culo y le penetre, lo hice de golpe.

Ella no mostro ningún signo de dolor, al contrario, comenzó a gemir desde el primer momento de una manera muy intensa mientras me decía:

-Querido que bien lo haces, esto es delicioso.

Sus palabras me dieron ánimos para seguir taladrándola su trasero, era fantástico, su culo parecía haber sido hecho para recibir pollas, así que seguí moviéndome en su interior mientras ella gemía de una manera muy intensa, noté como se venía varias, veces y me decidí a llevar una de mis manos hacia su coño, cuando metí uno de mis dedos dentro vi que lo tenía muy mojado. Comencé a menear mi dedo, sus gemidos aumentaron, y ella me dijo:

-Cariño me estas volviendo local de placer

Pero la verdad es que yo también estaba disfrutando muchísimo, seguí masturbándola, no te como se venía y sus líquidos mojaron mis dedos, pero yo quería seguir dándole placer y continue con mis dedos moviéndose en su interior, mientras mi polla seguía moviéndose dentro de su culo.

Quería prolongar esta situación lo máximo posible, así que cuando veía que me iba a correr paraba un poco, y luego una vez calmado reproducía mi ataque, mis dedos notaban como ella se corría, y lo hizo varias veces, hasta que yo no pude más y me corrí dentro de su culo, ella dijo:

-Mi amor, es la mejor enculada que me han hecho en mi vida, desde hoy mi culo es tuyo para que lo utilices cuando tú quieras.

Le di las gracias y me salí, mi leche comenzó a correr por su culo, ver este espectáculo llevó a mi polla a ponerse de nuevo en forma, ella al verlo dijo:

-Cariño será mejor que te lleve al baño a limpiarte.

Y me llevó al baño, allí dijo:

-Querido déjame que me limpie el culo y después me ocuparé de tu polla.

Se metió en la ducha, aunque la mampara era translucida verla ducharse resultaba muy erótico, mi polla se puso otra vez en forma. Cuando ella terminó de lavarse abrió la mampara y me dijo:

-Querido déjame que te la limpie.

Fui donde ella estaba, y con el teléfono de la ducha, dirigió el agua caliente hacia mi polla, y después me la enjabonó, lo repitió otras dos veces hasta que la considero completamente limpia, en ese momento salió de la ducha y me hizo una señal para que yo hiciera lo mismo, mi polla con todo esto estaba durísima, y ver como se secaba con una toalla no ayudo precisamente a que se arrugara, después ella me secó a mí, mi polla, estaba durísima, ella dijo:

-Ya veo como la tienes y te mereces que rinda culto a ese miembro tan divino.

Y arrodillándose ante mí, me beso mi miembro y luego se lo introdujo en su boca dando comienzo a una mamada impresionante hasta que me corrí, mi leche fue a parar a su boca y ella se la tragó entera.

Tras ello nos vestimos, los dos lo habíamos pasado increíblemente bien, cuando nos despedimos sabíamos que no iba a ser nuestra última vez.

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