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Mi hijo, mis vecinos y yo
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Tiempo de lectura: 8 minutos

Los que hayan leído mis anteriores relatos saben que, desde hace un tiempo, tampoco tanto tengo relaciones sexuales con mi hijo mayor, además de otros chicos de su edad, le prometí ayudarle a tener relaciones con mujeres mayores si le apetecía y lo estoy cumpliendo. Entre ellas esta nuestra vecina Sandra, pero a la vez yo seduje al hijo de Sandra y esta me pilló saliendo de su casa, yo recurrí al viejo truco de venía a ver si teníais sal, pero no sabía si este argumento había convencido a mi vecina o no.

La respuesta llegó unos días después estando mi hijo solo en casa mi vecina Sandra llamó, dejo que mi hijo continúe la historia:

Ese día estando yo solo en casa llamaron a la puerta, vi por la mirilla que era Sandra, hacia pocos días que habíamos follado, llevaba una bata de andar por casa que dejaba al descubierto la mitad de sus muslos, la abrí, ella entró y lo primero que me soltó fue:

–Creo que la zorra de tu madre se está follando a mi hijo Adolfo.

Entre mi madre y yo no hay secretos, de hecho, a los dos nos pone contarnos el uno el otro nuestras aventuras sexuales antes de follar, por tanto, yo sabía que ella llevaba razón, pero no era cuestión de contárselo, al menos de momento, así que la dije que me diera más detalles y nos sentamos en el sofá del salón ella me contó cómo había pillado a mi madre, mientras me lo contaba mis manos fueron hacia sus muslos y comencé a acariciárselos, cuando terminó su relato la dije:

–Mujer lo que me cuentas no significa nada, y añadí, pero ya que estas aquí, me parece un buen momento para que me chupes la polla.

Y rápidamente me bajé los pantalones y el short dejando mi polla al aire, ella al verlo no lo dudó se arrodilló ante mí, y abriendo su boca comenzó a mamarme la polla, lo hacía fantásticamente bien, solo lamentaba que mi madre no estuviera al otro lado de la cam viéndolo todo, pero bueno el asunto es que la tenía chupándomela, y así estuvo hasta que me hizo venirme, cuando lo logró se tragó toda mi leche, yo le dije:

–La chupas de maravilla, que suerte tiene tu marido que seguro que se la chupas todos los días

–Jajaja, se rio ella, para nada mi amor a mi marido solo se la chupo de vez en cuando, además tú la tienes más grande, resistes más y sueltas más leche, la tuya me gusta más.

Fui a la cocina la raje un vaso de agua para que se tragara todo mi semen y después la bese en la boca, la desaté el nudo del cinturón de su bata y esta se abrió, la muy zorra no llevaba nada debajo, llevé mi boca hacia uno de sus pezones y comencé a chupárselos, llevé uno de mis dedos a su coño y pude comprobar que estaba muy húmeda, así que le dije:

–¿Echamos uno rapidito?

–Bueno si es rápido, no quiero que mi marido se mosqueé, está a punto de volver de trabajar.

La quité la bata, dejándola completamente desnuda, la verdad es que tiene un cuerpo fantástico, la dije:

–Espera un momento.

Y fui a mi habitación a por un paquete de condones, me volví a su lado y ella comprendiendo mis deseos me acaricio la polla, hasta ponerla bien dura y después cuando la tuvo a punto me puso un condón.

Yo la pedí que se sentara en el sofá con las piernas bien abiertas, moví un poco mi altura para ponerla a la de su coño y la penetré nada más entrar mi pola en el interior de su coño ella comenzó a gemir mientras me decía:

–Joder que bien follas me lo haces mejor que el cabrón de mi marido, tienes una polla fantástica.

Yo me seguí moviendo en el interior de su coño, así que a la muy zorra le gustaba sentir mi polla en su interior, pero la parecía mal que mi madre lo hiciera con su hijo. Yo seguí con mi metesaca, los polvos que habíamos echado con anterioridad me estaban enseñando como darla mucho más placer así que seguí entrando y saliendo de ella, notaba como los orgasmos la venían, mientras me decía:

–Eres fantástico mi amor no debía de haber esperado tanto para follarte, si el primer día que me di cuenta de que me mirabas las tetas te hubiera seducido los dos habríamos gozado mucho más.

Sin duda llevaba razón, pero como en el caso de mi madre no valía la pena pensar en lo que podía haber sido y era necesario centrarse en lo que podía ser, seguí entrando y saliendo de ella hasta que mi polla no pudo más y me corrí, ella fue al baño a limpiarse, y cuando lo estaba haciendo sonó su móvil. Oí como contestaba, Si Querido varias veces y colgó, cuando lo hizo volvió a entrar en el salón y me dijo:

–Era mi marido, me ha dicho que se va a retrasar un poco, nos da tiempo a echar otro, ¿Te apetece?

Claro que me apetecía, pero en este caso ella puso la condición, quería ser la que estuviera encima, así que me tumbé en el suelo y ella se puso a chupármela mientras me decía:

–Que polla más maravillosa tienes.

Cuando la puso a punto, me puso el condón, y se arrodilló encima de mi polla y a continuación agarró mi polla hasta conducirla a la entrada de su coño y la introdujo en su interior mientras decía:

–Esto esta divino mi príncipe

Yo desde el suelo acariciaba sus espectaculares tetas que con sus movimientos se volvían más sexys, no sabía que estaba haciendo su marido, mi vecino, pero desde luego le estaba muy agradecido por su retraso, desde luego la muy puta sabía cómo moverse, mi vecino, o algún otro la debían de haber enseñado muy bien, por más que intenté aguantarme me corrí, ella se salió y me dijo:

Hoy tenía pensado echar uno con mi marido, pero después de lo que estamos haciendo que se aguante y se espere a otro día.

La bese en la boca, sin duda lo que estábamos haciendo había calmado sus inquietudes de lo que pudiera estar haciendo mi madre con su hijo, la verdad es que podía animarse a hacerlo ella también. Pero ya que teníamos tiempo pensé que era una buena ocasión para hacerle un completo y le pregunté:

–Dime mi amor ¿Hace mucho que tu marido no te da por el culo?

–Mucho, desde que lo hago contigo no me apetece hacerlo por ahí con él

–Pues entonces no se a que estamos esperando, dijo mi hijo.

Sandra se apoyó en la pared, con las manos hacia atrás y a media altura, yo me acerqué a ella por detrás y le dije:

–Tienes un culo fabuloso.

Y poniéndome un condón introduje mi polla en el culo de mi adorada vecina, mientras mis manos acariciaban sus tetas, la verdad es que esta buenísima, cualquier excusa es buena para follársela.

Su culo me recibió con alegría y yo comencé a mover mi polla en su interior, mientras con mis manos acariciaba sus preciosas tetas, ella gruñía de una manera muy intensa y se corrió varias veces, yo aguanté todo lo que pude hasta que me corrí, su coño se llenó con mi semen, no sé si había calmado sus temores, pero otras cosas si, después se puso la bata y volvió a su casa.

De esta manera mi hijo, al menos de momento había calmado a nuestra vecina, pocos días después yo volvía de trabajar, había dejado el coche en el aparcamiento de la comunidad y me disponía a subir a mi casa cuando alguien me llamó, era nuestro vecino, el marido de Angela, le esperé y comencé con él una conversación normalita entre vecinos, que como estábamos, etc., hasta que de pronto elme preguntó:

–¿Has notado tu algo raro en mi mujer?

Me hice la sorprendida y le pregunté a que se debía su pregunta, me respondió que la notaba algo extraña últimamente, pero que lo que le había hecho saltar todas las alarmas había sido que hacía unos días la había llamado para decirle que se retrasaría en volver a casa y que su mujer al responderle parecía que estaba jadeante, como solía estar después de follar, comprendí que era el día que había estado con mi hijo, y para calmarle respondí:

–Mira Tomás eres un hombre muy guapo y pareces tener una buena polla, seguro que Sandra está muy satisfecha contigo en todos los aspectos, seguro que ella nunca te pondría los cuernos.

Por supuesto todo era una mentira piadosa, no es que Tomás fuera feo, pero tampoco era Míster Universo, y su polla no es que pareciera ser pequeña, pero tampoco era ningún pollón, pero mis palabras afectaron a su ego y me preguntó:

–De verdad ¿Te parezco tan atractivo?

Me di cuenta de que para calmar sus temores tendría que sacrificarme y le dije:

–Por supuesto, si no fuera porque sé que eres un hombre fiel, te la chuparía aquí y ahora.

–Pues hagámoslo, me dijo a él, yo siempre he tenido ganas de hacerlo contigo, y si nunca había dado ese paso era por miedo a que me rechazaras y me montaras un escándalo.

Y cogiéndome de la mano nos fuimos hacía su coche, en el camino morreamos varias veces como me estaba dando cuenta que era normal en él no es que besara mal, pero tampoco demasiado bien, mucho peor que mi hijo, así que no era extraño que mi vecina viniera a que mi hijo se la follase.

Cuando llegamos a donde estaba su coche él se apoyó en él, yo me arrodillé le baje los pantalones y los calzoncillos, dejando su polla descubierta, tamaño mediano, se la bese un poquito y haciendo una pequeña pausa le pregunté:

–¿Sandra no te la chupa?

–Algunas veces, dijo él, pero últimamente cuando lo hace siento que piensa en otra persona, no se poque.

Yo volví a la tarea y me dispuse a hacerle una mamada, primero se la besé y luego me la metí en la boca, el empezó a gemir y apretó mi cabeza contra su cuerpo, mi boca siguió jugando con su polla y no me costó nada que se corriera cierta cantidad de leche salió de su miembro, pero en cantidad muy inferior a la que estaba acostumbrada con mi hijo o con otro de mis yogurines.

No quería tragármelo, así que cogiendo uno de los pañuelos de papel que guardaba en mi bolso los escupí allí.

–No me cogía en la boca y tuve que soltarlo todo, le volví a mentir.

–Lo comprendo dijo él.

Tras pensarlo un momento me preguntó:

–¿Tú crees que estoy lo suficiente bueno para follar con una mujer como tú?

–Vi que mi sacrificio tendría que ser completo y le dije:

–Por supuesto mi amor.

Yo llevaba un pantaloncito corto, y una blusa muy escotada que resaltaba mis tetas, aunque era septiembre el tiempo estaba siendo anormalmente bueno, abrí la puerta de su coche, primero me quité la blusa y mis tetas se quedaron al aire, me había acostumbrado a no llevar sujetador, sobre todo si mi marido no estaba presente, después hice lo mismo con los pantaloncitos. Me quedé solamente con un tanga diminuto de color amarillo, que rápidamente también me quité.

Al ver mi desnudo la polla de Tomás recuperó su vigor, yo me tumbe en el asiento, él al verme dijo:

–Estas buenísima, no sabes la envidia que he tenido de tu marido todos estos años.

Me supuse que era pura palabrería para follar, pero decidí que era mejor que se creyese que me lo había tragado, así que abrí bien mis piernas, pero antes de hacer nada le pregunté:

–Tienes condones.

De vez en cuando le quito uno a mi hijo, para eso soy yo quien se los pago, me dijo.

Se colocó en el asiento de atrás de su auto, encima de mi e introdujo su polla en mi interior, y si me hizo gozar, incluso tuve varios orgasmos, lo que ocurre es que después de que una se lo ha hecho con yogurines los hombres de tu edad parecen poca cosa, mientras el seguía encima de mi moviéndose a un cierto ritmo mientras me decía:

–Que buena estas Clara y que bien follas, lo haces mejor que mi mujer.

Yo, por la cam, había visto follar a su mujer con mi hijo y había visto que Sandra follaba muy bien, pero no era cuestión de decirle que era con él con el que mi vecina no lo hacía divinamente, así que me calle, jajaja.

Mientras el se seguía moviendo dentro de mí y así estuvo un rato, en ese momento decidí proponerle un cambio de postura, él aceptó y se quedó debajo de mi encima del asiento, en ese momento caí en la cuenta de que era la primera vez que follaba con un tío en el asiento de un coche, lo cual hizo que el asunto me diera morbo, de otro lado al tenerme encima el comenzó a acariciar mis tetas, con verdadera ansia, mientras de nuevo me decía:

–Que buena estas Clara.

Lo cierto era que la situación me estaba excitando mucho, y él estaba cada vez más excitado, hasta que se corrió, como encima de los asientos del coche había un paquete de pañuelos de papel cogí uno con mi mano y quitándole el condón, procedía a limpiarle con él la polla, en ese momento me pidió:

–Por favor, no le cuentes nada de esto a mi mujer.

–Por supuesto dije yo, sabes que tengo mucho aprecio a Sandra, nunca la haría daño, este será nuestro secreto, y le guiñe un ojo.

Su polla estaba flácida, y me dio pena así que probe a acariciársela, quería comprobar su vigor, desde luego me costó mucho más ponerla en forma que cuando lo hacía con los yogurines, pero, por supuesto jajaja, lo conseguí.

Fue en ese momento cuando el llevó su mano a mi culo y dijo:

–Menudo culo tan maravilloso que tienes Clara, y añadió, ¿Tu marido te la mete mucho por ahí?

Le respondí que sí, que lo hacíamos con cierta frecuencia.

–Que envidia me da tu marido, me contestó, antes Sandra y yo lo hacíamos con cierta frecuencia, pero últimamente está muy remisa.

Era justo lo que le había contado su mujer a mi hijo, comprendí que debía de sacrificarme del todo así que le dije:

–Pues si te apetece el mío, lo tienes a tu disposición.

Parece que oír mis palabras le abrieron el cielo, así que me dijo:

–Hagámoslo, por favor.

Me puse a cuatro patas en el asiento del coche, el volvió a sacar otro condón y se lo puso y poniéndose de rodillas detrás me mí, se colocó el condón me la metió, mi culo estaba acostumbrado a pollas mayores, pero aun así gocé, mientras el entraba y salía de mi hasta que se corrió.

Tras ello nos vestimos y subimos juntos en el ascensor como dos vecinos normales y corrientes.

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