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Mi hija Daviana (1): Algo cambió
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Tiempo de lectura: 12 minutos

Gracias por leer mi relato, solo les pido un poco de paciencia al contar y describir todo lo que sucedió para que puedan entenderlo y proyectarlo, ya que mi relato no es muy corto como otros, además de que es algo real y quiero que no se pierdan de los detalles de todo lo sucedido.

Mi nombre es Fernando, soy mexicano, vivo en Guadalajara, tengo 40 años, mido 1.80, soy moreno claro y mi herramienta no es tan grande como la describen muchos en sus relatos, mide 17 cm y es gruesa, me he conservado físicamente durante mucho tiempo jugando tenis. Cuando conocí a mi esposa éramos muy jóvenes y no teníamos muchos recursos, pero aun así nos amábamos y decidimos casarnos. Mi esposa tenía una hija de 2 años, pero eso no me importó, ya que el padre biológico falleció y yo me hice cargo de ella criándola y amándola como si fuera de mi propia sangre, ahora mi hermosa hija tiene 20 años y es el vivo retrato de su madre.

Sin embargo, por azares del destino soy divorciado dese hace 3 años. Debo reconocer que el divorcio fue lamentablemente por la falta de tiempo para con mi esposa y mi hija, yo me dedicaba mucho al trabajo, ya que tengo una empresa propia que me genera excelentes ganancias, sin embargo, me consumía totalmente. Eso ocasionó que nuestro lazo familiar se rompiera y que mi esposa encontrara atención y afecto con un compañero en su trabajo, fue duro para mi hija y para mí enterarnos de esto, nos dolió mucho, pero su madre tomó la decisión de dejarnos.

Me costó mucho volver a recuperar la relación que tenía con mi hija, pero lo logré contratando gente que se hiciera cargo de algunas responsabilidades de mi empresa, fue duro tener ese equilibrio sin menguar ganancias, pero al final lo logré, de tal forma que ahora podía pasar más tiempo con mi hija y estar con ella en sus actividades y cubrir muchas de sus necesidades.

Mi hija estudia la universidad, es una excelente estudiante por no decir una nerd, creo que la inteligencia la heredó de su papá y la belleza de su mamá. Ella es bajita, mide como 1.60cm, es de piel muy blanca, cabello castaño, ojos cafés y cuerpo voluptuoso, no es gordita, solo hace ejercicio, pero no va al gimnasio, todo lo que tiene ha sido porque la naturaleza esculpió su cuerpo con las medidas perfectas.

Sus senos son de tamaño mediano pero erguidos desafiando la gravedad, adornados con unos pezones redonditos color rosa, sus caderas son anchas dándole forma a su cuerpo de un reloj de arena, de igual manera sus piernas son firmes y abundantes, pero lo que destaca en ella son sus nalgas. Tiene un culo hermoso que no puede pasar desapercibido cuando camina, es grande y respingón, completamente natural y se le nota uno que otro hoyuelo producto de la celulitis y la grasa corporal, pero en vez de notarse mal, le da un aire de morbo y atracción.

Cuando camina, sus nalgas suelen menearse o rebotar de un lado a otro despertando los deseos y pensamientos más morbosos de los hombres. Dese hace algunos meses mi forma de verla ha ido cambiando, ella es ahora toda una mujer con un cuerpo muy excitante, y aunque ella no acostumbra vestirse provocativa cuando va de fiesta o sale con sus amigas, en la casa suele usar shorts de mezclilla muy pegados y cortos, de esos que se le meten entre las nalgas y en su panochita, y que decir de las lycras que se pone… algunas son muy transparentes y cuando se inclina para recoger algo puedo ver como el hilo se pierde en medio de sus carnosas nalgas.

Como nuestra casa es grande, en el patio tenemos una piscina y es el lugar donde he podido observar con más detalle el hermoso cuerpo de mi hija, ya que en ocasiones usa trajes de baño enteros, y en otras ocasiones usa unas diminutas tangas de hilo, es un deleite mirar como ese pedacito de tela se le mete entre sus dos gordas y blancas nalgas, es excitante ver como tiemblan y se mueven cuando camina, como si fueran dos gelatinas enormes. Sin embargo, hasta esos momentos no había tenido algún pensamiento morboso y lascivo hacia ella, aunque me daba cuenta de que ya había crecido y su cuerpo se había desarrollado… pero parte de mí la veía como mi pequeña…

Mi hija se quedó a vivir conmigo y pudo continuar con su rutina normal en la universidad después de que su mamá se fue, ahora que estoy más tiempo en casa convivo más con mi hija, claro que no pasamos todo el tiempo juntos porque igual tiene sus amistades y convive con ellas, pero de vez en cuando salimos a cenar, al cine, a la playa, vamos de compras, etc., he cuidado mucho nuestra relación ya que no quiero cometer el mismo error de antes y perderla también a ella.

Poco a poco nos hemos ido conociendo aún mejor, nuestro acariño y afecto se hizo más grande y nos tuvimos aún más confianza que antes, de tal forma que ambos nos contamos si nos habíamos fijado en alguna de las personas con las que interactuábamos en el trabajo o la escuela, o si alguien nos había coqueteado, etc.

Creo que nuestra historia comienza cuando en una ocasión, eran como a las 8 pm, mi hija había llegado de la universidad, había tomado una ducha y planeábamos cenar algo. La llamé y enseguida bajó de su habitación, llevaba una playera muy holgada que le llegaba un poco más arriba de las rodillas, supuse que además tendría puesto algún short pequeño, eso no era algo que me importara en ese instante. Pero al llegar a donde yo estaba la noté rara, la miraba muy seria, pensativa y algo triste, así que le pregunté que le sucedía y ella sin mucho ánimo me dijo que había terminado con su novio con el que llevaba año y medio.

En un principio no me quería decir el motivo, me dijo que porque pensaba que me iba a enojar y que no quería que pensara otra cosa de ella, y la razón fue que ella y su novio decidieron tener relaciones por primera vez y las cosas no salieron bien, él se molestó y le dijo que al parecer ella había estado antes con muchos otros chicos y que parecía una cualquiera. En ese momento no entendí el porqué le había dicho eso el novio, pero vi sus mirada triste, buscando a la única persona en quien podía confiar de verdad, así que le sonreí, la abracé y le di un beso en la frente, luego le dije: vamos al balcón para platicar mejor y lo haremos con unos quesos y un buen vino.

Ella me miró y de sus ojitos ya estaban brotando lágrimas, la tomé de la mano y nos fuimos al balcón, le dije que me diera un par de minutos para traer el vino. En el transcurso del camino hacia la cocina, mi mente comenzó a pensar un montón de cosas, ¿será que mi hija ya no es virgen? ¿cuántas veces habrá tenía sexo a sus 20 años? ¿habrá disfrutado de un orgasmo? Entonces una gota de morbo entró en mi mente y caí en la cuenta de que ella ya era toda una mujer, ¿será que usa anticonceptivos? ¿A qué lugar habrán ido para tener relaciones? ¿será que uso ropa sexy y sensual para provocar a su novio? ¿Le habrá hecho sexo oral, o se dejó penetrar analmente?

En fin, un mundo de cosas pasaron por mi cabeza en esos 2 minutos que me tomó ir por el vino. Entonces me di cuenta de que tenía una erección, me sentí mal y traté de aclarar mis pensamientos mientras abría la botella y servía nuestras copas. Ella sin decir más, se secó las lágrimas y me empezó a contar lo que sucedió:

Ella: Todo parecía ir bien en nuestra relación, Mario y yo nos queríamos mucho y parecía que las cosas iban en serio, incluso empezamos a tener momentos de besos, abrazos y tú sabes, caricias atrevidas cuando nos quedábamos solos.

(Yo escuchaba muy atento mientras nos servía otra copa de vino).

Ella: Sentíamos que había buena química entre los dos, así que decidimos tener ese momento especial e íntimo. Él me había dicho que no era virgen, que ya había tenido relaciones hace tiempo solo con 2 chicas, sin embargo, eso a mí no me importó. Entonces supuse que como él ya tenía experiencia, las cosas iban a salir bien y sería algo que yo disfrutaría. Planeamos todo y nos dispusimos a ir a un motel, el hizo la reservación, compro preservativos, lubricantes y no sé qué otras cosas más. Por mi parte yo, pedio algunos consejos y sugerencias a mis amigas para hacer ese momento inolvidable.

Yo: ¿Y qué consejos te dieron? Digo, si se puede saber jajaja, a lo mejor y así conozco que tipo de amigas tienes.

Ella: ¡¡¡Papá!!! me da pena decirlo, pero tengo buenas amigas, no pienses mal de ellas jajaja.

(La curiosidad ya la tenía y poco a poco me estaba empujando a querer saber más de la intimidad de mi hija, aunque debo decir que también el morbo se estaba adueñando de mi mente).

Ella se sonrojó un poco, pero tomando un buen trago me dijo:

Ella: Bueno, igual no es otra cosa que nunca hayas visto u oído, ya que eres un hombre con mucha experiencia supongo, ¿no es así papá?

Yo: Bueno hija, es verdad, aunque la verdad no significa que haya estado con muchas mujeres, solamente he estado con 2 chicas en toda mi vida, y tu madre ha sido una de ellas. Pero tienes razón, con el tiempo uno aprende cosas que son útiles en la intimidad con la pareja. Aprendes como tratar a una mujer, como enamorarla, como conectar con ella para que no solamente sea un momento de sexo y ya, aprendes como tocarla y excitarla al máximo para que esté lista en el momento del acto. Con el tiempo uno aprende qué es lo que le excita a un hombre y a una mujer, aprendes como tocar y acariciar para hacerla tener un orgasmo intenso.

(Mi hija ahora solo escuchaba muy atenta todo lo que yo decía mientras en mi mente cavilaba la manera de decir las cosas para despertar también en ella la curiosidad, el morbo, la lascivia, el deseo).

Yo: Pero bueno hija… dime que consejos te dieron tus queridísimas amigas.

Ella: Pues lo primero que me sugirieron fue que me depilara ahí abajo, aunque es algo que siempre hago por higiene, así que no fue problema, luego me llevaron a un centro comercial para comprarme un conjunto de ropa interior sensual y sexy.

Yo: ¿Muy buena idea, y se puede saber qué fue lo que compraste?

Ella: ¡¡Hay papá!! quieres saber mucho, pero te diré que me compré un conjunto negro de brasier de encaje, tanga de hilo y un tipo baby doy, eran muy hermosos, aunque muy provocativos.

(De repente reaccioné y me di cuenta que ya nos habíamos acabado la botella, y como iba buena la plática decidí ir por otra más, yo quería tener todos los detalles de lo que sucedió entre ella y su novio)

Yo: Hija… creo que esta botella no fue suficiente para esta plática, iré por otra más, al fin y al cabo, que hoy es viernes y mañana no vas a clases y tampoco yo iré a la oficina.

Ella: Jajaja si papá, buen pretexto para faltar al trabajo, pero tienes razón, aún hay más para contar.

Me dirigí a la cocina nuevamente y en mi mente imaginaba a mi pequeña usando ese conjunto de lencería sexy, para entonces ya mi pene empezaba a ponerse duro. Pensaba en la suerte que tuvo el novio de ver a mi hija usando ese conjunto, la imaginada mostrándole su cuerpo semi desnudo, y el novio viendo o quizás acariciando sus senos cubiertos por la fina tela del brasier, rozando con sus dedos los pezones sobre la suave tela transparente. No podía evitar imaginar como ella se daba la vuelta dejándolo ver esas nalgotas comiéndose el hilo de la tanga)

Reaccioné cuando ya estaba frente a ella y le entregué su copa.

Ella: ¿Qué piensas papi? ¿te ves como preocupado, pasa algo? ¿Es por lo que te estoy platicando?

Yo: No, no hija, no es eso, simplemente estoy analizando lo que me estas contando para tener una mejor comprensión y poder opinar de la mejor manera.

(Entonces me acerqué más a ella, la rodeé con mi brazo y mientras ella hablaba acariciaba sus hombros, su pelo y su brazo suavemente)

Ella: Ok papi, entonces continúo. Pues ya todo estaba listo y nos fuimos al motel, al llegar pedimos la habitación y me dio pena que me viera la recepcionista jejeje, porque nunca había estado en un lugar así.

Yo: Si, es normal, las primeras veces uno se siente raro, pero luego te acostumbras.

Ella: Ah, entonces tu y mamá eran clientes frecuentes, ¿¿no??

Yo: Pues… que te puedo decir, de repente nos dábamos nuestras escapadas y te dejábamos con tu tía Dafne jajaja, entiende que teníamos nuestras necesidades físicas y había que satisfacerlas.

Ella: Jajaja, no quiero ni imaginar esas cosas no, no, no quiero saber más de eso jajaja

Yo: Pues fuiste tú la que preguntó, pero anda, dime que más pasó.

(Yo no podía evitar mirar hacia sus senos, los cuales se veían muy bien por el tipo de blusa que traía, podía ver casi más de la mitad de ellos, antes de llegar al pezón, ella no se había dado cuenta y yo trataba de disimular).

Ella: Pues ya en la habitación nos abrazamos y empezamos a besarnos, él me decía que me amaba, que no tuviera miedo y que lo haríamos con mucho cuidado, que no me pusiera nerviosa y que me relajara.

Entonces poco a poco ambos nos excitamos más y más con los besos y caricias, hasta que yo le dije que tenía algo especial para él, tenía un regalo para mostrarle, así que le pedí unos minutos para ir al baño. Entré y me puse la lencería que había comprado, yo estaba excitada y muy emocionada por mostrarle lo que yo usaba para él.

Pero al salir del baño, el me vio un poco extraño y me dijo:

Mario: Wow, te ves super sexy, creo que hoy yo seré el alumno y tú la maestra, ¿verdad zorrita?

Ella: Me extrañó que me haya hablado así, yo en un principio creí que estaba jugando, pero luego sus palabras y la forma en cómo me hablaba me hicieron ver que iba enserio. Me siguió diciendo mientras se acercaba a mí:

Mario: Ya viniste preparada para que te dé una buena culiada, ¿verdad?

Ella: Y yo le decía, que te pasa Mario, porque me hablas así, estas jugando, ¿verdad?

(Entonces él se acercó me agarró del cabello jalándolo un poco)

Mario: Casi me creo eso de que eres virgen, por lo visto ya tienes más experiencia que yo, para venir vestida así ya sabes lo que nos excita, ¿verdad putita?

Ella: Su modo de hablarme y su mirada ya no me gustaron, entonces me separé de él y le dije: No sé porque me dices todo esto, pero no me gusta cómo me estas tratando, soy tu novia, no una cualquiera, y no me estas respetando, ambos decidimos tener este momento y era algo que pensaba sería especial, pero ya no quiero estar así contigo.

Mario: No exageres, tampoco es para tanto, solo reconoce que ya has cogido antes con alguien más y disfrutemos este momento, que para coger venimos, ¿no?

Ella: Entonces me fui rápido al baño para cambiarme y le dije -lárgate, déjame sola, y si no te vas llamo a la policía para hacer una denuncia.

Mario: Ya, perdóname por hablarte así, es que en serio no me creo que nunca hayas estado alguien, es todo…y no pasa nada, ven aquí, hagamos el amor y disfrutemos el momento.

Ella: No, ya no quiero nada, vete, no quiero hablar contigo.

Mario: Esta bien, me voy entonces porque no quiero problemas de ningún tipo, pero ya verás como te regresas a tu casa.

Ella: Entonces el salió del cuarto y después de unos minutos de llorar salí también y me vine en taxi a la casa.

(En ese momento a ella se le quebró la voz y se refugió en mi pecho llorando.

Ella: Papá… yo no soy una zorra que se anda metiendo con todos los hombres que encuentra a su paso, Mario era el chico que yo elegí para tener esta experiencia y al parecer a él solo le importaban otras cosas, no me quería de verdad.

Yo: Vaya situación hija, aun no puedo creer que ese idiota te tratara de esa manera, sobre todo si decía conocerte en verdad. Una mujer tan hermosa e inteligente como tú merece que la traten de una manera muy especial, como una verdadera princesa.

Si yo fuera él no perdería la oportunidad de tener a mi lado a una mujer tan linda y especial como tú, y menos hubiera dejado pasar la oportunidad de tener ese momento de intimidad con alguien que me lo está entregando todo. Pero ya llegará a tu vida ese hombre que te merezca y te trate como se debe tratar a una mujer como tú.

Ella: Gracias papi, tus palabras me hacen sentir bien, amada y especial, tú eres el único que me conoce bien y sabes que no soy nada de lo que él dijo, espero que un día pueda encontrar un hombre que me trate como tú y me vea como tú.

Yo: Hija créeme que hay cientos de chicos que quisiera encontrar a una mujer como tú, con todas tus cualidades, eres una mujer muy hermosa por dentro y por fuera, así que cualquiera de ellos sería afortunado de tenerte.

Ella: Pues a veces creo que no encontraré a esa persona que me haga sentir lo mismo que tú en este momento.

Entonces le tomé el rostro y miré sus ojitos tristes, sequé sus lágrimas y por un momento nos quedamos quietos mirándonos, no sé qué estaba pensando ella en ese momento, pero estábamos tan cerca que tuve la tentación de besar sus labios, pero lentamente me fui acercando a su cara y ella entonces cerró los ojos, yo me dirigí a su mejía y le di un suave y lento beso, después me moví a su nariz y la besé, luego a su otra mejía y le di un beso cerca de su boca, sentí que su respiración de agitaba más y más, estaba nervioso pero no me atrevía a besar sus labios, las copas de vino habían hecho efecto en ambos, así que besé sus ojitos cerrados y luego la pegué aún más hacia a mí.

Ella me abrazó fuertemente y pude sentir sus suaves senos en mi pecho, yo acariciaba su cabello y su espalda mientras le decía cuanto la quiero y que podía estar segura de que haré cualquier cosa para que ella fuera feliz. Mi hija volteó hacia a mí, cerró los ojos y me dio un beso suave cerca de la comisura de mis labios que duró como 4 segundos, yo me congelé porque no me esperé ese beso.

Ella: Papi ya tengo mucho frío aquí afuera, abrázame más.

Yo: Claro que si mi niña, pero que te parece si vamos al sofá de la sala para estar más cómodos, ahí hay menos frío.

Nos dirigimos al sofá, me senté y ella se volteó, se puso de rodillas sobre el sofá, tratando de acomodar las almohadas inclinándose completamente para moverlas, ella estaba como a un metro de mí y no pude evitar dirigir mi mirada hacia su culo, prácticamente estaba en cuatro frente a mí, ahí fue que me percaté que ella tenía puesto un cachetero blanco que se le metía en medio de sus carnosas y blancas nalgas, noté como el bulto de su panochita dibujaba un par de labios carnosos y depilados.

Eso fue lo que me puse más caliente y mi verga ya estaba bien parada, alcancé sobarla un par de veces sobre el pantalón mientras me deleitaba con la vista de sus nalgotas frente a mí.

Luego ella volteó, encendió la TV y se le ocurrió recostarse de lado en el sofá, apoyando su cara en una de mis piernas casi llegando a tocar con su mano mi verga parada. Yo acariciaba su cabello y sus brazos mientras le decía que todo estaría bien, que olvidara todo lo que pasó. Mientras veíamos una película ella poco a poco empezó a acariciar mi pierna con sus dedos muy cerca de la cabeza de mi pene, apenas podía sentir sus deditos rozar mi pantalón… No sé cuantos minutos estuvimos así pero cuando me di cuenta ella se había dormido, quizás por los efectos del vino.

Así que me levanté muy despacio y ella se movió levemente para acomodarse boca abajo sin despertarse. Me paré frente a ella y por primera vez la contemplé toda, desde la cabeza hasta los pies, su playera se había recorrido hasta casi la mitad de sus nalgas, era hipnotizante ver como sus anchas caderas armonizaban con sus blancas y carnosas nalgas, apenas se les veían indicios de algunos hoyuelos producto de la celulitis, el cachetero perdía completamente en medio de ese rico culote.

Ya no aguantaba más, así que le hablé un par de veces para ver si despertaba, pero no reaccionó, entonces acerqué más mi cara y pude contemplar de cerca el culo más rico que he visto en toda mi vida, su piel blanca me invitaba a morderlo, lamerlo… besarlo. Me animé un poco más y levanté su playera hasta dejar al descubierto sus nalgotas. Los minutos pasaban y yo no quería el ese momento terminara, entonces no dejé pasar la oportunidad, desabroché mi pantalón y saque mi verga que ya estaba muy dura y sobre todo mojada.

Me hinqué a un lado del sofá para estar más cerca de esas nalgas tan ricas y comenzó a masturbarme, de repente ella se movió y subió una pierna dejando de esta manera a la vista su rica panochita rosita y depilada, por un momento me asusté, pero luego seguí con lo mío. Ahora podía ver como parte de la tela de cachetero se metía en su rajita, y oh sorpresa… la tela estaba mojada, ella se había excitado estando conmigo. Acerqué mi nariz a su sexo y pude sentir el olor a la humedad que tiene una mujer cuando se excita, eso me encendió más y después de unos cuantos segundos eyaculé, lo tuve que hacer en mi mano para no manchar nada.

Mi descarga fue abundante por lo excitado que estaba. Poco a poco mi mente se aclaró y fui al baño a lavarme las manos, de paso traje una cobija y la puse sobre el cuerpo de mi hija que aun seguía dormida. Subí a mi habitación, me puse la pijama y no dejaba de pensar en lo que acababa de hacer. Algo dentro de mí me hacía sentir mal por masturbarme viendo a mi hija, pero por otro lado sentía el deseo por la mujer en la que ella se había convertido, y además solo era mi hijastra, no teníamos una conexión sanguínea. Todos esos pensamientos rondaban por mi mente hasta que me quedé dormido sin darme cuenta. Desperté cuando a lo lejos empecé a escuchar que me decían:

Papá, ya levántate… papá, despierta…

Entonces al abrir los ojos estaba mi hermoso ángel al pie de mi puerta diciéndome: ¿papá, no vas a desayunar?

Continuará.

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