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Mi hermano y yo. Una tarde caliente
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Tiempo de lectura: 2 minutos

La primera vez que me calenté con mi hermano antes de coger era cuando yo tenía 20 años y él acababa de cumplir los 18. Fue sin querer que una noche entré a su habitación mientras él dormía y le vi como en su short se le marcaba si verga parada. Ni hablar como me mojé en ese momento y corrí a mi habitación a darme dedo a más no poder. Me saqué mi short y corriendo mi tanga fui jugando con mi hinchado clítoris, con mis ojos cerrados y pensando en mi hermano, en lo linda que debía de verse su verga si ese cacho de tela encima.

Me habré corrido un par de veces y dejé de hacerlo por qué ya sentía ardor al tocarme. Desde ese momento empecé a ver a mi hermano con otros ojos, cada que podía apoyaba mis tetas en su espalda o me apoyaba en él. Al parecer a mi hermano no le era indiferente ya que él empezó a hacer lo mismo conmigo, siempre que podía se pegaba a mí, obvio podía sentir como su verga se ponía dura y como él se alejaba y se metía al baño con excusas de bañarse o hacer sus necesidades pero sabía que era para jalársela porque encontraba mis tangas todas pegadas o lavadas cuando era obvio que yo las dejaba secas y en el fondo del cajón de ropa para lavar.

Bueno así pasó un tiempo hasta que un día me decidí y cuando quedamos solos sin pensarlo dos veces jale a mi hermano del brazo y lo hice sentar en una silla. No hizo falta calentarlo por qué ya estaba bien duro así que bajé su short y corriendo mi tanga me subí en su verga. Diablos que eso estaba más que duro y con lo mojada que estaba entró hasta los huevos, ambos nos miramos a los ojos con cara de lujuria y yo comencé a moverme suavemente mientras mi hermano rasguñaba mi espalda cosa que me hacía calentar aún más.

Aunque mi hermano trató de besarme a la boca no lo dejé pero sí le pedí que succionara mis tetas las que estaban más que duras. Él obedecía a todo mientras yo le pedía que no se corriera dentro que quería su leche en mi cara más tarde. Mi hermano me decía a todo que sí y yo estaba contenta de poder manejarlo así. Yo estaba con mi cabeza apoyada en sus hombros gimiendo de placer cuando sentí uno de sus dedos entrar en mi culo… uff menuda calentura me dio eso que pedí que no lo sacara al sentir la doble penetración.

Para ese momento ni nos importaba si alguien llegaba a casa, en ese momento solo deseaba tener el mejor orgasmo de mi vida y si que lo hacía uno tras otro porque esa verga llegaba a tocarme hasta el útero y bien que mi hermano se la aguantaba por qué se notaba en su cara las ganas de correrse.

Después de un rato quise terminar con su tortura así que me arrodillé y tomé si verga con mi mano masturbándolo y dándole una mamada, mi hermano me suplicaba que lo dejara acabar así que lo dejé pidiéndole que se parara mientras yo seguía de rodillas en el piso, él tomó su verga y jalándosela tres veces soltó toda su leche caliente en mi cara la cuál cayó parte en la comisura de mi boca tragándomela.

Me levanté y besé su mejilla agradeciéndole los ricos orgasmos que tuve esa tarde. Él sonrió y me dijo que estaba disponible cada vez que yo lo necesitara.

Me fui a mi habitación y me metí debajo de la ducha para quitarme el sudor y recordando lo que acabábamos de hacer, sonreí y una vez más acaricié mi clítoris para tener nuevamente un orgasmo…

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