Que hermosa es la paz de mi hogar.
Vinimos hace unos años, con mi hermana melliza de un pueblo chico del interior para estudiar nuestras carreras.
Ella, Cristina se llama, está cursando Obstetricia y yo, Juan, estoy en la carrera de Psicología.
Cristina, que belleza de mujer y persona, un poco alocada y muy liberal, sin novio oficial, nunca le he conocido pareja, si un montón de amigas, que dicho sea de paso, una más linda y fuerte que la otra, lo que no quiere decir que mi hermana se quede atrás, se cuida mucho con alimentación y demasiado gym para mi gusto, sus atributos son impresionantes, yo no me quedo atrás, solo hago un poco de calistenia, lo que me permite estar “marcado” y con buen físico, sin ser fisicoculturista.
El día que quiero relatar, me encontraba leyendo un poco los apuntes de la facultad, para luego de cenar, disponerme a leer un libro que me habían sugerido los Profesores sobre la materia que estábamos avanzando, este libro es: Mitología y erotismo en "Las Ménades" de Julio Cortázar. Estaba propuesto como intervención didáctica.
Volviendo a los apuntes, releía sobre la inmortalidad de los Dioses Griegos, estos eran inmortales, pero aprovechaban cada día como si fuera el último.
Seres inmensamente poderosos, sus pasiones los esclavizaban y las relaciones intrafamiliares eran un caos.
El Olimpo era un nido de dioses griegos, tanto heterosexuales como homosexuales, que le daban rienda suelta a su sexualidad sin prejuicios.
Eros era uno de los hijos de Afrodita y protector de la cultura homosexual y el amor entre hombres. Era parte de los Erotes, un grupo de dioses que propiciaban el amor. Eros es la contraparte griega del Cupido de la mitología romana.
Abstraído en la lectura apasionante, no me percate de la entrada al departamento de mi hermana, venía con una amiga.
-Hola Juan, buenas tardes, que hace el traga libros.
-Hola hermanita, repasando y aprendiendo un poco, están interesantes los apuntes.
-De que tratan.
-En principio, la sexualidad en la mitología griega.
-Hola juan, buenas tardes.
-Hola Jóse, que alegría la visita (josefina es la amiga íntima de mi hermana, cariñosamente le decimos Jóse).
-Que interesante lo que le contas a Cris.
-Sí, es altamente atrapante.
-¿Eran bien pornográficos? jajaja.
-Para nada, ellos eran eróticos, pues sugerían, en contrapartida con la pornografía, ella muestra, lo que quiere decir que no son sinónimos, para usar una frase hecha, “el erotismo implica no mostrarlo todo, sino decir algo”.
-Que interesante, cuando tengas más tiempo me podes ampliar sobre el tema.
-¿Sobre cuál? ¿Erotismo o pornografía? Jajaja.
-Podes empezar con uno seguir con otro y continuar conmigo.
Dicho esto se retiró con mi hermana a su habitación, sin darme derecho a réplica y riendo.
Intente volver a la lectura, algo quedo rondando en mis pensamientos, algo que Jose acoto al final de su frase… y continuar conmigo…
Debo reconocer que ella está muy bien, es alta, buen culo, buenas tetas, muy bonita, pero, ¿estaría bien intentar tener sexo con ella?, no quiero decepcionar a Cristina, es su amiga.
No pudiendo concentrarme en lo que estaba leyendo, decido irme a la cama a ver alguna serie o película, tal vez así logre despejar mi cabeza. Busco una peli, encuentro una llamada 365 días.
Apenas comienza ya se avizora que es altamente erótica, en una muy cuidada escena, la protagonista le realiza sexo oral al actor principal en un avión privado, subiendo el erotismo escena tras escena.
La cuestión es que al finalizar lo que estaba viendo, mi miembro se encontraba durísimo, y para calmar la fiera me masturbe pensando que yo iba en ese avión y Jóse me practicaba esa mamada, tomando mi miembro pasaba su lengua por todo el cuerpo de mi sexo palpitante, jugando con la punta de la lengua en el agujero de la uretra, introduciendo por momentos mi verga hasta la mitad y con pequeñas chupaditas ir retirándola de a poco, para de una sola vez volver a introducirla toda en su boca, permitiéndome tocar su campanilla. La sacaba y jugaba alrededor del glande, hasta que mi esperma salía y caía en su rostro y boca, deslizándose por su cuello para quedar entre sus hermosas tetas.
Me limpie con el calzoncillo que traía puesto el semen que había quedado en mi vientre y mis manos.
Me levante para darme una ducha, envuelto en una toalla, cruce de mi cuarto al baño encontrándome con mi hermana y su amiga (pensé que se habían dormido).
-He aquí un digno ejemplar de hombre, ves Jóse, te lo decía, buenos pectorales, buenos brazos, y buena cola, (lo dice tocándome). Distinguidos pasajeros, les presento a continuación, el hermano más hermoso que me ha dado la vida, capaz, inteligente, solicito, buena persona, estudioso, quien lo quiera lo puede solicitar, está a su entera disposición, gracias por dispensarme su atención. (dijo como si estuviera vendiendo en un tren o colectivo).
Jose agitando las manos decía:
-Yo quiero, yo quiero, no pregunto precio, llevo.
Fui el motivo de risa por un rato.
Ingreso al baño, abro la canilla del agua, sale deliciosa de la ducha.
Comienzo a enjabonarme, riéndome solo de las ocurrencias de mi hermana, la amo. Cuando estaba totalmente enjabonado siento que la mampara se abre, la puerta no la había escuchado, un cuerpo se pone detrás de mí, sus brazos me rodean al tiempo que unas manos delicadas acarician mi pecho. Ubico mi cara en el agua para despejar el jabón, me giro y veo a Jóse, totalmente desnuda, intenta besarme pero retiro sin brusquedad la cara.
-Que haces Josefina, sos la amiga de mi hermana.
-Que ¿no te gusto? (haciendo pucheros)
-Si, la verdad que sí, sos hermosa, tenés un cuerpo de modelo, pero…
-Pero nada, hace silencio y disfrutemos, la vida es una sola.
Se arrodilló en la bañera y comenzó a introducirse el miembro en su boca, era una experta en las artes orales, pasaba su lengua por todo mi miembro hasta la punta y volvía a introducirla para darle pequeñas succiones, a la vez que con sus delicadas manos hacía unos movimientos de arriba hacia abajo y girando la mano como si tratara de un acelerador de moto. Cuando ya estaba excitadísimo, cerró la canilla del agua, me tomo de la mano y saliendo de la ducha, comenzó a secarme, luego hizo lo propio con ella, muy sensual y con movimientos dignos de una película, cuando se agachaba a secarse las piernas, rozaba con sus labios mi pene, alguna que otra pasada de lengua y se la engullía. Al terminar de secarse, me tomo de la mano fuimos caminando desnudos hacia mi pieza. Al entrar, grande fue mi sorpresa, mi hermana estaba allí sentada en un sillón, con una sonrisa inmensa en su rostro. Jóse me acerco a mi hermana e hizo un intercambio, quedando yo sentado en el sillón. La tomo de la mano y fueron al centro de la habitación, previo e esto mi hermana me dio un gran beso en los labios, dejando que nuestras lenguas se encuentren por primera vez.
No podía creer lo que estaba viendo y viviendo.
Tomadas de la mano fueron hacia el centro del cuarto, la camisa que llevaba puesta Cristina, estaba abierta, sus pechos asomaban entre tímidos y curiosos, Jóse comenzó por desprenderle el pantalón que cayendo hasta sus tobillos me permito apreciar el culo de mi hermana, enfundado a medias por una tanga de un color rojo que contrastaba con la palidez de su cuerpo.
Un brillo en la parte delantera de esa tanga me llamo la atención.
Las manos de Jóse entraron en acción, acariciando el cuerpo de Cristina, su piel se erizaba, con cada caricia ese brillo en la tanga se hacía más copioso, transformándose claramente en humedad.
Las caricias en sus hombros, permitió que la camisa termine reposando en el suelo.
Mi hermana colaboro para sacar la prenda interior que le quedaba, dejándome ver una entrepierna y pubis perfectamente depilados como así también su amiga.
Al son de una música inexistente, se abrazaron para danzar, pechos con pechos, sus bocas se trenzaron en un beso, que para mí fue interminable, ambas dejaron descansar sus manos en los glúteos de la otra, mientras me observaban con cara de lascivia por arriba de sus hombros en cada vuelta.
En estado de máxima excitación y cuando estaba gozando de la vista que me ofrecían, como si se hubieran puesto de acuerdo, ambos cuerpos desnudos se pararon frente a mí, desafiantes pero ingenuos, extendieron sus manos invitándome a levantar mi cuerpo del sillón, tome el ofrecimiento como un convite a bailar, cosa que hicimos los tres.
Deslice mis manos por sus piernas, acariciando la erizada piel de ambas, bajando por sus flancos y subiendo entre ellas. En sincronía las fueron abriendo lentamente a medida que me acercaba a sus partes deseosas de sexo, toque los labios vaginales, eleve la mirada y observe una media sonrisa en sus labios, sonrisa entre gusto y placer.
Se pusieron de espaldas a mí, pegando sus culos a mi pelvis, lo que me permitía acceder a sus triángulos del placer con más facilidad.
Mientras que acariciaba el sexo de mi hermana, podía acceder a los endurecidos pezones de Jóse, poco a poco, incrementando la presión a medida que gemía más.
Mi hermana ya tiraba su pelvis hacia adelante para que introduzca mis dedos en ella, no lo hice, solo acariciaba los labios, la humedad reinante invitaba a penetrar esos dedos, pero no era la idea aun, deteniéndome en cada pasada a jugar con su clítoris.
Sus gemidos se hicieron más audibles todavía.
Jóse nos condujo hacia la cama, hizo que me detenga, parado al borde de la cama, las observe recostarse.
Ambas comenzaron a disfrutarse.
Ubicándose una en sentido contrario a la otra, besaban sus sexos húmedos, abriendo los labios con sus lenguas, mientras mi hermana chupaba delicadamente el clítoris de Jóse, esta introducía dos dedos en la cavidad vaginal. A los pocos minutos tuvieron su primer orgasmo, expresado con unos gemidos que eran casi gritos ahogados.
Trenzaron sus piernas, sus vulvas se tocaban rozándolas entre sí, imprimieron un ritmo acelerado y… otro de sus “gritones” orgasmos.
Me uní al banquete, acerco mi sexo a la boca de mi hermana, la toma entre sus manos jugándola, para ella misma dirigirla a su destino, entregándome un oral inolvidable, mientras Jóse le eleva las piernas para hacer lo propio con el ano, creo yo, preparándola para lo que vendría.
Jose no quiso quedar afuera, se giró y mientras seguía con el agujerito pequeño de mi hermana, me ofreció su vagina, cosa que acepte inmediatamente, hermoso lo que estábamos viviendo, yo con la vagina de Jóse, Jóse con el ano de mi hermana y esta con mi miembro, parecía que era la última vez que tendríamos sexo.
Ya con la excitación que traía, no empecé a responder por mis actos, moje uno de mis dedos introduciéndolo dentro del ano de Jóse, quien dio un respingo y creo, dijo algo parecido a… “si por favor quiero más”.
Estamos gimiendo de placer; cuando quieren cambiar de ubicación,
Tocándole el turno del dedo a mí hermana.
Al introducirlo me pide más, introduzco otro, que entra fácilmente animándome a otro más, solo se oían, suspiros, gemidos y gritos de placer.
Jóse deja lo suyo y poniendo a mi hermana en cuatro, dirige mi sexo a su vagina impresionantemente húmeda, tanto por la saliva como por sus propios jugos. Al tomar contacto con ella, se pierde el miembro en su cálido interior, con un suave y lento bombeo su vagina se va acomodando al grosor, su boca abierta daba gemidos guturales, Jóse no quiso quedar afuera, se puso en la misma posición delante de Cristina, para que ella haga lo mismo que hizo anteriormente con su ano, a la vez que con su mano estimulaba el clítoris.
Creo y debo decir creo, pues estaba perdido en el frenesí de sexo grupal que estaba experimentando por primera vez, mis sentidos estaban dedicados a disfrutar, no dándome cuenta si llegamos al orgasmo todos juntos, o si tuvo un orden, lo único que me trajo a la realidad fueron los gritos que dejamos escapar los tres.
Al sacar mi miembro de ese sedoso y húmedo lugar, ambas se abocaron a que mi miembro no se baje, estoy seguro que perdí dureza, pero, estaba más seguro que no perdí erección, ambas eran unas expertas en el arte del sexo.
Rápidamente Cristina copio a Jóse con lo que había hecho antes, tomando mi miembro lo coloca en su parte trasera. Aunque con un poco de dificultad por la falta de dureza, mi hermana ayudo a que se perdiera en el interior de ese esfínter anal, rodeado de esos firmes glúteos gloriosos.
Luego de estar un largo rato entrando y saliendo, nuevamente tengo un orgasmo, el cual me permitió dejar mi marca dentro del recto de Jóse.
Ambas féminas fueron por una ducha, al regreso, venían hablando de lo sucedido. Tuve que reconocerles que en los años que llevo de una vida sexual activa, nunca había gozado y disfrutado tanto, sobre todo el morbo de ver como mi hermana melliza disfrutaba de mí.
En el terreno de la fantasía todo es posible, sin embargo, algunas se convierten en un deseo intenso que busca hacerse realidad, hoy se hizo esa realidad.
Las fantasías son excelentes gatillos que accionan el deseo y excitación, sea en pareja o solos.
Tienta muchísimo pasar de la imaginación a la realidad ¿no?
Si me preguntan y… ¿ya lo volvieron a hacer? Debo responder, aun no, pero estamos pensando en vacacionar juntos.